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miércoles, 31 de julio de 2013

La Casa del Fin de los Tiempos ... ¡ perfecta !

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo


No hay nada más lejos de mis capacidades que el de ser crítico de cine. Lo único que puedo decir es que me gustan las películas de suspenso/terror y que las disfruto cuando logro verlas.

Pero el punto es que hoy, por invitación de mi hija y por recomendación familiar, fuimos a ver una película venezolana (bravo!!!) opera prima de Alejandro Hidalgo, con nuestra querida Ruddy Rodruiguez acompañada de figuras estelares como Gonzalo Cubero, Rosmel Bustamante y Guillermo García. Esta película es “La Casa del Fin de los Tiempos

Fui sin expectativas como de costumbre, pero desde que comenzó atrapó mi atención hasta el último segundo, casi sin parpadear; fue sencillamente genial.

Pero mi satisfacción personal puede no ser importante ya que está sesgada por mi subjetividad; pero no así lo que más disfruté de la película: “la perfección (exactitud) en la propuesta paranormal”

Aquellos de ustedes que me han leído y mucho más los que me conocen en persona, saben que me muevo desde muy joven en este mundo que algunos llaman paranormal, metafísico, místico, espiritual, etc.

Si bien no creo que tengo la última verdad del Universo, definitivamente hay información particular que uno puede manejar, obtenida desde círculos muy cerrados o por experiencias personales vividas; y lo espectacular es que mucha de esta información está plasmada en la película.

No conozco la formación del creador de la película, pero definitivamente tiene “mucha información veraz”. Para ponerlo en blanco y negro: lo que plantea la historia desde el punto de vista paranormal es “totalmente factible”.

Por supuesto que esta afirmación es muy audaz de mi parte, de ninguna credibilidad e imposible de probar para una mente ortodoxa; y para poderla decir se necesita manejar información no pública y experiencias personales en el área paranormal.

Personalmente he vivido situaciones que se enmarcan en el mismo fenómeno presentado y por eso puedo dar fe de ello. Tanto es así, que a pesar de que la trama de la película se lleva de forma muy cuidadosa, paso a paso, para ir presentando las escenas y no adelantar más de lo necesario, una vez que se evidencia el fenómeno que se desea presentar, es grandioso poder “leer la mente al autor” y anticipar las situaciones, ya que son “académicamente correctas, lógicas y coherentes” desde el punto de vista místico.

Portales atemporales, interacciones entre los planos terrenal y astral, paradojas, son algunas de las cosas que podemos apreciar en ella.

Es tonto seguir hablando y tratar de convencer de algo difícil de creer para la mayoría de las personas. Únicamente te invito a ver la película “La Casa del Fin de los Tiempos” si tienes inquietudes en estos temas; ya que estarás delante de todo un “libro de texto paranormal”

Mi estimado Señor Alejandro Hidalgo, no se quién es usted, no se qué es usted, no se quién se lo dijo; pero mis mayores respetos y agradecimiento.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 30 de julio del 2013
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777

martes, 16 de julio de 2013

Al Cesar lo que es del Cesar...

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Dentro de nuestra doctrina Cristiana, uno de los hechos que siempre se destacan es la figura de Jesús como “Dios hecho hombre”. Es esta frase se resalta la unión de ambos planos de existencia, el espiritual y el terrenal.

Siempre se argumenta que esta unión es una bendición porque nos trae a un hombre (Jesús) que aquí en la tierra, en simulares situaciones que las nuestras, pudo ejercer su divinidad y hacer la voluntad del Padre; esto de por sí debería ser suficiente enseñanza para nosotros.

Pero muchas veces existen personas que en busca de su espiritualidad tratan de armarse de argumentos sesgados y por tanto desafortunados, intentando minimizar lo terrenal y subliminar lo espiritual.

Esto lleva no solo a tratar de encontrar un porqué espiritual a todo lo que nos sucede (que probablemente lo tenga) sino a asumir que la solución de TODO debe ser en el plano espiritual (no físico).

