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viernes, 27 de febrero de 2015

Entre conversaciones: Mente, Corazón y Espíritu

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
A. Adhikari:    Namasté.
                        Maestro, nuevamente hoy se planteó la reflexión de lo inútil de buscar una espiritualidad desde la mente (el intelecto). Inútil en el sentido de que los planteamientos espirituales no se llevan muy bien con la parte mental. Yo creo tenerlo claro; pero ¿cómo pudiera usted enseñarlo con una metáfora?

PAGR:             Namasté
                         A ver, Adhikari; te voy a poner a reflexionar a ti con una metáfora.

Imagina que Dios te creó como un frasco de vidrio lleno de espíritu. Ese eres tú verdaderamente; un recipiente de vidrio muy trasparente el cual contiene y deja ver tu espíritu como escencia que eres.
Cuando Él permitió que encarnaras, le puso una cubierta a ese frasco (tu ser físico); y te dio el cerebro y el corazón como dos formas de vivir mientras estés aquí y hasta que te redescubras.
Pero aún tienes en el interior a tu escencia espiritual.
El planteamiento para reflexionar es el siguiente: Tú puedes meter dentro de tu frasco a tu cerebro, para así vivir mientras estás encarnado; o puedes meter a tu corazón. Pero al hacerlo, se va a derramar, se va a salir, algo de tu espíritu. ¿Cuál desplaza más espíritu: tu cerebro o tu corazón?

A. Adhikari:     Uhhh, bueno Maestro depende del tamaño del cerebro o del corazón.

PAGR:            ¡Qué inteligente eres! Pero comienzas a darte cuenta que esa inteligencia no te da la respuesta espiritual.
Imagina que ambos son del mismo tamaño.

A. Adhikari:    Pues si tienen el mismo tamaño, ayudado un poco por el sabio Arquímedes, ambos van a tener que sacar la misma cantidad de espíritu del frasco para poder entrar ellos.

PAGR:            ¡Eureka! Sigues inteligente, pero aún sin la respuesta. Te pregunto: ¿acaso ambos ocupan el mismo espacio?

A. Adhikari:    ¡No! ¡No! ¡No! Ya lo vi. El cerebro es una masa muy compacta y casi sólida, mientras que el corazón es hueco. Cuando meto el cerebro en mi frasco de espíritu, este va a desplazar más espíritu que si meto el corazón; porque cuando sumerjo el corazón parte del espíritu puede meterse dentro de él.

PAGR:           ¡Bravo! Ahora si comienzas a pensar con el corazón. Estamos claros de que solo usamos las imágenes cono metáforas; pero si estando encarnado usas más el cerebro (los pensamientos, el razonamiento, el intelecto) estarás viviendo de forma menos espiritual que si usaras el corazón (tus sentimientos).
A. Adhikari:    ¡Wow! Perfecta metáfora para mí, gracias.

PAGR:            Gracias, pero en realidad aún no está tan clara. Aún muchas personas creen estar utilizando los sentimientos en sus vidas; y ni siquiera han tocado nunca el corazón.
Recuerda que hay algo que yo llamo “pseudosentimientos”, que debes tener repetido en tus apuntes muchas veces; y este es el fenómeno por medio del cual las personas crean sentimientos desde su mente y creen estar sintiéndolos con el corazón.

A. Adhikari:    Maestro, así se complica todo. Sé que usted lo ha publicado hasta por Internet, pero ¿no hay una forma sencilla de reconocer entre los sentimientos verdaderos y esos pseudosentimientos?

PAGR:            Sí lo hay, aunque es muy general. La mayoría de los verdaderos sentimientos no te hacen sufrir. Algo sí te puede lastimar, pero no te enganchas en ello; es decir no sufres por ese algo. Por el contrario, si sufres por frustraciones, por apegos, por insatisfacciones, por expectativas no cumplidas, porque pasa algo “que no debería estar pasando”; es porque estás viviendo con sentimientos muy mentales; con los seudosentimientos. Lo que sientes no son verdaderos sentimientos.

A. Adhikari: ¡Maestro! esto es lo más esclarecedor que yo haya escuchado en mi vida sobre los pseudosentimientos; y tiene total correspondencia con nuestra parte energética. ¡Wow!
Pero lamento por aquellos que no se dan el tiempo para estar con usted y preguntarle cosas; están muy ocupados con su terrenalidad. Afortunadamente yo estoy en el astral.

