Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Este tema
quizá sea uno de los más llamativos, controversiales y rechazados para algunas
personas. Es además uno de los que toca hablar cuando se reúne un grupo de
personas para conversar sobre cosas “espirituales”.
Así que voy
a decir lo que siempre digo de primero: las cosas de fantasmas, fenómenos
paranormales, contactos con el más allá y esas cosas, no son espirituales;
pertenecen al mundo astral. Así que si hay que llamarlas de alguna forma,
habría que decir que son “astrales”, no “espirituales”.
El Plano Espiritual
es un plano superior al astral; por lo tanto toda la fenomenología desaparece.
El Plano Espiritual se define como aquél donde “de comunión total con Dios”. Y
en esto del “más allá” hay cosas que pueden estar muy alejadas de una vida
realmente espiritual; muy alejadas de una “presencia operativa” de Dios en
nuestras vidas.
El no
comprender medianamente lo que significa Dios y nosotros como su creación,
desafortunadamente conlleva a llamar “espiritual” a cualquier cosa, experiencia
o pensamiento, que no tenga explicación clara en nuestra parte terrenal. Y peor
aún, hace creer a persona que vive dichas experiencias o que las practican, que
con eso son seres mas “espirituales” o “cercanos a Dios” que los demás.
Con esta
simple aclaratoria inicial, se comienza a entender porqué muchas religiones
desechan y hasta critican este mundo “astral” mágico. Su razón tiene, en parte.
¿Qué es “astralizar”?
Cuando se
viven experiencias o se obtiene información del “más allá” es porque se da un
proceso conocido como “astralización”.
Cuando “astralizamos”,
nuestra “Consciencia Astral” toma protagonismo; porque nuestras otras dos
consciencia se “apagan” (la Consciencia
Mental y la Consciencia
Espiritual).
Con la Consciencia Mental
vivimos generalmente nuestras experiencias terrenales; con nuestra Consciencia
Espiritual vivimos experiencias espirituales (espirituales de verdad) y con
nuestra Consciencia Astral, vivimos todo lo que pasa en el plano astral.
Es por esto
que al dormir es cuando se suelen recibir más “mensajes del astral” (del “más
allá”); porque nuestra Consciencia Mental está minimizada. Y de forma similar,
mientras más Consciencia Espiritual tengamos, menos mensajes fantásticos,
impactantes y apremiantes; se suelen recibir del astral.
Pero cuidado:
una muy poca cantidad de “sueños” que son experiencias astrales reales. La
mayoría son expresiones de nuestra mente subconsciente que aprovecha esos
momentos de letargo para desinhibirse y depurar algunas cosas que llevamos
dentro.
De igual
forma en estado de vigilia. Cuando sentimos que recibimos información del más
allá, lo primero que hay que hacer es dudarlo. Esta información puede ser una
creación subconsciente de nuestra mente; o puede ser una situación del plano
astral con la cual nada tenemos que hacer aquí abajo; o puede incluso ser una
información dada por un Ser nada benéfico que puede estar “haciéndose pasar por
uno de Luz”. La aclaraciones pertinente a esto no corresponde a este escrito.
Tipos de astralización
Pero a la
hora de recibir información del “más allá”, hay que distinguir las tres formas
en las que sucede.
Habiendo
descartado que las sensaciones no sean de nuestra mente, la astralización se
puede dar por:
- Abertura de
un “portal” de comunicación entre el plano astral y el plano terrenal, a través del cual se “cuela” información. Este
velo se puede correr de forma temporal y circunstancial; y si al correrse,
alguna persona con algún grado de percepción extrasensorial está en el
momento y en el lugar apropiado, esta puede “percibir” alguna información.
Esta situación describe la mayoría de los casos, porque resulta ser muy
frecuente y todas las personas tienen capacidades extrasensoriales en
menor o mayor grado, que se pueden ver activadas también de forma
circunstancial.
- Envío de información
de forma intencionanda desde el plano astral. Hay seres en plano astral que más por
desesperación y soledad que por otra cosa, buscan la manera de comunicarse
hacia el plano terrenal. Esto resulta chocante reconocerlo, pero ¿qué ser
ya trascendido y separado del plano terrenal, en un estado de
tranquilidad, va a querer comunicarse con un plano terrenal problemático?
