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jueves, 29 de enero de 2015

Entre conversaciones: Todo es vibración

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

A. Adhikari:    Namasté.
                        Maestro; muchas veces se oye que dicen que todo es vibración. ¿Podría explicarme eso?

Maestro:         Namasté
                        Si, Adhikari. Todo lo que existe, “es” gracias a diferentes estados de vibración (pudiéramos verlo como velocidad o frecuencia de vibración). Muchas veces esto se confunde y se nombra como una Ley Universal; pero en realidad no lo es, porque no define procesos sino que define simplemente lo que “es”.

A. Adhikari:   ¿Pero eso tiene que ver con nuestros planos de existencias o nuestros planos de consciencias?

Maestro:        Totalmente. Mientras vamos de un plano de consciencia espiritual a uno mental, o desde un plano de existencia más espiritual a uno más terrenal; las vibraciones cambian, se hacen “más densas”. Mientras las vibraciones son más densas, se produce la apariencia de mayor “caos”.
Imagina por un momento un lago sereno. La superficie del agua no tiene un movimiento que se aprecie, y eso nos da la sensación de calma (incluso es notorio y agradecemos ese estado porque no es nuestro estado normal de vida).

Si lanzas una pequeña piedra, la superficie del agua comienza a “vibrar” a moverse, y empiezan a aparecer ondas (perturbaciones). Allí apareció el “caos”. En la superficie comienzan a aparecer “cosas en las que te pueden fijar”, “cosas que destacan”, ondas, bucles; deja de ser una simple “superficie de agua en calma” y se convierte en olas.
Pero si ahora dejas caer una montaña de rocas dentro del lago; la perturbación se hace máxima; la vibración, como “caos”, aumenta mucho. Allí aparecen más “cosas en las que te puedes fijar”; salpicones, olas, gotas de agua que salen de la superficie, las mismas rocas rebotando entre ella. Allí se perdió completamente la paz del lago en calma.
Lo mismo pasa con los planos de existencia. Un plano de consciencia mental está formado por todo lo que aparece cuando una montaña se derrumba sobre a calma de un lado.
Cuando haces el esfuerzo de calmar a tu mente, por ejemplo en la meditación, lo que haces es intentar bajar la vibración de ese “caos” que tu mente ha producido en tu Ser Verdadero (tu espíritu, tu “lago en calma”).
                        Cuanto más logres calmar a tu mente, tu vibración será más suave y podrás vivir en mayor calma.

A. Adhikari:    ¿Y eso es suficiente para llegar al espíritu?

Maestro:         No, no es suficiente, pero es necesario que lo hagas. Porque aún quedan perturbaciones que no son producidas por tu mente. Aún hay esas ondas más pequeñas que perturban la calma del lago. Luego de la mente, lo que debes controlar son las emociones. Las emociones difíciles son piedras que perturban la superficie; pero también lo hacen las que consideran emociones buenas. La “emocionalidad real” que permite que el espíritu se manifieste es la “no emoción”, el “no sentimiento”.
Nuestro espíritu por definición está ausente de cualquier vibración perturbadora; sea esta buena o mala. Cualquier emoción aún sostiene el “concepto de dualidad”; y en nuestro espíritu todos somos lo mismo; uniforme, sin diferenciación, sin vibración, no existe la dualidad. Como en ese lago donde la superficie es igual en toda su extensión.

A. Adhikari:    Maestro, no entiendo nada. ¿Será que lo voy a entender en algún momento?

Maestro:         No importa si entiendes o no lo que te digo. Aunque logres entender, eso no te sirve para vivir; porque te estoy dando un “principio de cómo es el universo”, pero no te estoy dado una “ley de cómo ese universo llega a serlo”.
A. Adhikari:    Así que hay “principios” y hay “leyes”. Y las leyes son las que me sirven para vivir. ¿Quiere decir eso algo así como que tanta “filosofía no sirve de mucho a la hora de los problemas”?

Maestro:         Exactamente. Por eso, el pensamiento místico se debe convertir en enseñanza espiritual para que sea aprovechable por cualquiera.
Por esta razón cada Maestro Espiritual es un místico; pero no todo místico es un Maestro Espiritual.

A. Adhikari:   ¡Ohhhhh! Gracias a Dios que le tengo a usted como Maestro espiritual.
Una pregunta más: ¿esta idea tiene algo que ver entonces con la idea de que “todos somos uno”? ¿cómo va eso?

Maestro:         Textos antiguos de la India dicen que cuando el Señor Brahma abrió sus ojos, el universo (como la realidad que nos circunda) se fue creando mientras su vista se iba expandiendo.
¿Te suena la teoría del Big-Bang? La cual dice que desde un punto infinitesimal de materia (que representa “a la nada” dentro de la consciencia pura de Señor Brahma - El Creador) el universo se comenzó a expandir como de una explosión.
¿Y conoces del descubrimiento que plantea que el universo aún se sigue expandiendo; y como Consecuencia algún día comenzará a contraerse y a revertirse el proceso?
Pues es el mismo Señor Brahma quien aún está abriendo sus ojos; pero que en algún momento los volverá a cerrar para dormir.
Puras metáforas; pero si la ciencia mental no se creyera la reina del universo, posiblemente andaría más aprisa con la consciencia del espíritu.
Nuestra realidad circundante se representa por las cuatro dimensiones (incluyo al tiempo), por los cuatro elementos, por los cuatro puntos cardinales; y eso representan las cuatro cabezas del Señor Brahma.
Entonces, la vista como el principal de nuestros sentidos físicos/mentales, lo primero que hace es diferenciar, separar. Por eso, la mente es lo que de forma más intensa, crea la noción de que este universo está formado por cosas individuales y separadas.
Es la mente para que crea la dualidad máxima.
Si queremos volver al estado ideal de reposo, de Paz, del Señor Brahma; debemos recorrer el camino inverso, volver a cerrar los ojos; volver a apagar la mente, para que la noción de individualidad comience a desaparecer.

