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lunes, 10 de noviembre de 2014

... y Dios los creó hombre y mujer



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Uno de los errores que se suelen cometer al leer todo texto sagrado proviene de la falta de contextualización del mensaje. Y no solo hablo del contexto histórico necesario (temporal-espacial)  para que los lectores de aquel entonces pudieran comprender; sino de la falta de contexto en función de lo que es terrenal y lo que es espiritual.
Si estamos hablando de una escritura sagrada donde se busca dar una enseñanza espiritual, las referencias, las imágenes, los símiles, las metáforas deben ser entendidas desde el plano espiritual; aunque se utilicen elementos físicos terrenales para presentarlas. Por ejemplo, cuando Jesús habla que debemos “cargar nuestra cruz”, no se refiere a una cruz física, sino más bien a lo que “nos da la sensación de carga en la vida”.
No podemos desconocer que La Biblia, gran parte de ella basada en metáforas, también narra hechos que se consideran históricos. Aún en estos hechos reales, la interpretación de eventos hay que hacerlos desde la óptica espiritual; incluyendo a los “milagros”. Más de una vez, cuando al mismo Jesús (a sus enseñanzas) se le intentaban enmarcar en el plano físico terrenal, él recordaba: “... mi reino no es de este mundo (terrenal).” (Juan 18:36)
Pero mucha gente aun lo sigue haciendo. A las enseñanzas religiosas les siguen dando connotación física-terrenal; y esto, más allá de aclara, aleja a personas que pueden dar mucho, espiritualmente hablando. Y aún más, si vemos que este error no es consistente en toda la lectura, sino que es convenientemente selectivo en algunos pasajes para fijar o soportar posturas terrenales que nada tienen que ver con Dios; meten a Dios donde no corresponde. Recordaba Jesús: “... Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios...“ (Marcos 12:17)
Otro de los errores que se cometen a la hora de estudiar La Biblia (específicamente),  es creer que Dios y a espiritualidad nacen con ella. Si el cristianismo nos sirve, claro que debemos hacer por él, hablar de él e incluso protegerlo; pero de allí a desconocer o desestimar a otras culturas religiosas espirituales anteriores al cristianismo, es un gran desatino. Sobre todo porque el mismo cristianismo basó muchas de sus enseñazas en ellas.
Una de las formas más inteligentes y productivas es estudiar La Biblia como texto sagrado, es teniendo en mente conceptos espirituales que están presente en religiones anteriores. En ese caso, la Biblia cobra una vigencia y una importancia suprema; y es cuando uno se da cuenta de que TODO está extremadamente claro, de que no hay medias tintas; y las enseñanzas se entienden a cabalidad; con una utilidad práctica real tal como lo quería Jesús.
En lo personal, si bien mi formación bíblica fue desde muy joven y el enfoque no se limitó solo al eclesiástico sino también al místico; mi amor declarado por ella se manifestó cuando comencé a aprender sobre hinduismo y budismo. Allí descubrí que más allá de separar y crear su propio espacio, la Santa Biblia presenta las mismas doctrinas desde otro punto de vista y logra unificar a esa Divinidad en la que todos creemos y que todos buscamos.
Son muchas las interpretaciones de pasajes bíblicos a los pudiéramos aplicarles los dos errores que cito anteriormente: la falta de contexto espiritual de las metáforas y el desconocimiento de religiones anteriores. Pero hoy traigo uno por petición de algunos de ustedes. El tema del género “hombre y mujer”.
No busco fijar ninguna postura, ni en pros ni en contra de nadie; simplemente planteo la enseñanza desde el punto de vista místico y espiritual; los interesados deben reflexionar por su cuenta a ver si les sirve.

