Autor:
ShaniShaktiAnanda
En
nuestra era moderna hay un sentimiento de encierro que muchas veces
agobia a las personas.
Ansiamos
la libertad. Buscamos liberarnos hacia una supuesta felicidad;
artificialmente buscamos espacios abiertos para sentirnos libre;
pero no nos damos cuenta de qué es lo que nos tiene presos.
Muchas
veces, sin darnos cuenta, estamos encadenados a caerle bien al mundo
y a la gente del mundo. Constantemente nos cuidamos, nos comportamos,
nos vestimos, pensamos, nos formamos, únicamente para buscar la
aceptación del común de las personas o para simplemente buscar
nuestro bienestar terrenal.
Nuestros
problemas terrenales no nos dejan movernos y si lo hacemos es con
mucho esfuerzo. Son nuestros peores carceleros, a los cuales nos
entregamos en cuerpo y alma.
Estamos
presos de nuestras conductas y reacciones humanas; las mismas que nos
hacen daño y dañan a los demás, pero que no podemos controlar.
Nuestra
cárcel también es nuestra zona de confort; aceptando el encierro
convencidos de que como estamos viviendo está bien.
Estamos
encerrados también de nuestras ideas aprendidas y condicionadas que
no nos dejan considerar seriamente nada que nos mueva y nos expanda
la vida más allá de nuestra lógica y razonamiento terrenal.
Queridos
míos, nuestra humanidad es lo que nos tiene presos. Esa humanidad
que le hemos entregado al mundo, que le regalamos a lo terrenal como
borregos.
Somos
seres espirituales con camisas de fuerza terrenales; y somos tan
tontos que las defendemos y las apretamos cada día más. Incluso nos
formamos para hacerlas más fuertes; con una falsa creencia de que
estamos siendo espirituales.
Una
vida dedicada a mantener nuestros argumentos y nuestro bienestar en
el mundo, es la peor cárcel que podemos vivir, ya que somos seres
espirituales y lo mejor sería vivir como tales. Es similar a
encerrar a un pájaro que merece volar, en una jaula de terrenalidad.
Por
el contrario, si nosotros como seres espirituales, lleváramos un
estilo de vida según los lineamientos establecidos por Dios desde
siempre, sentiríamos la verdadera libertad.
Si
lo quieren ver de esta forma, es lógico que un ser espiritual
viviendo una vida básicamente terrenal se sienta encarcelado.
Pero
el problema es que no sabemos cuáles son los lineamientos
espirituales. Perdón, el problema es mayor; en realidad creemos
saber cuales son las cosas que Dios espera de nosotros y en realidad
tenemos la visión equivocada de espiritualidad. Vivimos además de
presos, autoengañados.
Este
escrito no llega a resolver esta gran pregunta sobre lo que Dios
espera o no de nosotros. Para eso deben buscar a los verdaderos
maestros espirituales y someterse a ellos.
Pero
sí les puedo adelantar que un buen maestro espiritual te dirá que
la voluntad de Dios no pasa porque te complazcas con las cosas del
mundo; sino porque te esfuerces por complacer al Dios; a pesar de que
muchas veces, el mundo “te mire raro” y te critique por ello.
No
es real la idea ingenua de quedarnos encarcelados en nuestra vida y
con solo pedir a Dios, él va a venir a sacarnos sin nosotros hacer
los cambios necesarios.
Al
cambiar nuestro estilo de vida hacia Dios, entonces si podremos decir
que Dios nos hace libre.
Dios
te bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Instagram
@ShanisShaktiAnanda @EscuelaparaelAlma.ssa
Palabras-claves:
Dios, mundo, terrenalidad, libertad, cárcel, espiritualidad
Namasté Maestro. Buenas noches. Gracias por todo...
ResponderEliminarHe escuchado y de hecho, hay un logo de la emisora donde participaba: "la verdad nos hace libre", en donde creo que llegue a escuchar que nadie tiene la verdad absoluta, que nadie es dueño de la verdad...que nos puede decir? Cual es la verdad absoluta? Existe?
Gracias... Namasté.
Namasté Maestro 🙏🏻
ResponderEliminarMuchas gracias Maestro por este artículo, que como siempre, llama a mucha reflexión
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