Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Hoy en día todo el mundo, sea creyente o no, está familiarizado con el concepto de “ángeles”
Pero la categoría de ángeles se ha utilizado de forma muy genérica hasta el punto de llegar a la confusión; llegando a llamar “ángeles” a otros seres que en realidad no tienen nada de ángeles.
En nuestra misma
Biblia se habla de ángeles de forma etimológicamente clara, pero que se ha
prestado a confusión por no enmarcarse
correctamente en lo que es el conocimiento místico.
En la Biblia se habla de “ángeles” o “ángeles del cielo” cuando se debe hacer referencia a “cualquier ser no terrenal” que viene como “mensajero de Dios”. Pero entiéndase bien: “cualquier ser no terrenal”.
De hecho, la
misma representación de hombres con alas emplumadas, es hecha por la mente
humana de aquel entonces. La única forma de que un ser viniera de arriba y se
posaran sobre la tierra sin hacerse daño, era teniendo algo similar a las aves:
alas.
Pero volviendo al punto, cuando hablo de “seres no terrenales” me refiero a seres que “existen” fuera de este plano tierra; que conviven e interactúan con nosotros, estando en lo que se denomina Plano Astral (es un error llamar “espiritual” ese plano)
El plano astral está entonces fuera del plano terrenal y por eso no disfruta de sus características. Por esta razón en astral no hay: ni lugar (posición geoespacial), ni tiempo, ni materia, ni color, ni forma, ni tamaño, ni peso; en fin, nada que podamos percibir con nuestros cinco sentidos físicos.
¿Pero, por qué la gente dice que “ve” a esos seres?... Si, es cierto, esos seres se pueden “percibir”, pero es un tema muy largo como para muchas charlas.
Pero entonces, si en plano astral no hay materia, ni forma, ni estatura, ni nada, pero allí viven seres, ¿cómo son?
Si volvemos un momento a nuestro plano tierra, nosotros en nuestros aspectos terrenales nos diferenciamos según parámetros terrenales: facciones físicas, lugar de nacimiento, idioma, fecha de nacimiento (generación), grupo étnico, etc. En el plano astral, ninguno de esos parámetros existe; sino que se comienza a manejar el concepto de “esencias”
Una “esencia” se asemeja más a una “energía en plano astral” que tiene una serie de características particulares. Las características de las esencias no corresponden a parámetros físicos, aunque a veces estos se suelen utilizar para poder “imaginarlos” y hablar de ellas. Por tanto, una esencia podría ser: más luminosa, o más densa, o más liviana o hasta buena o mala.
Lo más correcto suele ser darle atributos más espirituales que físicos; obteniéndose esencias más amorosas, más compasivas, más de servicio, más humildes, etc.
De cualquier forma, sí existen “gentilicios” en plano astral. Estos gentilicios no son más que la forma de nombrar a Seres que comparten una calidad energética en astral (esencia) similar entre ellos. Tenemos entonces:
- Ángeles
- Seres de Luz
- Guerreros de Luz
- Maestros
- Sanadores
- Sanadores con la Naturaleza
- Magos
- Realeza (reyes, reinas)
- Religiosos (monacales, sacerdotales, religiosas)
- Elementales (con sus individualidades)
- Esencias no terrestres
- Algunas esencias específicas relacionadas con ciertas religiones; por ejemplo de deidades del Hinduismo.
- Y algunas esencias particulares/personales: Crística, Mariana, Búdhica, Espíritu Santo, entre otras.
Probablemente
haya otras esencias con las que no esté acostumbrado, pero las presentadas aquí
son las comunes.
Si vemos la
lista, encontramos que los ángeles no son más que seres que tienen una esencia
Angelical. Esta misma esencia angelical hay que subdividirla en esencias más
específicas, que se conocen en plano tierra como la jerarquía angelical:
ángeles, arcángeles, serafines, querubines, tronos, potestades, etc.
Cada esencia
tiene características particulares que determinan, en mucho, la actuación de
los seres que la poseen, su forma de ser o el tipo de ayuda que puedan brindar.
Por ejemplo, los ángeles son seres que hacen la voluntad de Dios, “sin
chistar”, sin cuestionar; por ser esencias muy altas no se debaten entre el bien
y el mal, salvo los arcángeles, que de alguna forma deben hacerlo porque son
los llamados a interactuar más directamente con los seres encarnados
(terrenales).
El conocimiento de las esencias es importante si deseamos comenzar a tratar con los seres en astral; podemos estar pidiendo algún tipo de asistencia particular a seres que no tienen la capacidad de darla porque no está en su esencia.
Por ejemplo, un error común es decirle a todo el mundo que es un “Ser de Luz”. Algún ser con esencia de “Ser de Luz” es un ser muy luminoso, pero extremadamente frágil; no lucha por definición porque se puede quebrar como si fuera un cristal. Por el contrario, un “Guerrero de Luz” si lucha, pero no es tan luminoso.
Pero no hay esencias mejores o peores; cada una tiene una función particular y es buena en eso específico.
Por otra parte, no todos los seres en astral tienen esencias puras. Generalmente tenemos esencias mezcladas; y digo “tenemos” porque nosotros, que si bien estamos encarnados, también tenemos nuestra porción astral que habita en ese plano. La esencia en astral que mantengamos condiciona en alguna medida el cómo vemos o actuamos en nuestra realidad.
Este tema es muy
extenso e imposible de brindar por escrito; y más que aclarar, seguro se han planteado
más interrogantes luego de leerlo. El punto final es el de crear consciencia de
que llamar a alguien o a algo “ángel” no es necesariamente lo más correcto.
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
29 de septiembre del 2013
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777