Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Hay un dicho
popular que reza:
"De buenas intenciones está empedrado el camino
del infierno"
Y este mismo
dicho, al parecer tiene sus orígenes en una frase atribuida a San Bernardo de
Claraval (Francia 1091): «El infierno
está lleno de buenas voluntades o deseos», según indica José María
Iribarren en su libro "El porqué de los dichos" (referencia no
oficial de Internet)
Sea cual sea el
origen del dicho, o cualquiera de las frases descritas; todo apunta hacia la
misma reflexión; la cual hay bajar de las nubes filosóficas y “aterrizarla”
para que sirva de algo.
Cuando estamos
viviendo nuestros “infiernos personales” o “grupales” (esta es la metáfora de
“estar” o “dirigirse” al infierno) hay que evaluar si nuestra vida se está
formando de solo buenas intenciones, propósitos, deseos, ideales o sueños; y no
estamos haciendo lo apropiado (correcto) para alcanzarlo.
El tener la
intención de hacer algo bien, no significa que lo podamos hacer bien de forma
automática. Todo estudiante tiene la intención de salir bien en sus estudios,
pero solo lo logran los que hacen lo correcto: estudiar. Y no estudiar por
estudiar, sino estudiar de forma apropiada. Siempre se puede “estudiar mal”,
“trabajar mal”, “luchar mal”, “esforzarse mal”, “amar mal”...
Y es aún más
duro; una persona puede no tender ninguna intención en particular con sus
acciones (por ejemplo haciendo cosas de forma desinteresada), pero si hace lo
correcto, pues obtendrá buenas cosas; cosas que ni ella misma esperaba.
Esto parece
“loco”, pero recordemos una parábola bíblica:
Mateo 21:28-32
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Parábola de los dos hijos
28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al
primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.
29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.
30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él,
dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El
primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras
van delante de vosotros al reino de Dios.
32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis;
pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os
arrepentisteis después para creerle.
¡Uf...! A esta
parábola se le pueden sacar párrafos y párrafos de enseñanzas; pero me voy a
limitar a lo que nos interesa aquí.
Este texto sí pudiera ser el origen del dicho referido al comienzo. Vemos
a un primer hijo que inicialmente no tenía la más mínima intención de hacer lo
que el padre le pedía (por flojera, rabia, cansancio; por lo que fuera) pero al
final, por cualquier razón, termina
haciéndolo lo correcto (obedecer a su padre)
Luego, el segundo
hijo muy diligente con la palabra, con la mejor intención, deseo, propósito de
obedecer al padre; al final no hace lo que el padre le había mandado. Este
segundo hijo fue el que se llevaría la peor parte.
A la hora de
recibir el agradecimiento del padre, el reconocimiento, la satisfacción de un
salario, o la simple satisfacción de haber obedecido, ¿bastó con haber tenido
la intención? Definitivamente no. El segundo hijo vivirá en algún momento su
“infierno simbólico” por no haber hecho lo que debía.
Este dicho, que
se extrae de una enseñanza sagrada, se aplica por supuesto en nuestra realidad
a nivel espiritual.
¿Cuantas veces hemos
sido nosotros como el 2do hijo?; y me refiero a nivel espiritual.
Asumamos que
nuestro “padre” es esa figura espiritual con la cual tenemos afinidad especial:
Dios Padre, Jesucristo, La Virgen María, algún Arcángel, algún santo, etc.
Muchas veces
solemos actuar a la inversa de la parábola. Principalmente esperamos de estos
seres especiales: asistencia, favores, ayuda, cuido, cariño, consuelo, etc.,
cosas todas que vendrían siendo como “el pago” o la “consideración” a los
efectod de la parábola. De alguna forma esperamos que a través de “sus gracias”
podamos solventar o sobrellevar situaciones difíciles; eso sería vivir lo más
cerca de la paz espiritual y terrenal posible, vivir no en “el infierno” sino
en el Cielo.
