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miércoles, 23 de octubre de 2013

La necesidad de aprender a Adorar



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Hace tiempo escribí otra reflexión de título “La Necesidad de Sacralizar”. Esta nueva reflexión se le parece en muchos aspectos, pero los voy a enfocar desde otro punto de vista.

Generalmente cuando vivimos en este plano terrenal utilizamos mucho a nuestra mente; y llegamos a hacer maravillas con ella, logrando conectarnos con este mundo a través de los sentidos y de la lógica. Llegamos a ser tan efectivos mentalmente hasta el punto de ser capaces de entender los procesos que rigen esta realidad física y llegar a formular hipótesis y cultivar éxitos.

El secreto entonces es que nuestra mente se conecte con el mundo para sacarle provecho. Esta conexión tan “afinada y magistral” crea cierta “adoración” de parte de una mente inteligente hacia los procesos que comprende. Algo así como un físico nuclear viendo toda su realidad desde los procesos atómicos.

Cuando trascendemos de nuestro plano terrenal, al morir, si hay algo que desaparece es nuestra "sensorialidad". Nuestros cinco sentidos se desconectan al morir ya que la mente también desaparece. A pesar de esto muchos de nosotros creemos (o sabemos) que en el “más allá” aún mantenemos algún tipo de consciencia; consciencia que ya no es mental (sensorial) sino “espiritual” (pudiendo ser más astral que verdaderamente espiritual),

En ese momento de trascendencia, cuando despertamos a esa consciencia no mental, nuestra alma busca desesperadamente comenzar a conectarse con “algo”; al igual que lo comienza a hacer un bebé recién nacido con sus cinco sentidos.

Un bebé busca conexión con el oído (las voces de mamá o papá), con el tacto (las caricias, el agarrar), con la vista (el movimiento) y con el olfato y el gusto (para el alimento). Cuando nosotros llegamos a ese plano no físico, no terrenal, ¿con qué intentamos conectarnos?; pues con alguna energía, ya que no existe nada físico; pero ¿con cualquiera?... con la que hayamos podido aprender a reconocer cuando aún estábamos vivos.

Al igual que nuestra mente en plano tierra, nuestra alma o nuestro espíritu debe aprender a conectarse para actuar de la forma y en el plano que corresponda. Créanme que es MUY difícil despertar en ese plano espiritual (al morir) y no saber nada, no poder conectarse con nada, estar a la deriva, perdido, sin rumbo. Puede suceder que no podamos conectarnos con ninguna energía especial que podamos reconocer como nuestra “Madre”, como nuestra “Esencia Original”, como nuestro “Dios”; con lo cual nos pudiéramos sentir seguros, como lo hacen los bebés con el olor de la madre por ejemplo.

Esa energía de conexión que busca tu alma es tu “Dios”, que marca tu rumbo en este nuevo plano de existencia. Lo ideal es que al dejar este plano físico puedas, de inmediato, conectarte con esa energía que tú consideras divina, y comiences a andar hacia ella, con un rumbo establecido. Pero no deberías llegar allá para comenzar a buscar “qué cosa es tu Dios”, cómo reconocerlo; sería como llegar a un país extraño, sin conocer el idioma ni las costumbres, salir del aeropuerto y no tener idea de qué hacer o adonde ir.

Muchas personas asumen que al morir va a ser suficiente haber visto en una estampita la imagen de Jesús (por ejemplo) o la de La Virgen María, o la del Señor Shiva. Te recuerdo que estas imágenes impresas no son más que estímulos sensoriales, visuales; que están almacenadas en tu mente, la misma mente que desaparece al morir... y que por lo tanto no te va a poder hacer recordar ni reconocer ninguna imagen que hayas visto en vida.

Pero no todo está perdido, aún hay formas de que te conectes con Jesús, María o Shiva al momento de morir. Ellos son mucho más que una imagen visual; ellos representan una esencia espiritual, una energía; pero una energía que más te vale hayas aprendido a reconocer antes de hacer el viaje al más allá; si no, vas a estar igual de perdido.

