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viernes, 31 de enero de 2014

Extraño a mi iglesia

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Un día, los apóstoles recibieron de su Señor y Maestro Jesús, las instrucciones para poder vivir acorde con lo que Dios Padre quería. Fue en el Sermón del Monte (Mateo 5-7), donde la pregunta de “qué debemos hacer entonces Señor” fue respondida de forma clara y sencilla. Cosas como: no juzgarás, no te enfadarás con tus hermanos, poner la otra mejilla, amar a sus enemigos; eran lineamientos básicos para los apóstoles

Luego,  estos mismos apóstoles fueron enviados a que recorrieran el mundo y predicaran la Palabra y a que formaran iglesia; grupos personas que aprenderían lo que se les había enseñado a ellos.

¿Qué se ha hecho la herencia de esos apóstoles oficiales hoy?

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles enviados; donde más que dar misa, deberían estar no solo recordándole a la gente que no se debe juzgar,  sino que deberían decirle qué significa eso y cómo hacerlo.

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que debería enseñar a amar a nuestros enemigos, pero no solo recordarlo sino diciendo el porqué, el para qué y cómo lograrlo.

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que debería no solo recordarnos el Sermón del Monte en una misa cualquiera, sino que debería convencernos del porqué cumplirlo y del cómo hacerlo.

La herencia de los apóstoles parece perdida. Muchas iglesias se ocupan de reformas renovadoras, revolucionarias y mediáticas con respecto a su estructura, pero se olvidan de que la forma básica de vivir que fue promulgada no se imparte, no se aplica y peor aún la gente no sabe cómo hacerlo.

¿Para que les envió Jesús? Acaso solo ¿a cambiar estructuras? ¿a modificar estamentos? ¿a estrechar la mano de otros líderes para acordar una supuesta paz que ellos mismos destrozaron?

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que deberían estar gritando a los cuatro vientos lo enseñado en el Sermón del Monte; y parece que solo está cuidando su existencia terrenal y ocupándose de estructuras, de acuerdos y de cosas que pueden esperar.

Extraño a mi iglesia que debería ocuparse de enseñar a la gente a vivir dentro de la adversidad para que no se alejen de Dios; y solo está ocupada en el maquillaje y del postín individualista de la imagen institucional.

Más les vale que cumplan con sus misiones y que inviertan los talentos y las jerarquías otorgadas: vendrá un día el Señor a pedir cuentas y si sus talentos no dieron frutos, se les enviará a “las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25: 14-30); ¿o es que eso también lo olvidaron o nunca lo creyeron o pensaron que era solo para el pueblo?

Extraño a la iglesia y a sus apóstoles oficiales, que tenían temor de desobedecer o ignorar a Dios.

Extraño a la iglesia y a sus apóstoles oficiales, que ponían a Jesús por delante; hoy parecen que lo esconden; ya que no gritar sus enseñanzas es dejarlo de lado.

Los apóstoles oficiales de hoy se sienten “apoyados” porque se creen parte de la Herencia Divina; pero ya lo dijo Juan El Bautista una vez:

“8... den frutos dignos de arrepentimiento; y no comiencen a decirse a ustedes mismos: ‘Tenemos a Abraham por padre,’ porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 9 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.” (Lucas 3:8-9)


Extraño a la iglesia y a los apóstoles oficiales que deberían ocuparse desesperadamente de decirle a la gente cómo hacer para cumplir con lo que Jesús ordenó en el Sermón del Monte:

-          “...todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: ‘Insensato (Inútil)’ a su hermano, será culpable ante la corte suprema (el Sanedrín); y cualquiera que diga: ‘Idiota,’ será merecedor del infierno de fuego” (Mateo 5:21)
-          “...reconcíliate primero con tu hermano” antes de acudir a Dios (Mateo Mateo 5:23)
-          “...Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino...” (Mateo 5:25)
-          “...Si tu ojo derecho te hace pecar arráncalo y tíralo; ...  si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala...” (Mateo 5:29)
-          “... todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio...” (Mateo 5:31)
-          “...Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello...” (Mateo 5:36)
-          “...a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra...” (Mateo 5:38)
-          “...amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen...” (Mateo 5:43)
-          “...cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha...” (Mateo 6:2)
-          “...cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará...” (Mateo 6:5)
-          “... si (ustedes) no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones (faltas, delitos)...” (Mateo 6:14)
-          “...cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas....” (Mateo 6:17)
-          “...No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen... sino acumulen tesoros en el cielo... porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón...” (Mateo 6:19)
-          “...Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro...” (Mateo 6:24)
-          “...busquen primero (el Reino de Dios) y su justicia, y todas las (buenas) cosas les serán añadidas...” (Mateo 6:33)
-          “...No juzguen para que no sean juzgados...” (Mateo 7:1)
-          “...todo cuanto quieran que los hombres les hagan (a ustedes), así también hagan ustedes con ellos...” (Mateo 7:12)
-          “...Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición...” (Mateo 7:13)
-          “No todo el que Me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos...” (Mateo 7:21)

