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jueves, 30 de junio de 2016

Vencer a la muerte

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Toda escritura sagrada que implica una enseñanza espiritual, tiene varios niveles de interpretación. Las interpretaciones no se contradicen sino que se profundizan desde el nivel 1 al nivel 3.

Pero lo que nunca se debe hacer es leer o interpretar las escrituras con ojos “humanos/terrenales”, aunque las metáforas hagan uso de imágenes o significados terrenales.

Si esto no se respeta, la escritura no se comprende más allá de la forma literal y por supuesto la enseñanza nunca se obtiene.

“Vencer a la muerte” es una de esas frases que si bien pueden no salir expresamente en la Santa Biblia, es muy conocida, muy repetida y encierra una enseñanza trascendental para el cristianismo.

Muchas personas cuando escuchan que “Jesucristo venció a la muerte” (con su resurrección), lo primero que piensan es en una victoria sobre la muerte física, sobre la muerte biológica. Esto lleva a muchas personas a repetir esta frase cuando se encuentran en situaciones de enfermedad, accidentes o peligros de muerte; con la intención de que Jesucristo no les deje morir físicamente.

Está de más decir que esta interpretación no es la correcta; ya que hablando de vida y asuntos terrenales, el mismo Jesús dijo: “… mi reino no es de este mundo (terrenal)” (Juan 18:36). Así que poco puede hacer Él cuando a la persona le toca su momento de morir en este plano terrenal.


Pero entonces ¿qué significa entonces “vencer a la muerte”?

La muerte en las escrituras sagradas se refiere (salvo contadas excepciones) a la vida no espiritual.

“Estar muerto” significa “no tener vivo el espíritu”; porque todo se refiere a la Vida Eterna. Recuerde que hablamos de un texto espiritual, no de fisiología. De esta forma, mientras no hayamos conquistado la Vida Eterna, pues estamos muertos. Es así de sencillo.

Entonces, “vencer a la muerte” significa pasar de ese estado de vida terrenal a uno espiritual.

¿Pero eso lo hizo Jesucristo?

No es cosa de si lo hizo o no; sino que Él nos demostró que sí se puede hacer con lo que Él enseñaba; y que nosotros debemos asumirlo para que también podamos venzamos a la muerte y llegar así al Cielo a través de Él.

¿A través de Él? Claro, haciendo lo que Él vino a enseñar.

¿O acaso creías que como Él lo había hecho ya a ti no te tocaba? El cristianismo no funciona así.

A lo mejor ya no nos van a crucificar, pero el esfuerzo lo debemos hacer; tenemos que “cargar nuestra cruz (con todo el esfuerzo humano)  y seguir a Jesús (adoptar lo que Él vino a enseñar)” (Mateo 16:24). La vida de Jesucristo debe servir de ejemplo para nosotros; y la enseñanza es que actuando como Él lo indicó y siguiendo sus principios de vida, tenemos el camino libre para llegar a Cielo; para resucitar.

Esto que acabo de explicar es un nivel 2 de la enseñanza, de los tres niveles que tienen las escrituras sagradas.

¿Quieren el nivel 3, el más místico? Uh,  les regalo un “nivel 2.75” a pesar de que a muchos les pueda no gustar.

Vencer a la muerte, implica que se está en lucha con la muerte. Una lucha que no es una sola batalla, sino que posiblemente son muchas batallas ganadas por la muerte.

La muerte sigue siendo esa vida no espiritual; una vida terrenal alejada del espíritu, de Dios, del Cielo.

La lucha de la muerte significa mantenernos eternamente alejado de ese Cielo; pero ¿cómo logra eso si nosotros no vivimos terrenalmente de forma eterna?; a las pocas decenas de años morimos, terrenalmente hablando.

Y entonces ¿cómo hace la muerte para mantenernos alejados del Cielo? Sencillo, nos hace volver a nacer terrenalmente una y otra vez.

Esta es la parte que causa resquemor a algunas personas. La lucha de la muerte se representa como los ciclos continuos de reencarnaciones a nivel terrenal. En otras religiones esto se llama la Rueda del Samsara o el ciclo de reencarnaciones.

Entonces, cuando se nos dice que siendo cristianos verdaderos podemos vencer a la muerte; se nos está diciendo que podremos dejar de reencarnar; y esto es precisamente lo que significa resucitar. Claro, como cristianos verdaderos me refiero a esos que adoptan las enseñanzas de Jesucristo en sus vidas; no de los que solo van a misa o al templo y cumplen con los sacramentos.