Ese reconocimiento de esas esencias espirituales que se hace mientras estamos vivos es lo que se consigue con la práctica de “Adoración”.
 


La Adoración no sólo sirve para prepararte para la muerte; definitivamente cuando lo haces en vida elevas en mucho tu energía espiritual y eso nos da muchos beneficios: desde bienestar, sanación, milagros, paz, hasta crecimiento espiritual.

¿Pero cómo se hace? Debes exponerte a tu Dios, a la Divinidad y a lo que representa, una y otra vez. Generalmente se consigue en procesos meditativos (con la Divinidad) y se puede tardar años en conseguir. Una vez conseguido ese reconocimiento, esa conexión con la Divinidad, no se debe abandonar la práctica de adoración; hay que mantenerse conectado con esa energía para que la entrada en el plano espiritual no sea traumática, cuando el mismo Dios lo disponga.

En la práctica lo consigues abrazando de forma comprometida alguna práctica religiosa o algún esquema de crecimiento espiritual.

Pero como siempre, Adorar no es un proceso mental; creer que se logró no es indicio de que así haya sido. Es más un proceso emocional/espiritual, difícil de describir pero que se siente sin ninguna duda. Definitivamente es una experiencia mística, que va más allá de rituales o de actos o tradiciones populares religiosas; pero que se suele conseguir con práctica espiritual seria. 

Dicha práctica tiene 4 fases:

  1. “Encontrar lo adorable”. Se debe reconocer desde nuestro interior a ese Ser digno de adoración. A veces es instintivo, a veces lo reconocemos sin mayor argumentación.
  2. “Conocer sobre lo adorable”. Más allá de encontrarlo, se debe comenzar una etapa de conocer a lo que se va a adorar, ir descubriendo lo que quiere enseñarnos, saber su vida, sus obras, saber lo que piensa y adivinar como lo haría en otras situaciones. No se puede adorar a un Dios si no se conoce al detalle; es como conocer a tu novi@; debes ser capaz de adivinar sus pensamientos, y por supuesto corresponder a lo que es; comenzar a quererlo es practicar lo que nos predica.
  3. “Sentir a lo adorable”. Encontrar lo que significa para nosotros. Pasar de ese conocimiento intelectual al reconocimiento desde nuestro corazón. Debemos darnos cuenta qué sentimientos positivos, hermosos, despierta ese Dios en nuestro corazón. Sea humildad, entrega, poder, amor, agradecimiento, compasión, etc. debemos reconocerlo desde y con esas emociones.
  4. “Adoración constante”. La práctica en sí de la adoración. Utilizando ese reconocimiento desde el corazón, quedarnos experimentando dichos sentimientos ante su imagen.
Aprender a Adorar a la divinidad es entonces una necesidad que se debería inculcar desde muy jóvenes. Aprenderlo o enseñarlo sería un hermoso regalo para ti mismo o para tus hijos, algo que utilizarían para esta vida y que es muy útil en el más allá.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral

Modificado: 28 de octubre del 2013.
Original: 23 de octubre del 2013
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miércoles, 16 de octubre de 2013

Orar

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Orar, es una actividad que muchos decimos hacer, pero que muchas veces se mantiene como esas cosas que no estamos seguros si las estamos haciendo bien. Es una pregunta reiterada dentro de los círculos espirituales/religiosos la de cuál es la forma correcta de hacerlo. Yo voy  a dar mi humilde enseñanza.

Esta duda surge a pesar de que en varios textos “oficiales” se indica cómo hacerlo; y nuestra Sagrada Biblia es uno de esos sitios. Allí encontramos:
Mateo 6: 5-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.+
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

En estos pocos versículos se nos muestra a Jesús dándonos las instrucciones básicas de qué hacer o cómo no hacer; inmediatamente después a esto nos enseña la oración del “Padre Nuestro”. Expliquemos un poco.