Pero, ¿ya estamos
esperando alguna retribución o consideración especial de ellos hacia nosotros;
y no nos damos cuenta cuales de los dos hijos hemos sido? ¿Hemos sido el 2do
hijo, llenos de buenas intenciones pero que no cumplimos con lo que nos fue
indicado? O ¿hemos sido el 1er hijo, que a pesar de nuestras situaciones,
deseos, dificultades, negación, fastidios, siempre terminamos sobreponiéndose y
haciendo lo que el “padre” manda?
“Jesús, te amo,
te quiero, en ti confío”, “Virgencita, madre amorosa y preciosa por ser nuestra
madre, ampáranos y cuídanos”, “San Miguel Arcángel, cúbrenos con tus alas y elimina
a nuestros enemigos”. Pero... para pedir esas consideraciones ¿hemos hecho antes
lo que Jesús mandó que hiciéramos? ¿Estamos actuando como María actuó en las
diferentes situaciones, para así imitarla y honrarla? ¿Merecemos, con nuestra
entrega a Dios, que un Arcángel nos venga a proteger?
Parecería que
estoy divariando; pero simplemente explico las escrituras.
¿La misericordia
de Dios? Misericordia no es “alcahuetería”; ya Dios Padre fue suficientemente
misericordioso enviando a su único hijo para que nos enseñara y muriera por
nosotros... si quieres busca en artículos anteriores.
Puede que
asumamos de muy buena intención que Jesús es nuestro Señor y Salvador (por
ejemplo) pero al igual que el padre de la parábola mandó a sus hijos a
“trabajar en su viña”, Jesús nos mandó a: “orar por nuestros enemigos”, a “poner
la otra mejilla”, a “adorar a Dios sobre todas las cosas”, a “no juzgar”, etc.,
etc., etc. ¿Le hemos hecho caso, más
allá de tener la buena intención inicial de hacerlo?
Somos tan
parecidos el 2do hijo, que debería pensarlo dos veces antes de pedirle algo
especial al Padre.
Por último, no me
crean a mí; una vez nos dijeron:
Mateo 7
Y Jesús les dijo... 21. “No todo
el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”
Las buenas
intenciones no sirven de nada, más que para empedrar el camino al infierno; las
obras “espiritualmente correctas” son las que cuentan.
Un poquito más de
regalo de la parábola: aún aquellos que nos parece que están actuando “mal” lo
pueden estar haciendo mejor que nosotros (versículo 32).
Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
04 de abril del 2014.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras
claves: buenas, intenciones, padre, jesús, señor, deseos, virgen, maría,
espiritual, correcta, correctitud, infierno, hijos, parábola
Maestro, primero tengo que confesar que yo nunca había entendido ese dicho que siempre tu referías en la charlas: " De buenas intenciones esta hecho el camino al infierno" ..... yo me preguntaba: " qué querrá decir con eso? y me daba pena preguntar...." Que maravilla que ahora lo entiendo a través de tu magnífico artículo! Sencillamente nos invita a "La Acción a la Palabra", a " Hacer lo correcto porque es lo que corresponde"..... Es así Maestro? Namasté
ResponderEliminarAsí es, nuestro slogan de este año "Hacer lo correcto, solo porque corresponde hacerlo" #PAGR2014
EliminarNamasté, Maestro gracias, mas claro imposible. En la Santa Biblia esta todo lo necesario como tu nos dices siempre , con la bendicion de tener un Maestro que te lo argumente , para aplicarlo de corazón en tu vida es maravilloso. Que afortunados somos...
EliminarVaithy Figuera
Gracias Maestro por las enseñanzas, es impresionante lo importante es imprescindible que es que un Maestro Espíritual nos haga ver el verdadero significado en las escrituras Sagradas 🙏🏽 yo por mi cuenta no lo habría entendido
ResponderEliminarGracias Maestro por las enseñanzas, es impresionante lo importante es imprescindible que es que un Maestro Espíritual nos haga ver el verdadero significado en las escrituras Sagradas 🙏🏽 yo por mi cuenta no lo habría entendido
ResponderEliminarGracias maestro por explicarnos con palabras tan sencillas, lo reflejado en nuestra santa biblia, lo que nos manda a hacer papá dios: tener una verdadera intención espiritual, y hacer lo correcto porque es lo que nos corresponde. Namaste 🙏
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