¿Reencarnación y Resurrección? Nunca han ido términos opuestos ni excluyentes, sino totalmente integrados. Estos enmarcan la verdadera motivación del cristianismo originario. No es la primera vez que lo escribo.

El problema es querer entender nuestra doctrina de fe (espiritual) con gríngolas puestas: no vemos; no entendemos; pero igual, cualquier cosa diferente es blasfemia.

Apuesto a que después de esta explicación, más de una persona empieza a considerar de nuevo al cristianismo en su vida. Si es así, avísame.

Podremos entonces vencer a la muerte siendo cristianos como el Cristo nos enseña; pero eso no implica que no debamos morir biológicamente algún día. Ojalá y antes que eso suceda, ya le hayas ganado alguna batallas a la muerte.


Pero ¿cuál será el nivel 1 de la enseñanza?

El nivel 1 de la enseñanza, sale muy directo de la misma frase.

Si para un cristiano su Señor y Salvador Jesucristo “venció a la verte”, pues este no debería tener miedo a morir físicamente; ya que lo sostiene la promesa de que gracias a su esfuerzo en seguir las enseñanzas, el Cielo lo espera luego de fallecer.

¿O acaso se es cristiano y no se tiene al Cielo como única meta?


No hay nada oculto… perdón, sí hay: el nivel 3, nuestras propias personalidades.


Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 182A.S. (30junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica

Palabras-claves: miedo a la muerte, vencer a la muerte, cristianos verdaderos, Jesucristo , biblia, niveles

viernes, 24 de junio de 2016

Mantenerse en oración

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Mantenerse en oración” es una frase muy conocida, escuchada como recomendación de representantes religiosos e incluso de origen en diferentes mensajes marianos (aparición de La Virgen María)

Pero generalmente es un consejo que se da para tiempos o situaciones difíciles; para que de alguna manera recibamos asistencia o bendiciones del “Cielo”.

Todo bien, hasta aquí. ¿Qué suelen hacer las personas entonces? En momentos de mucho dolor, desesperación, indignación, rabia, toman algunas oraciones y comienzan a repetirla por sí mismas o incluso invitan a cadenas de oraciones para que Dios “meta su mano” y elimine el problema.

Generalmente ¿cuál es el resultado?: ninguno; o a lo mejor frustración de algunas personas porque después de tantas oraciones, la situación no se resuelve o como está en control del “diablo” ni Dios ni La Virgen pueden hacer nada.

¿Acaso eso quiere decir que orar no sirve? No, en absoluto; orar es una de las más grandes y efectivas prácticas espirituales para conseguir esa paz que añoramos en momentos de desdicha.

¿Pero qué sucede entonces? Porque si es así de efectiva, debería funcionar siempre; no a veces sí y a veces no.

Pues si un proceso es válido, pero no dalos resultados obtenidos; pues es porque no se está ejecutando correctamente.

Pues sí; podemos estar orando de forma incorrecta.

La oración es un ejercicio espiritual que se aconseja desde una práctica religiosa. Y como un ejercicio espiritual, tiene su explicación y fundamento en el ámbito místico. Por lo tanto, me voy a permitir explicarlo desde lo místico; pero no tengo que inventar nada, solo interpretar las sagradas escrituras: nuestra santa Biblia.

Fue el caso en que Jesucristo les decía a sus discípulos precisamente cómo orar:

Mateo 6:6-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

Léelo de nuevo por favor, fijándote en las frases subrayadas. Ahora paso a contextualizar las metáforas desde la enseñanza mística que soporta la verdadera fe cristiana.

“… cuando ores, entra en tu aposento…”. Entrar en nuestro aposento significa: quedarnos solos con los que somos y tenemos; dejar cosas afuera; y lo primero que debes hacer es dejar fuera los problemas que te aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No permitas que sean los protagonistas de tu oración. Eso quiere decir que al orar, no debe haber referencia a los problemas por los cuales a lo mejor decidimos orar.

“… y cerrada la puerta…”. Es una confirmación a lo anterior: la referencia de los problemas durante tu oración intentarán entrar una y otra vez. Debes asegurarte que esto no ocurra “cerrando la puerta”. A los problemas que dejaste aparte de tu momento de oración debes cuidar que se queden afuera, sin entrar. Esta es una instrucción de que debes asegurarte que las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te interrumpan durante tu oración. No debes ni nombrarlos.