PAGR:            Bueno Adhikari; yo trato de escribir algunas de las cosas para que los de abajo entiendan, pero tú tienes en tu estado esa ventaja adicional.

A. Adhikari:    Así que: cuanto más “cerebro” utilicemos en nuestra vida encarnada, menos espíritu podremos manifestar; pero si usamos más “corazón” pues parte del espíritu puede morar dentro de él y será mucho más fácil vivir una vida donde el verdadero espíritu se manifieste. Esto último nos permitirá entonces transitar un verdadero camino de crecimiento espiritual. ¿Lo dije bien?

PAGR:            Perfecto Adhikari; ahora sí estás pensando con el Espíritu.

A. Adhikari:     … pero Maestro, aún me queda una duda, que no sé si sale de mi cerebro, de mi corazón o de mi espíritu: ¿No es cierto que incluso el corazón sacó de mi frasco un poco de espíritu?

PAGR:            Si Adhikari; tu pregunta sale de tu espíritu. Porque al final del camino espiritual nos damos cuenta de que incluso al corazón lo debemos sacar de la escena; para así poder presentarnos y manifestarnos totalmente en espíritu como Dios nos creó.

A. Adhikari:    … pero entonces... Maestro...

PAGR:            No retrocedas en tu consciencia, Adhikari; no te preguntes nada más. Algún día lo entenderás y verás que no es nada de lo que estás pensando en estos momentos.

A. Adhikari:    Infinitas gracias Maestro. ¿Podemos llamar a esta metáfora: “Mi frasco de espíritu”?
PAGR:            Claro que sí, gracias por preguntar.

A. Adhikari:    Namasté

PAGR:            Namasté.
Dios te sga bendiciendo.



Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 27 de febrero del 2015.
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Palabras-claves: mi frasco de espíritu, cerebro ,corazón , espíritu, astral, pseudosentimientos,

jueves, 26 de febrero de 2015

El Libre Albedrío

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
El tema del Libre Albedrío es muy amplio y es discutido por diferentes ramas del saber. Psicólogos, filósofos, teólogos, religiosos, místicos; van y vienen con este tema y generalmente terminan en el mismo lugar; con sus propias concepciones particulares.

Lo que sí es común entre los muchos enfoques, es el abordaje mental que se le da al libre albedrío; a pesar de que este es un concepto realmente espiritual, no atado a un entendimiento racional.

Sin intentar ser exquisito en lo que voy a decir, voy simplemente a plantear la reflexión sobre el Libre Albedrío dentro de un esquema de enseñanza útil para el crecimiento espiritual.

Todas las filosofías religiosas han tratado este asunto; y en nuestro cristianismo católico se pueden encontrar alusiones extensas de Santo Tomás de Aquino y de San Agustín. Claro, son enfoques más de cristianismo místico que de cristianismo católico.

Pero permítanme alejarme de las referencias bibliográficas que ustedes pueden encontrar por su cuenta, para poder desarrollar el tema “a pies descalzos” 

Definición Popular del Libre Albedrío


La acepción popular del Libre Albedrío está alrededor del concepto de la libertad de escoger que Dios nos dio para que hagamos lo que creamos necesario hacer con nuestras vidas. Se puede decir popularmente que:

El Libre Albedrío es una capacidad que Dios nos dio, para tener la libertad de escoger lo que queremos hacer en nuestras vidas. Esto no está exento de responsabilidades; y por lo tanto debemos correr las consecuencias de nuestras elecciones, buenas o malas.”


Puede haber otras definiciones diferentes; pero por lo general todas giran en torno a esta.

Esta definición es difícil de sostener si vamos más allá de nuestra consciencia terrenal. En caso de ser real y total esta definición, si decidiéramos algo por nuestro Libre Albedrío y nos equivocáramos (nos hacemos daño), pues Dios “no debería meterse a ayudarnos”, porque estaría violando el mismo Libre Albedrío que nos regaló.