Algunos argumentan que estos seres pueden tener alguna misión de avisar
ciertos asuntos; pero dentro del plano astral más alto (casi plano
espiritual) una de las cosas que se reconocen es la voluntad y el poder de
Dios: “si algo tiene que pasar, pasará”.
Además, si seres en astral quieren dar un mensaje a alguien o a un grupo
de personas, es muchísimo más fácil para ellos darlo a través de una
persona viva, incluso sin que ella misma se de cuenta; y que además le
esté cercana al receptor.
Y por supuesto no olvidemos la bendición de la “intuición”. Este es un
fenómeno que parece “muy nuestro”, pero que en realidad es la forma
preferida por nuestros guías de hacernos llegar mensajes sin que metamos a
nuestro razonamiento (nuestra Consciencia Mental)
- Y el tercer método, mucho menos
frecuente, es lo que yo llamo el proceso real de astralización. En
este tipo, la persona tiene la capacidad, de forma voluntaria e
intencionada, de suprimir sus consciencias mental y espiritual y de
quedarse solo en consciencia astral. Desde allí puede traer información al
plano mental y trabajar con ella.
Esta “subida” al plano astral, por parte de la persona, no es
necesariamente lo mejor. El Plano Astral es un degradé de energías: desde
las más densas (astral bajo) pegado a la frontera con el Plano Terrenal;
hasta el astral alto (pegado al Cielo – Plano Espiritual), este con las
energías más sutiles posibles.
Entonces, cuando una persona “astraliza” de verdad, ella podrá “subir al
astral”; pero una vez allí no podrá salir de la franja del astral que le
corresponda, cuyo limite inferior puede estar en un astral bajo. No es
raro que muchos “videntes” perciban mensajes de dolor, de lucha, de
catástrofes, de peleas, de muertes, etc. etc. etc.; lo que indican que
solo llegaron a un astral muy bajo.
Adicionalmente, es en esa frontera del astral inferior donde se encuentran
los “futuros posibles modificables” (refiéranse a otros artículos míos).
Eso quiere decir que desde ese astral bajo, se puede “recibir” información
sobre eventos futuros posibles, que a pesar de ser “reales” pueden no
correspondan a la tendencia que llevamos; o que el mismo se puede
modificar. ¿Para qué sirve entonces? Para nada.
Hay muy
pocos astralizadores verdaderos en el mundo, así como hay muy pocos “muertos”
con capacidad de “terranalizar” (comunicarse con los vivos). El proceso normal
es que cuando pasemos de planos (hacia arriba o hacia abajo) el velo se corra y
quedemos incomunicados. El aislamiento es indispensable para poder vivir experiencias
que nos hagan crecer en ambos planos.
De hecho, la
capacidad de astralización se llega a considerar como una tara o aberración; ya
que se asocia con una mal integración entre el plano terrenal y el astral. Y
pesar que mucha gente desea aprender astralizar, yo les aseguro que si lo
llegaran a hacer de verdad, darían lo que fuera por salir de eso.
¿Es lo que vemos real?
Nunca es
lo que vemos; solo hacemos aproximaciones.
Otras de las
cosas que hay que desmitificar son las imágenes que parecen recibirse del plano
astral.
En ese plano
de consciencia no hay materia; por lo tanto no hay formas, ni hay colores, ni
hay luz visible, ni hay sonidos... no hay nada que podamos percibir con
nuestros cinco sentidos. Por eso se le dice “extra-sensorial”.
Por eso es
incorrecto decir que “vi algo” o “escuche algo” o “me dijeron algo”. Lo correcto
es decir que “percibí algo”.
Luego del
proceso, al traer esa información a nuestro Plano Mental; es nuestra mente la
que debe darle una traducción que sea “entendible”: una forma, un color, unas
palabras, uno sonidos, etc.
Y aquí
comienza el problema grave para darle validez a estos fenómenos. Para darle
forma a las percepciones astrales (o extrasensoriales), la mente de cada
persona que las percibe utiliza “lo que tiene” para interpretarlas; y lo que
tiene comprende: condicionamientos subconscientes, miedos, prejuicios,
aprendizajes, experiencias de vida en general, y un largo etcétera.
Y como “cada
cabeza es un mundo” porque nadie tiene el mismo bagaje de experiencias que otra
persona; cada persona puede interpretar un mismo fenómeno extrasensorial de forma
diferente.