Esta forma de actuar no es en absoluto prudente; y la actitud correcta se puede observar de lo que Jesús nos plantea en una de sus experiencias como Maestro:

Marcos 12:13-17
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.
14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?
15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea.
16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César.
17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.

Está claro que el objetivo de las preguntas planteadas a Jesús buscaba crear enemistad de su persona con el líder terranal del momento (el Cesar). Pero más allá de la habilidosa respuesta, la enseñanza es muy clara.

Se le plantea a Jesús (un Maestro Espiritual) una situación terrenal (pago de tributos) para saber cómo se debe actuar. Esta tipo de preguntas es una constante en una persona dentro de un camino de crecimiento espiritual: ¿qué hacer con nuestra terrenalidad si estamos en un camino espiritual?

Hay una muy mala actitud de algunas personas en camino espiritual, y es la de abandonar sus situaciones terrenales. Se creen que desechando su aspecto terrenal: familia, dinero, afectos, trabajos, obligaciones, compromisos, se va a llegar más rápido al Cielo; siendo generalmente lo opuesto.

Ante la pregunta del tributo, el mismo Jesús nos invita a que reconozcamos la situación de forma objetiva (la cara del Cesar en la moneda), sin ambigüedades, sin suposiciones; y que al reconocer la terrenalidad actuemos desde ese plano, desde el terrenal.

En esa actuación no se incluye lo que podamos creer o no, lo que deseemos o no; es totalmente directo y objetivo.

A la inversa también es justo: lo que es de Dios debe ser dado a Dios. Pero las situaciones de Dios pueden llegar a ser mucho más difíciles de reconocer. Por descarte podemos entender que lo que no es terrenal, lo que se escapa de nuestras manos y acciones terrenales sinceras, pues depende de Dios; entonces esas situaciones debemos entregárselas a Dios.

La mayoría de las veces no reconocemos lo que es de Dios y creemos que todo depende de nosotros; así nos enganchamos a sufrir, a llorar, a sentir rencor; solo bastaría entregárselas a Dios y listo.

Es verdad que somos Seres integrales, con diferentes planos de existencia y de acción; pero esa integralidad hay que respetarla honrando y considerando lo que pasa en cada plano debe ser abordado donde se es más eficiente, en su mismo plano.

Ese “Dios hecho hombre” no vino a mostrarnos que podemos llegar a Ser Dios a pesar de nuestra terrenalidad; sino que Dios nos necesita con los pies en la tierra, pero con nuestro espíritu a su lado, en el Cielo.


Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 16 de julio del 2013
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777

jueves, 11 de julio de 2013

Consciencia y Fuerza de Dios

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

La mayoría de las religiones, filosofías, creencias espirituales mantienen un concepto de dualidad de la divinidad que si bien puede ser discutible, no deja de ser útil y hasta necesario para explicar muchas de las enseñanzas que se desean obtener en un camino de crecimiento espiritual.

Aun cuando siempre he dicho que si estamos en un estadio netamente espiritual la polaridad (o la dualidad) desaparece, en este artículo voy a destacarla porque es muy buen acercamiento para quienes, desde este plano tierra, buscan adecuar su comportamiento para enrumbarse hacia Dios.

Llámese Yin/Yang, masculino/femenino, Padre/Madre, Shiva/Shakti; existe la idea de que deben existir en el universo dos aspectos complementarios (más que opuestos) que lo conforman todo y desde los cuales se define toda la creación. Entonces, el TODO (Dios) es una integración perfecta de estos dos aspectos.

Esta idea operativamente puede tomarse como correcta, no porque se diga dentro del marco filosófico/religioso, sino porque la naturaleza parece funcionar así, desde el punto de vista biológico, físico y hasta atómico.

Para que entonces haya equilibrio - lo que significaría una expresión armónica de Dios - ambos aspectos deben manifestarse de forma equilibrada.

