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miércoles, 26 de abril de 2017

Tantra 5 - La magia mayor

Autor: ShaniShaktiAnanda

El Dios Creador, el Uno, tuvo que dividirse en dos para poder crear este universo dual como lo conocemos: de masculino y femenino, de frio y caliente, de conveniente e inconveniente, de luz y sombra, de construcción y destrucción, de calma y fuerza.

Cuando hablamos de Tantra como proceso energético-espiritual, estamos hablando de la unión de esa misma dualidad para poder volver a ser Uno.

Y en una de las manifestaciones del Tantra conocidos en como Tantra Rojo, la relación sexual entre una escencia masculina muy pura y una escencia femenina muy fuerte representa el acto de magia más importante de todo el universo creado.

Un acto de magia que en su versión más simple permite que un alma reencarne y venga a formar a un ser humano. Me refiero a la concepción.

Si, digo que el proceso de concepción es un proceso sencillo, que no requiere de mucha pureza ni de mucha fuerza para llevarse a cabo. Cuando hablo de magia real, es difícil imaginar lo que se puede conseguir en ese momento.

Recordemos filosofías espirituales antiguas, como se mantienen dentro del hinduismo. Recordemos el simbolismo de Maa Kali y Lord Shiva cuando la primera luchaba contra Mahishaasura.

Maa Kali se servía de toda su escencia femenina para conseguir lo que deseaba; y dentro de su pasión realmente destructiva, Lord Shiva tuvo que apelar a su escencia masculina pura para aplacar esa energía de creación de Maa Kali hacia el equilibrio del universo.

Este proceso es totalmente místico; ya que se entiende y se mueve por todas las Leyes Universales. Detallaré solo la Ley de Atracción.

La Ley de Atracción se operacionaliza gracias a la energía del Swadhistana (energía femenina), que va aumentando en la escencia femenina dentro de una relación sexual, mientras vaya acumulando excitación gracias a la acción de la escencia masculina. Mientra más excitación produzca la escencia masculina en la femenina, pues más poderosa llegará a ser la escencia femenina con respecto a creción.

En cumbres máximas de excitación (de energía de creación), la escencia femenina se convierte en una manifestadora perfecta (literalmente en una Diosa), y todo lo que desee comenzará a ser parte de la realidad.

Pero esta fuerza creadora máxima manejada por una escencia femenina perfecta puede llegar a desbordarse; y en una vorágine de sentimientos no controlados, comenzar a crear aspectos de la realidad que sean excluyentes entre sí (que no puedan existir a la vez). Esto obligaría a que el mismo universo se derrumbe para reconstruirse; produciendo desastres en aspectos de la realidad donde no se quería impactar.

Pero junto antes de que eso pueda comenzar a pasar, en e mismo acto sexual, la escencia masculina debe utilizar toda su energía espiritual para aplacar (enfriar, calmar, sosegar, complacer, volver a tierra) a la escencia femenina a punto de desbocarse. Recordemos que debe ser una escencia masculina pura; la masculinidad no puede ser entendida por “la hombría” humana

En este punto final de la relación sexual, es donde ambas escencias experimentan el orgasmo que no se queda en la sensación máxima de placer físico.

Para que esta excitación (de la calidad necesaria) se produzca en la escencia femenina, esta misma debe sentir una atracción “incomprensible e indescriptible” hacia la escencia masculina involucrada. No es cualquier atracción física, ni sexual, ni gustos, ni preferencias. La escencia femenina debe sentir una sensación de entrega y sumisión total ante ESA escencia masculina. Esta entrega y sumisión debe estar construida por los dones espirituales desarrollados en el escenario correcto, en particular: desapego, servicio y agradecimiento.

Y en lo que respecta a la escencia masculina perfecta, esta misma calidad de perfección lo lleva a ser extremadamente cuidadoso y cauteloso en su desempeño sexual y en las relaciones que aborda. De hecho, una medianamente buena escencia masculina no es la que se está procurando sexo apenas aparezca la oportunidad, ni la que le es difícil controlar sus instintos a pesar de que las ganas y las posibilidades sean muchas. Él mismo sabe lo peligroso que puede llegar a ser si se excita a una “escencia femenina no pura” hasta el punto de manifestación máxima por Ley de Atracción. Peligroso para todos.

Una “escencia femenina no pura” es aquella cuya energía del Swadhistana depende o está “comprometida” de cosas no puras. Y la dependencia del Swadhistana se refiere tanto al malestar como al bienestar. Si algo “no puro” te da bienestar o malestar, tu energía de Swadhistana, relacionada con tu escencia femenina, “no es pura”.

