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sábado, 28 de diciembre de 2013

Jesús el milagrero

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Sea cual sea la fe que se profese, la figura de aquel hombre llamado “Jesús de Nazareth”, fue una figura importante. Independientemente si se comparten sus enseñanzas o no; o más allá de si se cree un mito o una figura real histórica; el hecho de que dos mil años después cada vez tenga mayor vigencia, es importante.

No me atrevo a comparar a Jesús con otras figuras históricas o mitológicas que han formado pensamientos espirituales; pero me voy a centrar en Él porque es lo que me corresponde.

A pesar de su importancia y de su expansión en el mundo (desde el hecho de que su actuación conocida se circunscribió en un territorio relativamente pequeño); Jesús el Cristo es un personaje con interpretaciones diversas, ligeras y hasta acomodaticias dentro del común de la gente.

Eso puede no ser desafortunado, ya que lo hace una figura accesible a todos; pero a veces llega el momento de recoger al rebaño disperso y poner algunas cosas claras.

Dentro de mi enseñanza espiritual Jesús el Cristo tuvo (y tiene) dos roles principales en su vida. Únicamente los voy a resumir aquí porque los he planteado ampliamente en otros escritos:

  1. Jesús el Salvador: que representa el perdón de los pecados a través de su crucifixión; con la cual, una vez aceptada, se pasa a ser un cristiano con todas las ventajas. Se requerirían varios meses de enseñanza y reflexión para su total argumentación y comprensión.
  1. Jesús el Maestro: quien dio sus enseñanzas; las mismas que tienen validez y son aprovechables para todos, sea como sea que nos llamemos o nos creamos ser. De hecho, a las enseñanzas cristianas se le pueden encontrar sus equivalentes en diferentes filosofías, enseñanzas espirituales o religiones.

Desde este doble rol de Jesús se enmarca todo su esquema de enseñanza espiritual “crística” (palabra que suelo utilizar cuando hago alusión al cristianismo místico). Entendidos y aceptados estos dos roles, no hace falta absolutamente nada más.

Pero hay un tercer rol con el que el público general lo busca: Jesús el “hacedor de milagros”.

No se puede negar que Jesús en su tiempo propició milagros. La iglesia católica misma le reporta veinticuatro (24) milagros únicamente en curaciones según los evangelios canónicos; y es esta capacidad para hacer milagros la que el común de las personas busca cuando tiene problemas. ¿Adorarlo y honrarlo como nuestro Salvador? ¿Hacerle caso a todo lo que dice Jesús como Maestro?... “bueno sí, pero hazme este milagrito”.

¿Será que es cierto? ¿Será que Jesús quería ser reconocido como “milagrero”?

Una de las cosas que tenía Jesús era su consistencia entre palabra y acción. Él fue el Salvador y asumió su sacrificio; Él fue Maestro y asumió su enseñanza. ¿En alguna parte de La Biblia asumió su capacidad única de hacer milagros personales? Me permito traer una pequeña muestra de los milagros con mis reflexiones:

Lucas 5:17-26
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
18 Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.
19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús.
20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.

En esta historia se destacan cuatro cosas: primero, que Jesús no estaba en faena de milagrero, Él estaba enseñando y lo buscaron para sanar; segundo que “el perdón de los pecados” es lo que representa el milagro que se convierte más adelante (no reseñado) en sanación física; tercero que Jesús destacó la fe de ellos y gracias a esta es que Él realizó el milagro; y cuarto que la fe se evidenció en el esfuerzo casi sobre humano que hicieron los hombres para “llegarle a Jesús”, definitivamente hubo sacrificio.

Se entiende que al milagro se les antepusieron “condiciones previas” para que pudieran ocurrir.

Lucas 7:1-10
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum.
2 Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir.
3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto;
5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.
6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo;
7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano.
8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
9 Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
10 Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.

Nuevamente encontramos que Jesús no estaba en faena de milagrero, sino que estaba predicando. En los versículos 4,6,7 y 8 se presentan las “condiciones necesarias” para que el milagro ocurriera: el centurión “era digno” (4), el reconocimiento por parte del centurión de lo pequeño que él era ante Jesús – la no soberbia – (6), y la certeza del poder de Jesús (7 y 8).

Entonces, gracias a que esas condiciones estaban dadas, pudo darse el milagro. Jesús no parece ir haciendo milagros así por así, a menos que estén dadas ciertas condiciones o que haya alguna intención de enseñanza precisa que Él mismo determine.

Juan 5:2-18
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.
3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
5 Y había allí un hombre (paralítico) que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo[a] aquel día.

Y este texto es espectacularmente aleccionador. Un estanque; una multitud de enfermos; y Jesús sanó solo a uno. ¿Cuáles “condiciones necesarias” estaban presentes en ese enfermo?

El enfermo había mantenido el empeño por 38 años y había hecho durante todo ese tiempo el esfuerzo sobrehumano de intentar llegar al agua a pesar de su parálisis; una y otra vez sin lograrlo, sin tener a nadie que le ayudara. Definitivamente había mucho merecimiento porque no se amilanó ante su incapacidad e intentaba sanar sin desistir.