Tomemos como ejemplo los conceptos de Shiva y Shakti. Shiva representa el aspecto masculino: la consciencia, la inteligencia, el control; y Shakti representa el aspecto femenino: la fuerza, el ímpetu, la acción. Bajo esta visión, el equilibrio (la armonía) se consigue cuando ambos aspectos se logran no solo manifestar de forma independiente, sino que lo hacen de forma integrada, compenetrada, uno para la otra. Por eso Shiva y Shakti se representan como el amor de pareja, sexuado, compenetrado uno con el otro y uno dentro del otro.

Cuando un de esos aspectos se manifiesta de forma solitaria, comienzan los desequilibrios; una fuerza (Shakti) ejercida sin control (Shiva) puede ser destructiva, el ímpetu (Shakti) manifestado sin reglas (Shiva) puede ser muy peligroso, la inteligencia (Shiva) sin acción (Shakti) no sirve para mucho, el control (Shiva) sin la acción (Shakti) no existe.

Podríamos (y deberíamos) llevar este concepto de fuerzas compenetradas a nuestra vida real (a cualquier escala). Así tendríamos una forma muy clara de discernir el porqué de los desequilibrios evidentes y si es el caso, podríamos tener un diagnóstico y una propuesta de mejoría.

Por ejemplo a escala social. Siempre se dice que un país con colectivos emprendedores, “echados para adelante”, que se esfuercen mucho, debería ser suficiente para asegurar el progreso; pero puede ser totalmente falso. Ese tipo de personas muestran mucha energía de acción, de empeño, mucha Shakti, pero pueden olvidar del equilibrio con la consciencia (Shiva); consciencia que se puede representar como control, leyes, claridad en las responsabilidades, consecuencias de sus actos, inclusive respeto a Dios.

Nuestra idiosincrasia latinoamericana parecería estar llena de mucho aspecto Shakti, pero de poco aspecto Shiva.

A escala de parejas, si bien los roles se pueden alternar, siempre debe haber alguno con más empuje y otro con cordura (Shakti y Shiva); si esos dos aspectos no se manifiestan en las diferentes situaciones que atraviesan las parejas, estas no son sostenibles en tiempo o, en el mejor de los casos, no son eficientes o satisfactorias.

A escala personal no podemos ser muy reflexivos sin acción, ni muy impetuosos sin pensar en las consecuencias; en ambos extremos se crean problemas o estados de insatisfacción.

Toda mejora de cualquier situación podría entonces enfocarse en un simple análisis de esos sencillos conceptos, en la escala que corresponda; para posteriormente aplicar correctivos para incrementar el aspecto faltante (Shiva o Shakti). Así de sencillo puede ser el abordaje.

Según nuestro Libro del Génesis de la Santa Biblia, ni el Dios Creador se arriesgó a dejar al aspecto masculino (Adán) solo, sino que le creó al aspecto femenino (Eva)… (uf, ¡por suerte!)

Actuar desde este concepto de equilibrio - ejerciendo Fuerza con Consciencia - permite que las cosas fluyan. Esto logra que la creación perfecta se manifieste, creándose armonía y por tanto comenzándose a observar las manifestaciones de bienestar, las manifestaciones de Dios.

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 11 de julio del 2013
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777

miércoles, 10 de julio de 2013

Dios es fuerte en nuestra debilidad

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Yo no se ustedes; pero a mí siempre me refieren este texto y sin entrar en detalles me pregunto si se estará entendiendo bien. Creo que llegó el momento de argumentar y contextualizarlo un poco.

Esta frase sale de nuestra Santa Biblia, lo dice el Apóstol Pablo:

2da Corintios 12:9-10
(Reina-Valera 1960)

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Como interpretación más básica se entiende que en las situaciones más difíciles Dios está allí para ayudarnos; interpretación básica pero no totalmente acertada. Además ¿“...cuando soy débil, entoces soy fuerte”?

Como es costumbre, no suele dar los resultados esperados el interpretar pasajes de escrituras sagradas cuando se leen de forma aislada o fuera de un contexto de una enseñanza espiritual real.