Primero y principal la acción de orar es algo donde cuenta mucho tu interioridad. “Tu aposento y la puerta cerrada” significa “en tu interior, sin considerar lo que viene de afuera”; desde lo que verdaderamente es tuyo, desde tus sentimientos. La mente no es nuestra, de hecho, la controla más lo que pasa afuera que nosotros mismos; “la mente es, lo que se le propone desde afuera”. En cambio, tus sentimientos si son tuyos, nacen de ti y van hacia afuera. Si bien suelen responder a lo que pasa en el exterior; es algo que podemos llegar a condicionar (eso es Crecimiento Espiritual).

Así que orar es un proceso de tu interior, es decir, desde tus sentimientos.

Segundo, se nos invita a “no usar vanas repeticiones”. Muchas veces se plantean discusiones tontas sobre si se debe orar de forma libre (estilo conversaciones) y no con “frases prefabricadas”. Ambas pueden ser vanas. Se haga de una u otra forma, lo que no se puede hacer es repetir de “forma vana”, de “forma mental”, sin involucrar los sentimientos. Entonces para que el orar no sea vano, más allá de ser con texto libre o preestablecido, se debe “sentir” lo que se dice.

Tampoco es creer, como “los Gentiles”, que mientras más palabras por minuto se digan y estas sean más difíciles, “adjetivantes” o poéticamente iluminadas, a Papá Dios le va a gustar más. Cuidado con los “soldados de la Nueva Era con ametralladoras verbales de ´amor´", son ejércitos de papel.

Y tal vez, este tercer punto a continuación es el más importante; el reconocer que Dios ya sabe lo que necesitas y por tanto las oraciones “no debe ser pedigüeñas”. Muchas veces reflexionando sobre este tema con otras personas, les pregunto si creen en Jesús (me dicen “¡claro que sí!”); les pregunto si creen que Jesús es el Hijo de Dios (“¡por supuesto!”); y si creen que ese Dios mandó a su Hijo para que muriera para darnos la salvación (“¡sí, sí!”)... entonces les digo "cariñosamente": ¿qué más le vamos a pedir a Dios? Ya nos dio a su Hijo, dejó que muriera por nosotros... ¿podemos llegar tan desagradecidos e inconformistas? ¿Le pediremos un carro? ¿Un trabajo? ¿Un novio?

Una oración pedigüeña podría ser algo así:


“Diosito, yo te amo (por si no lo sabias), yo sé que permitiste que tu único Hijo Jesús sufriera y muriera en la cruz por toda la humanidad; y gracias a eso todos nuestros pecados pueden ser perdonados... pero ahora necesito un novio que me quiera...” (o un carro, o un empleo o ...)

Atención, aquí estamos hablando de orar a Dios (al Padre). En muchas situaciones las peticiones se hacen a seres más cercanos (santos, beatos, vírgenes, semidioses, etc.) y más que peticiones, son solicitudes de ayuda para que podamos lograr tal o cual cosa. De esta forma, la oración con petición no solo deja de ser cuestionable, sino que es lo correcto. Pero esto sería tema de otro artículo.

Bien, pero si no podemos pedir a Dios directamente, ¿qué hacemos con Él?

Orar tiene otra acepción muy válida; y es la de “hablar con Dios”. Para tú hablar con alguien lo primero que debe hacer es verle a los ojos; para lo cual debes acercarte lo más posible a él y buscarle (el rostro). Por tanto, orar debe ser acercarnos a Dios; debemos buscar ponernos lo más cerca posible de Él, a un nivel espiritual donde Él nos pueda escuchar claramente. 

Al orar a Dios debemos “subir” nuestro nivel espiritual, aunque sea por ese ratito. Este nivel espiritual que debemos conquistar cuando oramos, es un nivel energético y por lo tanto un nivel emocional/sentimental (en otros artículos he explicado la relación clara entre energía y sentimientos).

¿Es bueno subir ese nivel energético espiritual en nosotros? ¡Sí!, es lo que todos buscamos con prácticas de crecimiento espiritual. Tener un nivel espiritual más alto es sinónimo de tener más Paz (espiritual), independientemente de las situaciones.

Entonces orar es un ejercicio para nuestro Espíritu. Es como fortalecer los bíceps por ejemplo; debes comenzar poco a poco, con secuencias y repeticiones contantes y periódicas de mancuernas (oraciones), e ir subiendo de intensidad (dedicación) dependiendo al punto de desarrollo (espiritual) que desees llegar.

