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jueves, 23 de marzo de 2017

Negarse a sí mismo – desde nuestras energías

Autor: ShaniShaktiAnanda

Cuando nos reconocemos como seres energéticos, nuestra existencia toma una mayor consciencia que la sola física, mental y emocional a las cuales estamos acostumbrados.

Si bien tenemos otras partes superiores como son nuestra alma y nuestro espíritu, nuestro cuerpo energético es una fracción importante de nuestra humanidad encarnada-terrenal. Y esta importancia se da porque nuestras energías condicionan de forma importante nuestro estado y comportamiento como seres vivos.

Y es nuestro cuerpo energético aquel que se asocia con nuestra energía vital, con los chakras (centros procesadores de esa energía vital), con los nadis (conductos de energía vital) y con sus dinámicas; estas últimas definen cómo fluye la energía vital por los nadis entre los chakras.

De hecho, mucho del comportamiento normal y patológico del ser humano se puede caracterizar de forma muy clara desde la estructura energética de una persona. Tanto, que una vez definidas sus dinámicas energéticas, incluso se pueden pronosticar comportamientos ante situaciones diversas.

Y dentro de esta estructura energética, yo defino un concepto muy importante que es el de “Plasticidad Energética”.

De forma muy resumida, la plasticidad energética define la capacidad de un chakra en reaccionar (activarse o sobrestimularse) cuando sea requerido y de relajarse (bajar su intensidad) cuando ya no sea necesario.

Dentro de nuestra concepción como seres energéticos, se asume correctamente que nuestra interacción con otras personas y con diferentes situaciones en, en mucho, de origen energético. Nosotros nos “acoplamos energéticamente” con personas y con situaciones con las cuales interaccionamos; y en esta interacción, el bienestar o el malestar termina reflejando si fuimos capaces de acoplarnos bien o mal.

Entonces, el acople correcto, con personas o situaciones, dependerá de la plasticidad energética de nuestro cuerpo energético. Si tenemos chakras particulares sin plasticidad energética, pues quedaremos incapacitados de acoplarnos a personas y situaciones particulares, donde la energía de ese chakra “reseco” era requerida.

Esta es la razón energética por la cual a veces no logramos sentirnos “cómodos” con algunas personas o en algunas situaciones; sin dejar de considerar otras razones físicas y mentales.


Poca plasticidad

Pero ¿por qué podemos no tener plasticidad en algún chakra?

El símil más sencillo que suelo utilizar es el de una bola de plastilina.

Si la plastilina no se utiliza, tiende a endurecerse y a perder su plasticidad. Pero si se desea “suavizar”, hacerla más maleable, hay que empezar a “amasarla”.

Cuando se “amasa” una plastilina, se comienza a ejercer una fuerza controlada sobre ella para apretarla y soltarla, una y otra vez; y poco a poco va tomando mayor plasticidad. Este movimiento genera calor; y eso ayuda al proceso.

Cuando nos referimos a un chakra, debemos hablar de energía vital, no de plastilina; pero el proceso es similar. Para conseguir plasticidad energética en un chakra, hay que obligarlo a estimularse pero también a relajarse, una y otra vez.

Un chakra se puede estimular de forma natural ante una persona o ante alguna situación particular, esto como una respuesta automática; y se relaja cuando algún otro chakra se estimula. Esto habla de un balance energético; si un chakra toma mucha de la energía vital que tiene la persona, los otros tienden a bajar su intensidad (soltar su energía) para que el necesitado la utilice.

Cuando ese chakra que necesitaba la energía se relaja, la energía vuelve a distribuirse entre todos los demás.

¿Pero qué pasa si el chakra que estaba sobre estimulado no se relaja? Pues estamos ante una chakra con poca plasticidad energética y crea un desequilibrio energético: él se queda con toda la energía aun sin necesitarla.

Un chakra puede tener poca plasticidad energética cuando está sobrestimulado y no logra relajarse cuando el estímulo cesa; o cuando ante un estímulo correspondiente no logra activarse.

Esta patología energética generalmente se establece en la maduración de nuestro cuerpo energético, la cual se lleva a cabo mientras crecemos; desde el mismo instante de nuestro nacimiento.

Se estima que desde el día de nacimiento, los chakras comienzan períodos de siete años de maduración secuencial. Si bien desde el primer chakra (Muladhara) hasta el séptimo (Sahasrara) pasarán aproximadamente 49 años, los tres primeros (desde el nacimiento hasta la mayoría de edad) son tal vez los más importantes para la interacción humana/social.

Ya he plasmado en varios escritos la forma de criar a los hijos para conseguir adultos íntegros energéticamente. Pero la actuación necesaria de los padres para esto, podríamos resumirlo de la siguiente forma:

...todo padre y madre debe proveer a sus hijos de actividades de vida, de situaciones diferentes y de conductas apropiadas; que permitan a sus chakras activarse, pero también replegarse cuando sea necesario.

Solo como un ejemplo. Si un niño no aprende a obedecer y a someterse a la autoridad de los padres en sus primeros siete años de edad (a refrenar o restringir su propia energía de chakra base), difícilmente respetará normas de adulto y solo cumplirá aquellas que les convenga a él. No se habrá cultivado el Muladhara (chkara base) y no tendrá la plasticidad necesaria para ser un adulto útil a la sociedad.