Entonces, comienzan a salir otros argumentos acomodaticios para salvar esta reflexión. Nos creamos a un Dios “amoroso” (alcahueta), “compasivo”, “misericordioso”; que a pesar de que nosotros usamos nuestro Libre Albedrío y tenemos la responsabilidad de nuestros actos, Él siempre está dispuesto a meter las manos por nosotros.

Estos argumentos añadidos derrumban la definición, en vez de fortalecerla. Porque si tenemos libertad de escoger, pero Dios se puede meter a discreción; pues dicha libertad no es tal.


Definición Espiritual del Libre Albedrío 

En el otro extremo de la balanza está una definición de mucha altura espiritual que expresa:
 
El único Libre Albedrío que existe se limita a escoger decirle a Dios que sí o que no; esto significa someternos a Su voluntad y servirle; o hacer nuestra propia voluntad y esperar que Él nos sirva a nosotros.”


Esta definición requiere de una consciencia espiritual muy manifiesta para poder aceptarla; pero plantea, ciertamente, la meta final de cualquier crecimiento espiritual.

Esta misma capacidad de escoger, no está tampoco exenta de responsabilidades. Decidir que nuestra vida personal se atenga a la voluntad de Dios, produce la tan ansiada “paz espiritual”. Pero vivir tratando de que suceda lo nosotros creemos que debe suceder, nos va a traer en el mejor de los casos frustraciones y malestares.

Dejaré para otro artículo, el extenderme en la definición espiritual del Libre Albedrío. 


Definición Mística del Libre Albedrío 

La definición popular se asume cuando estamos viviendo de forma terrenal (cuando aún no comenzamos un camino de crecimiento espiritual); mientras que la definición espiritual aplica cuando ya llegamos a la meta de ese camino espiritual. ¿Pero qué hay cuando estamos en pleno camino hacia Dios, entre algún lugar entre la partida y la llegada? Aquí, ninguna de las dos definiciones sirven de mucho.

Pues como siempre, en todo verdadero camino de crecimiento espiritual, las explicaciones místicas son necesarias. Estas explican cómo funciona el universo y se convierten en las instrucciones de viaje.

La definición mística del Libre Albedrío debe ser entonces consistente con la realidad que une a la Tierra y al Cielo. Debe satisfacer principios místicos básicos, entre ellos:

  • El Amor verdadero y absoluto (no alcahueta ni sobreprotector) de Dios hacia nosotros.
  • El cuidado que tiene Dios hacia nosotros; que no implica evitarnos caídas, sino darnos todos los escenarios y herramientas para levantarnos, enseñarnos y fortalecer nuestro espíritu.
  • La supremacía de nuestro esfuerzo personal como lo único que necesitamos para llegar al Cielo.


Y con esto, la definición mística que suelo enseñar es la siguiente:

El Libre Albedrío es un regalo que Dios nos dio para que podamos llegar a Él como elección personal e independiente de cualquier otra cosa”. 
El Libre Albedrío plantea una promesa de Dios hacia nosotros; la cual establece que en nuestra vida van a suceder únicamente las cosas que nosotros elijamos con nuestras acciones, sentimientos y esfuerzos; y esta promesa la va a defender Dios, con todo su amor”. 
 “Por estas premisas, el Libre Albedrío establece que si yo decido ser feliz y conquistar la Paz, no va a haber nada ni nadie en el mundo que lo impida, simplemente porque es mi decisión y Dios lo hace respetar y lo defiende a toda costa”.


Está definición parece mentira, ¿cierto? Pues no lo es, solo que requiere de algo en particular; y ese algo lo dio el mismo Dios.

Para que seamos dueños absolutos de nuestro destino y llegar al Padre si así lo decidimos; se necesitaría tener las cosas muy claras y no estar sujetos a imprevistos, ni cabos sueltos, ni a caos, ni a subjetividades, ni a cosas fuera de control. Esto implicaría poseer las reglas claras para no tener sorpresas en los resultados de nuestras acciones o comportamientos.

¿Acaso esto es una realidad o por lo menos es medianamente posible? Pues no es solo totalmente posible, sino que es la forma en que funciona el Universo.