¿Qué es más importante? Cuando hay sociedades destrozadas y hermanos odiándose, ¿es más importante discutir y anunciar con bombos y platillos cenas con otros jerarcas religiosos o definiciones sobre quienes podrán o no oficiar misa? ¿Promover espacios de curaciones milagrosas? ¿Contabilizar o convencer más feligreses para ver cual iglesia es más poderosa?

Extraño a la iglesia y a los apóstoles oficiales que ante cualquier argumento de descrédito deberían iluminarse con el Espíritu Santo para defender las enseñanzas que recibieron de Jesús.

Y no me digan que los tiempos son otros y que la cosa ha cambiado; porque estarían aceptando que Jesús tuvo su momento y ya no es más; o que sus enseñanzas ya hay que cambiarlas.

Y no me digan que se están haciendo mejoras, porque están serán cuando sean evidentes; a la gente no se les ha comenzado a llegar.

Extraño a los apóstoles oficiales que iban a la gente, no a los de ahora que esperan la gente llegue a ellos; se supone que ustedes son los pastores.

Ir a la gente significa hacer todo el esfuerzo para que la gente entienda a Jesús. Si cada persona se pudiera iluminar por su cuenta, los apóstoles nunca hubieran existido. Honren la confianza que alguna vez se les tuvo.

Los apóstoles oficiales de hoy deberían estar temerosos esperando alguna carta de Juan que el Espíritu de Cristo le dictara en el Libro del Apocalipsis. Aún están a tiempo ¿seguirán esperando?

Disculpen si estoy equivocado en todo esto y el trabajo de mi iglesia sí se está haciendo, pero extraño a la iglesia que trabaja en grupo y que llega a todas partes; yo no la veo cerca.

Llega el punto en que es imposible seguir apoyando lo indefendible. Dios aboga por sus hijos; y cuando sus sirvientes callan, él hace gritar hasta a las piedras.

Pedro.

jueves, 30 de enero de 2014

Grito para Dios...

Dios, no nos quites los problemas hasta que hayamos comprendido que ellos están allí para que entendamos que debemos acercarnos a ti.

Dios, por favor, abre los oídos de todos, para que entiendan que tu "aparente sordera" o tu "respuesta que no llega" no es más que un grito que nos haces para que nos acerquemos a ti.

Te pedimos ayuda pero desde lejos, porque las preocupaciones y los miedos son más importantes para nosotros que tu mismo. Somos hipócritas y no lo reconocemos.
Decimos que amamos Dios pero las preocupaciones y los miedos ocupan más tiempo de nuestras vidas que Dios mismo. Les prestamos más atenciones a ellas que a Dios. Hablamos más de ellas que de Dios. Planificamos nuestras vidas más en función de ellas que en función de Dios. Ellas tienen más fuerza para paralizar nuestras acciones que tú para hacernos mover.

Despierten en Dios, ya no hay tiempo; cada segundo que pasa no se recupera; pero no lo intenten solos; no lo han hecho bien hasta ahora y no lo harán correctamente en el futuro.

¿Todo esto es mentira?, ¿Estoy exagerando?, ¿Tu sí tienes a Dios en tu vida? Entonces supongo que no tienes miedo, que no dudas, que no te paralizas, que duermes bien, que tu alma ya está preparada para morir...

... Ya las fuerzas son menos, esto agota, pero espero poder gritar hasta el último momento para ver si este murmullo lo oye alguien que esté a punto de despertar.

PedroAGR.
30enero2014

viernes, 17 de enero de 2014

Sanación Crística - No juzgar

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Seamos cristianos a no, todos tenemos en claro que el juzgar es algo que debemos evitar.

