Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
El
karma, como energía generada por la Ley de Acción y Reacción, es
una consecuencia del diario convivir.
Esta
ley por la cual se rige el karma es una ley universal.
Independientemente si se crea en ella o no, si se desestime o no, o
si se conozca o no; siempre actúa.
Algunas
religiones dicen que el karma no existe; pero es más para no dar su
brazo a torcer antes religiones más antiguas que sí lo enseñan.
Por ejemplo; basta sincerarse, saber algo sobre el karma, quitarse
las gríngolas y leer la Santa Biblia, para descubrir que la noción
cristiana del pecado es básicamente la misma del “karma negativo”.
A
pesar de todo, mucha gente en la actualidad se preocupa por el karma.
Dicen que las cosas les ocurren por el
karma; le tienen miedo al karma y buscan terapias y rituales que les
ayuden con el karma que les está produciendo algún malestar.
Este
miedo está bien fundamentado, ya que el
karma generalmente te va a proponer
situaciones de vida que pueden llegar a ser
realmente complicadas para que aprendas espiritualmente de
ellas. El karma nunca es un castigo, siempre es una oportunidad de
aprendizaje para fortalecer el espíritu; pero al igual que un examen
escolar, si no has estudiado, presentarlo es lo peor que te puede
pasar.
Si
bien el karma también te puede traer cosas buenas, la gente
se preocupa generalmente por el karma negativo del
pasado, a veces por el karma de otras vidas. ¿Y el karma que
generamos en nuestro día a día?
¿O
es que acaso generamos karma en el pasado y ahora somos angelitos de
Dios?
Nos
preocupamos por el karma del pasado que condiciona nuestro aquí y
nuestro ahora, pero ¿y el karma que estamos generando ahora, que
condicionará nuestro futuro y el de nuestros seres queridos?
Esto
es lo que quiero presentar. Trabajar con el karma no es buscar
terapeutas o rituales para limpiarnos, sino que debe ser vivir
correctamente para no embarrarnos cada día, nosotros mismos, del
karma que mañana podrá destrozarnos.
Gota
a gota
Pero
no me voy a referir a grandes pecados (grandes acciones kármicas)
que nos “condenarían instantáneamente al infierno”. Si estás
leyendo este escrito, posiblemente estás consciente de las cosas que
categóricamente no debes hacer.
El
problema aquí son las pequeñas acciones cotidianas
que muchas veces pasan por insignificantes o desapercibidas, las
cuales generan karma (del negativo) que se va acumulando.
Porque
es una realidad. Cada karma generado, por aquí y por allá, por muy
pequeño que sea, se va acumulando. Esos karmas pueden quedarse
“inactivos”, pero llega el momento en el cual se “activan” y
nos vemos sumergidos en situaciones de vida nada deseables.
Es
entonces cuando esas pequeñas “ligerezas kármicas” que
cometimos sin saber o sin creer importantes se
unen y forman un monstruo; y entonces nos preguntamos: “Dios
mío, ¿por qué me pasa esto a mí?”
Tragedias,
enfermedades inexplicables, fracasos, vidas estancadas, problemas
interpersonales graves, etc. Gota a gota se derrama el vaso y
se rompe la roca.
Pequeñas
“ligerezas kármicas”
Vivir
con la conciencia de que cada acción que hagamos (por más pequeña
que parezca) tiene una consecuencia acumulativa, es una de las
mejores cosas que podemos tener.
Siempre
habrá cosas que no podremos evitar; pero mientras dependa de
nosotros, es mejor hacer las cosas correctamente para no formar ese
“monstruo de karma” que nos destruya en el futuro. Futuro que se
puede destruir en esta misma vida o en la siguientes (si crees en
ellas).
A
cada acción hay una reacción; pero la verdadera Ley del Karma o de
Acción y Reacción no se atiene mucho a lo que haces o dejes de
hacer, sino a los sentimientos que despierten tus acciones en otras
personas.
Al
hacer algo que molesta a alguien, tú podrás decir: “... pero si
lo hice sin mala intención!”. Lo siento, aquí lo que vale es lo
que esa acción generó emocionalmente en las otras personas
involucradas.
Así
que si el sentimiento generado en una persona es negativo, se genera
karma negativo: aunque la persona no te conozca
directamente, aunque la otra persona no haya estado
directamente involucrada (que sea un tercero) o aunque hayas hecho la
acción a escondidas de todo el mundo (nunca de Dios).
Esto
puede parecer injusto e ilógico; pero es Ley. Las explicaciones
completas dan el entendimiento necesario para darnos cuenta de que es
una ley totalmente justa y lógica. Pero dichas explicaciones forman
parte de enseñanzas espirituales y escapan de un simple artículo.