Preguntarás: pero si orando no puedo pensar en los problemas ¿en qué pienso? Pues continúo.

“… ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Todos sabemos que se ora desde el corazón, así que orar al Padre significa siente al Padre en tu corazón. Entonces quédate allí sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que sientes por Dios. Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones exteriores, en tus asuntos públicos.

No es NADA conveniente cuando se ora sentir en nuestro corazón a los problemas o al dolor o a la rabia o a la indignación a siquiera a la tristeza o al desaliento; porque místicamente se sabe que por leyes universales, nuestra realidad exterior se llenará de más problemas. Por eso siempre es la invitación espiritual de mantener el corazón limpio. Ahora y aquí no puedo explicar más; espero que se acepte.

Claro, para este paso no te debe ser extraño el sentir ese amor y entrega secreto e inexplicable hacia Dios desde tu corazón. Si aún no lo logras en tu vida, debes seguir esforzándote mucho en eso primero.

“…no uséis vanas repeticiones, … (pensando) que por su palabrería serán oídos…”. Aquí nuevamente la indicación de que no creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez, Dios se va a apiadar de ti y te los va a quitar. La queja nunca ha funcionado nunca a nivel espiritual.

“…vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Y aquí la última indicación más hermosa y que nos integra con el Creador: no necesitas ni siquiera  pedir; no pidas lo que tú crees que te conviene. Si haces el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE necesitas; y a lo mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido imaginar.

¿Te lo resumo en mis palabras modernas?

“Y tú, cuando ores, lo primero que debes hacer es dejar fuera los problemas que te aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No permitas que sean los protagonistas de tu oración.
Debes asegurarte que las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te interrumpas durante tu oración. No debes ni nombrarlos.
Entonces, quédate allí sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que sientes por Dios. Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones exteriores, en tus asuntos públicos.
No creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez, Dios se va a apiadar de ti y te los va a quitar.
No necesitas ni siquiera pedir; no pidas lo que tú crees que te conviene. Si haces el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE necesitas; y a lo mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido imaginar.”
(PedroAGR)


Estimados, esto es orar; así se ora. ¿Lo habían venido haciendo mal?

Te invito a que lo practiques, aún antes de necesitarlo, para que así ganes experiencia para los momentos difíciles.

Si nos mantenemos en oración de esta forma correcta, no habrá diablos ni problemas personales o grupales que nos quiten la paz.
                                                         
Esto es así de sencillo desde el punto de vista místico-espiritual-religioso. No comprendo porque las iglesias de hoy en día no lo explican a sus feligreses. ¿Será que ellas mismas lo olvidaron?

Dios permita que te sirva para recorrer el camino hacia Él.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 176A.S. (24junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica

Palabras-claves: orar, oración, misticismo, leyes, universales, corazón limpio, Dios

¿Estás jugando en el mismo equipo que Dios?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Si quieres que Dios esté contigo en las buenas y sobre todo en las malas, tienes que formar equipo con Él.

Pero para eso tienen que jugar con las mismas reglas.

No esperes que Él te ayude si tú vives con tus propias reglas y algunas de estas son diferentes a las que Dios indicó.

¿Acaso sabes con certeza cuales son los lineamientos o reglas de vida que Dios espera que tú adoptes? Pero debes vivir constantemente con ellas, no solo cuando estás perdiendo un partido.

Te doy pistas: Jesucristo lo dijo repetidamente; son más de diez lineamientos; son la base del cristianismo; dichos lineamientos son similares a los de otras religiones (con palabras diferentes). ¿Nunca te lo dijeron? Revisa el Evangelio según Mateo capítulos. 5, 6 y 7.

Pero recuerda que el poderoso es Dios, tú tienes que asumir SUS reglas de vida; no esperes que Él sea quien se amolde a ti.

Mucha gente está incluso jugando deportes diferentes al de Dios y después espera su conveniente ayuda milagrosa.

Si te agobian los problemas, si no te dejan dormir, si no parecen resolverse, si no consigues paz interior a pesar de ellos y si Dios parece estar ocupado en otras cosas; es evidente que debes revisar las reglas con las cuales tú estás viviendo. No hay mucho secreto en lo que digo.

Si aprendes a vivir con SUS reglas, igual vas a tener que seguir esforzándote en este juego de la vida; pero el día que ya no puedas más, entonces Dios saldrá a hacer por ti.

