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jueves, 4 de mayo de 2017

¿Mindfulness o Mántrica?

Autor: ShaniShaktiAnanda

Cuando se habla de calmar a la mente, aparece la idea de meditar. Esto en occidente no siempre había sido así; pero hoy en día, incluso los científicos se han dado cuenta de que calmar a la mente es beneficioso en muchos aspectos.

Y en la tónica de la modernidad occidental, de la competencia, de la innovación, de la notoriedad y de la primicia; muchos han comenzado a traer prácticas muy antiguas de otras culturas y con cambiarles el nombre y darles algunos fundamentos “científicos”, la práctica se masifica. Lamentablemente muchas veces, como un fenómeno de moda, esta práctica pierde interés con el tiempo.

Igual, las técnicas adoptadas son útiles y esto es lo importante.


La meditación y lo espiritual/religioso

Por ejemplo, la mayoría de las personas ignoran o no aceptan que la meditación nació como una herramienta de escenarios donde los practicantes buscaban acercarse a Dios; o a la Divinidad; o a estados de Consciencia donde se buscaba superar la existencia terrenal.

Aunque a algunos les cause comezón, hay que decir que la meditación tiene su origen como práctica espiritual/religiosa; a pesar de que los psicólogos y terapeutas cognitivos de ahora digan que son técnicas mentales/emocionales.

Lo que ha sucedido en estos tiempos es que a muchos esquemas de meditación se les ha desvestido de toda espiritualidad, para así poder presentar la técnica a una modernidad que tiene a Dios como algo opcional, a veces incluso incómodo.

¿Cuál creen ustedes que pueda ser la orientación principal de las sociedades modernas: a consumir “técnicas mentales” o a practicar ejercicios para acercarse a Dios? Es obvio que esto último no vende. Aunque lo primero sea una simplificación de lo segundo, el enfoque mental da mayores ganancias económicas a la hora de comercializarlo.

Pero repito, la simplificación no es mala; hay mercado para todo. Habrá personas que se beneficiaran con algo sencillo de forma suficiente, mientras que algunas pocas sí preferirán irse a lo profundo.


La visión del Ser Integral desde la meditación

Cuando aplicamos técnicas o procedimientos no convencionales para la ciencia moderna para poder procurarnos el bienestar, es necesario basarnos siempre en la idea de que somos Seres Integrales, conformados por partes que están más allá de nuestra existencia terrenal evidente.

En este sentido, en los planos de existencia que utilizo y enseño como sanador, sabemos que estamos conformados por siete partes y con ellas se conforman tres tipos de consciencia. Tengo mucho escrito sobre estos temas, les invito amablemente a que ubiquen la información. A saber:

Cuerpo Espiritual (Espíritu)
Cuerpo Akáshico (Karma)
Cuerpo Astral (Alma)
Cuerpo Energético
Cuerpo Emocional
Cuerpo Mental
Cuerpo Físico

Con este esquema, nuestra existencia terrenal (como seres humanos) está representada por los cuatro primero cuerpos más densos: Físico + Mental + Emocional + Energético; sumergidos todos en una fracción de nuestro Cuerpo Akashico. Este es nuestro Ser Terrenal.

Y en esta misma existencia integral, tenemos tres niveles o Tipos de Consciencia: la Consciente Terrenal o Mental; la Consciencia Álmica o Mágica; y la Consciencia Espiritual.

Si en esta concepción integral del Ser analizamos los problemas, las patologías, las preocupaciones, las crisis, el estrés, los malestares, etc., nos damos cuenta de que el punto débil de nuestro Ser Terrenal es el Cuerpo Mental.

Nuestro Cuerpo Mental (o simplemente nuestra Mente), si bien es útil y necesaria para vivir nuestra experiencia como seres vivos, tiene procesos extremadamente desgastantes. Y no solo eso, sino que la mente tiene la tendencia a obsesionarse y tomar el control de lo que no puede siquiera controlar.

Dos de esas cosas que no puede controlar son: el pasado y el futuro.

Y en esa obsesión de nuestra mente, se genera mucho desgaste de nuestro Ser; se desvían las energías que se necesitan para otras funciones de vida; se agotan recursos del organismo (incluso cognitivos); y dentro de todo viene lo que conocemos como “estrés malo” o “Distrés”.

Pero, por si no fuera poco, a pesar de que nos damos cuenta de que la mente tiene tantos problemas potenciales, esta sociedad moderna sigue “premiando y aplaudiendo” a las personas con mayores capacidades mentales y cognitivas. No conozco a ninguna empresa moderna que prefiera contratar a alguien por sus sentimientos o por su espiritualidad; pero sí muchas que buscan “cerebros”.


Buscando soluciones: Mindfulness

Por causa de esta deformación de nuestra cultura moderna, donde se prefiere lo más complicado y desgastante del Ser, es que nace la necesidad de calmar a nuestra mente.