Algunas acciones cotidianas que
van sumando
Ahora, a lo que vinimos. A
continuación, daré una pequeña lista de acciones cotidianas que te
generan karma negativo. Aunque estas acciones parezcan muy lógicas,
necesarias y con sentido; igual te destrozarán la vida cuando menos
lo esperes.
- Incumplir con las reglas de tránsito en general. “Comerse la luz de un semáforo”, “pararse un momentito en la vía poniendo la luz de emergencia”, “cruzar la calle entre los carros”. Basta que un solo conductor o peatón se moleste o se indigne, para que te lleves tu buen trozo de karma negativo. Si son más peronas las incomodadas, tendrás mucho más karma negativo.
- “Colearse” en una fila de gente. Aunque creas que no te ven, o aunque te sientas con derecho, o aunque no te digan nada; basta que una sola persona del resto de la cola se moleste para que acumules karma negativo; repito “aunque creas que no pasó nada porque nadie te dijo nada o porque no te vieron”. Si son más los incomodados tendrás mucho más karma negativo.
- Utilizar tus influencias con otras personas para saltarte normas; por ejemplo pasar antes que otras personas a un lugar. Aplican las mismas consideraciones anteriores.
- Llegar tarde al trabajo de forma habitual. Si alguno de tus compañeros se incomoda por esa actitud, aunque tengas todas las justificaciones necesarias, tendrás karma negativo para ir aumentando el pote.
- Llegar tarde a una cita; aunque te la disculpen “de la boca para afuera”, si el retardo generó incomodidad, tendrás karma negativo para ti.
- No cumplir con una asignación después de haberte comprometido... karma negativo para ti.
- Para el vehículo en una puerta de estacionamiento ajena, aunque no venga el dueño, genera karma negativo para los transeúntes que ven la falta de consideración. Imagínate si llega en dueño.
- Reaccionar de forma “reactiva” ante lo que consideras como injusticia o ante lo que no te gusta. Siempre se puede actuar de forma objetiva ante una situación que requiera corrección o sanción. Si involucras tus sentimientos negativos en esos hechos, generas karma negativo para ti mismo.
- Tener múltiples parejas sexuales al mismo tiempo. En cada acto sexual que tienes, automáticamente adoptas el karma de la persona con la que lo haces. Si estás con varias personas, pues te estarás echando encima el karma negativo de todas y cada una de ellas. Tendrías suficiente con tu propio karma y con el de tu pareja estable. Todos esos karmas los acumulas; cuando exploten, no te quejes.
- Tener relaciones sexuales con personas muy kármicas. Elige bien a tu pareja, todos los karmas de esa persona llena de karmas, serán tuyos de regalo.
Somos
tan ignorantes espiritualmente, que muchas personas, por ejemplo,
cometiendo una falta de tránsito, suben los vidrios oscuros o se
ponen los lentes de sol para que “no los reconozcan”. Señores y
señoras, el karma atraviesa los vidrios oscuros y no necesita verte
a los ojos. El karma te lo ganas a pesar de
que la persona dolida no te conozca, no la vuelvas a ver o no te haya
visto nunca.
Al
igual que si te detienes en medio de una vía
pública por la comodidad (o la
flojera) de no estacionarte más adelante; y por eso entorpeces la
circulación vehicular, poner luces intermitentes no detienen el
karma negativo para ti.
En
realidad TODAS las normas de buena convivencia,
si bien no fueron pensadas por el karma, tienen como trasfondo esta
ley universal. Por lo tanto, es MUY SABIO HONRARLAS.
Pero
el punto no es solo nuestra karma negativo, el cual nos comprometerá
la vida en un futuro; sino que ese karma
negativo se hereda a nuestros hijos. Por esto,
por nuestras “pequeñas ligerezas kármicas” estaremos
promoviendo un futuro complicado a nuestra amada descendencia. Esto
debería ser suficientemente para comenzar
a vivir correctamente.
Ya
acabé. Ahora puedes criticar este escrito; puedes decirme loco o
exagerado; puedes decir que no se nada de karma, o simplemente puedes intentar olvidarle. Lo único que no
podrás decir nunca es que no te lo
dijeron.
Dios
te bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 293A.S. (19 octubre 2016)
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karma, cotidiano ligerezas, kármica, leyes universales.
Excelente articulo gracias por compartir, Namaste.
ResponderEliminarExcelente articulo maestro.
ResponderEliminarNamaste.
Namasté 🙏🏻 Gracias Maestro por el articulo, como usted lo dijo las ligerezas humanas, conductas inapropiadas que creemos que no le hacen mal a nadie...pues generan Karma, sin querer queriendo, seguimos aprendiendo. Namasté
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