A. Adhikari:    Y ¿dónde más está esa noción de que no hay diferencia en el mundo espiritual? ¿De que “todos somos uno”? ¿Acaso en nuestro cristianismo?

Maestro:         Si, en nuestro cristianismo también; desde nuestros dos mandamientos básicos. “Ama a Dios sobre todas la cosas”, por lo cual debemos buscar, antes que nada, ese estado de “no dualidad” que representa a la consciencia de Dios en quietud. Y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Esto último se puede conseguir únicamente si dejamos al “caos” fuera de nosotros; si llegamos a clamar nuestra vibración; si aplacamos a nuestra mente. Entonces llegaremos a sentirnos parte de la misma consciencia o realidad interior de Dios.

A. Adhikari:    Maestro, me siento complacido porque creo que comienzo a entender algunas de estas cosas que usted me explica; pero desde mi humildad terrenal, reconozco que entenderlo no me sirve de nada a la hora de vivir.

Maestro:         Bendito seas Adhikari; porque haz comenzado a no dejar que tu mente (que es la que entiende) te engañe.
Muchas personas cuando escuchan o leen argumentos como los que te he planteado, siente un bienestar altivo. Piensan que con eso ya pueden resolver sus vidas. O peor aún, piensan que ya no tiene que hacer nada más, porque ya lo entendieron.
Es triste cuando creen que lo que les salva es comprender cosas; es precisamente lo contrario. El espíritu no comprende nada; el espíritu únicamente “es”. El plano más burdo de la consciencia es el plano mental y es este el que comprende. Y mucha gente se queda encarcelada allí, tontamente satisfecha.
                        Los filósofos y pensadores le han hecho mucho daño la gente, enamorándolas del entendimiento y alejándolas del espíritu.

A. Adhikari:    Ok; ahora entiendo... o mejor dicho... tengo que decir que no entiendo. No sé que decir, Maestro.

Maestro:         Pues has dado con la respuesta. No digas nada, porque lo que dices puede salir de tus pensamientos; y estos no sirven. “Únicamente siente; porque hasta un mudo es capaz de sentir, de vibrar aunque no hable; aún un infante, cuya mente es muy básica para pensar”.
Tu pregunta sobre la vibración debes enfocarla entonces en sentir. La Vibración de la que se forma este Universo es energía que proviene de los sentimientos, no de la mente.
Debes cuidarte de como vibras, es decir, cuidarte de lo que sientes. Debes corregir tu vibración, es decir, corregir tus sentimientos. Debes cada vez vibrar más en calma, es decir, tener menos sentimientos “caóticos”

A. Adhikari:    Maestro, solo una pregunta más; ¿Por qué entrecomilla la palabra “caos”?

Maestro:         Porque incluso el “caos” no existe. Todo es Dios; y Dios no es caótico.

A. Adhikari     Gracias Maestro.
                        Namasté.

Maestro:        Dios te bendiga.
                       Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 29 de enero del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: caos, vibración, mente, sentimientos, universo, brahma,

domingo, 25 de enero de 2015

Escencia Crística y Escencia Mariana


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

En varios de mis artículos hago referencia al concepto de “escencias” y en especial a las escencias “Crística” y “Mariana”. Así en honor la solicitud de algunos de ustedes y para que todo quede un poco más claro, voy a explicar en qué consiste.

Tenemos que comenzar comprendiendo el concepto general de “escencia”.
Lo primero que parece haber, es un error ortográfico en la misma palabra. Debería ser “esencia” en vez de “escencia”; y aunque el significado puede ser el prácticamente el mismo, el ámbito de referencia es lo que hace la diferencia; según me fue enseñado y yo trasmito.
La “esencia” o “escencia” hace referencia a lo medular, a lo importante, a lo que nos identifica desde nuestro interior. Podemos tener diferentes formas, apariencias, niveles, pero nuestra escencia es lo que nos define en realidad.

Por ejemplo, puede ser una conserva de coco, un arroz con coco, una cocada, un caramelo de coco; y más allá de la presentación, la esencia de coco es la que se mantiene y caracteriza a todo lo nombrado.

Cuando hablamos de “eso” de caracteriza a cosas terrenales, hablamos de esencias. Pero cuando nos referimos a esos “sabores” a niveles astrales y espirituales, los llamo “escencias”. Eso es una de las diferencias que determina la escritura de la palabra (con el perdón de la RAE).

Y al igual que en lo material la esencia le da a las cosas una cualidad particular (olor, sabor, color, textura, etc.); la escencia como componente astral le da a los seres vivos una cualidad especial.

Una escencia se puede ver muy bien como una energía que poseemos y manejamos más allá de nuestra realidad física y mental (en el plano astral), la cual condiciona nuestra existencia a la hora de ver la vida, de asumirla, de accionar en ella e incluso nuestra misión de vida. Además de definir nuestro “carácter” a nivel astral/espiritual, también nos puede brindar ciertas capacidades y dones que parecieran venir “del más allá”.