¿Cuantas veces nos hemos sentido ahogados en situaciones difíciles y nos hemos quedado esperando sentir a Dios? Ese “sentir la ayuda de Dios” parece no manifestarse de forma tangible ni en la sensación (paz dentro de la tribulación) ni en los resultados (situaciones resueltas). Entonces nos consolamos diciendo que “eso era lo que debíamos pasar”, o “que algo debemos estar aprendiendo (sin saberlo – ¡...Dios mío!)” o que Dios estuvo allí a pesar de que ni cuenta nos dimos.

Claro que si, Dios está SIEMPRE con nosotros; pero hay una verdad sagrada como un templo: si queremos que Él actúe con bien sobre nosotros, nosotros debemos darle ingerencia en la situación.

Constantemente pongo el ejemplo de cómo podemos ver nuestra vida:

El vivir es como recorrer en una carreta un camino de tierra y de piedras, con baches y partes planas, con precipicios de un lado y montañas del otro. Nosotros estamos sentados delante, tratando de manejar a los caballos; y detrás, como pasajero tenemos a Dios que no nos abandona nunca, que va donde nosotros vayamos.”

Hay veces que por tantos accidentes del camino el manejo de la carreta resulta difícil; nos asustamos, se nos acaban las fuerzas, tememos por nuestras vidas a pesar de que estamos haciendo el mayor de los esfuerzos. En esos momentos nos acordamos de que Dios está allí detrás de nosotros y le pedimos que sea Él el que tome las riendas de nuestra vida.”

¿Pero entonces qué sucede? Probablemente sigamos sentados donde estamos, no soltamos las riendas, seguimos creyendo que podemos hacer siempre un último intento, que “ahora sí...” que “ya va, espérate... una vez más”.... Dios empujándonos para tomar Él el control y nosotros sin cederlo, gritando ¡¡¡AYÚDAME!!!! pero sin soltar nada. Entonces Dios dice: “... ¿sabes qué? … sigue tú entonces” y se vuelve a sentar.

Afortunadamente Él acude a cada llamado, pero si decidimos no ceder, entonces se vuelve a sentar.

Los cristianos mantenemos una conseja donde se nos invita a “dar nuestra cruz al Señor”; sin dejar de caminar. Debemos confiar nuestros asuntos difíciles a Dios, pero muchas veces lo menos que hacemos es soltar esos asuntos y constantemente creemos que “nosotros podemos”. Pues Dios entonces respeta nuestro libre albedrío y Él mismo se exime de participar.

Recordemos una frase de la cita bíblica presentada al principio: el poder de Dios ...”se perfecciona en la debilidad”, ¿en la debilidad de quien? - de quien pide ayuda.

La alusión clara a “una persona débil” es de aquella que ya no tiene más fuerzas para luchar, es más, ya no tiene ni fuerzas, ni herramientas, ni EXPECTATIVAS de éxito. En debilidad es cuando reconocemos que Dios sería el único que pudiera hacer algo.

Mientras estemos convencidos que alcanzar una meta depende principalmente de nuestro esfuerzo, mientras sintamos que debemos hacerlo, mientras creamos que somos indispensables, mientras mantengamos el orgullo y busquemos la satisfacción del logro: pues no estaremos sintiéndonos débiles.

Si por el contrario reconocemos que las cosas responden a un Plan Mayor; que a pesar de nuestro esfuerzo necesario, el paisaje puede ser inesperado; que nuestro compromiso es seguir andando con el mejor empeño dejando que Dios sea el guía; entonces es donde demostramos esa debilidad que nos lleva a soltar las situaciones difíciles para que sea Dios el que tome verdaderamente las riendas.

Es allí en esta debilidad, en este estado de “cero expectativas”, donde dejamos que Dios se manifieste en TODO SU PODER, y podemos comenzar a ver de forma evidente todas las maravillas que puede hacer en nuestras vidas, a pesar de los baches y piedras del camino.

Ser débil no significa dejar de esforzarnos, sino reconocer que hay uno más fuerte y más capaz que nosotros: Dios.”
PedroAGómezRuzzo

Te invito a que vuelvas a leer los versículos y te los replantees: “Y (Dios) me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en (TU) debilidad. Por tanto, (Yo Pablo) de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (en Dios)”

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 10 de julio del 2013
Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777