Entonces es sencillo. Cuando ores busca elevar tu estado espiritual a niveles energéticos que representen sentimentalmente lo que significa Dios para ti. Estos niveles energéticos se presentan en nosotros como sentimientos hacia Dios de: amor, admiración, agradecimiento, alabanza, reconocimiento de su supremacía (sumisión), poderío, señorío, entrega total a Él, etc.

Por esta razón las oraciones no son de petición; si estás “hablando con Dios” y estás dolido, preocupado, sufriendo, etc., tu nivel espiritual no estará para nada alto; no te servirá de mucho (piensa sinceramente qué porcentaje de veces te ha servido esa forma de “orar”)

Pero no puedo terminar sin aclarar una duda o molestia que puedes tener en tu cabeza: la oración del Padre Nuestro parece “pedigüeña”. Me atengo a lo que dijo Jesús de no pedir, y por lo tanto me atrevo a ajustar la traducción y sacar mi oración personal de “reconocimiento y compromiso” hacia Dios. Te la explico con los sentimientos implícitos que deben inundar nuestro interior en cada frase:
“Cuando ores, reconoce y siente dentro de ti el poder de Dios en tu vida; quédate así un rato y listo. Es lo único que se necesita.” PAGR2013

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 16 de octubre del 2013
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martes, 8 de octubre de 2013

Formaciones deformantes



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Cada día es más notorio el gran auge del pensamiento Nueva Era; pensamiento que se ha colado en todas las vías en nuestra vida.

Con cada vez más almas despiertas antes una necesidad de crecimiento; el estar metido en esto de ayudar a los demás no es solo un negocio prometedor para algunos, sino que se ha convertido en una forma de vida para algunos “nuevos gurús” que, más que ayudar, tienen en su labor una forma de sentirse ellos mismos “útiles”, “queridos”, “aceptados”; en resumen enaltecerse con su comportamiento supuestamente altruista.

Entonces encontramos a “seres de luz” que llaman a todo el mundo “seres de luz” y le dicen dar “amor” y le dicen “corazón” y “shanti” y pare usted de contar; y como es lógico esos “gurús” se llenan de seguidores y adeptos y “compradores de alegría”, sin obtener realmente lo necesario.

El mismo Jesús, más de una vez, tuvo que decir sus cuatro verdades a la gente cuando lo requería: en el Templo a los mercaderes, a los Maestros de la Ley, a los enfermos, ¿a sus discípulos? los cosía y los descosía a cada rato; y la Biblia está llena de esos relatos. Difícilmente el Maestro estaba por allí “sobándole la cabeza” y “dándole palmaditas” a los que quería salvar. ¿Que Jesús es amor?... Si, pero no era alcahuete, no era lisonjero, él para demostrar su amor no le decía “ser de luz” a nadie, sino que murió por nosotros y ya.

Pero definitivamente hoy no estamos para eso. La mayoría de la gente prefiere oír lo que le gusta oír, lo que le cubra su pesar, lo que le ensalce sus bellos atributos (aunque no los tenga o no les sirvan para nada); que le digan que son “guerreros de la luz”, que son “seres especiales”, que tiene un aura bella y hermosa, sin importar que sufran por sus familias destrozadas, que se derrumben ante problemas minúsculos, que tengas relaciones interpersonales difíciles... en fin.

Pero la cosa sigue. No son solo los epítetos bonitos, sino que también hay píldoras de enseñanzas; manejándose frases interesantes como estas:

  1. “...Por motivos que solo Dios conoce, a veces no nos concede algunas cosas...”
  2. “...El tiempo de Dios es perfecto, Él me dará lo que necesito cuando él lo crea conveniente...”
  3. “...Dios escucha (únicamente) a quien le obedece y confía en Él...”
  4. “...Hay que orar con el entendimiento...”
  5. “...Uno hace planes y Dios se ríe...” (porque al parecer no respeta nuestros planes)
  6. “...Eres lo que piensas...”
  7. “...Cambia tu pensamiento y cambiará tu vida...”