Algunos de ustedes podrían decir que estas enseñanzas son falsas, porque conocen a personas "viviendo con Dios" y que a pesar de eso se sienten va mal.

Y yo les preguntaría: ¿no será que esas personas han vivido engañadas con reglas que creen que son de Dios y que en realidad no lo son?

¿Estás jugando tú en el mismo equipo que Dios? No necesitas ser ni sacerdote, ni monja, ni beato, ni santo; todos, desde nuestras vidas, estamos llamados a vivir con Dios cerca.

No te quedes solo reflexionando sobre lo que digo; comienza a jugar en el mismo equipo de Dios.

Dios te bendiga.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 176A.S. (24junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica
Palabras-claves: Dios, problemas, ayuda

¿Qué te está frenando?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Hola.
Quiero hablar contigo; sí, directamente contigo. No veas a este documento como un artículo más.

Posiblemente sientes cansancio, agotamiento. A lo mejor sientes que tienes problemas con los cuales no puedes más. Seguramente sientes que la situación país te ahoga y que te tiene por el piso. O tal vez te das cuenta de que tu esfuerzo no da los frutos necesarios. O que te tratan mal sin razón. O la incertidumbre del futuro “te come las entrañas”. A lo mejor es tu familia con sus problemas, tu pareja, tus hijos…

Son muchas las razones posibles por las cuales puedes estar sintiéndote mal. Pero yo te pregunto ¿Por qué aún sigues así? Es más, ¿Por qué a veces parece que las cosas van a peor? ¿Qué te está frenando?

Si lees esto es porque me conoces y conoces a mi grupo, aunque sea a distancia. Y además sabes que vivimos para enseñar a la gente a conseguir el verdadero bienestar y estamos dedicados a esto en un ciento por ciento… Pero tú aún no te decides.

Yo te puedo recordar los pasos necesarios que deberías asumir para comenzar a VIVIR a pesar de los problemas (y lo voy a hacer); pero lo que yo pueda decirte no hará nada si tu no sueltas tu “freno de mano”.

Porque tú mism@ tienes puesto el freno. Aun sin darte cuenta te estás oponiendo a tu bienestar. Por ejemplo:

Deberías meditar. Tu mente es la que ve los problemas; la que “siente” los problemas; la que no deja de pensar en los problemas; las que le da vuelta a los problemas aunque no pueda resolverlos; la que busca culpables;  la que desgasta toda tu energía, por lo cual terminas enfermándote. Si lograras calmar a tu mente, toda tu vida estaría mejor y tuvieras mayor efectividad abordando los problemas. Pero…

-       “…es que no es para mí, me cuesta mucho”. Cuanto más te cueste significa que más lo necesitas. No lograr hacer algo nunca ha sido un argumento válido para dejar de hacerlo. ¡Solo debes comenzar ya!; la meditación tarda en dar todos sus efectos positivos, así que no puedes esperar necesitarla para comenzar a meditar.
-       “… es que no tengo tiempo”. Ese es parte del problema, tu mism@ te niegas el tiempo para algo que te dará bienestar. Debes aprender a negociar con tu vida, debes organizar y darle prioridades a lo que haces, debes dejar de hacer algunas cosas que no te dan beneficios reales. Incluso antes de dormir lo puedes hacer.
-       “…es que me quedo dormid@ cuando medito”. Es porque debes practicarlo más y más.
-       “…es que me duele la espalda y/o las piernas en el piso”. Cambias de posición, hay decenas de forma de meditar.
-       “… es que ya lo hago por mi cuenta”. Si meditaras de verdad, sin lugar a dudas preferirías meditar en grupo. La energía que se genera y la cual se aprovecha con solo estar presente, no tiene comparación a cuando se medita solo.

Deberías buscar a Dios. Encontrar a Dios significa entender cómo actúa; comprender por qué suceden las cosas; descubrir cómo aceptar su voluntad si dejar de querer estar mejor; someterse a sus enseñanzas y lineamientos sabiendo lo importante de eso en tu vida; discernir lo que es realmente importante en tu realidad y trabajar por ello; y hacer de Dios el único y verdadero motivo de tu felicidad.