Cuando se dice que Dios creó el Universo y lo hizo de forma perfecta; lo que significa es que Dios creó el conjunto de leyes que rigen el funcionamiento de toda la creación (incluyéndonos) y que en estas leyes o reglas no hay cabos sueltos; no hay casos no considerados (ese es el verdadero significado del Dios Todopoderoso)

Y no se habla de solo las Leyes Físicas, sino de las que también rigen los asuntos que el pensamiento científico no termina de entender: de las Leyes Espirituales. El conjunto de leyes físicas más las leyes espirituales, forma lo que todo místico conoce como Leyes Universales.

Entonces, no aceptar esta definición mística del Libre Albedrío probablemente sea porque se desconozcan la leyes universales. El problema no es de la definición, si no de nuestra ceguera, ignorancia o resistencia a acepta estas leyes.

Pero no es suficiente saber que estas Leyes existen y que solo atendiéndonos a ellas nuestro Libre Albedrío es una realidad. Dios las debe dar a conocer, porque si no, seguiríamos en desventaja.

Si bien estos conocimientos son el “pan nuestro de cada día” para el pensamiento místico; Dios permitió que todas esas leyes llegaran a la gente común, de una forma clara, entendible y accesible a todos. De aquí nacen las religiones.

Sí; aunque hoy en día estén muy desprestigiadas; las religiones nacen como la práctica de esa espiritualidad que trata de traducir el pensamiento místico complejo en recomendaciones de vida cotidiana, totalmente acordes y coherentes con las Leyes Universales. 

Cuando se lee nuestra Santa Biblia con ojos místicos, nos encontramos con el mejor libro de texto de Leyes Universales.

 Si por ejemplo una persona actúa en su día a día como todo un cristiano; pues sin saber nada de Leyes Universales ni de misticismo, estará fluyendo en armonía con el funcionamiento del Universo; y podrá ejercer en totalidad su Libre Albedrío de Llegar al Padre.

Namasté 

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 26 de febrero del 2015
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Palabras-claves: libre albedrío

lunes, 23 de febrero de 2015

Mensaje de Jesús – Confía en mí

Adaptación: Pedro A. Gómez Ruzzo
Múltiples fuentes en Internet - Lo que está subrayado es adaptación personal.
(Fuente tomada de https://www.aciprensa.com/Historias/historia.php?id=60)
 
"¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te abandones en mí todo se resolverá con mayor paz en tu interior según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra tus ojos del alma y dime con calma: "Jesús yo en ti confío".

Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí sin dejar de trabajar en lo que deseas.
Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.

Confía en que en tu pasado también estuve contigo y te traje hasta aquí para que reconfirmes tu amor por mí; amor que me demuestras cuando de verdad “confías en mí”.

Dime frecuentemente: "Jesús, yo confío en ti". Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Jesús, yo confío en ti, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, YO TE AMO. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía.

Recuerda que este amor que te tengo me llevó a morir por ti; que eso te sirva para hacer renacer tu confianza en cada momento.

Continúa diciéndome a toda hora: "Jesús yo confío en ti". Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Las fuerzas de la oscuridad dentro de ti quieren eso: agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
Confía solo en Mí, abandónate en Mí; déjame entrar dentro de ti a través de tu confianza; y mi presencia las echará fuera.

Así que no te preocupes, tenme presente en todas tus angustias y recuerda que te procuraré lo que más te convenga; así podrás dormir tranquilamente.

Dime siempre: Jesús yo confío en Ti y verás grandes milagros. Te lo prometo por Mi AMOR."

(Lo que está subrayado es adaptación personal)
Dios te bendiga.
Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 23 de febrero del 2015
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Palabras-claves: confianza en Jesús

Entre conversaciones: Proverbios- Condena a muerte

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
A. Adhikari:    Namasté.
                         Maestro; el otro día leí del libro de Proverbios una cita que me alarmó; y no por mí, sino porque es el tipo de cita bíblica que mucha gente no entendería y por la cual despreciarían la enseñanza cristiana. La cita fue esta:

Proverbios 19:16Reina-Valera 1960 (RVR1960)
El que guarda el mandamiento guarda su alma;
mas el que menosprecia sus caminos, morirá.”


¿Podría explicarla con sus palabras, por favor? En especial porque muchas personas pudieran ver a esta frase como una condena a muerte, un tanto fanática y manipuladora.

