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lunes, 17 de marzo de 2014

Lodo y Espíritu

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Toda escritura sagrada tiene por lo menos tres niveles de interpretación. Nuestra Santa Biblia, por supuesto, sigue con esta regla. Por eso son escrituras especiales, escritas con un grado de discernimiento y pericia que escapa del entendimiento humano. Definitivamente inspiradas por Dios.

Es como si fuera un mensaje escondido dentro de otro mensaje; donde para entender el primero, debes tener unos lentes especiales. Sin estos lentes, el mensaje secreto pasa desapercibido; los ojos desnudos ven solo el mensaje superficial.

Siempre hay un nivel básico, que suelo llamar “Eclesiástico” o “de Catecismo”. Este es el que se suele dar en las primeras enseñanzas religiosas y en las lecturas de las misas; donde las historias y las metáforas, con sus moralejas evidentes, son las que llevan la información. La lectura puede realizarse fraccionada y aislada.

Luego hay un nivel “Místico”, donde las imágenes presentadas no importan tanto, que si es un hecho histórico o una metáfora no importa. En este nivel el significado real se encierra dentro del simbolismo presente en el relato.

En este nivel Místico, la lectura siempre hay que hacerla contextualizada con toda una enseñanza; y la comprensión de la misma se debe hacer con la asistencia directa de un Maestro Espiritual. Este Maestro es el que encarna y puede dar la visión completa de la enseñanza espiritual que pretender cubrir la escritura sagrada.

En este caso, la lectura nunca se puede hacer de forma fraccionada; y toda la escritura se convierte en un libro de texto de aprendizaje espiritual; no solo de fábulas y anécdotas.

El tercer y último nivel, es el nivel “Espiritual”, donde el texto sagrado ya escapa totalmente de la visión humana; y las imágenes y conceptos presentados pueden incluso parecer absurdos a las mentes y a los ojos terrenales.

Así es el grado de encriptación del nivel Espiritual. Muchas de estas enseñanzas ni siquiera se sacan a discusión en el mundo terrenal; so pena de parecer desquiciado, loco, desadaptado, estúpido, inútil, sin sentido; y cualquier otro apelativo que ubica esta información fuera de la “realidad” terrenal.

Está de más decir que la capacidad de entender un nivel u otro dependerá de la altura espiritual de los individuos. Nunca depende, como es lógico, ni del nivel de inteligencia, ni del nivel de educación, ni de la instrucción, ni de la erudición del lector. Las enseñanzas espirituales están bien resguardadas y la llave la tiene el espíritu, no la mente; teniendo como puerta el corazón.

Y estos tres niveles de información magistralmente ocultos en un mismo texto son lo que hacen a las verdaderas escrituras sagradas tan especiales. Es especial el hecho de que una simple frase pueda tener tres niveles (incluyentes) de comprensión y por tanto le sirva a tres públicos diferentes.

Hoy quiero traer un pequeño pasaje conocido de La Biblia, muy útil en cualquiera de sus tres niveles de comprensión. Te pido que lo leas totalmente un par de veces:

Juan 9:1-9
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Jesús sana a un ciego de nacimiento
1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: “Yo soy”.

El nivel básico de entendimiento es muy amplio y a la vez sencillo. Muestra a Jesús como un sanador, que puede incluso con las condiciones tan lamentables y limitantes como una ceguera de nacimiento. Además de esa capacidad de sanar que nosotros podemos aprovechar. Seguro que se podría extender un poco más.

El nivel Místico comienza a mostrar a la ceguera como una incapacidad de ver no solo los estímulos físicos/visuales; de hecho por eso es la alusión a Jesús como la Luz del mundo. El reconocimiento de Jesús nos da claridad del alma y nos permite ver las cosas de la vida con una claridad superior, de forma más integral.

El nivel Espiritual lo voy apenas a asomar aquí; el que tenga oídos abiertos que oiga. La ceguera es principalmente espiritual; y por ser una condición de nacimiento, indica que se viene de otras vidas así. La ceguera indica que no se ha alcanzado el nivel espiritual necesario para que la persona “abra sus ojos espirituales” y comience a vivir enfocando toda su existencia desde su aspecto espiritual. Esto es así porque Jesús representa no a un sanador sino a un Maestro Espiritual. Además, es extremadamente notable que ese despertar espiritual lo haya conseguido el ciego gracias a un Maestro; el ciego por su propia cuenta nunca pudo haberlo conseguido. Aún más significativo es que la sanación se haya realizado con lodo (tierra); cuando pudo haber sido con una simple imposición de manos. Este hecho espiritual nos recuerda que un Maestro Espiritual te puede ayudar a elevarte espiritualmente, (a abrir los ojos de tus espíritu) a través de tus aspectos más mundanos y terrenales, con tus cosas más bajas, como lo es “el polvo de tus zapatos” (simbólicamente hablando); y además con su parte más humana, como lo es su saliva (nada agradable de igual forma).  

Pero si no damos cuenta, fue necesario no solo el Maestro, ni solo la saliva y el lodo; sino que el ciego, dentro de tu ceguera, fuera al estanque de “el Enviado” (Siloé) y “se lavara”; algo tuvo que esforzarse; tuvo que seguir instrucciones precisas del Maestro.

Confirmación adicional de que este “abrir de ojos” es netamente espiritual, se encuentra cuando las demás personas reconocen al ciego y “...unos decían: El es; y otros: A él se parece...” y este utiliza la frase innecesaria de re-afirmación: “Yo soy”. Esta frase de “Yo Soy” es utilizada en misticismo espiritual e indica que hay una la ampliación de consciencia desde el reconocimiento de que todos somos Uno con Dios y Dios es uno con todo; definitivamente comienzo de la iluminación espiritual que se logra solo con un Maestro Espiritual. Y aún más; al comienzo del texto, con la relación de si esta ceguera era consecuencia de su pecado personal o del pecado de sus padres (una alusión de tantas sobre procesos kármicos y reencarnación; ya que si nace ciego y se asume pecado personal, únicamente pudo haberlo cometido en otra vida), el Maestro vino a sanar inclusive esas posibilidades karmicas...

Pero bueno, mejor no sigo hablando; lo dejo hasta aquí para respetar los niveles de “secreto” de La Santa Biblia.

No todo lo que ven tus ojos y entiende tu mente es la verdad (PAGR2014)

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 13-16 de marzo del 2014.
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Palabras claves: maestro espiritual, lodo, jesús, karma, reencarnación, Biblia, niveles, cifrado, encriptado , crecimiento espiritual.

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