La pureza de las escencias tienen mucho que ver con la capacidad de someterse a lineamientos espirituales, más a manifestaciones humanas. Las escencias se refieren más al aspecto espiritual que humano/mental/emocional.

Si este proceso tántrico sexual se lleva a cabo de forma correcta, se está emulando el mismo proceso de creación del universo; donde se pueden producir o alterar la realidad a menor escala de lo que Dios logró cuando creo el Universo.

Esto es realmente magia; no me refiero a conjuros, no me refiero a deseos cumplidos personales; me refiero a alteración de la realidad hacia realidades nuevas y diferentes según la propia voluntad, inclusive pasando sobre voluntades humanas (no divinas).


Precauciones.

Pero esto que explico aquí no es una invitación a mantener relaciones sexuales ilusorias; ni es una invitación a creerse todopoderosos por tener orgasmos; y muchos menos es un conocimiento suficiente para decir que ya se sabe lo que es Tantra Rojo.

La práctica de Tantra, la cual va muchísimo más allá de una relación sexual, es un proceso que requiere no solo de conocimiento real (no este que acabo de dar como una presentación), sino que necesita de una preparación apropiada en toda nuestra integralidad del ser.

Si le llega a practicar el sexo con una energía inapropiada, puede llegar a destruir nuestra realidad y la circundante. ¿O es que acaso muchos no podrían decir que una relación sexual inapropiada en el pasado no les destruyó la vida? Esto sería solo una muy pequeña muestra.

Más allá del conocimiento necesario y de la preparación indispensable, el punto de mayor cuidado es la pureza de las escencias implicadas.

No hablo de “buenas” escencias femenina y masculinas, hablo de escencias PERFECTAS para poder llegar a la categoría de magia a la que me refiero; sobre todo de la escencia masculina, que es la que debe poner el freno a la fuerza de la escencia femenina pura.

Si la escencia masculina no es la apropiada, los estragos producidos por la naturaleza de la fuerza de la escencia femenina pueden ser inimaginables; no solo en el plano físico humano, sino en planos sutiles (energéticos, astrales, kármicos y espirituales).

Pero NUNCA se puede evaluar una escencia masculina o femenina apropiada mediante parámetros humanos: no es necesariamente un buen hombre o una buena mujer, no es necesariamente un buen trabajador o proveedor o ama de casa, no es necesariamente un hombre o mujer creyente, no es necesariamente alguien de buenos sentimientos, no es necesariamente alguien muy fuerte o recto. Es un conjunto de todo lo anterior, más aspectos espirituales particulares (no religiosos) que se deben preparar antes de poder siquiera asumir un comienzo de trabajo tántrico.

No explico más aquí, porque este documento no es para todo el mundo. Solo entenderán correctamente los que tengan el mínimo contexto necesario.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
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Palabras-claves: tantra

lunes, 24 de abril de 2017

El fuego de la corrupción

Autor: ShaniShaktiAnanda

La corrupción puede corroer y destruir a una sociedad; al igual que el fuego puede destruir y consumir a un bosque.

Es muy sabio ver todo como procesos, lo cuales se repiten y se pueden extrapolar en diferentes planos de existencia. Así que antes de hablar del fenómeno de la corrupción, hablemos del fuego.

El fuego, como proceso químico de combustión, necesita de elementos que lo disparen y que lo mantengan. Si estos no están presentes, el fuego no se produce o desaparece. Pues la corrupción también.

Cuando se habla del fuego como proceso, se identifican a tres o cuatro elementos relacionados a este:

  1. El combustible (por ejemplo la gasolina): que es el elemento principal de la combustión, “lo que se quema”.
  2. El comburente: generalmente el oxígeno, que “permite que el combustible se queme”.
  3. La energía de activación: lo que inicia el proceso de combustión, por ejemplo una chispa (fuego o electricidad), o una fuente intensa de calor inicial.
  4. Y como cuarto elemento muchas veces se señala una “reacción en cadena”, con la cual el calor generado se realimenta al combustible y permite que este siga quemándose.

Esto forma lo que se conoce como el Triángulo del Fuego (o Tetraedro si se incluye el cuarto elemento).

De forma particular, no voy a incluir en esta explicación al cuarto elemento (a la reacción en cadena) porque lo considero una consecuencia del proceso, no un elemento adicional.

Si se analiza ligeramente el proceso de combustión, se puede ver que:

  • Si algunos de los elementos se elimina, el fuego se extingue o no se produce.
  • Si se acaba el combustible, ya no hay nada que pueda quemarse y el fuego se extingue.
  • Si se acaba el comburente, ya no hay nada que reaccione con el combustible y el fuego se apaga.