Entonces, si tratamos de hacer un paralelismo con el plano terrenal; nuestra escencia terrenal se podría parecer más a nuestro carácter (que vamos formando con los años y nuestras experiencias de vida), y nuestra escencia astral podría ser más nuestro temperamento (nacemos un poco con él). Este paralelismo no es totalmente cierto; pero sirve para ilustrar la diferencia.

Todos los seres humanos tenemos una escencia astral; pero el común de las personas no maneja una escencia única, sino una combinación de esencias astrales, en diferentes proporciones. Esta combinación es lo que les da una característica particular a cada individuo.

Dichas escencias pueden venir de nacimiento o ser adquiridas a lo largo de la vida, esto último como parte de un crecimiento espiritual.

¿Astral o espiritual?

La escencia de la que hablamos, corresponde entonces a una energía que perteneces al plano de existencia astral; que como ya sabemos es el inmediatamente inferior al plano espiritual. El Plano Espiritual viene luego del Plano Astral.

Pero recordemos que el plano astral es un degradé de energías, que van desde las más densas (astral bajo, que comienza cuando termina el plano terrenal), hasta las energías más sutiles, altas o iluminadas (astral alto, que termina al comenzar el plano espiritual). Por lo tanto, las escencias también se pueden graduar en escencias más densas o escencias de más Luz. Recordemos también que la cantidad de Luz es el parámetro de medición de la calidad energética del plano astral.

Entonces, cuando una escencia astral es de una calidad muy alta (de mucha LUZ), se suelen nombrar como “escencias espirituales”. Aunque estas aún estén en el plano astral, son de una vibración muy próxima al plano espiritual.

Dos de estas “escencias espirituales” (astrales muy altas) son de las que quiero hablar aquí: La Escencia Crística y la Escencia Mariana.


La Escencia Crística

La Escencia Crística es una escencia de muy alta vibración, que concede una “forma de entender la vida, de ser, de pensar y de actuar” que define a alguien como Nuestro Señor Jesuscristo.

Generalmente se suelen entender a las escencias espirituales, identificándolas con personajes espirituales y sus formas de vivir la vida o incluso con sus misiones de vida.

Jesús de Nazareth fue llamado “el Cristo” porque manifestó en su vida una conducta muy pura que reflejaba su “Escencia espiritual Crística”.

Cuidado, esto no quiere decir que cualquier persona que manifieste la Escencia Crística sea Jesucristo, no. Pero poseer y manifestar en algún grado dicha Escencia Crística, va a permitirle a la persona guiar su vida dentro de lo que Jesús propuso como forma de vida.

Dentro del conocimiento místico, se sabe de toda persona que logra entender, esforzarse y “enamorarse de Jesús”; es porque dentro de su mezcla de escencias astrales, tiene una porción de Escencia Crística.

El hermoso proceso de conversión al cristianismo, definido como ese momento en que tu alma (tu astral) descubre que Jesús es tu Señor y Salvador y te comprometes a vivir cómo Él te lo pidió, no es más que el momento cuando una persona comienza a manifestarse en alguna proporción la Escencia Crística dentro de sí.

Por eso se dicen: “... muchos serán los llamados pero poco los elegidos...”; ya que muchos podrá escuchar y entender las enseñanzas del Cristo, pero solo podrán actuar como cristianos los que adopten la Escencia Crística.

Pero esta frase no plantea una limitación ni una condena. Si una persona no tiene una escencia espiritual particular; con el escenario y la práctica apropiada (además del esfuerzo necesario) se puede llegar a adoptar cualquier escencia con la que no se haya nacido.

Esta es una de las funciones de las iglesias cristianas: brindar los escenarios y la práctica necesaria (además de exigir el esfuerzo requerido), para que las personas se conviertan al cristianismo; es decir, adopten la Escencia Crística. Eso significa ser “pescadores hombres”.


Utilización de escencias astrales/espirituales

Pero cuidado. No es suficiente tener o adoptar la Escencia Crística para ser buen cristiano. Esta escencia (como cualquier otra) hay que operacionalizarla; hay que utilizarla en la vida cotidiana. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ” (Mateo 7:21)

Como tenemos una mezcla de escencias en astral, podemos priorizar algunas y deprimir otras; eso lo que suele pasar. Para ser un cristiano de verdad, una vez que tengamos a la Escencia Crística, debemos darle protagonismo a esta antes que a las demás.

Como la Escencia Crística es una de las más altas que podemos manejar; una de las más cercanas a Dios (al plano espiritual) en comparación con las otras que podamos tener, nos traer como reflexión nuestro primer mandamiento: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22, 37). En enseñanza mística esto significa que: “preferirás a la escencia espiritual más alta que tengas; a la más cercana al Plano Espiritual, sobre todas las demás”.


La Escencia Mariana

Todo lo dicho sobre la Escencia Crística se aplica para la Escencia Mariana. La única diferencia importante es que la referencia de personaje representativo la tenemos en Nuestra Señora la Virgen María.

Si estudiamos y comprendemos lo que significa la vida, obra y misión de la Virgen María, entenderemos como se comporta un ser con una Escencia Mariana operativa.

Las mismas consideraciones de posibilidad de adopción y de honra sobre las demás se aplican a la Escencia Mariana.

Pero sí hay una diferencia sutil entre las escencias Crística y Mariana. La Escencia Mariana es más “alcanzable” para el común de las personas que la Escencia Crística.