Maestro:         Namasté
                        Por supuesto, Adhikari. Por frases mal entendidas como estas, mucha gente se aleja de la fe; y eso sucede cuando se dan fuera de un contexto amplio de lo que puede ser la enseñanza cristiana.
Creo que lo hemos hablado antes, pero vamos a repetirlo. En toda enseñanza espiritual, los términos hay que entenderlos en contexto espiritual.
Al igual que cuando se dice “la Vida” no se refiere necesariamente a la vida humana/biológica; aquí el término “morirá” tampoco se refiere a morir humana o biológicamente.
Cuando se habla de que “morirá”, debemos entender de que no gozará de la “Vida eterna”.
De hecho, en la frase está referida el “alma” y esta es una referencia a la vida en el más allá; no de la vida biológica.

A lo mejor se podría entender un poco más si extendemos la frase con un contexto espiritual más amplio:

El que respeta y sigue el mandamiento espiritual, salvará a su alma;
mas el que crea que no sirve de nada, pues no podrá tener vida eterna.”

A. Adhikari:    Oh, mucho más claro, gracias. Pero Maestro, ¿dónde está la falla del entendimiento inicial?

Maestro:         Pues la falla está en que seguimos creyéndonos que solos únicamente seres humanos/biológicos; y cuando se habla de “muerte” entendemos que significa dejar de respirar, latir, pensar; morir físicamente.
Cuando comenzamos a sabernos seres espirituales; seres con mayor trascendencia que estos pocos años físicos; descubrimos que la verdadera “muerte” es estar alejado de la presencia de Dios; es no tener vida eterna en Él ni con Él.
Solo en ese momento la espiritualidad y la religión se vuelven verdaderamente importantes; mientras tanto, estaremos “muertos” espiritualmente.

A. Adhikari:    Entiendo. Es por eso por lo que mucha gente no le ve sentido a los preceptos espirituales.

Maestro:         Exacto; muchos se creen únicamente humanos y no le prestan atención a su espíritu. Pero basta que mueran (dejen de ser humanos) para que se den cuenta de que eran simplemente un alma vestida de cuerpo biológico; y entonces quedarán desnudos y sin protección.

Por eso es importante cultivar el alma y el espíritu mientras vivamos; porque irremediablemente, tarde o temprano, volveremos a ser solo eso.


A. Adhikari:    Gracias Maestro.
                        Namasté.

Maestro:         Dios te bendiga.
                        Namasté.



Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 22 de enero del 2015.
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Palabras-claves: morir, proverbios, alma, espíritu, enseñanzas

viernes, 20 de febrero de 2015

Situaciones que nos purifican

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
Podemos creer en el karma y estar equivocados; podemos creer en el diablo y estar equivocados; podemos creer en el destino y estar equivocado, podemos creer en la brujería y estar equivocados, podemos creer en la mala suerte y estar equivocado. Pero en lo que debemos estar ciertos es que cualquiera de nosotros puede enfrentarse a situaciones difíciles a lo largo de nuestras vidas.

Independientemente del porqué nos tocan estas situaciones difíciles (bien sea por predestinación o por castigo), Dios aún está presente en ellas y lo hace a través de su misericordia.

Primero debemos mantener siempre en nuestro corazón que Dios nos ama con locura y que jamás nos abandona. Pero ese Amor de Dios no siempre se manifiesta eximiéndonos de situaciones difíciles; ya que algunas de ellas parecen importantes que las atravesemos; y solo Él sabrá porqué.

Lo que si podemos asumir con total seguridad, es que aún en estas situaciones complicadas Dios espera que aprendamos algo.

Por lo tanto, si nos centramos en el aquí y en el ahora de cualquier situación complicada; podemos dejar atrás temporalmente el origen de la misma; y simplemente la asumiremos con la misericordia de Dios.

La misericordia de Dios me gusta pensarla como esa actitud de Dios que me da la oportunidad de sacar algún provecho espiritual de las situaciones difíciles que me tocan vivir; a pesar de que estén allí por mi propia culpa.

Ese provecho espiritual que puedo obtener si enfrento correctamente una situación, puede ir desde fortalecer mi espíritu (para seguir enfrentando situaciones similares); hasta salir purificado y liberarme de situaciones futuras similares.

El fortalecerme espiritualmente es complicado, ya que requiere de una consciencia espiritual más alerta sobre mi realidad; pero la purificación sí está al alcance de todos.