Si no hubiera energía de activación (por ejemplo una chispa) por mucho combustible o comburente que hubiese, el fuego no se iniciaría.


Evitar un fuego

Pero cuando se desea evitar o apagar un fuego ¿cuál de los tres elementos es más fácil o lógico de eliminar o controlar?

Pudiera considerarse evitar la energía de activación que inicia el fuego, pero esta tiene una característica de impredecible, que es difícil de asegurar. Una chispa o punto de calor intenso puede venir de donde sea.

Eliminar el comburente (oxígeno) es lo que se hace en algunos sistemas contra incendios; pero si hablamos de un bosque que se está incendiando ¿cómo quitamos el oxígeno a toda el área?

Como tercera opción (a lo mejor no la última) parece más sensato y efectivo eliminar o limitar el combustible (lo que se quema). De esta forma el fuego terminará apagándose de forma natural y no se volverá a encender por mucho calor o comburente que haya.


Fuego y corrupción.

El proceso de combustión que acabo de describir es sencillo; espero que no haya creado confusión.

Pero ahora ¿qué tal si extrapolamos este mismo proceso a eso que corroe y consume cualquier sociedad y que llamamos corrupción?

Lo primero que me voy a permitir hacer es identificar los tres elementos del proceso de combustión dentro de una sociedad. Me permito presentarlos en orden diferente para guiar la explicación.

  1. El comburente: lo que “permite que haya corrupción”; generalmente es el dinero, los bienes o las riquezas.
  2. La energía de activación: la “chispa” que inicia la corrupción; generalmente una o pocas personas o alguna institución de principios morales lastimosos. No se necesita mucha energía de activación para esto; suelen ser casos puntuales.
  3. El combustible: Es aquello que se “activa” con el dinero y comienza a quemarse (el comburente). Este es el punto álgido. Definitivamente debe existir algo que tenga “mucha afinidad con el dinero y que no mida acciones ni consecuencias a la hora de tenerlo”. Al igual que la gasolina se enciende sin consideraciones personales cuando se le acerca el fuego; una persona con una baja integridad personal es el combustible que comienza o mantiene la corrupción. El “combustible” (esa persona de baja integridad) diría: “no me des, solo colócame donde hay comburente”.
Solo estoy extrapolando el proceso de combustión.

Veamos entonces:
  • A pesar de que haya algunas pocas personas que comiencen y propicien la corrupción (como energía de activación), si esta no encuentra a personas poco íntegras (combustible), la corrupción (el fuego) nunca comienza.
  • Por muchos bienes o dinero que haya (comburente) si no hay persona poco íntegras como combustible, el comburente no puede reaccionar y la corrupción no se mantiene.

Es así de sencillo: el factor común que inicia o mantiene esa corrupción que acaba con una sociedad son las personas de baja integridad personal.


Apagando la corrupción

Pero en una sociedad, ¿acaso es lógico eliminar la riqueza (el comburente) para acabar con la corrupción? Pues no. Las sociedades deben tener riquezas.

¿Acaso es posible decir que se van a eliminar los focos “desafortunadamente naturales” de corrupción de algunos individuos o instituciones? Es imposible controlarlo y mucho menos asegurarlo; por mucho que se haga, siempre una chispa se puede escapar.

Pero lo que si es posible para una sociedad es comenzar a trabajar formando a personas íntegras; que sean un muy mal combustible para el fuego de la corrupción.

Es aquí donde entra el proceso de formación/educación en los ciudadanos jóvenes.


Abracadabra... 1, 2 y 3

Compulsivamente queremos que la corrupción desaparezca de nuestro alrededor por acciones puntuales; pero ese deseo está teñido, como de costumbre, por la inmediatez.

Buscamos perseguir culpables (generalmente aquellos que iniciaron la corrupción) como solución para la misma corrupción. Pero pensemos un poco: una vez que el incendio está prendido (el combustible y el comburente quemándose a millón) ¿la solución es apagar el fósforo que ocasionó todo?

Claro que hay que apagarlo para que no encienda otras cosas, pero eso nunca va a acabar con el fuego de la corrupción en una sociedad.

Es triste saberlo, pero luchar contra la corrupción es una lucha que se debe hacer formando a los miembros jóvenes de una sociedad; y a lo mejor puede tardar dos o tres generaciones en dar resultados.


Integridad, integridad

Espero que haya podido plantear la comparación necesaria entre el fuego y la corrupción; pero algo indispensable es terminar de entender lo que significa integridad.

Una cosa es integridad y otra muy distinta es honestidad. Le pido que busquen como referencia a Yokoi Kenji, excelente motivador y conferencista que las explica magistralmente (buscar en las redes sociales). Yo aquí voy a hacer un humilde esfuerzo de explicarlo desde mi contexto.

La honestidad plantea el actuar de una persona en función de un bien evidente, manifiesto. Para mi es el concepto del “buena gente”, de la persona que ayuda y piensa en beneficiar a los demás. Característica que no es despreciable.

Pero la Integridad se plantea en las personas que a pesar de no ver beneficios evidentes en sí mismo o en alguien, se atiene a las normas establecidas en una sociedad.

La integridad resume una enseñanza espiritual básica que he brindado desde hace muchos años; y que la he expresado en una de mis frases banderas: “hay que hacer lo correcto simplemente porque corresponde hacerlo.” (PAGR-SSA)

Ejemplos sencillos entre honestidad e integridad:

  • Una persona honesta no se le atraviesa a los carros en la vía pública, pero si no vienen carros atraviesa corriendo la calle por donde sea y cuando sea; simplemente porque le conviene pasar rápido “de forma personal”. Pero una persona íntegra se detiene en los semáforos peatonales en rojo, a esperar su turno a pesar de que no vengan carros o se dirige a las esquinas para cruzar; lo esté viendo alguien o no.
  • Una persona honesta no le roba el dinero a su amigo necesitado; pero se puede aprovechar del dinero que “a su entender” no tiene un destino cierto; “al fin y al cabo, si no es de nadie, entonces puede ser mío”. Una persona íntegra no se aprovecha de ningún dinero que no haya ganado con su propio esfuerzo; aunque no sepa de quien es o aunque no se vaya a utilizar para nada.
  • Una persona honesta respeta las leyes porque puede correr riesgo de pena; pero las puede incumplir si nadie lo ve o si no corre el riesgo de ser descubierto. Una persona íntegra cumple con las leyes aunque nadie salta afectado por su incumplimiento o aunque no lo vayan a fiscalizar.
  • Una persona honesta puede acomodar algunas reglas a su propia conveniencia o a la conveniencia de sus argumentos y motivaciones. Una persona íntegra cumple con las reglas establecidas; y si no le sirven o no las comparte, busca cambiarlas por los procesos regulares sin pasar por encima de nadie ni de nada.

Si nos sinceramos, podemos ver que vivimos en sociedades realmente honestas, pero muy poco íntegras. Nuestra propia educación no nos enseña a ser íntegros; si bien la honestidad sí puede ser un valor cultural.

Pero ¿quién puede enseñar a los jóvenes a ser íntegros a menos que sea una persona íntegra?

Cuando un niño aprender a convivir en sociedad, lo hace mucho por imitación o referencias conductuales de otras personas; ¿dónde están esa personas íntegras visibles?

¿Cómo hacemos para dejar de lado esa “viveza criolla” carente de absoluta integridad pero tan aplaudida por muchos y que divierte a otros tantos?

Por eso digo que puede tomar dos o tres generaciones para que se vaya formando el escenario donde la integridad personal no sea vea como una rareza, sino como la forma lógica de vivir.


Integridad y espiritualidad.

Si bien el concepto de integridad personal no parece estar muy presente dentro de nuestras actuaciones humanas; el comportamiento íntegro es la norma en una persona que se haya comenzado a interesar en su parte espiritual.

¡Cuidado! Por milésima vez aclaro que “espiritual” se refiere a nuestra relación personal con Dios. El término “espiritual” NUNCA se refiere ni a rituales, ni a energías, ni a buena vibra, ni a positivismo, ni a “maestros ascendidos”, ni a seres del más allá, ni a magia, ni a brujería, ni a esoterismo, ni a fenómenos paranormales o extrasensoriales, ni a adivinar el futuro, ni a astros, ni a sueños, ni nada de eso.

Entonces, si la integridad personal está intrínsecamente relacionada con nuestro espíritu y por lo tanto con la adopción de lineamientos espirituales en nuestras vidas, debo hacer la pregunta: ¿qué carrizo han hecho nuestras iglesias modernas en nuestras sociedades?

¿Dónde está el problema, por ejemplo, cuando vemos a niños en servicios religiosos preparándose para los sacramentos, hablando y jugando entre ellos, aprovechando que “no los ven”?

¿Dónde está ese respeto mínimo hacia lo que se le está enseñando, lo que deberían respetar aunque nadie los vea?

¿Dónde está el problema en un país con un alto índice de corrupción pero que a la vez tiene el bautismo, la primera comunión y confirmación casi como requisito indispensable de convivencia social?

Y hablo de las instituciones religiosas y no de las familias, porque las familias pueden carecer de integridad, pero lo religioso tiene intrínseco el comportamiento íntegro.

Hay que tener mucha integridad en honrar y respetar a Dios dentro de sus lineamientos espirituales, sin tener de forma evidente la pena por incumplimiento. De hecho, las personas suelen no cumplir con Dios, porque no ven el supuesto castigo.

Y no pretendo criticar a las religiones porque yo mismo me siento parte de ellas, ya que son necesarias cuando son bien presentadas. Cuando mucho me planteo una dura reflexión.


Pues sí, ¿lo espiritual/religioso para combatir la corrupción? Por supuesto.

La corrupción es un proceso total y absolutamente humano. Nada que sea realmente espiritual puede ser corrupto. En otro momento podré plantear las razones.

¿Será que hay que recuperar la verdadera religión?

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
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Palabras-claves: corrupción, sociedad, religión, normas, comportamientos, honestos, honestidad, íntegros, integridad

miércoles, 19 de abril de 2017

Salvos somos por la fe

Autor: ShaniShaktiAnanda

Salvos somos por la fe” es una frase que muchos cristianos utilizamos.

Y es innegable que así es: “Salvo somos por la fe; somos salvos por la fe en Cristo Jesús nuestro Señor”. ¿Pero entendemos dichas frases? ¿Nos aplica a nosotros?

¿Qué significa “fe”?

¿Acaso “fe” significa creer que Jesucristo vivió y murió por nosotros? No.

¿Acaso “fe” significa tener la certeza de que Jesucristo nos va a ayudar? No.

¿Acaso “fe” significa orar mucho o rezar mucho o ir al Templo o a la Iglesia? Pues no.

Veamos. Cuando necesitas curarte o sanarte de algo y vas al médico; ¿cómo demuestras que le tienes “fe” al médico?

La respuesta es una sola. Cuando le tienes “fe” a un médico, pues sigues todas sus indicaciones “al pie de la letra”; haces todo lo que te manda a hacer, sin chistar, sin dudar, sin argumentar; inviertes todos los recursos y esfuerzos necesarios en cumplir sus indicaciones; no solo lo intentas, sino que no descansas hasta hacerlo. A fin de cuentas, él es el médico en el cual tienes puesta tu fe para que te cure.

Ahora con Jesucristo. Entonces ¿qué significa tener fe en Jesucristo? Pues la respuesta también es una sola: cuando le tienes “fe” a Jesucristo, pues sigues todas sus indicaciones “al pie de la letra”; haces todo lo que te mandó a hacer, sin chistar, sin dudar, sin argumentar; inviertes todos los recursos y esfuerzos necesarios en cumplir sus indicaciones; no solo lo intentas, sino que no descansas hasta hacerlo. A fin de cuentas, Él es el Salvador en el cual tienes puesta tu fe para que te salve. ¿O no?


Pero antes de refutar o afirmar, te pido que reflexiones: ¿Acaso sabes las indicaciones que te dio Jesucristo a seguir?. Pues están en el Sermón del Monte (Evangelio según San Mateo, capítulos 5, 6 y 7). Te invito a que las busques por ti mismo; pero te repito un párrafo que suelo utilizar en otros escritos y que resume estas indicaciones dadas expresamente por Jesucristo:

--- busca hacer las paces con aquellos que tienen resentimientos en contra ti; “pon la otra mejilla”; ama a aquellos que sientas enemigos; no seas reactivo cuando te sientas agredido; no busques ni esperes venganza hacia los que te hacen mal; no antepongas “tu justicia” (lo que tú crees que es correcto) ante lo que Dios manda; no prefieras tus metas o bienestares terrenales (tesoros) antes que esforzarte para merecer el Cielo al morir; que tu esfuerzo no sea hacia acumular logros o riquezas terrenales, antes que cumplir lo que Dios te pidió; no juzgues (desde tu corazón) a los demás; y algunos otros lineamientos más.

Si no nos esforzamos en seguir al pie de la letra las indicaciones del médico ¿se puede decir que le tenemos fe?

Si no nos esforzamos en seguir al pie de la letra las indicaciones de Jesucristo ¿se puede decir que le tenemos fe?

Entonces ¿por cuál fe seremos salvos? ¿Por la fe que decimos tener pero no hacemos?