No quiero decir que sea más fácil la Escencia Mariana; porque también requiere de su escenario, práctica y esfuerzo necesario. Pero desde el mismo momento en que todos hemos tenido una “madre” (por lo menos por 7 meses, dentro de la barriga), ya todos hemos experimentado “cómo se siente esa energía en astral”. Por lo tanto, el adoptarla suele ser más exitoso en las personas.

Pero no solo eso. Está establecido en los niveles de vibración de las energías en el plano astral, que únicamente se puede llegar a conocer o adoptar la Escencia Crística, cuando ya se haya adoptado y experimentado con la Escencia Mariana.

Si lo vemos desde nuestra fe religiosa, nos damos cuenta de que el único requisito real para que Jesucristo viniera a nuestro mundo (como representante de la Escencia Cristica) es que existiera alguien con una Escencia Mariana ciento por ciento manifiesta, como lo fue la Virgen María. María con su forma de ser (manifestación de su Escencia Mariana) fue lo que permitió que Jesús naciera.


Diferencias operativas entre la forma de ser con Escencia Mariana y Escencia Crística.

Coloco este título solo con la intención de recordar que les voy a quedar en deuda con la explicación detallada. Las características operativas de ambas escencias requerirían muchos párrafos de explicación para luego compararlas. Pero lo anoto en mi lista de pendientes.

Solo me voy a permitir advertir, que la identificación de lo que hace y de cómo vive cada una de estas escencias se debe hacer desde parámetros espirituales místicos. No hay que hacerlo desde las versiones muy humanas y sentimentales que tenemos de Jesús y María; las mismas que nos han presentado desde siempre.

Quien pudiera leer en la escultura de ”La Piedad” de Miguel Ángel; encontraría todo lo que me faltaría por explicar.

De cualquier forma voy a dejar unas pocas características superficiales (nada rigurosas) con las cuales se pueden asociar dichas escencias:



Escencia Crística
Escencia Mariana
Figura representativa: Jesús de Nazareth
Figura representativa: Virgen María. (En otras religiones hay equivalentes exactos en las correspondientes escencias femeninas)
Más correctora.
Más maternal.
Más orientada a la acción.
Más orientada al auxilio; a resolver en situaciones apremiantes.
Compromiso de logros hacia Dios
Aceptación (“no paralizante”) ante los designios de Dios
Entrega de su propia Vida Terrenal.
Honra de su vida terrenal con la única motivación de ayudar a los demás en los designios de Dios
-
Dolor, pero no sufrimiento (el sufrimiento como dolor sostenido)
Aceptación de sí mismo y de lo que se es en pos de Dios.
Negación de sí misma en pos de Dios.
El juicio en función de la defensa de las leyes de Dios; y solo desde allí.
No juzga” (sin pecado original)
Reconocimiento “de cosas que deben ser cambiadas”
Ninguna noción “de maldad”, ni interior ni exterior.
- otras, otras, otras.
- otras, otras, otras.

La tabla anterior es simplemente una descripción operativa superficial de las escencias Crística y Mariana. Les pido de corazón que no den por entendido ni aceptado lo descrito allí. A pesar de que cada renglón parece estar claro, puede ser necesario explicar más, contextualizar mejor y argumentar profundamente. Se las daré en su momento, si llega a ser el caso.


Mente versus Espíritu

Y para finalizar retomo uno de los puntos iniciales: la existencia de la Escencia Terrenal, además de la Escencia Astral/Espiritual.

No es cosa solo de tener o no alguna escencia espiritual especial, si esta no se puede manifestar.

Vivir en función de una Escencia Espiritual (lo que sería ideal), pasa por no darle tanto protagonismo a nuestra Escencia Terrenal (mental), Esto se logra con un proceso correcto de crecimiento espiritual.

Por mucha escencia Crística o Mariana o Angelical o Ser de Luz, o lo que sea que se tenga; si se vive en función de las cosas terrenales, la espiritualidad queda en un segundo plano. En ese caso la manifestación de las escencias astrales/espirituales queda relegada la nada.

Ojalá en tu caso no sea así. Esfuérzate en Amar a Dios sobre todas las cosas (y no a tus asuntos terrenales) e intenta con toda tu mente, con todo tu corazón y con todas tus acciones, adoptar las escencias Mariana y Crística. Será lo mejor que te pueda pasar desde que Dios Padre te creó; y será ese el comienzo de la ruta de vuelta al Paraíso.
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 25 de enero del 2015
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: escencias, crística, mariana, jesús, cristo, jesucristo, maría, virgen, astral, espiritual, plano.

Entre conversaciones: Saber retirarse

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

A. Adhikari:    Namasté.
                        Maestro; muchas veces usted ha dicho que debemos cuidar nuestro comportamiento como discípulos, y aún más dentro del grupo de crecimiento espiritual. Pero en realidad sigo sin estar claro en algunas cosas. Mi primera duda es saber ¿cuáles errores puedo yo cometer como discípulo dentro del grupo?