¿Cómo te suenan? Bien, ¿verdad? Si sientes que alguna de estas frases llega a tu corazón o la sabes como cierta, necesitas ayuda URGENTE.

Esta es solo una pequeñísima muestra de mensajes de “nuevos gurús” que aún no les ha dado tiempo ni siquiera de leer la Biblia (y algunos se sienten enviados de Dios). Pero estos no son únicamente mensajes incorrectos; sino que son mensajes que si cualquiera los adopta, le dejaría inoperante y sin ningún tipo de control de su vida.

¿Exagero? Si te dices cristiano (por ejemplo) te podría decir que cada uno de estas frases se pueden refutar categóricamente con tu libro de cabecera (la Biblia). Y no me refiero a que las sagradas escrituras o las religiones excreten estas frases por ser de Nueva Era, no; allí en la Biblia están esos mensajes pero con las correcciones y precisiones necesarias.

Ahora no esperen obtener aquí el porqué de la calificación que les doy a dichos mensajes, ni mucho menos obtener una lista de las versiones correctas. Una enseñanza de crecimiento debe contextualizarse ampliamente en un esquema coherente de aprendizaje, a lo mejor de muchos años; de allí saldrían las frases por sí solas.

Si queremos sanar una herida infectada del brazo izquierdo, no podemos concentrarnos en lo bonito que tiene la piel del rostro; hay que exponer la herida, hay que raspar, hay que desinfectar, hay que suturar, y todo eso puede causar incomodidad.

Cuídate de los lisonjeros, que lo único que quieren es que tú mismo creas que estás bien caminando a su lado; con eso es más renombre o más dinero para ellos.

Cautivar a una “autoestima pobre” hoy en día es uno de los negocios más lucrativos que hay; debemos aprender a detectar a esos “vendedores de caricias”. Si alguien se siente mal y yo comienzo a decirle que es un “ser de luz”... pues ya me lo gané. ¿Voy yo a ayudarlo a que cultive su autoestima real? “NOOOOOOOOOOO... después se va a alejar de mí”...  “¿y de qué voy a comer luego? ¿Quién va a ser parte de mi corte?” Triste proceder.

Al introducirnos en este mundo deberíamos hacer un autoanálisis: ¿queremos crecer y sanar? para lo cual se deberán tratar con nuestras debilidades y miserias o ¿queremos sentirnos bien al lado de alguien que únicamente nos alabe y nos recuerde lo bonito que somos? Si escoges lo segundo, tus miserias y debilidades te acompañarán agachaditas dentro de ti por toda la eternidad.

Hay que abrir los ojos y observar, tanto para dentro como para fuera. Y no hablo con resentimiento ni con falta de compasión, todo esto se podría aplicar para mí mismo, en mi contra; pero lo digo porque he podido conocer a personas con deseos reales de crecimiento y que no se están dando una oportunidad real de hacerlo.


Siempre lo digo, si quieres a alguien que te llene de halagos y que te diga lo binit@ que eres búscate una pareja; no a alguien que tenga que ayudarte a superarte a ti mism@ venciendo tus miserias y debilidades.
Y consíguete a un guía que tenga los ojos bien abiertos y que lleve tiempo acostumbrado a la Luz; los que recién despiertan están aun encandilados por la claridad y no pueden guiar a nadie.

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 08 de octubre del 2013
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martes, 1 de octubre de 2013

Vengo a hablar contigo



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Antes que nada, quiero que sepas que deseo de todo corazón que estés muy bien; que en tu vida todo vaya fluyendo (con los altibajos que todos podemos tener). Si eso es así toma estas líneas como un simple saludo.

Pero si como muchas personas, eres de las que a veces parece que te quedas sin herramientas para vivir; o que tienes alguna situación que prefieres esconder porque duele mucho, o simplemente sientes que las cosas pudieran estar aún mejor; te recuerdo algo que tú sabes: “tú eres importante para Dios”; así que Él, en este instante, debe estar haciendo lo inimaginable para que TÚ consigas estar mejor.