Solemos ser muy prestos al hablar y a repetir frases esperanzadoras; pero somos muy lentos en comprometernos con lo que esas frases implican. Generalmente nos quedamos a mitad del camino.

Ser cristiano no es una intención de fe; ser cristiano es un compromiso de vida, a pesar, muchas veces, de nuestros propios gustos, preferencias y pareceres.


Namasté.
ShaniShaktiAnanda
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Palabras-claves: salvos, salvación, Jesús, Jesucristo, sermón del monte, lineamientos, preceptos.

Tus perlas. Mateo 7:6

Autor: ShaniShaktiAnanda

Para todo persona que se sienta cristiana; y no me refiero ni a evangélica ni a católica ni a luterana ni a ninguna iglesia en particular, sino a una persona que se sienta seguidora de las enseñanzas del Cristo; la Santa Biblia y en particular los Evangelios, son una referencia a seguir en la vida cotidiana.

La mayoría de las enseñanzas de Jesucristo están escritas en parábolas (algunas de ellas muy duras); y para aquellas personas que de verdad viven el evangelio no les resulta difícil identificarse entre esas líneas de enseñanza.

Pero no basta identificarse, ya que Jesucristo no solo describió escenarios o situaciones, sino que dijo lo que se debe hacer en cada una de esas situaciones situación. Es realmente una enseñanza sagrada.

Y quiero traer a colación una de esas situaciones y recordar el comportamiento adecuado señalado por el mismo Jesucristo. Lanzo una pregunta:

¿Qué seguidor cotidiano de la enseñanza del Cristo (léase Cristiano) no se ha sentido desprestigiado, echado a menos, lastimado, excluido, insultado, incomprendido, desorientado (incluso por sus familiares y amigos) cuando comienza a vivir, hablar y a comportarse según sus lineamientos cristianos?

Incluso en las modernas redes sociales; basta que alguien con su renovada pasión por las enseñanzas cristianas coloque algo en las redes para que sus familiares o “amigos” comiencen a escribirle en privado. Estos conocidos se muestran “preocupados” por su actitud; preguntándole si tiene algún problema o advirtiéndoles de sectas o peligros de manipulación por farsantes, a pesar de ahora estos cristianos comienzan a estar realmente en paz.

Otros más, extraños la mayoría arremeten contra el cristiano insultando, echando en cara lo equivocado que está, o “el mal camino que han tomado”

Y ¿cuántos no te dejan de seguir o hablan entre ellos sobre tu extraña actitud para abandonarte, en el mejor de los casos, de forma “elegante”?

Pero uno ¿qué hace en esos casos?

Pues generalmente, luego de pasar por el desconsuelo o la tristeza de saber “que a la gente parecería que le preocupa que uno esté mejor que antes”, uno sigue hablando, mostrando, evidenciando a todos, el nuevo mundo maravilloso que ha encontrado. Y los golpes siguen una y otra vez.

¿Acaso Jesucristo advirtió sobre eso? Pues muchas veces.

Una de las metáfora donde plantea la enseñanza de cómo actuar en esos casos está precisamente descrita en el Sermón del Monte (Mateo 5, 6 y 7), donde Jesús le hablaba directamente a sus discípulos sobre la forma correcta de vivir como cristianos. Esa enseñanza es la que yo llamo “Tus perlas”, y Jesús la enseñaba así:

Mateo 7:6 (BLPH)

No entreguen las cosas sagradas a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues las pisotearán y, revolviéndose, los harán pedazos a ustedes.

¿Apuesto a que has sentido que personas, incluso queridas, han arremetido en contra de ti al mostrarles las perlas que has conseguido en tu vida como cristiano? Si has comenzado a ser buen cristiano, pues no me equivoco.

Jesucristo nunca hablaba en vano y menos cuando advertía a sus discípulos. Así que si este pasaje no se aplica a ti, te invito a que veas si de verdad estás viviendo como cristiano.

Pero hay mucha metáfora aquí. Aunque dura, el símil de los perros y los cerdos (a mí me gusta decirles cochinos) se refiere a personas con las que convivimos (o solíamos convivir) que tiene una vida alejada a los preceptos cristianos reales (aunque sean muy “religiosas”). Por esto, cuando ven un comportamiento diferente a lo que ellos están acostumbrados (nada cristianos), les altera o les pone a la defensiva.

Porque es una realidad que hay muchas personas que se dicen cristianas porque pertenecen a alguna iglesia o asisten a algún templo; pero si hubiera evaluación continua de su cristianismo, no quedarían muy bien paradas.