Maestro:         Namasté
                        Bien. Lo primero que debes entender es que pertenecer a un grupo de crecimiento espiritual es solo una oportunidad de acelerar la manifestación de tu espíritu es tu vida terrenal; esto es crecer espiritualmente. Pero es importante que lo veas solo como una oportunidad; nunca será una obligación o algo indispensable para vivir. Mucha gente no está en un crecimiento espiritual activo y aún así puede vivir correctamente, con sus altibajos normales.
                        Pero mientras estés en él, debes cuidar de que tu comportamiento no interfiera con la dinámica del grupo, incluyendo a la del Maestro; me explico.
                        El Maestro dentro del grupo, más allá de dar enseñanzas, propone escenarios de vida que los discípulos deben asumir como parte de la enseñanza espiritual. Esta convivencia dentro del grupo, plantea “escenarios controlados” que deberían ser la primera oportunidad de aplicar tus dones espirituales. Créeme que es más fácil aplicar tus dones espirituales entre personas que al igual que tu intentan hacerlo; que aplicarlos en tu vida cotidiana.
                        Si entonces no haces un esfuerzo sincero o cometes errores de forma sostenida, pues lo que se evidencia es que ni el grupo, ni la enseñanza del maestro te están sirviendo para crecer espiritualmente. Ese es el primer error que puedes cometer.
                        Y no me refiero a que no podemos equivocarnos; es claro que estamos aprendiendo; pero para el Maestro, el límite lo da el mismo grupo.
                        Aquí comienza el segundo error. Un maestro espiritual hace un esfuerzo supremo tratando de crear un espacio de aprendizaje espiritual; y como bien sabes, eso se logra controlando todos los procesos mentales y todos los procesos emocionales negativos (además de los procesos astrales).
                        Toda enseñanza espiritual dentro del grupo debes utilizarla para tratar a “tus propias miserias” en tu vida cotidiana. Pero cuando el proceso es a la inversa, es decir, que “tus miserias se manifiestan dentro del grupo”, se comienzan a gestar procesos de malestar entre los integrantes. Esto interfiere con lo que el Maestro y los otros discípulos intentan controlar.
A. Adhikari:   ¿Pero esos otros discípulos no deberían tener la obligación de lidiar como ese malestar introducido por el discípulo errado?

Maestro:        Si el malestar introducido afecta a una sola persona, el Maestro puede no interferir; ya que efectivamente entre ambos debería resolverse la situación.
                        Pero cuando la perturbación abarca a dos o más personas, todo el grupo se descontrola; y en trabajo del Maestro se entorpece. Recuerda que es un “grupo de crecimiento espiritual intencionado y controlado” y las perturbaciones externas no planificadas no ayudan.

Pero te pregunto ¿recuerdas a qué cosas me refiero cuando hablo de “tus propias miserias”?

A. Adhikari:    Sí, creo que sí. Nuestras miserias pueden ser cosas como: celos, rencores, necesidad de protagonismo, necesidad de aceptación, carencias emocionales, intención de manipulación, intolerancia, etc.

Maestro:         Exactamente. Esas son algunas de las puedes llegar a sanar con tu crecimiento espiritual; por lo tanto no pueden ser las protagonistas de tu convivencia dentro del grupo. Si buscamos erradicarlas, no las queremos adentro. ¿Me explico?

A. Adhikari:    Si, claro.

Maestro:         Pero aún podría destacar un tercer error que se puede cometer dentro de un grupo de crecimiento espiritual; y en espacial con la enseñanza que recibes.
Si tu permanencia o convivencia dentro del grupo de crecimiento espiritual (incluyendo al Maestro), comienza a afectar negativamente tu vida cotidiana (y me refiero a pareja, familia, trabajo, amigos, etc.) entonces debes abandonar el grupo.

A. Adhikari:     Pero Maestro, eso parece ser lo común; que los que nos rodean comiencen a “rechazarnos” o a “mirarnos raro”

Maestro:          Ciertamente. Tanto nuestras parejas, familiares y amigos, pueden sentirnos “extraños” cuando comenzamos un camino de crecimiento espiritual; porque efectivamente empezamos a ser diferentes a lo que éramos antes. Y esta “extrañeza” puede hacerles sentir cierto malestar hacia nosotros.
                        Pero allí entra la enseñanza. La primera tarea de cada discípulo es demostrarle a los demás que con la enseñanza espiritual que él obtiene, también pueden ser más felices los que le rodean; no solo él. Esto sí es vital. Ninguna enseñanza espiritual puede ser egoísta: beneficio para el discípulo y malestar para sus seres queridos.
                        Entonces, si el discípulo no puede generar algún bienestar a su alrededor con la enseñanza que recibe; debe retirarse del grupo de discípulos; porque esta no le está sirviendo para nada.

A. Adhikari:    Entendidos los tres errores. Sé que puede haber más errores; pero estos parecen ser los más comunes. Pero entonces, mis otras dudas son en caso de que llegue a cometer algunos de los errores: ¿qué sucede? ¿qué consecuencia tiene? ¿puedo arreglarlo? ¿puedo volver a entrar?

Maestro:         En los errores cometidos la única consecuencia es tu retirada del grupo. Más nada. Y como nadie muere por pertenecer o no a un grupo espiritual; pues no debería haber ningún problema mayor. No sería el fin del mundo.
                        Pero el discípulo puede asumir de mala manera esa necesidad de retirarse. Esto ocurre cuando hay miserias afloradas: orgullo, falta de humildad, dependencias afectivas, entre otras. Si esto pasara, el retiro sería mucho más urgente; porque el discípulo debe buscar ayuda profesional para tratar dichos trastornos.
                        Si se presenta la necesidad de retirarse y el discípulo efectivamente lo asume con humildad; no hay absolutamente ninguna otra consecuencia, ni terrenal ni espiritual.
                        El problema se presenta cuando no se asume el retiro necesario.
                        Generalmente cuando el discípulo no respeta al Maestro, le cuesta mucho más retirarse del grupo; porque para él se vuelve más necesario su necesidad de permanecer en el grupo que lo que representa el trabajo del Maestro.
                        En esos casos problemáticos, comienzan a moverse energías en planos superiores (me refiero a componentes kármicos) que terminan comprometiendo al mismo discípulo.
                        Por eso, siempre les repito que cuando sientan que las enseñanzas, o el grupo o el Maestro les traigan más incomodidades que bendiciones, lo mejor es retirarse amablemente.