Pero aún hay otro tipo de personas, los que desean trabajar para el futuro; y no sólo para su momento aquí en la tierra, sino que están pensando en "que pasará después de..."

Para ellos la misma noticia aplica; si tú te preocupas por un futuro mejor, ten por seguro que Dios está mucho más deseoso que tú de que lo tengas, ya que te quiere cada vez más y más brillante; con todas las posibilidades de llegar a Él.

Así que en principio tienes el mejor aliado: Dios. Y Él no está esperando a que lo llames correctamente, o a que le pidas de la forma apropiada, ¡no! Él constantemente te está enviando señales de lo que debes hacer para conseguir lo que deseas... CONSTANTEMENTE....

A veces yo digo que tanta es la insistencia de Dios con sus señales, que la mayoría de las personas ya se ha vuelto insensible a ellas. Es como si escucharas un ruido constante muy suave y te acostumbras a él y dejas de notarlo.

Pues si, mi experiencia me dice que ese es parte del problema; nos hemos insensibilizado a las señales de Dios. Tanto así, que casi esperamos que Él baje y nos hable "claramente al oído"; y por supuesto en español.

Dios no habla así. Él habla con cosas sutiles, con pequeños mensajes, con largos escritos, con consejos de seres queridos, con oportunidades de mejoramiento y crecimiento (las cuales dejamos pasar de forma consistente), con un encuentro casual, con una canción...

El otro día en un taller yo comentaba que si Dios pudiera hablarnos cada vez que le estuviéramos pidiendo insistentemente, Dios nos gritaría: "cállate para que me escuches"

Y es que nuestra mente no se calla. Nuestra mente de forma constante está hablando: de los problemas, de las cosas pendientes, de los miedos, de las angustias, de las incertidumbres, de lo que nos falta, de lo que nos sobra, de lo que puede salir mal en el futuro o de lo que salió mal en el pasado. Aún las tomas de decisiones importantes están barnizada por lo peor de nuestra experiencia humana, y así las evaluamos.

Recordemos una de las Normas del Buen Oyente: "Para poder escuchar al otro (Dios) primero debemos callarnos (a nuestra mente)"

Y hay INFINIDAD de cosas que puedes hacer para volver a oír a Dios, solo que tienen dos desventajas:
  1. Dependen únicamente de tu esfuerzo (si bien hay personas que te pueden ayudar). Y esforzarnos es vencer nuestras limitaciones, recuérdalo; en el instante en que argumentes usando tus límites, no estarás esforzándote.
  2. No se logran de la noche a la mañana.
Pero en algún momento debes comenzar. Mientras más tardes en comenzar, menos tiempo habrás pasado feliz.

Es muy probable que escuchar la voz de Dios es lo único que debas mejorar. Aún estas a tiempo, siempre lo estarás; Él te quiere mucho y por eso creó la eternidad, para esperarte; el impaciente deberías ser tú.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 01 de octubre del 2013
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Cruzando la calle



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Les propongo un ejercicio que puede parecer tonto, pero que es extremadamente útil para ejemplificar conceptos que he conversado en muchas ocasiones.

Es un tipo de análisis que puede ser útil en terapia; y debería ser una herramienta para poder darnos cuenta en qué fallamos y qué cosas debemos ajustar para mejorar; en cualquier ámbito.

Esta técnica mantiene el principio fundamental de que nuestras virtudes y deficiencias (mentales, emocionales, conductuales, espirituales, etc.) son características de nuestro ser interior. Y como características internas, estas no están condicionadas por las acciones que ejercemos, sino que por el contrario estas son las que modelan cómo actuamos en nuestra realidad.

Las situaciones no condicionan el como actuamos, sino lo que llevamos dentro es lo que condiciona el cómo hacemos las cosas.

Por lo tanto, si tomamos cualquier evento de la vida cotidiana, donde actuemos de forma natural, sin premeditación; estaremos viendo expresada nuestra interioridad, lo que de verdad somos. Esta interioridad  expresada en ese evento, se puede perfectamente extrapolar a cualquier otro; y asombrosamente se mantendrá la consistencia.