La batalla sin sentido.
Algunos sectores (yo diría que individuos) dentro de nuestras iglesias cristianas guarda una postura intolerante sobre lo que significa el respeto del género masculino y femenino; generalmente referido a la preferencia sexual.
Y la intolerancia se refleja en especial sobre individuos o grupos humanos con “sexo-género diversidad”.
Y no es solo un asunto unidireccional; sino que individuos y grupos “sexo-genero diversos” asumen posturas retadoras nada sanas hacia las iglesias cristianas porque se sienten excluidos o agredidos por algunos de sus integrantes.
Aquí les dejo un primer punto a reflexionar. ¿Tiene sentido acaso que una enseñanza espiritual donde se busca que todos seamos UNO en DIOS, esté planteada para dividirnos y separarnos en vez de acercarnos?
Como la respuesta es que “no”; eso implica que ambos grupos están interpretando mal las escrituras sagradas. Así de sencillo.
Vamos al grano. Cuando se dice, como parte de un texto sagrado, que Dios los creó “hombre y mujer”, ¿quién, espiritualmente inteligente, puede creer que se refiere a “pene y vagina”,  “varón y hembra” o “masculino y femenino”?
En TODA escritura sagrada, y no solo del cristianismo (hay que tomarse la molestia de abrir los criterios) se sabe que los seres que no están aún fundidos con Dios, presentan una dualidad operativa que se conoce como escencia masculina y escencia femenina. Estas escencias, que nada tiene que ver con el contexto del bien y el mal, por ser de contexto sutil/espiritual no se refieren a lo material de los genitales ni a lo terrenal de las preferencias biológicas/hormonales, ni mentales, ni siquiera emocionales.
Específicamente en el Libro del Génesis, donde se presenta la creación del hombre; lo que se busca enseñar es la aparición de esas dos partes de la dualidad; que se debe complementar una con otra para que el mundo funcione y funcione bien.
Cuando se habla de una escencia masculina (Yang, Shiva, E. Santo, Budha) se habla de la parte de la Consciencia de Dios que permite: la transformación, el cambio, los instintos naturales, metas/objetivos, el proveer.
Mientras que cuando se refiere a la escencia femenina (Ying, Shakti, Virgen María, Tara) se habla de la otra parte de la Consciencia de ese mismo Dios que encarna: la fortaleza, el empeño, la entrega, el servicio, la protección, el proceso, la creación misma.
Pero las escencias trascienden a la sexualidad. Un ser humano “varon”, puede tener una escencia femenina muy marcada y eso no implica que sea afeminado. Al igual que una mujer puede tener una escencia masculina predominante y no hacerla menos seductora para un hombre.
Parte de la enseñanza de ese mismo trozo del Libro del Génesis, se da en el hecho de haber sacado a la escencia femenina (Eva) de “la costilla” de la escencia masculina (Adán). Eso quiere decir que Adán tenía dentro de sí a la escencia femenina; por lo tanto nos enseña que ambas escencias deben estar contenidas en un mismo ser humano para que este sea integral. Tanto hombre como mujer, tanto varón como hembra; deben manifestar la integración de ambos aspectos de Dios (escencia femenina y escencia masculina) y gracias a eso convertirse en UNO con Él.
De la misma forma hay otras lecturas de La Biblia que parecieran condenar a las preferencias sexuales diferente. Pero si todos esos pasajes se entienden con la masculinidad y feminidad como escencias espirituales, el altercado se acaba.

1 Corintios 6:9-10
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

Este es uno de esos textos recriminadores de conductas sexuales diferentes. Para entenderlo, lo primero que se debería hacer es definir a esas actitudes reprochables desde el plano espiritual. ¿Acaso cuando habla de “avaro” se refiere solo al dinero o vienes terrenales? ¿Idólatras se relacionan solo con las figuras de otras religiones?...
En este párrafo se recriminan dos comportamientos espiritualmente que son “difíciles” refiriéndose a las escencias masculinas y femeninas.
Si recordamos que lo apropiado es que cada uno de nosotros tengamos en equilibrio a las escencias masculina y femenina; un “fornicador” se entiende como alguien que trabaja prioritariamente con su escencia masculina y deja de lado su escencia femenina; mientras que un “afeminado” es alguien que anula las actitudes necesarias de su escencia masculina y trabaja solo su escencia femenina.
Pero esto va más allá del género sexual, porque les aseguro (como terapeuta) que hay más de una mujer hermosa, seductora y de apariencia femenina, que está trabajando con una escencia masculina muy fuerte. Y por el contrario hay muchos hombres sexuales que olvidan su escencia masculina y son en su actitud ente la vida una escencia femenina muy marcada.
Sé que probablemente sea difícil de entender; así que me voy a permitir poner un ejemplo.
Tengamos a un caballero, heterosexual; que en su vida no busque trabajar para sostenerse, que dependa de los padres o de otras personas para mantenerse (sin tener condiciones de minusvalías), que tenga sueños pero que sea incapaz de cristalizarlos... Ese hombre, terrenalmente heterosexual, estará manifestando una muy marcada escencia femenina a nivel espiritual. Este caso podría caer en la referencia de “afeminado” desde el aspecto espiritual.
Por el contrario, una mujer terrenalmente heterosexual, estará manifestando una escencia masculina de forma marcada, cuando lo que le guste prioritariamente sea controlar, trabajar y cosechar logros y metas; y que por el contrario no tenga un mínimo instinto innato hacia los niños, ni que la mueva la protección maternal de los que la rodean, y que no se regocije cuando alguien disfruta gracias a ella. Este caso sería del “fornicador”, simbólica y espiritualmente hablando.
Pero cuidado, no es cosa de encasillar ni a los hombres ni a las mujeres; y tampoco de invertir los roles descritos anteriormente para que sean “normales”. En ambos casos se están priorizando las escencias masculina o femenina al extremo; y nunca los extremos absolutos han sido sanos.
Sí bien cada individuo puede presentar tendencias particulares (masculinas y femeninas) en diferentes situaciones; la idea es que ambos (hombre y mujer) tengan la capacidad de manifestar ambas escencias cuando y donde sea apropiado.
Lo normal es que un hombre (sexual) pueda ser: luchador (M) pero cariñoso y sensible (F); que tenga metas (M) pero sea tolerante (F), que se encargue de llevar el sustento a la casa (M) pero que de ser necesario sepa cuidar a los hijos (F)...
Y que una mujer (sexual) pueda ser: cuidadora maternal (F) pero “no alcahueta” (M); que tenga muchos sueños (F) pero que ayude a cristalizaros (M), que se aboque del bienestar de la familia (F) pero que no se olvide de sí misma (M)...
Esta es la idea. Alguien que no sepa articular ambas escencias, masculinas y femeninas, tendrá problemas en obtener su propio bienestar; que se identifica con “el Reino de Dios”. Estos son los fornicarios y los afeminados, ambos extremos; más allá de las preferencias sexuales terrenales.
¿Aun creen que los pasajes bíblicos se refieren más al tener sexo físico? Entonces díganme porque Pablo en su carta no condena a las lesbianas ¿el lesbianismo sí está permitido? Porque en el pasaje dice que es malo  “... los que se echan con varones”.
Si me quedo en la parte terrenal absurda y encuentro a una mujer que “se echa” con otra mujer, pues eso sí está bien; pues allí no se condena; solo se hace referencia a los varones que “se echan” con otros varones.
¿Qué significa entonces espiritualmente “echarse con varones”? Lo dejamos para otra oportunidad. A lo mejor más de uno encuentra que ha estado, simbólicamente, “echado con varón”
Y no hablamos de las posibles imprecisiones que ocurren en las traducciones desde vocablos antiguos; pasando por tergiversaciones por costumbres de la época cuando se tradujeron; y tampoco esgrimí la sexo-género diversidad desde el punto de vista energético. Faltarían muchas cosas por decir.
Pero finalmente no digo que la sexo-género diversidad mal llevada no pueda traer problemas; cualquier actitud de vida mal llevada se convierte en una fuente de malestar. Pero en este caso, la preferencia sexual diversa trae más problemas terrenales que espirituales.

Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 04 de noviembre del 2014
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: hombre, mujer, varón, corintios, génesis, biblia,  sexo, género, diversidad, homosexualismo, lesbianismo.

4 comentarios:

  1. Namasté Maestro.
    "Casualmente", mi lectura bíblica de esta mañana fue la Carta de Pablo a los Romanos, en donde también se hacen reflexiones parecidas a las de Corintios (específicamente en Ro 1, 26-27), en donde sí se hace referencia a las mujeres que "cambian su uso natural por el que es contra naturaleza" y además a los hombres que se "encienden en su lascivia unos con otros". Ya había tomado nota de esto para consultarlo cuando leí este artículo y todo me quedó claro.
    Te anticipas a las preguntas, Maestro.
    Namasté.

    CEH

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  2. Hola maestro.

    Como siempre, interesante e instructivo y ACLARADOR. Otra perspectiva--- corto pero excelente!!!!! lo publicaré por mis redes sociales.

    Sin embargo 5 preguntas:

    1. Que me dice de esta: la sentencia bíblica que nos recuerda que “no te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer porque es una abominación” [Levítico 18]

    2. ¿Qué significa entonces espiritualmente “echarse con varones”?

    3."condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente" (2ª Pedro 2:6)

    4.EL TRAVESTISMO ES ABOMINACIÓN ANTE DIOS: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Yahvé tu Dios cualquiera que esto hace" (Deuteronomio 22:5)

    5. La homosexualidad es un pecado como cualquier otro y necesita ser tratado en la única forma posible: Necesita ser colocado en la cruz, arrepentirse de éste y nunca más volver a hacerlo. fuente: http://www.miapic.com/que-dice-la-biblia-acerca-de-la-homosexualidad

    ME ENCANTARIA RECIBIR RESPUESTA A CADA UNA DE MIS PREGUNTAS. Ojala sea posible. Su respuestas iluminatorias me vienen como luz ante esta "oscuridad" que estamos viviendo. Defininitivamente, sus respuestas y artículos son LUZ para mi.

    Namasté.





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  3. Namasté
    Lamentablemente estas preguntas no tienen respuestas fáciles; porque ameritan de años de entendimiento espiritual.
    Cuando estas preguntas se buscan responder con frases sencilla, se crea más confusión que aclaración.
    De cualquier forma, hay que tener presente la práctica de utilizar "simbolismos". Muchas veces lo que se lee no se puede interpretar como se entiende a la primera.

    En esto y en todo, nunca es prudente criticar posturas de nadie; uno debe ceñirse a los lineamientos que su fe religiosa indica.
    Namasté

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  4. Triste...Pero gracias. Namasté.

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