¿Que hace la
ciencia con un fenómeno que no sea replicable y que evidentemente sea
subjetivo? Pues, desecharlo.
Por ejemplo;
se abre un portal y se cuela información de un ser astral con un “dolor” por
apego a sus seres queridos. Diferentes personas podrán: escuchar unas cadenas arrastrando
(porque así lo aprendieron de las películas); ver una sombra oscura (porque el
dolor para ella representa eso), otra escuchará un llanto (por la referencia
directa al dolor); otra un leve quejido (dirá: “por Dios, es un muerto no puede
llorar muy duro”); otra sentirá solo una presión en el pecho (su propia
referencia de dolor); y otra asustadiza creerá que es la muerta que la viene a
buscar a ella.
¿Entonces
qué es? ¿Unas cadenas, o una sombra, o un llanto desgarrador, o un leve
gemido, o una presión en el pecho, o la
misma muerte?
Cualquiera
diría que esa gente se está inventando todo. De alguna forma sí, se inventan la
interpretación; pero no necesariamente el hecho astral.
Aunque no lo
aceptemos, las experiencias astrales son más comunes en nuestra cotidianidad de
lo que creemos; pero por ser experiencias astrales personales y sin incidencia
directa en nuestra realidad terrenal, pasan desapercibidas.
¿Por qué los niños?
Siempre se
ha sabido que los niños tienen cierta sensibilidad especial para estas cosas; y
la razón es simple. En ellos, su Consciencia Mental no está tan enraizado a su
experiencia terrenal, por su misma corta edad; esto permite que su Consciencia
Astral sea más activa que la de la mayoría
de los adultos.
Este estado
de Consciencia Mental no dominante, es lo que se conoce como “la inocencia de
los niños”.
Pero no solo
en los niños, sino que en las personas a punto de morir; en quienes también
aumentan esas “visiones” de seres queridos, de realidades que no existen, “ilusiones”,
etc.
El proceso
de morir es precisamente un paso del plano terrenal al plano astral; y este
proceso suele ser gradual (es lo deseable). Por esto, la Consciencia Mental
comienza a apagarse y la Astral
comienza a ganar protagonismo; y todo esto, como aún se está en vida, produce
fenómenos de visiones extrasensoriales.
Y es la oscuridad se ve más...
Cuando los
cinco sentidos se deprimen, la extrasensorialidad aumenta; es el proceso normal.
Nuestro ser debe mantenerse alerta monitoreando la realidad a su alrededor y lo
hace de todas las formas que le sean posibles.
Es por eso
que en las noches, con un menor estímulo visual por la falta de luz; con un
menor estimulo auditivo, por el silencio; se exalta la extrasensorialidad y “percibimos más”.
No es que en
las noches sucedan más cosas extrasensoriales, sino que nosotros estamos más
sensitivos.
Por el
contrario, cuando alguno de nuestros sentidos físicos se satura de estímulos, difícilmente
podremos utilizar los otros. En un mercado persa, con todo el ruido alrededor,
es difícil observar detalles visuales, por ejemplo; o en una fiesta alegre, es
raro que “se aparezca un fantasma”.
El plano
astral sí existe; pero definitivamente no es lo que muchas personas creen.
Vivimos constantemente experiencias astrales reales, pero difícilmente
comprobables e innecesarias de atarnos a ellas. Los fantasmas no nos pueden
hacer daño; más allá de asustarnos o de ponernos nerviosos.
Muchas veces
compartimos espacio con seres en astral; pero eso no indica que se quieran
comunicar con nosotros. Al igual que no nos damos cuenta de toda la astralidad
que a veces tenemos a nuestro alrededor, ellos tampoco se dan cuenta de la
terrenalidad que les rodea. Tan espeluznantes pueden llegar a ser los fantasmas
para nosotros, como lo somos nosotros para los fantasmas.
Pero hay un
peligro real con el “más allá”; y es que la fenomenología que presenta ese
plano nos cautive y se convierta en el centro de nuestras vidas, obsesionándonos
por ella. En ese momento podemos olvidar que hay algo más importante que
debemos trabajar: esto es nuestro espíritu.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
08 de diciembre del 2014
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Palabras-claves:
plano, astral, mental, terrenal, fantasmas, muertos, más allá, extrasensorial,
fenómenos, extrasensoriales