A. Adhikari:    ... pero ¿el Maestro me dirá cuando debo retirarme?

Maestro:         No necesariamente. Por eso siempre dejo las cosas claras. El Maestro puede no decirte nada; porque en realidad la medida de tus errores son tus propios sentimientos y los sentimientos que tú estarás generando en el grupo.
                        Pero puede llegar el momento en que el Maestro necesite pedirte oficialmente que te retires, en caso de que tú no lo hagas. En ese caso, perderás cualquier oportunidad futura de reingresar en el grupo. Si no te das cuenta por ti mismo y no asumes tu responsabilidad de retirarte; estarás demostrando una inmadurez espiritual de difícil crecimiento. Allí no habrá vuelta atrás.
                        Aunque el Maestro evitará al máximo pedirte que te retires (simplemente para darte oportunidad) siempre habrá señales claras que disiparán tus dudas de que si debes o no retirarte. Ante la incertidumbre; lo mejor es hacerlo. Si te retiras y no te correspondía, incluso el mismo Maestro puede volver a llamarte.

A. Adhikari:    Es decir, que ¿puedo volver a reintegrarme en al grupo después de retirarme?

Maestro:         Si detectas la necesidad de retirarte y lo haces por tu propia cuenta, la posibilidad de reintegrarte existe; pero igual dependerá del Maestro.
                        Si es el Maestro quien te pide que te retires, no podrás reintegrarte más.
                        Es cualquier caso, el retiro no implica malestar del Maestro hacia el discípulo; porque no se debe ver como un castigo ni como una ofensa. El retiro, voluntario o solicitado por el Maestro, es simplemente un reconocimiento que ese grupo de crecimiento espiritual no te está ayudando a estar mejor; simplemente eso. Siempre puedes buscar otras ayudas.

A. Adhikari:    Ok; pero ¿cómo vuelvo?

Maestro:         El requisito inicial para tener la oportunidad de volver es que “te retires” de forma efectiva. Nunca intentes quedarte porque tú lo quieres o porque lo necesitas. El día que sientas que “necesitas para vivir” al grupo o al Maestro, podrás estar manifestando una dependencia patológica que debe comenzar a tratarse profesionalmente; y no precisamente dentro del grupo.
                        La posibilidad de volver se abre en el mismo momento que asumas con madurez tu retiro. Si buscas “hacer creer”, manipular, crear alianzas dentro del grupo; con la intención de no retirarte; serás el primer candidato de hacerlo; y por supuesto de no volver.

A. Adhikari:    Entendido Maestro. Estaré atento no solo a sus enseñanzas, sino a mí mismo. Y si algún día tengo que retirarme ruego a Dios que me dé la fuerza para poder hacerlo y así no deshonrarlo. De cualquier forma siempre tendrá mi respeto y me quedará lo aprendido, con lo me seguiré esforzando en mi día a día.
                        Gracias Maestro.
                        Namasté.

Maestro:        Dios te bendiga.
                       Namasté.
 
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 25 de enero del 2015.
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Palabras-claves: crecimiento espiritual, discípulo, retirarse, maestro

sábado, 24 de enero de 2015

Dios proveerá

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Como suele suceder, aquí tenemos una frase de corte espiritual/religioso que se acostumbra a utilizar fuera de contexto y sin el apropiado entendimiento de lo que hay detrás de ella.
En este escrito no me voy a referir a ningún hecho concreto en cuando a la utilización de esta frase. Espero que se tome como enseñanza espiritual; igual que todo lo que escribo. No hago alusiones personales porque en efecto, lo que diré nos sirve a todos.
Absolutamente todo lo que voy a hablar aquí lo he planteado en cientos de escenarios, entre charlas, clases, escritos, carteles, terapias, etc. Así que únicamente haré referencias superficiales a muchos tópicos que pudiera explicar más; pero está en el lector buscar otras referencias dentro de mis escritos, si son de su interés.
Con esta ligereza de mi parte, corro el riesgo de que se malinterpreten algunos términos; los mismos que desde el ámbito espiritual tienen significados notablemente diferentes a los entendemos en la cotidianidad. Por decir un solo ejemplo, el término “humildad”. Pero correré ese riesgo; porque o escribo algo sencillo o lo explico completo, con lo cual debería plantear años de enseñanza espiritual. Esto último es imposible dejarlo por escrito.
Intentaré explicar de forma sencilla; pero tendré que hacerlo de la única forma en que se puede explicar lo espiritual/religioso: desde el plano místico real. Esto traerá tal vez más confusión; pero la enseñanza llegará a quien no presuponga que entiende y a quien no anteponga sus preconcepciones.