Alguien santo tuvo que haber dicho algunas vez: “Dios nos purifica a través de las situaciones difíciles; y es dicha purificación la que acelerará nuestro reencuentro con Él”.

Aquí es cuando mucha gente se asusta: “¿es decir, que si me purifico estaré acelerando mi muerte?”

No. Cualquiera de nosotros puede acelerar su propia muerte y no estar ni remotamente purificado. Dios no condiciona nuestra muerte a la purificación; pero la purificación sí puede condicionar a nuestra vida.

Cuando nos vamos purificando podemos seguir viviendo, pero cada ve más cerca de Dios. Y una de las formas de sentir esa purificación es como una pequeña semilla de paz espiritual (interior) que va creciendo y consolidándose poco a poco.

La forma de purificarme

La pregunta ahora es: ¿cómo enfrento entonces a las situaciones difíciles para aprovecharlas y purificarme?

Las respuestas las tienen la fe religiosa que profesemos (es necesario hacerlo); pero puedo dar una aproximación general: “podemos purificarnos en las situaciones difíciles que enfrentamos, si las asumimos con la fuerza de nuestro espíritu

Pero aún así queda confuso lo de “la fuerza de nuestro espíritu”. La siguiente pregunta podría ser: ¿cómo se manifiesta la fortaleza de mi espíritu?

Veamos ejemplos con frases prácticas que a lo mejor aclaran lo que puede significar las fortalezas de nuestro espíritu. Cuando enfrentemos situaciones difíciles, podremos probar algunos de estos argumentos:
  1. Reforzar nuestra humildad espiritual y entender que dicha situación la necesitamos pasar y por esa razón Dios la permite, aunque no podamos ni imaginar sus razones.
  2. Atajar nuestros sentimientos difíciles ante lo que estamos pasando. Eso trae mucha ganancia espiritual.
  3. Asumir que la situación nos está dando la oportunidad para actuar correctamente y/o ayudar a alguien.
  4. Ver a la situación como una lección de vida espiritual y buscar qué debemos aprender de ella.
  5. Asumir que esa situación está dentro de un plan mayor que Dios tiene para mí y para los míos; y por tanto, si la asumo correctamente, habrá un bien también mayor que ni siquiera puedo imaginar.
  6. Ver a la situación como temporal (en el peor de los casos al morir desaparecerá). Ninguna situación difícil va a trascender a nuestra existencia terrenal.
  7. Conscientizar que a pesar del sufrimiento actual producido por la situación, Dios no nos abandona y mantiene nuestra fe y nuestro espíritu firmes; todo esto sin dejar de trabajar por superarla o aprender a sobrellevarla.
Puede haber seguramente muchos más argumentos; pero observemos que en el trasfondo de cada uno de ellos tenemos la certeza de que Dios tiene el control. Esto es una de las cosas más importantes que puede darnos purificación ante las situaciones difíciles que enfrentamos; y es la práctica básica de asumir lo que nos sucede como “la voluntad de Dios”.

Y por supuesto, ninguno de estos argumentos pretende dejarnos pasivos ante la situación. Muy por el contrario, nuestra acción espiritualmente correcta ante cada situación es lo que va a permitir que esos argumentos anteriores rindan los frutos de purificación que esperamos.

Fíjense que por un momento nos olvidamos de si somos los responsables de la situación difícil, u otro fue el culpable, o el karma, o el diablo, o el mismo Dios. La idea es asumirla con una consciencia espiritual y eso nos purificará, gracias a la misericordia de Dios.

¡Biblia, biblia!

Aquí dejo una de las muchas referencias bíblicas de esta enseñanza:

Eclesiástico 2:5-7
Traducción en lenguaje actual (TLA)

5 El oro se purifica con fuego, y nosotros, con el sufrimiento.
6 Si corrigen su conducta y ponen su confianza en Dios,
él les brindará su ayuda.
7 Si obedecen a Dios, deben también confiar en su amor
y hacer siempre lo bueno; de lo contrario, fracasarán.

