Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Quién
no ha conocido a esas chicas y mujeres que a pesar de sus muchos
dones, no terminan de conseguir a su príncipe azul. A lo mejor tú
eres una de ellas.
Muchas
veces uno conoce a mujeres con una verdadera belleza (no hablo de
sensualidad ni de exuberancia), con sentimientos hermosos acompañado
de esa dulzura, ingenuidad y pureza, con bonitas costumbres,
inteligentes, astutas pero empáticas, serviciales, desprendidas, con
deseo casi sobrehumano de dar cariño, bienestar, de entregarse más
allá de sí mismas, pero serias y comedidas; y con deseo de
compartir su vida con alguien especial; pero que a lo mejor han
probado tener pareja y nunca terminan de concretar “lo que
esperan”.
¿Cómo
eso es posible?
Algunas
de ellas llegan a formar pareja con todo el amor, la entrega y el
deseo del mundo; pero no mucho tiempo después terminan
desilusionadas del hombre que tienen al lado.
Es
una realidad lamentable, más frecuente de lo que la vida misma
quisiera. Me voy a permitir explicar dicha situación desde nuestras
energías.
Escencias
femenina y masculinas.
Cuando
se habla del ser humano (hombre o mujer), más allá de la
genitalidad y de la forma de actuar, hay que definir dos calidades
energéticas que se definen como escencias (no esencias): la femenina
y la masculina.
Como
estas escencias pertenecen a los planos sutiles (no físicos), una
mujer biológica puede tener cualquiera de las dos escencias
(masculina o fenemina) y esto no determina necesariamente su
preferencia sexual. De igual forma un hombre puede tener una escencia
femenina o una escencia masculina y eso no lo hace más afeminado ni
más varonil.
Pero
esas mujeres que definí al comienzo, sí tienen una muy marcada
escencia femenina. Estas se pueden definir como mujeres
de escencia pura.
Si
bien nombro la palabra “puro”, está claro que todo ser vivo DEBE
tener la capacidad de manejar ambas escencias, utilizando una u otra
en las situaciones y en los momentos donde se requieran. Pero al
hablar de “puro” me refiero a dominante, principal, protagónica.
Y
entonces ¿cuál es el problema con las mujeres de escencia pura?
Una
relación de pareja es principalmente una relación energética. Más
allá de aspectos físicos, mentales, de conducta, de criterios, de
formas de actuar y de metas comunes; una pareja se debe compenetrar y
complementar desde las energías de planos sutiles.
Esto
quiere decir que una mujer de escencia pura, debe buscar
compenetrarse con una escencia masculina muy fuerte. Si esto se da,
la plenitud de la relación se puede alcanzar.
Pero
cultural y socialmente está distorsionada la definición (y por lo
tanto la identificación a primera vista) de lo que es un hombre con
una escencia masculina; el cual debería ser el apropiado para las
escencias femeninas.
Hay
estereotipos humanos de “hombres” (hombres con aspectos y
conductas particulares) que inclinan la balanza por parte de las
mujeres
de escencia pura,
a la hora de incluirlos en su vida. Muchas veces estos estereotipos
no corresponden a hombres con escencia masculina. Ejemplifico.
Socialmente
o culturalmente, un “hombre” puede ser aquel: con tendencia a
dominar; que busque imponerse; que tenga muchas metas y se esfuerce
al logro; que sea exitoso; que defienda su posición; que saque
provecho de las situaciones; que luche, si es necesario de forma
agresiva; que tenga estabilidad o abundancia económica; que sea
alto; con fortaleza física; e incluso con mucho apetito y
disposición sexual.
Muchas
“mujeres” se sentirían dichosas con un hombre así; y este es el
estereotipo que muchas mujeres aprenden y prefiere inconscientemente
a la hora de seleccionar pareja.n
Pero
resulta, que algunas de las características dadas para esos “hombres
social y culturalmente deseables”, o combinaciones de ellas,
corresponden a hombres
con escencia femenina,
no masculina.
Sí,
incluso el cortejo, el gran apetito y la alta disposición sexual,
corresponde a una escencia femenina, no a la masculina.
No
digo que este tipo de hombre con escencia femenina predominante sea
inapropiado; de hecho, puede llegar a ser la mejor elección para una
mujer con escencia masculina; ya que ella se complementaría a la
perfección con un hombre así. Y realmente serían muy felices.
Pero
si una mujer de escencia pura se deja llevar por estos
“criterios humanos de hombres” que no corresponden con las
escencias sutiles que realmente son las que la complementan; cuando
el enamoramiento y la pasión se acaben se darán cuenta de que
realmente no tiene la pareja que las complementen.
¿Qué
hacer entonces?
En
el supuesto de que esto suceda, de que una mujer
de escencia pura
descubra (se dé cuenta o sienta) que su elección de pareja tal vez
no fue la más apropiada, el qué hacer no está definido.
Muchas
optan por separarse, sin que el hombre entienda totalmente las
razones del descontento de su mujer.
Otras
se enfocan en la crianza de sus hijos pequeños (si los hay), dejando
a su pareja de lado.
Pocas
intentan, con poco éxito, hablar con sus parejas y explicarles sus
razones.
Algunas
recurren a terapias psicológicas, en un problema que es
eminentemente energético.
Otras
deciden continuar, a pesar de la desilusión de haberse equivocado.
Algunas
intentan cambiar su propia forma de ser y adaptarse a su pareja; lo
que pudiera forzar un cambio de su escencia femenina pura, a una
masculina. Esto resulta siempre más perjudicial que beneficioso.