Pero es una calma que se persigue sin quitarle protagonismo; personalmente aún no lo comprendo.

De cualquier forma, se comienza a pensar en adoptar prácticas de meditación desde otras culturas. Todas buenas, pero con sus diferencias.

Quiero comenzar a hablar de una de ellas; de la muy conocida en la actualidad como Mindfulness; o de Atención Consciente o Atención Plena.

Mindfulness, más que un estilo de meditación es una técnica particular utilizada para impactar positivamente a la mente. Es un protocolo que consigue, realmente, acotar a la mente para que aprenda a centrarse en el “aquí y en el ahora”.

Mindfulness realmente es una técnica muy buena, que logra darle a nuestra mente la capacidad de “desengancharse tanto del pasado como del futuro”. Pero entiéndase bien: le logra enseñar a la mente a hacerlo; el problema es que ¿cuántas cosas no saben las personas que nunca llegan a poner en práctica?

Con muchas de las técnicas de bienestar que uno aprende, suele suceder lo mismo. Muchas personas las aprenden, se entrenan, pero nunca la utilizan. ¿Resultado? Muy poco. Es como hacer un curso de cocina y nunca volver a hacer siquiera una tortilla.


Mindfulness y emociones.

Mindfulness tiene múltiples beneficios para la mente; además de darle el entrenamiento para centrarse en el aquí y en el ahora, otro de ellos es el de brindarle la oportunidad a sus practicantes de comenzar a descubrir otra faceta importante de su Ser, como lo son sus sentimientos.

¿Recuerdan las partes que nos conforman como seres integrales? La práctica de Mindfulness ayuda a despertar a ese Ser emocional que la mente tenía adormecido.

Y este despertar es bueno, porque definitivamente los sentimientos son menos desgastantes y obsesivos que los pensamientos de nuestra mente.

Esta separación entre mente y sentimientos no se suele aceptar con facilidad en esta era moderna, pero es indispensable hacerla para sanar utilizando nuestra integralidad.

Aquí cabe el concepto que denomino como Pseudosentimientos; esa capacidad de la mente de tomarse atribuciones incluso de “sentir” y no dejarnos ni vivir ni trabajar con nuestros verdaderos sentimientos.

Aquí el Mindfulness ayuda.


Mindfulness en nuestro Ser Integral

¿Pero por qué digo que Mindfulness es más una técnica que un esquema de meditación?

Cuando se enseña Mindfulness, se enseña la técnica y los principios detrás de ella; acompañados con ejercicios prácticos; por un número de horas determinado. Pero de una persona que aprendió la técnica a otra que de verdad se convierta en meditadora, pueden pasar muchos años de práctica. Modestamente lo digo con experiencia de más de 35 años como meditador.

Meditar no es solo aprender y aplicar una técnica. Meditar implica experiencias de vida durante varios cientos (o miles) de horas de meditación; adicionalmente a la adopción de rutinas y adecuación personal de la propia técnica con otros elementos. Una técnica, por muy buena que sea, no sirve de la misma manera para todo el mundo; por eso cada persona puede desarrollar sus particularidades a la hora de meditar.

Además, el hecho de meditar debe avalarse por cambios en la forma de ver a vida (que lo da el mismo proceso de meditar) y por supuesto por la manifestación de los efectos positivos reales, no subjetivos.

Nada de esto le resta ni valor ni efectividad a la técnica de Mindfulness; cuando esta se aplica con constancia y perseverancia. Realmente es excelente.


Pero enmarquemos esta técnica en nuestro Ser Integral.

Supongamos que queremos controlar a nuestra mente y utilizamos Mindfulness con constancia y perseverancia: ¡Éxito!

Con Mindfulness, dentro de nuestro Ser Integral estaremos trabajando con nuestro Cuerpo Mental; y estaremos comenzando a trascenderlo para despertar a nuestro Cuerpo Emocional. Pero atención, nada más.

Cuando digo “nada más”, no lo digo en sentido de debilidad de la técnica. Por el contrario, el enfoque exclusivo hacia la mente es una de las fortalezas del Mindfulness.

Cuando digo “nada más”, me refiero a que no se va a impactar de forma directa, ninguno de nuestros otros planos de existencia.

Calmar la mente trae beneficios tangenciales hacia nuestra parte emocional e incluso energética; y eso puede ser más que suficiente para muchas personas.

Pero, por ejemplo, de allí a decir que haciendo Mindfulness se va a desarrollar nuestra parte espiritual, o se va a limpiar karma, es un total error. Habría que estar en un escenario correcto de Crecimiento Espiritual para el Mindfulness como herramienta, ayude a estos procesos.


Buscando soluciones: Meditaciones Mántricas

Este otro enfoque que quiero destacar es el que se suele llamar Meditaciones Mántricas o Meditaciones con Mantras. Este sí es más un esquema de meditación que una técnica.

