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miércoles, 7 de enero de 2015

El Pescador


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Este escrito lo dedico especialmente para aquellos con los que camino la senda de Jesús.
Para comenzar, primero es necesario que veas y oigas un corto video que encontrarás en http://www.reiki.org.ve/elpescador.php y después vuelvas y sigas leyendo.
Esta es una canción religiosa (cristiana) que a lo mejor conoces; y es de ella de la que quiero hablar. Y más que hablar, me voy a permitir dedicarles una interpretación especial.
No sé el origen de estas estrofas; pero indudablemente fueron escritas por alguien que tenía muy claro lo que significaba Jesús para cada discípulo; o simplemente tuvo una grandiosa iluminación divina. Cualquier que sea el caso, vale la pena reflexionarla. La trascribo y explico.

Tú has venido a la orilla.
No has buscado ni a sabios ni a ricos:
tan sólo quieres que yo te siga.

Esta canción reflexiona sobre las veces que Jesús se le presenta a las personas que espera sean sus discípulos.
“Venir a la orilla” hace referencia a que esas personas que Jesús busca, están en el borde de lo terrenal y lo sutil. Son personas que no terminan de “fijar los pies al suelo”, sino que muchas veces tambalean sobre las aguas.
Y esos “sabios y ricos” a los que no buscaba Jesús, se refieren a esas personas con creencias o posturas/posiciones firmes. Jesús viene a “romper esquemas”, de allí que no les llegue a quienes defiendan fieramente sus posiciones (“sabios y ricos”)

Señor, me has mirado a los ojos.
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca.
Junto a ti buscaré otro mar.

Esta estrofa es la mejor explicación posible de lo que sucede cuando un alma se encuentra con esa esencia de Jesús.
Cuando “Jesús mira los ojos”, es porque nuestra alma es quien lo reconoce. Nuestra alma reconoce a Jesús cuando este se asoma a nuestros ojos (“los ojos son la puerta del alma)
Y no solo se reconoce a Jesús, sino que oímos nuestro nombre en su boca; Jesús nos conoce en persona, y es él mismo quien nos llama a estar en su compañía.
En ese momento sublime, dejamos nuestra terrenalidad difícil que ocurre entre “esa tierra” (plano físico) y “ese mar” (plano astral); y buscamos “otro mar” (el plano espiritual)

Tú sabes bien lo que tengo:
en mi barca no hay oro ni espadas,
tan sólo redes y mi trabajo.

Jesús no necesita que sus discípulos tengan de las cosas que la gente suele considerar importante (oro y espadas = logros y lucha = expectativas y soberbia)
Lo único que Jesús necesita de sus discípulos es su esfuerzo (= trabajo) realizado en comunidad (entre ellos, nunca solos = redes)

Señor, me has mirado a los ojos.
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca.
Junto a ti buscaré otro mar.

(Explicación ya dada)

Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.

Jesús necesita del trabajo cotidiano de sus discípulos (=sus manos representan lo que hacen día a día).
Y ese trabajo debe ser incansable, en el intento de que otros “descansen en Jesús” (lo lleguen a conocer)
Y por supuesto, con un amor que nunca se desilusione de los demás (que siempre “quiera seguir amando”). El verdadero amor espiritual.

Señor, me has mirado a los ojos.
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca.
Junto a ti buscaré otro mar.

(Explicación ya dada)

Tú, pescador de otros lagos,
ansia eterna de almas que esperan,
amigo bueno, así me llamas.

Jesús es el pescador (trabajador) no de esta realidad, sino del plano espiritual.
Las almas esperan ansiosas a Jesús para que les ayude a ascender y llegar al Cielo.
Y lo hace como un amigo, cargando a esas almas a sus hombros para llevarlas en el camino cuando no pueden más. Eso es lo que hace un Maestro Espiritual (enganche de franjas astrales)

Señor, me has mirado a los ojos.
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca.
Junto a ti buscaré otro mar.
Junto a ti buscaré otro mar.

(Explicación ya dada)


Esta sencilla canción es, literalmente, una obra de arte desde el punto de vista del Cristianismo Místico. Gracias a quien lo escribió.
Sé que algunas de las frases pudieron no entenderse en totalidad, ya que pertenecen a las enseñanzas de Evolución Consciente. No las puedo explicar aquí; prefiero temer la esperanza de que alguna vez te nos unas y que las comprendas por vivencia personal.
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 06 de enero del 2015
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: Jesús, pescador, barca, orilla, discípulos

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