-       “… es que no creo en las religiones”. No te cierres tú mism@ la puerta en la cara antes de entrar. Buscar a Dios se puede comenzar a hacer desde cualquier o desde ninguna religión. No es lógico que una mala experiencia o noticias o diferencias con algunos “representantes religiosos” te hagan abandonar tu relación con Dios desde una práctica espiritual.
Hablo de buscar a Dios para afinar tu relación con Él, no de afinar tu relación con las instituciones religiosas. Esto segundo a lo mejor viene como consecuencia.
-       “… mi relación con Dios ya es perfecta”. ¿A quién engañas? ¿A mí? ¿Acaso tú crees que alguien con una relación con Dios “medianamente buena” sufriría tanto ante las situaciones de este mundo? ¿Tú crees que alguien que siente a Dios dentro de su corazón, viera tanta injusticia en el mundo y tanto “enemigo” y “diablo” suelto haciendo de las suyas?
-       “… es que yo no sufro por las cosas”. Ok, si no sufres, pues estamos hablando y perdiendo el tiempo; pero recuerda esto que me acabas de decir cuando te sientas mal.
-       “… es que no tengo tiempo”. Gastas muchas horas de tu día preocupándote de los problemas y no tienes tiempo para ocuparte de Dios. Ok, otra mala excusa.
-       “… es que yo no creo en los grupos de crecimiento espiritual”. Pues estás en tu derecho. Busca a Dios por ti mism@, únete a una iglesia. Deberías cada vez sufrir menos por las cosas que pasan a tu alrededor mientras vayas encontrando a Dios; esta será la forma de comprobar que lo estás haciendo bien.
La indignación que sientas por lo que hacen los demás, la rabia, el desconsuelo, la sensación de que no hay justicia en este mundo, la tristeza; son medidas claras de tu lejanía de Dios, ya que no lo estás viendo en las situaciones.
Cuando te canses y quieras buscar a Dios de verdad, busca un grupo de crecimiento espiritual de verdad; a lo mejor seguiremos por aquí, o a lo mejor no.
-       “…es que tengo cosas complicadas en mi vida y no las puedo abandonar”. Nunca debes abandonar tus compromisos importantes o cosas complicadas de vida para buscar a Dios. Es precisamente en esas situaciones complicadas de vida donde debes buscar y encontrar a Dios; ese es el trabajo y eso es lo que Dios mismo espera. Claro que deberás hacer un esfuerzo adicional, pero el resultado de vivir con Dios vale un millón de veces la pena.

Deberías dejar que tu espíritu asuma gran parte de tu vida. Cuando es tu espíritu (y no mente) la que protagoniza tu vida, lo que vives, lo que ves, lo que siente, cambia hacia un estado menos agresivo, menos reactivo, menos doloroso. Mientras más espíritu tengas manifiesto (protagonizando), cada vez son menos las cosas que de verdad te pueden hacer sufrir. Es la única forma de poder vivir en paz mientras pasa la tormenta, por más dura que esta sea.

-       “… ya lo he hecho, mi espíritu está manifiesto”. ¿Y sigues así? Tu espíritu, por definición, no sufre. Tu grado de malestar, indignación o sufrimiento ante las situaciones es inversamente proporcional a la cantidad de espíritu que tienes manifiesto; cuanto más te haga sufrir lo que pasa en tu exterior, menos espíritu manifiesto tienes. No te engañes, no evadas tu realidad.
-       “… es que no sé cómo se hace”. Pues involúcrate que yo te enseño
-       “… es que son muchos problemas”. Pues por eso es que sientes muchos problemas, porque todo lo tiene tu mente y tu espíritu aún duerme.
-       “… es que los culpables son otros”. Ese es el argumento principal de una persona viviendo desde su mente, con muy poco espíritu manifiesto en su vida.


“… pero es que puede ser doloroso todo el proceso.”

-       El parto de una criatura hermosa también “duele”; ¿acaso una madre se queja de ese “dolor”? No lo veas como un “dolor”, debes verlo con un esfuerzo que debes hacer para salir de esa “zona de confort” donde estás “sufriendo de forma cómoda”. Cueste lo que te cuestes, ese esfuerzo te llevará a un estado mucho mejor; allí dejarás de verlo como un “proceso doloroso”.

“… pero es que no tengo dinero.”

-       Estamos plagados de actividades gratuitas, podrías estar las 24 horas del día sanando y conquistando tu bienestar sin pagarnos un centavo.

“… pero es que los horarios no me cuadran con mis actividades diarias.”

-       Tenemos escenarios de bienestar las 24 horas del día, tanto presenciales, como en línea, como a distancia. Para todas las personas del mundo.