Las Meditaciones Mántricas son el estilo de meditaciones originarias; donde se busca impactar positivamente mucho más aspectos de nuestro Ser, que solo la mente y las emociones.

Recordemos el origen espiritual/religioso de las meditaciones; pues he aquí las Meditaciones Mántricas.

Estas meditaciones no son solo conseguir un mantra y comenzar a recitarlo en posición de loto. Detrás de una Meditación Mántrica está un practicante con una intención real de exaltar a su espíritu hasta que este comience a dominar su realidad terrenal.

Por esto, además de un mantra, para realizar una Meditación Mántrica deben existir: protocolos de ejecución; adopción comprometida de enseñanzas sagradas; compromisos con la Divinidad que se trabaja o con el Gurú (sí, porque se debe hacer en un escenario de crecimiento espiritual); aspectos espirituales específicos a trabajar; entre otras consideraciones místicas.

Las Meditaciones Mántricas mantienen el mismo compromiso de constancia y perseverancia que cualquier proceso de meditación.


Meditaciones Mántricas desde nuestro Ser Integral

Si vemos a las Meditaciones Mántricas desde el esquema de nuestro Ser Integral, observamos que la gran diferencia con la técnica de Mindfulness estriba en dónde se enfoca cada una.

Mientras que Mindfulness trabaja directamente en la Mente, las Meditaciones Mántricas se enfocan en nuestro Espíritu.

¿Eso quiere decir entonces que las Meditaciones Mántricas no sirven para calmar la mente?

Definitivamente el objetivo primario de una Meditación Mántrica no es la mente, pero en el proceso de meditación constante y perseverante, la mente sí se ve beneficiada.

Nadie puede crecer espiritualmente con la mente dominando su existencia, así que con las Meditaciones Mántricas la mente, tangencial pero efectivamente, sí aprende a calmarse.

Los beneficios adicionales que brinda hacer Meditaciones Mántricas se centran en el hecho de que nuestro Espíritu (donde trabajan estas meditaciones) es la mayor instancia de nuestro Ser; y si trabajamos desde él; pues todo nuestro Ser Integral sale favorecido.

Exaltar a nuestro espíritu trae como consecuencia no solo estabilizar nuestros procesos mentales, emocionales y energéticos; sino también se benefician nuestra alma y nuestros procesos kármicos. En resumen, todo nuestro Ser Integral se beneficia.

Estos beneficios máximos son el resultado de asumir con seriedad todo el compromiso mayor necesario para Adoptar el estilo de Meditaciones Mántricas.


¿Mindfulness o Mántricas?

Ahora, la pregunta de cualquier persona podría ser: ¿cuál de estas dos formas de meditar es la mejor?

Pues, ambas formas de meditar son muy efectivas; pero para responder, primero habría que explorar tu respuesta personal a la pregunta: ¿qué grado de autoconsciencia tienes de ti mismo? ¿Tú crees que eres un ser principalmente terrenal (más de pensamientos y emociones)? ¿O sabes que eres una Ser más espiritual que terrenal?

Si la respuesta es de “más pensamientos y emociones”, no hay que buscar más; Mindfulness es excelente.

Pero si tu respuesta se orienta más hacia lo espiritual, dedica todo el esfuerzo necesario para esperar los resultados grandes; entonces entran las Meditaciones Mántricas.

En el caso de que tu respuesta sea una combinación de ambas, el consejo también sería el de realizas meditaciones Mántricas; ya que estas implican también el beneficio mental.

En la vida moderna, muchas veces las personas comienzan con Mindfulness como técnica (por la sencillez) y cuando su mente comienza a calmarse, descubren que son más de lo que ellas mismas creían; y terminan haciendo Meditaciones Mántricas.


Finalmente...

No pretendo en estas líneas echar a menos una forma de meditar en función de la otra; tanto Mindfulness como Mántricas las he practicado por años y las enseño. Además, estas no son las únicas que existen.

Lo que si quiero dejar claro es que asumir una práctica meditativa ha sido siempre indispensable para el ser humano, cualquiera sea las razones que tenga para hacerlo y cualquiera sea el tipo que practiques.

La meditación es un procedimiento más de prevención que de corrección. No esperes necesitarlo para comenzar a meditar, comienza a hacerlo ya. Toma tiempo y esfuerzo llegar a disfrutar de los resultados; cuando estés urgido, a lo mejor no tendrás ni el tiempo ni el esfuerzo suficiente para beneficiarte.

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 483AS. (27 de abril del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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Palabras-claves: meditar, meditaciones, Mindfulness, mántricas, mente, espíritu, mantras

4 comentarios:

  1. Namaste.
    Gracias Maestro, excelente y clara su explicación.

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  2. Namasté. Maestro gracias por tan clara explicación del Tema.
    Namasté.

    Jacqueline Materán

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  3. Namasté.
    Gracias Maestro. Agradecido por impartir su sabiduría.

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  4. Gracias por su explicación MAESTRO, NAMASTE

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