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viernes, 24 de junio de 2016

¿Qué te está frenando?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Hola.
Quiero hablar contigo; sí, directamente contigo. No veas a este documento como un artículo más.

Posiblemente sientes cansancio, agotamiento. A lo mejor sientes que tienes problemas con los cuales no puedes más. Seguramente sientes que la situación país te ahoga y que te tiene por el piso. O tal vez te das cuenta de que tu esfuerzo no da los frutos necesarios. O que te tratan mal sin razón. O la incertidumbre del futuro “te come las entrañas”. A lo mejor es tu familia con sus problemas, tu pareja, tus hijos…

Son muchas las razones posibles por las cuales puedes estar sintiéndote mal. Pero yo te pregunto ¿Por qué aún sigues así? Es más, ¿Por qué a veces parece que las cosas van a peor? ¿Qué te está frenando?

Si lees esto es porque me conoces y conoces a mi grupo, aunque sea a distancia. Y además sabes que vivimos para enseñar a la gente a conseguir el verdadero bienestar y estamos dedicados a esto en un ciento por ciento… Pero tú aún no te decides.

Yo te puedo recordar los pasos necesarios que deberías asumir para comenzar a VIVIR a pesar de los problemas (y lo voy a hacer); pero lo que yo pueda decirte no hará nada si tu no sueltas tu “freno de mano”.

Porque tú mism@ tienes puesto el freno. Aun sin darte cuenta te estás oponiendo a tu bienestar. Por ejemplo:

Deberías meditar. Tu mente es la que ve los problemas; la que “siente” los problemas; la que no deja de pensar en los problemas; las que le da vuelta a los problemas aunque no pueda resolverlos; la que busca culpables;  la que desgasta toda tu energía, por lo cual terminas enfermándote. Si lograras calmar a tu mente, toda tu vida estaría mejor y tuvieras mayor efectividad abordando los problemas. Pero…

-       “…es que no es para mí, me cuesta mucho”. Cuanto más te cueste significa que más lo necesitas. No lograr hacer algo nunca ha sido un argumento válido para dejar de hacerlo. ¡Solo debes comenzar ya!; la meditación tarda en dar todos sus efectos positivos, así que no puedes esperar necesitarla para comenzar a meditar.
-       “… es que no tengo tiempo”. Ese es parte del problema, tu mism@ te niegas el tiempo para algo que te dará bienestar. Debes aprender a negociar con tu vida, debes organizar y darle prioridades a lo que haces, debes dejar de hacer algunas cosas que no te dan beneficios reales. Incluso antes de dormir lo puedes hacer.
-       “…es que me quedo dormid@ cuando medito”. Es porque debes practicarlo más y más.
-       “…es que me duele la espalda y/o las piernas en el piso”. Cambias de posición, hay decenas de forma de meditar.
-       “… es que ya lo hago por mi cuenta”. Si meditaras de verdad, sin lugar a dudas preferirías meditar en grupo. La energía que se genera y la cual se aprovecha con solo estar presente, no tiene comparación a cuando se medita solo.

Deberías buscar a Dios. Encontrar a Dios significa entender cómo actúa; comprender por qué suceden las cosas; descubrir cómo aceptar su voluntad si dejar de querer estar mejor; someterse a sus enseñanzas y lineamientos sabiendo lo importante de eso en tu vida; discernir lo que es realmente importante en tu realidad y trabajar por ello; y hacer de Dios el único y verdadero motivo de tu felicidad.