De alguna forma entendemos las contraindicaciones con respecto a convivencia interpersonal y a nivel de impacto emocional que el juicio puede tener en los demás.

Pero el punto es que el “no juzgar” tiene impactso más profundos, permanentes y difíciles de sanar, porque pasan desapercibidos a la vista de nuestra mente terrenal.

Por algo, el “no hacerlo” es una exhortación de carácter espiritual. Las siguientes frases son muy conocidas:

Mateo 7 (1) No juzguéis, para que no seáis juzgados. (2) Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. (3) ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (4) ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Mateo 6-(22) La lámpara del cuerpo es el ojo (lo que percibas del mundo); así que, si tu ojo es bueno (no te enfrascas en el juicio negativo) , todo tu cuerpo estará lleno de luz; (23) pero si tu ojo es maligno (si solo estás concentrándote en lo que te parece malo), todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Pero como siempre, estos párrafos leídos de forma aislada, fuera de un contexto amplio de enseñanza cristiana, se pueden entender a medias.

Si pensamos, como de costumbre, desde nuestro plano mental-terrenal (nuestra percepción externa usual), creemos que el “no juzgar” se cumple con “no hablar mal de las personas” o en “tratar de entender el porqué hacen ciertas cosas”. Si tratamos de hacer esto nos sentimos como si ya estuviéramos cumpliendo con el mandato Divino.

Evidentemente que controlar nuestras palabras puede ser importante e intentar comprender lo es más lo es mucho más (es el principio de la Compasión); pero esas actitudes no llegan ni a la mitad de lo que en realidad nos exige el “no juzgar”.

La argumentación contextualizada del “no juicio” nos puede llevar a muchos pasajes bíblicos (desde el Génesis hasta el Apocalipsis), pero vamos a argumentarlo de forma sencilla y práctica.

Primero y principal, el “juicio” es muy diferente a la “crítica”. El “no juzgar” no implica el desconocer lo que está mal, ni esconderlo, ni pasarlo por alto ni “hacernos la vista gorda”.

Si el “no juzgar” hubiera sido el “no criticar”, tanto Juan el Bautista como el mismo Jesús hubieran trasgredido esa regla a lo largo de sus vidas. Juan el Bautista se la pasaba predicando por todas partes (dicen que por el desierto) echándole en cara a todo el mundo lo que estaban haciendo mal; y llamando entonces al arrepentimiento desde un reconocimiento de lo mal que estaban llevando la vida. Jesús mismo llamó hipócritas a mucha gente, agarró a latigazos a los que un día estaban en el Templo; y constantemente estaba recalcando lo mal que lo estábamos haciendo y contraponía la forma de cómo deberíamos hacerlo. Ni Juan el Bautista (preparando la llegada de Jesús), ni el mismo Jesús, iban por la vida “haciéndose de la vista gorda” ante las cosas que se estaban haciendo mal. Ellos criticaban a diestra y siniestra; pero... no juzgaban.

¿Dónde está la diferencia entre la crítica y el verdadero juicio que no debemos hacer? Veamos este otro pequeño pasaje bíblico para contextualizar:


1 Samuel 16- (7) 7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho (yo no le hago caso a eso); porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Más allá de lo que nuestros ojos miren, de lo que nuestra lengua hable o calle, de lo que nuestra mente se argumente o piense; lo que le llega a Dios de forma directa es lo que sentimos en nuestros corazones. Esto parece fácil, pero generalmente se confunde.

El juicio (ese que no debemos tener) se manifiesta en el mismo momento que percibimos algo y sentimos cosas inapropiadas en nuestros corazones (ya que eso es lo que está oyendo Dios).

En el mismo momento en que alguien hace algo y nosotros sentimos: rabia, indignación, sed de venganza o de “justicia”, molestia, etc.; en ese mismo instante “estamos juzgando” Y ESO ES LO QUE DIOS NO QUIERE.

Muchas veces callamos nuestra lengua, pero nuestros corazones arden; muchas veces nuestra mente se argumenta razones, pero nuestros corazones lloran... eso es juicio; eso es lo que debemos controlar.

Hasta que no aprendamos a estar conscientes, no de nuestra mente (que es una simple herramienta), sino de nuestros sentimientos (que son los que de forma verdadera y única escucha Dios); no habremos ni siquiera comenzado el camino de la realización personal. