Autor:
ShaniShaktiAnanda
Vivimos
en un Universo donde no existe el caos; todo está regido por leyes
llamadas, de forma general, Leyes Universales. Algunas de estas leyes
ya se han comprendido paulatinamente a lo largo de la historia de la
humanidad y han conformado las Leyes Físicas o Leyes Naturales,
mientras que otras aún están por comprenderse. Gracias a este hecho
es que la Ciencia es una disciplina del conocimiento; esta ha
caracterizado algunas leyes Universales y las ha utilizado en
beneficio de todos.
Y
todos nosotros y todas las situaciones que nos acontecen somos
partes de ese universo regido por leyes. Por lo tanto, todo lo que
nos pasa está sujeto a leyes, todo pasa por algo; aunque no lo
sepamos o no lo entendamos.
Estando
nuestras situaciones condicionadas por estas leyes, hay cosas que nos
convienen y otras cosas que no nos convienen.
De
forma mística, este conjunto de leyes que rigen el universo de
alguna manera representa a la Consciencia de Dios. La idea de
un Dios creador y regidor del universo visible e invisible, pasa por
la idea de las Leyes Universales, ya que serían estas leyes por las
que el Universo se crea y se sostiene.
Pero
enfoquémonos en esa parte del universo que comprende nuestra vida,
específicamente en las situaciones que nos acontecen.
Vivimos
en función de las Leyes del Universo
Cuando
hablamos de Leyes Universales debemos pensar en cómo nos afectan, o
mejor aún cómo afectamos nosotros a dichas leyes.
Como
seres espirituales tenemos la capacidad de crear o condicionar a
nuestra realidad. Y esta creación o condicionamiento lo hacemos a
través de las Leyes Universales.
Aún
sin saberlo y sin conocer las Leyes Universales, nosotros estamos
sometidos a ellas y las utilizamos. Coloco un par de ejemplos
sencillos.
¿Quién
colocaría un vaso con agua en la superficie de la mesa que mira al
piso? Pues nadie, porque el agua se derramaría y el vaso se caería.
De forma práctica e instintiva colocamos el vaso de agua sobre la
superficie de la mesa. Lo colocamos allí porque el vaso se
mantendría en su lugar y el agua dentro de este.
Esto
sucede así porque estamos aprovechando, aún sin saber, la Ley de la
Gravedad. Es esta Ley la que mantiene el vaso estable sobre la mesa y
el agua dentro de ella.
Un
ejemplo que no nos beneficiaría es cuando alguien maneja un vehículo
y toma una curva cerrada con mucha velocidad. En ese caso el vehículo
se voltea poniendo en peligro de muerte a los ocupantes. También
aquí estamos viviendo en función de Leyes Físicas, donde el
Movimiento Circular Uniforme plantea una fuerza centrífuga que
produce el accidente. Esto ocurre aunque no se sepa de estas leyes.
Lo
que trato de plantear en los ejemplos anteriores es que todas las
situaciones de nuestra vida (buenas o malas, de provecho o de
peligro) ocurren por leyes que rigen el universo, aunque no lo
sospechábamos. Y nosotros somos los que accionamos en esas leyes,
aun sin saberlo.
No
es a tu manera
Así
que el Universo (o Dios) sabe cómo, cuándo y porqué ocurren las
cosas; no es a tu manera, es a la manera de Dios.
Es
típico ver a una persona sumergida en problemas que no consigue
resolver, o en situaciones difíciles una detrás de otra, o en metas
o sueños que lo logra concretar; y a pesar de todo su esfuerzo, las
cosas como que no van.
O
tal vez vemos personas que a pesar de llevar una vida aceptable, de
repente le asaltan situaciones que no se explica de donde vienen.
En
muchos de esos casos, estas personas simplemente “han vivido a su
manera”. Vivir a su manera significa actuar en función de lo que
ellas creen, de lo que han aprendido de forma personal, de lo que les
parece lógico e incluso de lo que les parece justo (desde su punto
de vista).
Cuando
estas personas se quejan o angustian por las situaciones que viven,
hay que decirles: “oye, la vida no se vive a tu manera, sino que se
debe vivir a la manera de Dios.”
Vivir
la vida según nuestros criterios personales puede traernos
consecuencias indeseables si nuestras maneras no coinciden con las
maneras que Dios tiene deparadas para nuestro bienestar.
Este
tipo de personas que viven a su manera (convencidas de que lo están
haciendo bien) generalmente son las que ven a los responsables de las
situaciones difíciles por doquier, pero ellas no se suelen sentir
responsables. Generalmente se sienten las víctimas y buscan
ayuda para que les arreglen el mundo, pero sin ellas hacer
cambios personales.
Entonces,
¿a la manera de quién?
Para
poder vivir con menos sobresaltos y en caso de que estos se presenten
se puedan resolver de la mejor manera posible, debemos vivir “a la
manera de Dios”.
Lo
lógico es que si creemos que Dios nos ama, pues la forma en la que
Él nos invita a vivir debería ser la mejor posible para nosotros.
De aquí que deberíamos vivir “a la manera de Dios”; esto quiere
decir como Dios lo indica.
Pero
el descubrir cómo Dios espera que vivamos no puede ser una búsqueda
autodidacta ni solitaria; sino que debemos ser asistido por alguien
que presente un escenario donde esa búsqueda no solo se satisfaga,
sino que podamos practicar vivir de esa manera.
Ese
alguien es un Maestro Espiritual, el cual debe basar sus enseñanzas
en escrituras sagradas (de cualquier doctrina espiritual) y el cual
proponga escenarios donde se puedan practicar (con otros discípulos)
dichas formas de vivir.
En
resumen: Cuando tengas tu vida con situaciones complicadas,
entiende que has estado viviendo a tu manera y esta ha estado en
oposición a como Dios esperaba que vivieras. Si llegas a entender
esto debes buscar a alguien que te enseñe cómo vivir a la manera de
Dios y cualquier situación que te aqueje comenzará a perder fuerza.
Pero
esto no es fácil. Cambiar la manera en la que hemos vivido (aunque
esta nos haya traído problemas) suele representar una lucha que
muchas veces no estados dispuestos a perder. Asumir vivir como Dios
manda y soltar nuestra maneras no se hace de la noche a la mañana,
pero es urgente comenzar hoy.
Espero
que se haya entendido.
Dios
te bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
1082 AS. (18 de diciembre del 2018)http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves:
Dios, leyes universales, situaciones difíciles, lineamientos,
problemas