Sin importar de dónde venga el fuego, si ponemos nuestra confianza en Dios saldremos purificados como el oro más fino.” (PAGR)

Dios les bendiga siempre.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 19 de febrero del 2015
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Palabras-claves: purificación, situaciones difíciles, karma, Dios, Eclesiástico, confianza

jueves, 19 de febrero de 2015

Las cenizas del miércoles

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
Acabamos de pasar el Miércoles de Ceniza en nuestra práctica Católica; y este marca el comienzo del tiempo de Cuaresma, período en el que debemos prepararnos para aprovechar el sacrificio máximo de nuestro Señor Jesús.

Pero más allá del significado de imponerse las cenizas, a nivel religioso, místico y vivo, para el día a día de cada católico; este hecho personalmente lo resumo en las dos frases que se suelen utilizar:

Polvo eres y en polvo te convertirásy Arrepiéntete y conviértete al Evangelio

Estas dos frases encierran todo lo que se quiere de un cristiano (católico o no); y debería ser practicado por cada seguidor de Cristo. Me voy a permitir reflexionar y unir ambas frases.

La primera parte nos recuerda duramente, lo temporal y pobre de nuestra vida terrenal. Nuestra vida biológica nace de algo muy sencillo; y vamos a terminar en algo más sencillo todavía: en polvo.

Por muy hermosa, grande, frondosa, verde y perfecta que haya sido una rama de palma en esta vida terrenal; al final de su vida será ceniza igual que cualquier palma que se quema al fuego. Y entonces todas las características trabajadas en pos de la terrenalidad, al final desaparecen.

Así como esa palma de donde se saca la ceniza, nosotros también nacemos, crecemos y nos esforzarnos en obtener logros terrenales; para que al final terminemos en algo tan básico como la ceniza.

Todo cristiano sabe que cualquiera que sean sus logros terrenales, bastará la muerte (el fuego) para que estos, e incluso su esfuerzo, queden hechos polvo.

Todo cristiano sabe que la alusión de “polvo eres y en polvo te convertirás” es un recordatorio para su parte terrenal/humana; que si a ver vamos, es la que termina enfermando o sufriendo.

Si echamos una mirada rápida, no es difícil darnos cuentas que nuestras frustraciones, miedos, angustias, rencores, rabias, resentimientos, pobrezas, hambres, minusvalías; todas se vuelven cenizas cuando morimos. Todo se acaba.

Y son por estas cosas que no trascienden a la muerte, por las que perdemos nuestra tranquilidad, nuestro bienestar, nuestra paz, nuestro tiempo. Y no solo perder el tiempo, sino que dejamos de ofrecerle tiempo a lo que sí va a trascender luego de morir, aquello que no se va a convertir en polvo. Y allí comienza la referencia al Evangelio.

El Evangelio es la referencia de las enseñanzas de Jesucristo en vida. Y son estas enseñanzas, las que efectivamente nos enseñan a vivir una vida terrenal que permitirá cosechar frutos no en este plano terrenal, sino en la “Vida Verdadera”; vida que tenemos luego de morir. Es en esta “vida verdadera y eterna” donde todo este plano terrenal se vuelve polvo.

Entonces, el llamado a convertirse al Evangelio es una invitación para que utilices las enseñanzas de Jesús para que tu existencia terrenal valga la pena en el más allá.

Pero esto no lo puedes hacer sin antes darte cuenta de que lo has venido haciendo de forma inapropiada; y tampoco si no tienes un firme propósito de enmienda. Este es el llamado al “arrepentimiento” de la misma segunda frase.

Así que yo pudiera unir y extender ambas frases de la siguiente forma:

Date cuenta de que todo por lo que te afanas hoy (eres y haces) no tiene valor espiritual (es polvo); y no te va a servir cuando te mueras (en polvo se convertirá). – Por lo tanto, entiéndelo y proponte a que sea diferente (arrepiéntete); y aférrate a las enseñanzas vivas de Jesús (el Evangelio), para que con tu vida terrenal comiences a cultivar cosas que sean útiles en tu retorno al Dios Padre que está en los Cielos.

Qué bonito todo lo que significa una simple cruz de ceniza en la frente, ¿verdad? Un excelente inicio de conversión de Cuaresma.

Con seguridad ya lo sabias, porque palabras más o palabras menos seguro te lo explicaron en la misa. De cualquier forma me dio ganas de escribirlo y aquí lo dejo.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
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