Tomemos algo sencillo para el ejercicio. Lo expuesto aquí no busca ser ni una denuncia ni una burla, pudiendo ser totalmente imaginario y exagerado (solo ustedes lo dirán); se plantea solo para poder hacer el ejercicio. El caso es de: “un hombre cruzando una calle con mucho tráfico, entre los carros, sin respetar las indicaciones de cruzar por el rayado”. Entonces, otro señor se le acerca y comienza el diálogo...



Fin del diálogo. Pero de esto ¿qué podemos sacar? Pues podemos sacar “la interioridad” de este peatón ficticio; un subconjunto de todas las virtudes y deficiencias (en este caso) que lo llevan a expresarse de la forma descrita. Esta interioridad está expresada en las dos últimas columnas de la tabla anterior: “(Reflexión de conciencia) – Trasfondo y Peligro”.

Si seguimos con el ejercicio y listamos esos aspectos de la “interioridad” del peatón imprudente, encontramos a una persona que:

  1. Muestra un pensamiento muy básico: se fija objetivos sin prever nada (ni acciones ni consecuencias). Muestra una “inocencia imprevisiva” peligrosa.
  2. Mantiene una falsa consciencia de que posee el control. Incapacidad de reconocer o considerar a los otros elementos (actores) dentro de sus acciones.
  3. Asume/ infiere comportamientos y respuestas en los demás según su propia conveniencia. Falta de objetividad en el trato con los demás.
  4. Antepone sus necesidades y su comodidad a las leyes, normas y al comportamiento correcto. Solo respeta las leyes y reglas que le convienen.
  5. No acepta su responsabilidad individual y se escuda en el colectivo.
  6. Reconocimiento la falta de autoridad para controlar al colectivo. Tendencia a no asumir ni cumplir con responsabilidades personales; evadiéndola o excusándose en los errores de otros.
  7. Utiliza el resentimiento como medio de defensa/ataque, lo que muestra una incapacidad de crear empatía con los demás. Los demás se deben acoplar a él.
  8. Su bienestar es más importante que el malestar de los demás; inclusive más importante que las normas: esto lo hace incapaz de vivir en sociedad o como grupo. Tiende a “acomodar las reglas a sus necesidades, no al bien grupal”
  9. Rechaza la evidencia de haber cometido un error, lo que le proporciona una poca capacidad de mejorar.

Y estas características tan complicadas ¿qué van a provocar? ¿Que alguno lo atropellen? Si tiene suerte no; pero como estas características son parte de su “interioridad”. Estas mismas características, en mayor o menor proporción, son las que se expresan cuando tiene que actuar en otras situaciones. Eso es lo que tiene.

Imaginemos a un hombre así pero ahora criando a su hijo; les invito hagan el ejercicio y que vuelvan a leer sus características internas pero ahora con su relación de Padre con su hijo.

¿Les parece un ejemplo exagerado y loco? Les aseguro que desafortunadamente es parte de la realidad; considerando, claro está, que deberíamos también buscar situaciones de donde pudiéramos descubrir sus aspectos “interiores” positivos, ya que esos también se pueden extrapolar a las otras actuaciones de la vida.

Y no solo lo extrapolamos a otras situaciones, sino que el mismo análisis lo podemos hacer para otros casos: estudiantes durante exámenes, jóvenes jugando, funcionarios públicos atendiendo a personas, políticos en ejercicio, médicos, sacerdotes, PRETENDIENTES. Yo siempre digo que observar a tu novio o novia en la cotidianidad te dará la foto a futuro de tu esposo o esposa.

Hay que aclarar que todo este comportamiento es gracias a procesos no conscientes, y desafortunadamente eso es contraproducente porque no es fácil actuar para mejorarlos. Es por eso por lo que muchos de los abordajes de mejoramiento personal o mejoramiento ciudadano es el de Crear Consciencia; o por lo menos debería ser así. Te invito a que nuevas a revisar mi artículo de “Nivel de Consciencia”.

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 30 de septiembre del 2013
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