Pregunta de reflexión; ¿será que ante situaciones en las cuales rogaríamos un milagro; este no se manifiesta porque aún se espera más de nosotros mismos? Con mucha seguridad es así. El haber hecho todo lo posible y todo lo que nos corresponde ante una situación particular, parecería “condición necesaria” para un milagro.


Lucas 5:12-13
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

12 Sucedió que estando Él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
13 Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.

Nuevamente al milagro lo antecede la adoración y confianza que le tenía el leproso a Jesús.

Lucas 8:48,50
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

48 Y él (Jesús) le dijo (a la mujer que tocó su manto): Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.

50 Oyéndolo Jesús, le respondió (a Jairo sobre su hija muerta): No temas; cree solamente, y será salva.

Y no solo en estas dos citas, Jesús apunta en muchas otras que los milagros se realizaron gracias a “la fe”, “la confianza”, “el reconocimiento de la Divinidad”, “la humildad”, “la adoración”, “el esfuerzo tenaz” de los solicitantes. Nuevamente “condiciones previas” necesarias.

Pero parece que aún no llego a ninguna referencia clara sobre el hecho de que los milagros sucedían alrededor de Jesús pero que no era su funciona principal. Si continuamos la cita anterior, encontramos una evidencia irrefutable:

Lucas 5:14-16
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

14 Y él (Jesús) le mandó (al leproso sanado) que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos.
15 Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Evidentemente, a Jesús no le interesaba que lo conocieran como “milagrero”; de hecho, no fue esta la única vez que pidió discreción ante los milagros.

Pero no solo eso; en el versículo 15 y 16 indica que, siendo buscado por la gente que necesitaba de sus milagros, “Él se apartaba de ellos”. ¡Jesús los llegó a evitar! ¿Necesitamos algo más claro que esto?

Y no creo que Jesús evadiera a los que lo buscaban para milagros porque no pudiera hacerlos o porque le molestara; sino que probablemente porque Él sabía en su corazón, que muchos no cumplían las “condiciones previas” para que estos ocurrieran. Probablemente lo buscaban únicamente para eso; y no es la idea en absoluto.

Definitivamente si uno de los roles de Jesús hubiera sido el de hacer milagros, Él no se hubiera apartado nunca; Él hubiera dado su vida por su deber, como sí lo hizo dentro de sus roles de Maestro y Salvador.

Lucas 4:42-43
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.
42 Cuando ya era de día, (Jesús) salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos.
43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.

¿Anunciar el Evangelio era el porqué fue enviado?; ¿es decir, que su función principal no era hacer milagros? Según Él mismo, parece que es así.

¿Eres tu uno de los que le pide milagros a Jesús el Cristo? ¿Por lo menos cumples con las “condiciones previas” necesarias para que sucedan? ¿Serán por eso las veces que no parece oírte?

Jesús sana de muchas maneras, no solo haciendo milagros de forma personal. En su paso por la tierra la gente se agolpaba para oír sus enseñanzas y así lograban sanación. Vivir en las enseñanzas de Cristo son la mejor forma de conseguir ese bienestar integral que tanto buscamos, más allá de las situaciones difíciles que temporalmente podamos tener.

Debemos buscar a Jesús primero como Maestro y Salvador, antes de como milagrero. La necesidad o la enfermedad o las ganas de estar bien, no son las condiciones mínimas necesarias para que nada ni nadie te conceda un milagro; hay otras y debes buscar y honrar.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 28 de diciembre del 2013.

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3 comentarios:

  1. Hermosa enseñanza Maestro. Gracías Mil Namasté

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  2. Para los que hemos sido formados bajo el esquema de Evolcons, el mensaje del artículo es bastante claro. Sí me hace reflexionar en las muchas personas que depositan todas sus esperanzas de sanación en Él... Muchos lo buscaron, más Él sanó a unos pocos que "reunieron las condiciones ". Ojalá esa realidad plasmada en la Biblia sirva a muchos para aumentar su confianza en Jesús y a tratar de aproximarse a sus enseñanzas sin expectativas y sí con verdadero deseo de querer estar muy comprometidos con Él.

    CEH

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  3. Namaste Maestro, Después de leer este articulo con el cual cierras el 2013, como todos es maravilloso los últimos párrafos son una verdad indiscutible, aunque es posible que para algunos sea un tema denso y complicado de aceptar (las religiones) es posible, yo considero dentro de tus enseñanzas las cuales agradezco que son la que nos permiten tener esta conciencia, que esta maravillosamente argumentado en la Biblia y es un gran tesoro de enseñanza , perfecto para la apertura de este año con todo el enfoque a tomar dentro de Sanación Crística.

    Gracias por tanto ¡¡ Dios quiera y muchos llegue a conocer los aspectos reales de Jesús, Dios Hecho hombre aquí entre nosotros, el significado de su misión para la humanidad. Todo dependerá de nosotros ... Gracias

    Namaste

    Vaithy Figuera

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