La frase. Errores de contexto
Dios proveerá” es la frase que voy a tratar de desmenuzar. Esta pareciera una frase que demuestra: esperanza en la ayuda de Dios, ante alguna situación incierta que nos preocupa.
En esta sencilla definición de trece palabras, hay por lo menos tres errores de fondo. Lo errores comienzan a presentarse desde el mismo instante que descontextualizamos la frase de origen espiritual; y la llevamos al plano terrenal.
  • Ayuda de Dios”. El primer error se plantea en lo que nosotros podemos entender como “ayuda” para nosotros. ¿Cómo nos ayuda Dios? ¿Acaso Dios siente como “bueno para nosotros” lo mismo que “nosotros para nosotros mismos”?
    Dios nunca ha sido alcahueta. Él espera que nosotros nos fortalezcamos; que aprendamos a superar problemas; pero con nuestro propio esfuerzo. Todo esto debe hacerse desde nuestro espíritu; por lo tanto, la parte terrenal puede no ser muy trascendente. “A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.
    Muchas veces la ayuda que esperamos es que se nos solucionen algunos problemas terrenales; pero no terminamos de entender que
    dichos problemas son simplemente oportunidades para trabajar y fortalecer a nuestro espíritu.
    Es por esto por lo que hay situaciones terrenales/humanas que Dios permite que perduren o que se manifiesten; con la única intención de que aprendamos de ellas.
    En el momento en que llegamos a aprender la lección espiritual que dicha situación terrenal encierra; la misma situación ya no es necesaria y entonces es Papá-Dios en persona el que la quita; sin mayor esfuerzo.
    Pero algunas veces, las situaciones difíciles terrenales expiran, y pareciera que Dios nos liberó de ella. Todo en el plano terrenal tiene un comienzo y un fin; sea malo o sea bueno.
    Pero si en esa situación que expiró no hubo un aprendizaje, el compromiso de nuestra parte queda; y más temprano que tarde vendrán otras situaciones para intentar aprender, tal vez peores. Es el momento cuando coloquialmente se dice que salimos “de Guatemala a Guate-peor”.
    Por esto,
    la ayuda de Dios ante una situación difícil puede verse incluso en el hecho de que esta dificultad permanezca e incluso arrecie. Créanme que Dios nos quiere tanto, que nos necesita fuertes a su lado; y para eso usará cualquier método. Lo que tanto valoramos como la “felicidad terrenal” es insignificante delante de la “paz espiritual” que podemos llegar a conquistar; por eso Él, a veces, paga el precio.
  • Situación incierta” es el segundo error en la definición. La incertidumbre ante una situación, se centra en lo incierto del resultado final de la misma. El no saber y por tanto buscar ayuda en Dios, implica un “querer que sea de alguna forma en particular”. Esto implica expectativas en el resultado; y de entrada es un “anti-don” espiritual. (Deberían buscar mis artículos de dones espirituales)
    En don espiritual del Desapego no implica que dejemos de desear cosas buenas en nuestra vida; pero sí nos obliga a trabajar con ahínco hacia ellas. Pero este trabajo intenso se debe realizar con la intención cierta de dejar el resultado en manos de Dios; porque a fin de cuentas, Él es el que mejor sabe qué nos conviene y qué no.
    Dejo la explicación hasta aquí, porque no voy a lograr explicarme ni en dos docenas de páginas más. El don espiritual del desapego (o la práctica de “cero expectativas”) es un absurdo total para personas con Conciencias Mentales muy activas; y por consecuencia con Consciencias Espirituales muy deprimidas.
    Solo recuerdo lo que siempre digo en terapias. Por las noches oramos y por el día olvidamos: “
    Padre nuestro que están en el Cielo; santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo....” y pasamos el resto del día intentando que suceda lo que nosotros creemos que nos conviene; es decir nuestra voluntad, no la de Él. Inconsistencia Espiritual Total.
  • Y como tercer error, dichas situaciones “nos preocupan”. Nos preocupa algo, pero tenemos fe de que Dios nos va a ayudar. ¿Por qué no usamos esa misma fe, para sentir que lo que nos está sucediendo ahora, ya es la voluntad de Dios; y por lo tanto lo que vaya a pasar también lo será? Simplemente tenemos fe en lo que nos conviene; y creemos en un Dios que a veces nos olvida y a veces nos puede ayudar.
    Se suele creer en un Dios discrecional, que por supuesto es una gran mentira. Entonces, le tenemos fe a una mentira; a alguien que a veces nos puede ayudar y otras que nos deja de nuestra cuenta a pesar de que sufrimos. Un Dios así es un Dios de pacotillas, pero lamentablemente es el más común.