Problema moderno

Pero generalmente la crianza de nuestros hijos está muy orientada a estimularlos, así que los niños no suelen tener problemas a la hora de enfrentar diferentes situaciones (activar sus chakras).

El problema real es que debido a esta cultura de estimulación mal llevada, lo que no logran hacer los futuros adultos es restringirse, suprimir su actuación, desengancharse, etc.

¿Nos suena el hecho de personas que se quedan enganchadas en problemas, en situaciones del pasado, en estrés, en rencores, en odios, etc.? Todo es el reflejo energético de la poca plasticidad energética de algunos chakras.

¿Cuándo y cómo se establece esta condición de poco plasticidad?

Como dije anteriormente, hoy en día a los niños se les invita a hacer muchas cosas; se les estimula en muchos aspectos y con diferentes actividades; pero no hay cultura de enseñarles a “restringirse”.

Los niños (y los adultos) deben aprender a restringir muchos de sus impulsos y actuaciones que salen de forma natural en sus diferentes edades. El sentido de posesión (egoísmo), el protagonismo, la rabia, “las malcriadeces”, la manipulación, la flojera, la argumentación de las órdenes, las ganas de disfrute sobre las obligaciones, la conveniencia personal, el mal humor, las ganas sexuales desenfrenadas, la necesidad de controlar y de imponerse sobre los demás, etc., etc., etc.; son cosas que todo niño debería ser enseñado a contenerse. Esto es criar a los hijos.

Pero hoy en día hay una mala política de “dejar ser a los niños”; “de permitir que se expresen a sus anchas” (aun faltando el respeto a su alrededor). Todo esto expresa una “crianza cómoda” de parte de muchos padres; porque es más fácil “dejar hacer” que “restringir”; lo que termina creando adultos que no son operativos en su entorno.


Negarse a sí mismo

Lo de “restringirse” aplica tanto a niños dentro de su formación como a adultos ya deformados.

A los niños se les debe enseñar a “restringirse” apelando a la autoridad de los padres. Quienes mandan son los padres, punto. En los casos de adultos, estos deberían aprender a restringirse con voluntad propia; sino, las leyes harán lo suyo.

En ambos casos, aplica la máxima espiritual de “negarse a sí mismos”. El “negarse” no habla de suprimir el propio bienestar necesario para la vida; sino que significa “aguantarse ciertas conductas” en función de un bien mayor para el futuro; o de un evitar un mal mayor.

Cuando “nos negamos a nosotros mismos” algunas conductas o impulsos o necesidades superfluas, lo que está sucediendo es que estamos cultivando esa plasticidad energética tan importante para vivir bien. No se puede ver como un acto de inmolación y sufrimiento, sino como un acto de construcción de una vida mejor.

Si extrapolamos hacia el ámbito espiritual toda esta realidad energética del ser humano, como es de esperar también aplica la misma reflexión (“así en la tierra como en el Cielo”). Y si asumimos una vida espiritual bajo el compromiso cristiano como la preparación de una existencia mejor; encontramos el siguiente pasaje bíblico:

Mateo 16:24 (LBLA)

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.


Debemos negarnos “a la fuerza”, esos comportamientos que nos dañan y dañan a nuestro alrededor; los mismos que no son más que dinámicas energéticas mal sanas. Así sacaremos “músculos energéticos”.

¿Que no es fácil? Y ¿quién dijo que lo sería? Sí queremos sacar músculos, debemos levantar cada vez más peso; y es esfuerzo no es fácil y quedamos adoloridos por un tiempo. Al final tendrás una mejor figura.

Por fin la explicación.


Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 447AS. (22 de marzo del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777

Palabras-claves energía vital, chakras, dinámicas energéticas, nadis, restringirse, negarse, plasticidad energética

6 comentarios:

  1. Namasté Maestro, Gracias!!! que descripción energetica del negarse, leyendo lo que dice aquí si bien es cierto no es para nada fácil el negarse a si mismo, es cuestión de esfuerzo y someterse como usted ya ha dicho anteriormente, verlo con este enfoque energético ayuda a verlo operativamente. Namasté Maestro

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  2. Namasté. Maestro Ohh!.Que claro, cierto y útil conocer como funciona energéticamente y por ende importantisimo alcance espiritual El negarse a uno mismo. Muchas gracias Maestro. Namasté

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  3. Namasté Maestro.

    Estupendo, contradice algunas cosas de era moderna...estupendo. Creo que leer artículos anteriores ayuda a entender mejor este. Creo que me lo voy a volver a leer otra vez....

    Mientras lo leía pare un rato y pensé, las Frecuencias Solfeggio, te ayuda en este proceso de plasticidad o a tenerlo equilibrado o mejor dicho, balance energético? a parte, me imagino, del estilo o modo de vida que llevamos?

    Gracias.

    Namasté.

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    Respuestas
    1. Namasté.
      Las frecuencias solfeggio ayudan a sanar... pero no a aumentar la plasticidad.

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  4. Gracias Maestro, todo está en nuestro esfuerzo

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  5. Gracias maestro, el aprender a negarse a sí mismo, para poder ganar músculos energéticos, que nos ayuden a nuestro camino de crecimiento espiritual. Namaste 🙏

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