“… pero es que me da pena que me vean en esas cosas.”

-       Tenemos actividades donde puedes estar sin que te conozcan, hasta con pseudónimos.

“… pero es que mi familia se molesta.”

-       Sin afectar a tu familia, parte de tu tiempo personal (que deberías tener o deberías negociar) lo puedes dedicar a tu bienestar. Para eso es tu tiempo personal, no para flojear ni hablar mal de la situación.

“… pero es que es muy difícil todo lo que hablan y hacen.”

-       Nadie te va a comenzar a evaluar. La mayoría de las cosas las haces a tu paso y por tu cuenta; pero sin descuidar el esfuerzo necesario que debes dedicarle. Ese esfuerzo si será indispensable

“… pero ¿es que tendré que esforzarme mucho?”

-       ¿Qué esperas? ¿A un genio de la botella que te regale algo bueno pero para lo cual no has invertido tu esfuerzo? Amig@, el Universo no funciona así.

“… pero es que siento que puedo fallar y no dar la talla.”

-       Tenemos grupos iniciales en todo; porque nacimos para esas personas que no tiene mucha experiencia en la búsqueda de su bienestar.

“… pero es que mucho de lo que dicen es diferente a lo que yo he aprendido.”

-       Pero al parecer lo que has aprendido y lo que has hecho no te ha servido mucho; por eso aún sientes malestar y aún sigues luchando contra tus situaciones. Pues entonces, lo normal es que tengas que cambiar cosas que hayas aprendido o hayas hecho; no hay otra forma.

“… pero es que yo solo creo en mi propio esfuerzo personal.”

-       ¿Y aún tu realidad está así de mal?

“… pero es que no tengo suerte en esta vida.”

-       Es urgente que aprendas que todo lo que te sucede tiene una cuota importante de tu responsabilidad. Hasta que no lo entiendas esto, estarás incapacitad@ para ser medianamente feliz.

Argumentos como los anteriores son del día a día de muchas personas que siguen, día a día, gastando y perdiendo su vida de forma irremediable. Al final no habrán conquistado nada y dejarán un gran vacío en sus seres queridos. ¿Algunas de estas excusas se han reflejado en ti?

Algunos escenarios y sus modalidades disponibles donde te podrías involucrar son:

-       Meditaciones: guiadas: mántricas, presenciales, pagas, nivel básico y avanzado.
-       Crecimiento Espiritual: gratis, pagos, en línea, presencial, a distancia, inicial y avanzado.
-       Formación energética: pagos, en línea, presenciales, inicial y avanzado.
-       Terapias de bienestar: gratis, pagas, presenciales, a distancia, energéticas e integrales.
-       Lecturas/información/reflexiones/enseñanzas: lecturas, videos, audios, gratis, en línea, inicial y avanzado.
-       Redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram, Web, Youtube.
-       Foros de discusión: gratis, en línea, inicial y avanzado.
-       Charlas/encuentros/retiros: gratis, pagos, presencial, inicial, avanzado.


Y cada uno de estos escenarios tiene otras muchas y diferentes actividades implícitas.

Pero sea el escenario que sea: gratis o pago, de nivel inicial o avanzado, presencial o a distancia; todos tienen algo común e indispensable que debes dar: tu compromiso y esfuerzo personal sostenido y serio.

Si no eres capaz de planteártelo como un compromiso y en función de eso honrarlo con tu esfuerzo real; no habrá ningún provecho; más allá de desilusionarte por sentir que no te está sirviendo de nada.

 Y si aún con estos ofrecimientos no te involucras con tu compromiso y esfuerzo personal (no es solo inscribirse y no hacer más nada), dentro de mi papel de terapeuta te invito a que evalúes que “ganancia secundaria” te está trayendo el estado de malestar que tienes ahora.

Aunque no lo sepas, hay personas a las cuales su estado de sufrimiento y malestar “les sirve”. Espero que este no sea tu caso, sería realmente una situación nada fácil.

Dios permita que lo que hayas leído te sirva para que te decidas a comenzar a caminar hacia un verdadero bienestar.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 175A.S. (23junio2016)
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Palabras-claves: Sanar, escenarios, bienestar, ganancia secundaria

viernes, 10 de junio de 2016

Vivir “suavecito”

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Claro que no es fácil crecer espiritualmente. El mismo Jesucristo enseñó que para seguirlo a Él, debemos llevar nuestra cruz a cuestas.

