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viernes, 24 de junio de 2016

Mantenerse en oración

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Mantenerse en oración” es una frase muy conocida, escuchada como recomendación de representantes religiosos e incluso de origen en diferentes mensajes marianos (aparición de La Virgen María)

Pero generalmente es un consejo que se da para tiempos o situaciones difíciles; para que de alguna manera recibamos asistencia o bendiciones del “Cielo”.

Todo bien, hasta aquí. ¿Qué suelen hacer las personas entonces? En momentos de mucho dolor, desesperación, indignación, rabia, toman algunas oraciones y comienzan a repetirla por sí mismas o incluso invitan a cadenas de oraciones para que Dios “meta su mano” y elimine el problema.

Generalmente ¿cuál es el resultado?: ninguno; o a lo mejor frustración de algunas personas porque después de tantas oraciones, la situación no se resuelve o como está en control del “diablo” ni Dios ni La Virgen pueden hacer nada.

¿Acaso eso quiere decir que orar no sirve? No, en absoluto; orar es una de las más grandes y efectivas prácticas espirituales para conseguir esa paz que añoramos en momentos de desdicha.

¿Pero qué sucede entonces? Porque si es así de efectiva, debería funcionar siempre; no a veces sí y a veces no.

Pues si un proceso es válido, pero no dalos resultados obtenidos; pues es porque no se está ejecutando correctamente.

Pues sí; podemos estar orando de forma incorrecta.

La oración es un ejercicio espiritual que se aconseja desde una práctica religiosa. Y como un ejercicio espiritual, tiene su explicación y fundamento en el ámbito místico. Por lo tanto, me voy a permitir explicarlo desde lo místico; pero no tengo que inventar nada, solo interpretar las sagradas escrituras: nuestra santa Biblia.

Fue el caso en que Jesucristo les decía a sus discípulos precisamente cómo orar:

Mateo 6:6-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

Léelo de nuevo por favor, fijándote en las frases subrayadas. Ahora paso a contextualizar las metáforas desde la enseñanza mística que soporta la verdadera fe cristiana.

“… cuando ores, entra en tu aposento…”. Entrar en nuestro aposento significa: quedarnos solos con los que somos y tenemos; dejar cosas afuera; y lo primero que debes hacer es dejar fuera los problemas que te aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No permitas que sean los protagonistas de tu oración. Eso quiere decir que al orar, no debe haber referencia a los problemas por los cuales a lo mejor decidimos orar.

“… y cerrada la puerta…”. Es una confirmación a lo anterior: la referencia de los problemas durante tu oración intentarán entrar una y otra vez. Debes asegurarte que esto no ocurra “cerrando la puerta”. A los problemas que dejaste aparte de tu momento de oración debes cuidar que se queden afuera, sin entrar. Esta es una instrucción de que debes asegurarte que las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te interrumpan durante tu oración. No debes ni nombrarlos.

Preguntarás: pero si orando no puedo pensar en los problemas ¿en qué pienso? Pues continúo.

“… ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Todos sabemos que se ora desde el corazón, así que orar al Padre significa siente al Padre en tu corazón. Entonces quédate allí sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que sientes por Dios. Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones exteriores, en tus asuntos públicos.

No es NADA conveniente cuando se ora sentir en nuestro corazón a los problemas o al dolor o a la rabia o a la indignación a siquiera a la tristeza o al desaliento; porque místicamente se sabe que por leyes universales, nuestra realidad exterior se llenará de más problemas. Por eso siempre es la invitación espiritual de mantener el corazón limpio. Ahora y aquí no puedo explicar más; espero que se acepte.

Claro, para este paso no te debe ser extraño el sentir ese amor y entrega secreto e inexplicable hacia Dios desde tu corazón. Si aún no lo logras en tu vida, debes seguir esforzándote mucho en eso primero.

“…no uséis vanas repeticiones, … (pensando) que por su palabrería serán oídos…”. Aquí nuevamente la indicación de que no creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez, Dios se va a apiadar de ti y te los va a quitar. La queja nunca ha funcionado nunca a nivel espiritual.

“…vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Y aquí la última indicación más hermosa y que nos integra con el Creador: no necesitas ni siquiera  pedir; no pidas lo que tú crees que te conviene. Si haces el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE necesitas; y a lo mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido imaginar.

¿Te lo resumo en mis palabras modernas?

“Y tú, cuando ores, lo primero que debes hacer es dejar fuera los problemas que te aquejan, o la referencia de ellos en ese momento de oración. No permitas que sean los protagonistas de tu oración.
Debes asegurarte que las referencias de dichos problemas ni se asomen; que no te interrumpas durante tu oración. No debes ni nombrarlos.
Entonces, quédate allí sintiendo ese amor y entrega, secretos e inexplicables, que sientes por Dios. Y como resultado, ese mismo amor que desbordas desde tu interior, desde tu corazón, cambiará y te premiará en tus situaciones exteriores, en tus asuntos públicos.
No creas que por quejarte con Dios de tus problemas, una y otra vez, Dios se va a apiadar de ti y te los va a quitar.
No necesitas ni siquiera pedir; no pidas lo que tú crees que te conviene. Si haces el proceso correcto, el Padre te dará lo que VERDADERAMENTE necesitas; y a lo mejor será mucho mejor de lo que tú mismo hubieras podido imaginar.”
(PedroAGR)


Estimados, esto es orar; así se ora. ¿Lo habían venido haciendo mal?

Te invito a que lo practiques, aún antes de necesitarlo, para que así ganes experiencia para los momentos difíciles.

Si nos mantenemos en oración de esta forma correcta, no habrá diablos ni problemas personales o grupales que nos quiten la paz.
                                                         
Esto es así de sencillo desde el punto de vista místico-espiritual-religioso. No comprendo porque las iglesias de hoy en día no lo explican a sus feligreses. ¿Será que ellas mismas lo olvidaron?

Dios permita que te sirva para recorrer el camino hacia Él.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 176A.S. (24junio2016)
Twitters: @eReiki @pagr777 @EvolConsc @SanaCristica

Palabras-claves: orar, oración, misticismo, leyes, universales, corazón limpio, Dios

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