Requisitos previos o “condiciones generales”
Pero olvidemos los errores de fondo en nuestra relación con Dios. Imaginemos por un momento que Dios ciertamente nos puede proveer de todo el bienestar que necesitamos.
Lo importante es que entendamos lo que significa “proveer”; antes que nada, no significa “regalar”. Alguien me “provee algo” cuando yo cumplo con ciertas condiciones.
Uno de los errores de nuestra fe infantil, es el creernos todos “Hijos de Dios”. Eso ya lo he discutido ampliamente en artículos anteriores, pero lo voy a resumir en una frase: “solo es Hijo de Dios, quien hace por su Padre que es Dios”.
Un Hijo de Dios se ocupa de conocer lo que su Padre quiere, para luego cumplirlo, promoverlo y defenderlo. Y saber lo que el Padre quiere es sencillo; ya Jesús lo dijo en el Sermón del Monte (Mateo 5-7). De allí debes recordar cosas como: amar a tu prójimo, poner la otra mejilla, no juzgar, amar a Dios antes que nada, amar a los que creas tus enemigos, etc., etc., etc.; pero bueno...
Entonces ¿a quién proveerá Dios de toda su magnificencia y con todas sus bendiciones? Pues lo hará con quienes le son fieles, es decir, con “sus hijos”; es decir, con los que hacen lo que Él mandó.
Este es el requisito previo o la condición general para que Dios comience a ser nuestro Padre y empiece a proveernos como a sus mejores Hijos.
Podríamos comenzar, por ejemplo, por amar a los que consideramos nuestros enemigos. Nuevamente tendríamos que apelar a nuestra Consciencia Espiritual para poder siquiera comprenderlo; porque desde nuestra mente y con un corazón cerrado, es un total absurdo.
Pero es sencillo. Es como tener un jefe poderoso; dejar de lado de forma sistemática todo lo que nos ordena; y cuando estamos urgidos ir corriendo a su oficina a pedir aumento de sueldo, bonos o consideraciones especiales.
Mientras no rijamos nuestras vidas en función de lo que Dios Padre espera de nosotros (Sermón del Monte), no seremos “hijos de Dios”. Tendremos que conformarnos con ser solo “criaturas de Dios”; no más que una silla, una planta o una lagartija.
De cualquier forma Él siempre seguirá proveyendo, su misericordia es infinita; tanto, que Él siempre nos da lo que necesitamos de verdad, aunque nos duela.

¿Pero qué proveerá Dios?
Suponiendo que cumplimos con la condición de hijos de Dios (prefiero decir “servidor de Dios”, para no igualarnos a Jesucristo), toda la Gracia del Padre vendrá a nosotros.
Pero ¿qué significa la Gracia de Dios? ¿Acaso eso hace referencia al dinero? ¿Al poder? ¿A la salud? ¿A la pareja?
Como comenté en los primeros párrafos (afortunadamente para ustedes ya estoy terminando); lo que Dios quiere para nosotros es lo mejor que existe en el Universo; y esto es la Paz Espiritual. Y esta Paz se alcanza únicamente cuando estamos a su lado (metafóricamente hablando); y eso lo logramos cumpliendo con sus lineamientos (nuevamente el Sermón del Monte). “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21)
Pero tener Paz espiritual no significa estar pobres, con hambre, enfermos o despreciados. Nada tiene que ver la Paz Espiritual con el estado terrenal.
Pero lo que si es cierto, es que Papá-Dios no va a preferir a las bendiciones terrenales, ante las oportunidades de que lleguemos a Él. Me explico.
Dios puede proveer dinero, pero si este va a entorpecer nuestro camino espiritual hacia Él, preferirá no darlo (o quitarlo).
Dios puede proveer poder, pero si eso nos va a hacer actuar en contra de los principios del amor, prefiere no darlo (o quitarlo).
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19); pero recordemos que Cristo Jesús dijo (más de una vez): “...Mi reino no es de este mundo...” (Juan 18:36). Así que los bienes terrenales no parecen ser la prioridad a proveer, a menos que se honre la Gloria de Jesús, desde sus enseñanzas.
Tampoco podemos olvidar unos de los lineamientos que todo cristiano debe seguir: “...si tu ojo te hace pecar, más valdría que no lo tuvieras; si tu brazo te hace pecar, deberías arrancártelo...” (Mateo 5:29-30). Por su puesto todo esto es metafórico; y lo he hablado muchas veces. Simplemente no deberíamos permitirnos nada que pueda hacernos trasgredir lo que Dios espera de nosotros.
Pero esto no es siempre de esta forma. Muchas veces actuamos “desde nuestra voluntad y no desde la de Dios”; y entonces se nos va la vida: luchando por el dinero, luchando por el poder, luchando por renombre, luchando por salud; y en dichas luchas abandonamos el comportamiento que Papá-Dios espera de nosotros.
En esos casos, siempre podremos conquistar dichos bienes terrenales de forma temporal; pero a costa de nuestra tranquilidad, de nuestra paz y de nuestra cercanía a Dios.
Bastará entonces que llegue la fecha de expiración de dichos bienes (más temprano que tarde) para darnos cuenta de dónde estamos; de lo bajo que hemos caído, de lo vacío que estamos de Dios. Y entonces vendrá “el rechinar de dientes” y el sufrimiento, más allá de lo imaginable.
Y si en los momentos cuando estamos intentando hacer nuestra voluntad, Dios nos llama de este mundo... pues “a llorar al valle”. ¿Que eso no importa porque ya estarás muerto? Espera a morirte y me cuentas.

Resumen final
Intentando resumir todo lo anterior y un poco más, podría terminar diciendo:
La frase “Dios proveerá” funciona solo cuando logramos entregar nuestra vida a Dios; conociendo, honrando y defendiendo todos y cada uno de sus preceptos. Solo entonces entendemos que nuestro camino y nuestro destino es únicamente Dios. Esta actitud nos libera de toda preocupación; ya que tenemos la certeza de que Dios nos proveerá de lo que necesitemos para llegar a Él; incluso a pesar de nuestro bienestar terrenal temporal. A fin de cuentas, el bienestar espiritual eterno a Su lado, es lo único que nos debería importar.

¿Logré explicarme? ¿Me creen? Como siempre, no importa. Solo ruego a Dios que no sea tarde cuando les suene el despertador. Yo cumplí con decírselos.
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 23 de enero del 2015
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Palabras-claves: Dios, proveerá, sermón, monte, preceptos, lineamientos, cristiano, jesús, paz, espiritual, felicidad.