En esa cita bíblica (Mateo 16:24) y en muchas otras; Jesucristo mismo acotó que la vida terrenal de los que querían seguirle sería difícil. Además de llevar el peso de sus propias vidas sin pretender dejarlo de lado (llevar nuestra cruz a cuestas), sus discípulos serían acusados, desacreditados, relegados, vilipendiados, azotados, rechazados, incomprendidos, etc.; todo esto, por supuesto, metafóricamente hablando y extensible a diferentes contextos y escenarios de vida.

Mateo 16:24 (RVR1960)

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”

Jesús prometió la Vida Eterna perfecta (al lado del Padre y en Él mismo); no dijo nada de una vida humana sin problemas. Por eso es triste cuando, a pesar de que Jesús mismo lo acotó infinidad de veces, las personas que hoy en día se dicen” cristianos” quieren vivir "suavecito". Muchas veces esa idea es la que les venden; y por supuesto  eso es lo que compran porque les conviene para su salud mental.

Pero el tema es que Jesús no buscaba ni nuestra salud mental ni nuestro bienestar terrenal, sino la paz espiritual.

Más de una vez Jesús dijo que su “reino no era de este mundo” (Juan 18:36), y debemos tener el valor de entenderlo correctamente.

Juan 18:36 (RVR1960)

“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”

Debemos entender primero que un rey rige, controla, hace y tiene injerencia en lo que sucede en su reino. El bienestar del reino depende en gran medida de su rey.

Entonces, si el mismo Jesús acotó que su reino no es de este mundo ¿cómo pretendemos que nos dé bienestar terrenal?; lo lógico es que veamos a Jesús y a sus enseñanzas como los promotores de nuestro bienestar espiritual, no de nuestras satisfacciones terrenales. Así dejaremos de comprar convenientemente la idea de que siendo cristianos vamos a estar libres de "polvo y paja", y de que se van a solucionar todos nuestros problemas terrenales.


¿Acaso esto es tan difícil de entender? Por supuesto que cuando doy esta enseñanza, las personas más reactivas, aquellas que se viven principalmente en su parte mental/terrenal, saltan y comienzan a quejarse y a refutar o rechazar el argumento. En esos casos, como maestro yo no puedo hacer absolutamente nada.

Toda esta enseñanza explica sin ambigüedades el hecho de que existan personas, que si bien llevan realmente a Jesús en sus corazones y se comportan como Él lo indicó (es decir que son “verdaderos cristianos”), puedan tener momentos o vidas difíciles; nada envidiables por aquellos que prefieren un bienestar terrenal a la esperanza del Cielo Eterno.

No se mal interprete aquí a las situaciones difíciles como entradas VIP al Cielo. No es cuestión de que las situaciones difíciles nos purifican, sino que es cuestión de asumirlas dentro de la enseñanza. Una persona viviendo dificultades, muy bien puede ensuciarse en vez de purificarse; y si eso pasa puede perder las oportunidades de fortalecer su espíritu. Se podría decir que “sufrió por sufrir”.

Nada de esto implica que Dios nos ame menos de lo que asumíamos; simplemente es la forma en la cual deben ocurrir las cosas; para que nuestra terrenalidad no oculte a nuestro espíritu.


Pero entonces ¿cómo se reconoce a un verdadero cristiano ante las situaciones difíciles?

Digo cristiano por mi propio contexto, pero aplica a cualquier religión.

Una persona verdaderamente espiritual puede sentir dolor en sus momentos difíciles, pero sin mucho esfuerzo logra aflorar desde su interior la paz que solo su espíritu despierto puede dar.

Con esta paz espiritual puede entonces seguir viviendo con el corazón limpio, sin apartar los ojos del Cielo, a pesar de que le puede estar costando mucho vivir su vida terrenal.

Y por supuesto, esta misma paz del espíritu es la que va a evitar que la persona asuma su dificultad  de forma tal que la empeore, y puedan crear más situaciones complejas. Al final de cuentas ser verdaderamente espirituales sí ayuda a vivir mejor, pero no como una meta primaria, sino como una consecuencia posible. La meta seguirá siendo el Cielo.

Dios permita que cada día esto lo vayan entendiendo más personas.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 162A.S. (10junio2016)
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Palabras-claves: situaciones difíciles, cargar, cruz, cuesta, Jesús, cristianismo. cristianismo, problemas, cielo