Y
muy pocos hombres (en realidad muy pocos), intentan cambiar su forma
de ser para “aprender” a gestionar sus vidas con un poco más de
verdadera escencia masculina.
Más
allá del sexo
Pero
más allá de la pareja y más allá del sexo, algunas pocas mujeres
de escencia pura encuentran escenarios donde logran ese
complemento de escencia masculina que estaban necesitando sin
saberlo.
Un
escenario así es, por ejemplo, el que se enmarca dentro de enfoque
espiritual. Pero atención, hablo del verdadero
enfoque espiritual;
no de uno esotérico, ni mágico, ni astrológico, ni de energías,
ni de ángeles, ni de seres celestiales de luz.
Un
escenario espiritual es aquel que se ciñe fuertemente a lineamientos
espirituales para aprender a vivir la vida. Generalmente son
escenarios donde se enseña y practica el cómo vivir desde reglas,
estatutos, mandamientos, lineamientos propuestos en doctrinas
espirituales como la cristiana, la hindú y la budista.
Tampoco
hablo de participación en iglesias o rituales puntuales de otras
religiones, hablo de una práctica seria y comprometida.
Es
por esta razón por la que no es extraño que en un escenario de
crecimiento espiritual abunden más mujeres que hombres; siendo
muchas de las primeras mujeres
de escencia pura.
Esto
no implica que no se consigan caballeros que quieran fortalecer y
aumentar su espíritu, independientemente de la escencia que tengan.
¡Peligro,
peligro!
Lo
que acabo de decir es potencialmente peligroso, por la mala
interpretación que se da a lo que es un verdadero crecimiento
espiritual.
Muchas
personas, por leer libros, por hacer cursos, por creer en cosas fuera
de lo común, por tener ciertas facultades o por saber una que otra
técnica particular, se creen que están en crecimiento espiritual.
Únicamente
se está en crecimiento espiritual cuando se comparte de forma activa
en un escenario de crecimiento espiritual. Y un escenario de
crecimiento espiritual debe estar constituido por tres cosas y por
una condición:
1-
Un maestro espiritual accesible (no de libros), que a su vez haya
tenido maestro(s).
2-
Una enseñanza plasmada en alguna escritura sagrada. Este debe ser el
basamento de la enseñanzadel maestro espiritual.
3-
Y un grupo de personas que estén tratando de hacer lo mismo de forma
esforzada: crecer espiritualmente.
Y
con la condición firme de que no busque aislarte de tu propia vida,
sino que te invite a continuar viviendo tus propios escenarios con
las enseñanzas que vayas adquiriendo.
Si
no se pertenece de forma activa y comprometida a un escenario como
este, es muy osado decir que se está en crecimeinto espiritual.
Es
un escenario así, la enseñanza espiritual es la que representa
la escencia masculina, con la cual se siente tan a gusto una
escencia femenina. Repito, sin implicar convivencia de pareja ni
sexo. Es un fenómeno energético sutil, no humano. Muchas veces por
esto es que no se puede ni explicar y entender lo que se siente.
Muchos
caballeros, parejas de dichas escencias
femeninas puras,
no se explican la obsesión de sus compañeras por dichos escenarios
de crecimiento espiritual; el hacer por eso, el dedicar su tiempo a
eso, el entregar su esfuerzo; todo, sin un beneficio aparente.
Queridos
amigos, lo que sienten sus parejas se llama bienestar, completitud,
“llenura”.
Si
les da celos, pues busquen cambiar ustedes; no para que sus
compañeras dejen su crecimiento espiritual, sino para que ustedes
les acompañen.
Siempre
es mejor que sus compañeras estén en un escenario de crecimiento
espiritual a que se busquen amantes por allí; una mujer
de escencia pura,
seguro que consiguiría varios.
Recomendaciones
finales
Si
eres una mujer que a pesar de no tener carencias importantes en la
vida, aún siente que le falta algo o que no termina de encontrar eso
que le llena; te invito a que te involucres en fortalecer esa
relación verdadera con Dios.
No
hablo de que te conviertas en religiosa o monja si no lo quieres.
A
lo mejor eres una de esas mujeres
de esencia pura
y no lo sabías.
Dios
te bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 291A.S. (17 octubre 2016)
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Esencia, masculina, femenina, crecimiento, espiritual, grupo,
maestro, pareja
Hola Maestro.
ResponderEliminarMaestro se quedo corto. Ja, ja, ja. Me perdí, ya le explico por qué:
Basándome en estos párrafos:
Socialmente o culturalmente, un “hombre” puede ser aquel: con tendencia a dominar; que busque imponerse; que tenga muchas metas y se esfuerce al logro; que sea exitoso; que defienda su posición; que saque provecho de las situaciones; que luche, si es necesario de forma agresiva; que tenga estabilidad o abundancia económica; que sea alto; con fortaleza física; e incluso con mucho apetito y disposición sexual.
Muchas “mujeres” se sentirían dichosas con un hombre así; y este es el estereotipo que muchas mujeres aprenden y prefiere inconscientemente a la hora de seleccionar pareja.n
Pero resulta, que algunas de las características dadas para esos “hombres social y culturalmente deseables”, o combinaciones de ellas, corresponden a hombres con escencia femenina, no masculina.
Por lo que veo yo también estoy dentro de lo que cultural y social se conoce. Ja, ja, ja.
Ahora bien, podría aclarar describiendo características de un hombre con ESCENCIA MASCULINA?
Gracias.
Namasté.