Pero otra de las metáforas a entender en este pasaje son las de “tus perlas”.

Si tú has descubierto o retomado tu vida en Cristo ¿cuáles serían tus perlas? Debes identificarlas y esas, no las expones a las personas que no tienen la capacidad de apreciarlas.

¿A los mejor una de tus perlas es tu nueva visión de la vida? ¿A lo mejor es la comprensión de las enseñanzas? ¿A lo mejor la nueva claridad del entendimiento? ¿A lo mejor son tus experiencias y sensaciones vividas en este camino? ¿A lo mejor son el amor y el agradecimiento por quien te hizo reencontrarte con El Cristo? ¿A lo mejor es tu nuevo estado de paz? ¿A lo mejor son todas las anteriores más otras?


¡Pero es injusto no compartir!

Pero te puede parecer injusto no compartir estas nuevas bendiciones que tienes en tu vida; y yo no podría quitarte la razón. Entonces, de la misma enseñanza de Jesucristo se desprende otra opción: comienza a dejar de compartir tu vida con perros y cochinos; y comienza a convivir con personas que si se alegrarían por tu nueva vida en Cristo.

Hay que ver que el Cristo se las sabía todas, y no dejó hilo sin puntada. Solo que hay que saberlo leer e interpretar.

Pero sí; dejar de darle nuestras perlas a los cochinos no es egoísmo, es un mandato cristiano. Y no significa dejar de querer o menospreciar a nadie, pero sí es un poco proteger nuestra propia vida nueva y hacerla crecer con las personas correctas. Si lo haces en tu vida humana, social y laboral; por qué no lo vas a hacer en tu vida espiritual.

Y antes de que digas que hay que evangelizar y que allí sí debemos mostrar nuestras perlas; yo te recuerdo que nunca se evangeliza a perros, ni cochinos, ni lobos, ni caballos, ni monos. Pero también allí Jesucristo dejó la descripción completa de escenarios y acciones necesarias. En otro escrito lo trataremos si de verdad te interesa.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
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Palabras-claves: anticristo, enseñanzas, Cristo sermón del monte, honrar lineamientos, 

martes, 18 de abril de 2017

El Anticristo

Autor: ShaniShaktiAnanda

Si tratas de entender “algo” sin tener la noción correcta del contexto donde reposa o de donde viene ese “algo”, la interpretación será equivocada; para no decir absurda e inútil.

Uno de tantos conceptos que el hombre moderno ha creído entender es la del “Anticristo”.

Partiendo desde la creencia Judeocristiana, el “anticristo” es un concepto que se ha traído a la modernidad totalmente fuera de contexto; ya que lo tratan de entender individuos modernos que de espirituales no tienen mucho.

De hecho, vemos a estudiosos, eruditos o metafísicos, hablando de anticristo; pero al preguntarle como llevan ellos su relación con Dios, algunos dirían que no tiene ninguna, mientras que otros dirían que dicha relación está perfecta. Ninguna de las dos respuestas sirven.

Recordemos que lo espiritual no es lo metafísico, ni lo esotérico, ni lo mágico, ni siquiera el estudio de la historia sagrada. Tampoco puede serlo, necesariamente, la pertenencia a alguna institución religiosa.

Lo verdaderamente espiritual plantea un estilo de vida marcado por el cultivo y el cuidado constante de nuestra relación personal con Dios; partiendo del cumplimiento de lo que Dios espera de nosotros.

Lo espiritual no se trata de espíritus, ni de seres, ni de bienestar humano, ni de prosperidad terrenal, ni de rituales para conseguir cosas placenteras, ni de energías, ni de capacidades paranormales, ni de artes adivinatorias, ni de astros, ni de frases empoderadoras, ni de favores, ni de milagros. Lo espiritual se trata del esfuerzo personal constante en agradar a Dios sobre todas las cosas, en función de sus lineamientos directos; a veces a pesar de nuestros propios gustos y preferencias.

Y con esto, teniendo claro lo que significa espiritual, volvamos al concepto del “anticristo”; pero en el correcto contexto espiritual.


Etimología del “anticristo”

La propia palabra “anticristo” es muy clara:

“anti” = opuesto; en contra,
“cristo” = referido “al Cristo”

Entonces, “anticristo” es “aquel o aquello que se opone al Cristo; que está en contra de Él.”

Y lo dije correctamente: “aquel o aquello que...”.

Uno de los errores modernos es tratar de identificar al “anticristo” como una persona; si es famosa, mejor. Y por eso escuchamos a estos “eruditos jugando” con las Profecías de Nostradamus (por ejemplo), tratando de identificar a lo largo de la historia, a cuales personajes se les puede catalogar como anticristo; o incluso cuales personas se proyectan como tal.