-       “… es que no creo en las religiones”. No te cierres tú mism@ la puerta en la cara antes de entrar. Buscar a Dios se puede comenzar a hacer desde cualquier o desde ninguna religión. No es lógico que una mala experiencia o noticias o diferencias con algunos “representantes religiosos” te hagan abandonar tu relación con Dios desde una práctica espiritual.
Hablo de buscar a Dios para afinar tu relación con Él, no de afinar tu relación con las instituciones religiosas. Esto segundo a lo mejor viene como consecuencia.
-       “… mi relación con Dios ya es perfecta”. ¿A quién engañas? ¿A mí? ¿Acaso tú crees que alguien con una relación con Dios “medianamente buena” sufriría tanto ante las situaciones de este mundo? ¿Tú crees que alguien que siente a Dios dentro de su corazón, viera tanta injusticia en el mundo y tanto “enemigo” y “diablo” suelto haciendo de las suyas?
-       “… es que yo no sufro por las cosas”. Ok, si no sufres, pues estamos hablando y perdiendo el tiempo; pero recuerda esto que me acabas de decir cuando te sientas mal.
-       “… es que no tengo tiempo”. Gastas muchas horas de tu día preocupándote de los problemas y no tienes tiempo para ocuparte de Dios. Ok, otra mala excusa.
-       “… es que yo no creo en los grupos de crecimiento espiritual”. Pues estás en tu derecho. Busca a Dios por ti mism@, únete a una iglesia. Deberías cada vez sufrir menos por las cosas que pasan a tu alrededor mientras vayas encontrando a Dios; esta será la forma de comprobar que lo estás haciendo bien.
La indignación que sientas por lo que hacen los demás, la rabia, el desconsuelo, la sensación de que no hay justicia en este mundo, la tristeza; son medidas claras de tu lejanía de Dios, ya que no lo estás viendo en las situaciones.
Cuando te canses y quieras buscar a Dios de verdad, busca un grupo de crecimiento espiritual de verdad; a lo mejor seguiremos por aquí, o a lo mejor no.
-       “…es que tengo cosas complicadas en mi vida y no las puedo abandonar”. Nunca debes abandonar tus compromisos importantes o cosas complicadas de vida para buscar a Dios. Es precisamente en esas situaciones complicadas de vida donde debes buscar y encontrar a Dios; ese es el trabajo y eso es lo que Dios mismo espera. Claro que deberás hacer un esfuerzo adicional, pero el resultado de vivir con Dios vale un millón de veces la pena.

Deberías dejar que tu espíritu asuma gran parte de tu vida. Cuando es tu espíritu (y no mente) la que protagoniza tu vida, lo que vives, lo que ves, lo que siente, cambia hacia un estado menos agresivo, menos reactivo, menos doloroso. Mientras más espíritu tengas manifiesto (protagonizando), cada vez son menos las cosas que de verdad te pueden hacer sufrir. Es la única forma de poder vivir en paz mientras pasa la tormenta, por más dura que esta sea.

-       “… ya lo he hecho, mi espíritu está manifiesto”. ¿Y sigues así? Tu espíritu, por definición, no sufre. Tu grado de malestar, indignación o sufrimiento ante las situaciones es inversamente proporcional a la cantidad de espíritu que tienes manifiesto; cuanto más te haga sufrir lo que pasa en tu exterior, menos espíritu manifiesto tienes. No te engañes, no evadas tu realidad.
-       “… es que no sé cómo se hace”. Pues involúcrate que yo te enseño
-       “… es que son muchos problemas”. Pues por eso es que sientes muchos problemas, porque todo lo tiene tu mente y tu espíritu aún duerme.
-       “… es que los culpables son otros”. Ese es el argumento principal de una persona viviendo desde su mente, con muy poco espíritu manifiesto en su vida.


“… pero es que puede ser doloroso todo el proceso.”

-       El parto de una criatura hermosa también “duele”; ¿acaso una madre se queja de ese “dolor”? No lo veas como un “dolor”, debes verlo con un esfuerzo que debes hacer para salir de esa “zona de confort” donde estás “sufriendo de forma cómoda”. Cueste lo que te cuestes, ese esfuerzo te llevará a un estado mucho mejor; allí dejarás de verlo como un “proceso doloroso”.

“… pero es que no tengo dinero.”

-       Estamos plagados de actividades gratuitas, podrías estar las 24 horas del día sanando y conquistando tu bienestar sin pagarnos un centavo.

“… pero es que los horarios no me cuadran con mis actividades diarias.”

-       Tenemos escenarios de bienestar las 24 horas del día, tanto presenciales, como en línea, como a distancia. Para todas las personas del mundo.

“… pero es que me da pena que me vean en esas cosas.”

