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domingo, 22 de junio de 2014

Desalojando al diablo: la queja



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

"El diablo" o algún ser o alguna situación diabólica, y en realidad cualquier cosa que pueda representarlo simbólicamente, necesita de un ambiente muy bien abonado para poder actuar.

El abono no es más que una "calidad energética particular" que deben tener: nuestra situación personal, nuestro hogar, nuestra relación de pareja, nuestros espacios físicos, nuestro país, etc.; para que el “diablo” no solo aparezca, sino que se instale allí.

Cada uno de nosotros, como seres energéticos que somos, condiciona las energías de su alrededor. Los espacios por sí solos no tienen energías de vida. Nuestros espacios de vida tendrán el promedio de las energías que nosotros les brindemos a través de los sentimientos que experimentemos en ellos.

Una de esas energías que sirve de abono perfecto para el “diablo" es la de "las quejas". Cuanto más frecuentes y persistentes sean las quejas, más abonada estará nuestra vida para que "el diablo" pueda actuar a sus anchas (para que vivamos cosas desafortunadas).

Si queremos limpiar nuestros espacios, lo primero que debemos hacer entonces es erradicar nuestras quejas constantes: por lo que pasa a nuestro alrededor, por lo que nos pasa en lo personal o por lo que hacen los demás.

Pero no quejarse no significa dejar de actuar. El “diablo” nos hace creer eso, para que no dejemos de abonarle el terreno. Por el contrario, cuanto más nos quejamos, además de ensuciar el ambiente, estamos malgastando parte de la energía que necesitaríamos para actuar asertiva y eficientemente en cualquier situación. No quejarse se debe convertir en un  hacer sin engancharse; seríamos más eficientes si no nos quejáramos tanto.

Y recordemos que el espacio que puede estar sucio no es solo nuestro exterior, sino también nuestro espacio interior. Incluso, dentro de nuestra vida personal y privada "el diablo" puede estar haciendo de las suyas quitándonos la tranquilidad.

Si comenzamos a limpiar nuestros espacios vitales (y podemos comenzar por “no quejarnos”), ninguna energía “negativa”, “diabólica”, “de brujería”, “de muertos” que pueda dañarnos podrá permanecer en esas zonas.

¿Brujería? Si crees que alguien te lanzó una “brujería” ¿dónde piensas que va a echar raíces y germinar? ¿En tu espacio de vida limpio y puro?  ¿O en un espacio con energías discordantes que se abona constantemente con sentimientos difíciles que no hacemos nada por controlar?

A veces se utiliza el símil de decir que debemos “llenar de Luz nuestros espacios”. Pero más allá de hacer rituales puntuales; iluminar debe convertirse en una actitud de vida. Es la misma idea que apunta a que “es necesario limpiar, pero lo importante es aprender a no ensuciar”.

¿Pero acaso no quejarse es solo callarse la boca? No. Estamos hablando del efecto energético que nosotros hacemos sobre nuestra realidad; y nosotros manejamos nuestras energías con nuestros sentimientos, no con la palabra.

Si por ejemplo, hay una situación que te incomoda y decides “morderte la lengua” pero de igual forma te hace sentir mal (lo que lleva a “quejarte en silencio”), pues el impacto energético que damos al espacio vital es el mismo que si hubiéramos expresado nuestra queja.

Es cierto que lograr que las situaciones no te incomoden no es una tarea fácil (nuevamente, no hablo de desidia). De hecho, el no quejarse realmente se va logrando poco a poco y solo con crecimiento espiritual; pero mientras tanto, vale la pena la simple tarea de callarse la boca. En esos casos, si bien al callar nuestras quejas aún las seguimos sufriendo nosotros; por lo menos no expandiremos el malestar en una reacción en cadena hacia las otras personas con las que convivimos. Recordemos que las otras personas con las que convivimos también condicionan su espacio vital, que termina siendo el mismo nuestro.

Nuevamente vemos que a pesar de asumir que nuestros malestares son originados por entes externes “malos” o incluso “diabólicos”, la lucha real la tenemos que hacer en nosotros mismos y desde nuestro interior.

Esta es una de las formas con las que podemos comenzar a desalojar al “diablo”, el cual generalmente pasa desapercibido y por muy inocente.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 22 de junio del 2014.
http://www.sanacioncristica.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras: diablo, queja, luz, quejarse, situaciones, muertos, brujería, rituales

1 comentario:

  1. Namasté Maestro.
    Namasté a todos los que lean este comentario.

    Pensando un poco en algo que comentaste hace unos días, acera de tratar de aterrizar tus artículos/enseñanzas, creo que ésta que acabas de hacer es una muy buena aproximación. Poner como ejemplo una actitud cotidiana de la mayoría de las personas y dar el abordaje de hacer lo correcto desde el plano espiritual puede ser un buen enganche; algo que todo el mundo hace (quejarse) y ver el impacto que tiene, realmente puede abrir los ojos a quien lea esto.

    CEH

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