Esto es realmente absurdo. Comenzando con que una profecía no es una predicción. Una profecía es un proceso que se puede activar si se dan las condiciones necesarias; y como proceso es totalmente extrapolable a tiempo, espacio, cultura, alcance, etc. Una predicción, en cambio, es una probabilidad de ocurrencia de algún hecho específico en el futuro, dado algunos indicios presentes en la actualidad.

Una predicción es una ocurrencia puntual de algo; una profecía es un proceso que puede activarse pero nunca se pronostica cuándo ni dónde.

El “anticristo” es más un concepto, una característica, que un personaje puntual.

La noción real y mística del “anticristo” es la de “aquello que no honra al Cristo”; pudiendo “aquello” ser una persona, un grupo humano, una cultura, un estilo de vida, una forma de pensamiento, una práctica humana, etc.

Pero está el otro punto álgido: “... honrar al Cristo”.

El Cristo” como personaje histórico encarnado en Jesucristo ya murió; por lo tanto, cuando se nombra “al Cristo” se hace referencia a “las enseñanzas que el Cristo dejó”.

Y todas las enseñanzas del Cristo marcaban sencillamente “una forma particular de vivir, de enfrentar la vida, de asumir las situaciones y de tratar a los demás.”

Podemos completar entonces la definición de “anticristo”.

Anticristo es: todo aquel o aquello que se opone o no honra la forma particular de vivir, de enfrentar la vida, de asumir las situaciones y de tratar a los demás que el mismo Cristo encarnado nos dejó como enseñanza.

Esta definición, totalmente mística, comienza a abrir los ojos y a despertar el verdadero entendimiento útil del término.


El honrar al Cristo

Pero para entender completamente el término “anticristo” debemos saber que honrar al Cristo significa cumplir con sus enseñanzas.

¿Acaso aquellos que hablan para atrás y para adelante sobre el “anticristo” saben qué es lo que el Cristo dejó como obligación de cumplimiento, para que lo honráramos?

¿Estoy planteando mi punto sobre el problema de malas interpretaciones de aspectos espirituales?

Las enseñanzas del Cristo están resumidas en los santos evangelios; y una de esas partes corresponden al Sermón del Monte (Mateo capítulos 5, 6 y 7). He escrito, hablado, predicado, enseñado, contextualizado, ampliamente sobre estas enseñanzas; te invito a ti, lector interesado, a que lo ubiques.

Pero parte de esas enseñanzas las podemos resumir en: busca hacer las paces con aquellos que tienen resentimientos en contra ti; “pon la otra mejilla”; ama a aquellos que sientas enemigos; no seas reactivo cuando te sientas agredido; no busques ni esperes venganza hacia los que te hacen mal; no antepongas “tu justicia” (lo que tú crees que es correcto) ante lo que Dios manda; no prefieras tus metas o bienestares terrenales (tesoros) antes que esforzarte para merecer el Cielo al morir; que tu esfuerzo no sea hacia acumular logros o riquezas terrenales, antes que cumplir lo que Dios te pidió; no juzgues (de corazón) a los demás; y algunos pocos preceptos más.

Pero si estas frases son esbozos de la enseñanza del Cristo, entonces aquella persona, o aquel grupo humano, o aquella institución, o aquella forma de pensamiento que plantee acciones, reacciones o estilos de vida diferente a las enseñanzas planteadas por el Cristo, adoptan automáticamente el calificativo de “ANTICRISTO”. Punto.

¿Acaso tú vives con estas enseñanzas del Cristo? ¿No totalmente? ¿Entonces...?

¿Tu familia, tus amigos, tu sociedad, acaso honran con su comportamiento las enseñanzas del Cristo? ¿No totalmente? ¿Entonces...?

¿Tu iglesia...?

¿Entonces, dónde están “los anticristos”? ¿Afuera? ¿Lejos? ¿Son los otros?


Pero claro, antes de vernos las propias costuras, es mejor buscar quién pudo haber sido el anticristo en la historia, o quien puede llegar a serlo. Así, señalando a otros, evadimos nuestra responsabilidad ante Dios.


Sé que este es uno de los escritos que algunos lectores preferirán olvidar y que otros juzgarán duramente. Lástima, porque a lo mejor es la única oportunidad que tendrán en sus vidas para que puedan hacer la tan necesaria corrección espiritual y así comenzar a vivir con Paz.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 474AS. (18 de abril del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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