-       Tenemos actividades donde puedes estar sin que te conozcan, hasta con pseudónimos.

“… pero es que mi familia se molesta.”

-       Sin afectar a tu familia, parte de tu tiempo personal (que deberías tener o deberías negociar) lo puedes dedicar a tu bienestar. Para eso es tu tiempo personal, no para flojear ni hablar mal de la situación.

“… pero es que es muy difícil todo lo que hablan y hacen.”

-       Nadie te va a comenzar a evaluar. La mayoría de las cosas las haces a tu paso y por tu cuenta; pero sin descuidar el esfuerzo necesario que debes dedicarle. Ese esfuerzo si será indispensable

“… pero ¿es que tendré que esforzarme mucho?”

-       ¿Qué esperas? ¿A un genio de la botella que te regale algo bueno pero para lo cual no has invertido tu esfuerzo? Amig@, el Universo no funciona así.

“… pero es que siento que puedo fallar y no dar la talla.”

-       Tenemos grupos iniciales en todo; porque nacimos para esas personas que no tiene mucha experiencia en la búsqueda de su bienestar.

“… pero es que mucho de lo que dicen es diferente a lo que yo he aprendido.”

-       Pero al parecer lo que has aprendido y lo que has hecho no te ha servido mucho; por eso aún sientes malestar y aún sigues luchando contra tus situaciones. Pues entonces, lo normal es que tengas que cambiar cosas que hayas aprendido o hayas hecho; no hay otra forma.

“… pero es que yo solo creo en mi propio esfuerzo personal.”

-       ¿Y aún tu realidad está así de mal?

“… pero es que no tengo suerte en esta vida.”

-       Es urgente que aprendas que todo lo que te sucede tiene una cuota importante de tu responsabilidad. Hasta que no lo entiendas esto, estarás incapacitad@ para ser medianamente feliz.

Argumentos como los anteriores son del día a día de muchas personas que siguen, día a día, gastando y perdiendo su vida de forma irremediable. Al final no habrán conquistado nada y dejarán un gran vacío en sus seres queridos. ¿Algunas de estas excusas se han reflejado en ti?

Algunos escenarios y sus modalidades disponibles donde te podrías involucrar son:

-       Meditaciones: guiadas: mántricas, presenciales, pagas, nivel básico y avanzado.
-       Crecimiento Espiritual: gratis, pagos, en línea, presencial, a distancia, inicial y avanzado.
-       Formación energética: pagos, en línea, presenciales, inicial y avanzado.
-       Terapias de bienestar: gratis, pagas, presenciales, a distancia, energéticas e integrales.
-       Lecturas/información/reflexiones/enseñanzas: lecturas, videos, audios, gratis, en línea, inicial y avanzado.
-       Redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram, Web, Youtube.
-       Foros de discusión: gratis, en línea, inicial y avanzado.
-       Charlas/encuentros/retiros: gratis, pagos, presencial, inicial, avanzado.


Y cada uno de estos escenarios tiene otras muchas y diferentes actividades implícitas.

Pero sea el escenario que sea: gratis o pago, de nivel inicial o avanzado, presencial o a distancia; todos tienen algo común e indispensable que debes dar: tu compromiso y esfuerzo personal sostenido y serio.

Si no eres capaz de planteártelo como un compromiso y en función de eso honrarlo con tu esfuerzo real; no habrá ningún provecho; más allá de desilusionarte por sentir que no te está sirviendo de nada.

 Y si aún con estos ofrecimientos no te involucras con tu compromiso y esfuerzo personal (no es solo inscribirse y no hacer más nada), dentro de mi papel de terapeuta te invito a que evalúes que “ganancia secundaria” te está trayendo el estado de malestar que tienes ahora.

Aunque no lo sepas, hay personas a las cuales su estado de sufrimiento y malestar “les sirve”. Espero que este no sea tu caso, sería realmente una situación nada fácil.

Dios permita que lo que hayas leído te sirva para que te decidas a comenzar a caminar hacia un verdadero bienestar.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 175A.S. (23junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica
Palabras-claves: Sanar, escenarios, bienestar, ganancia secundaria

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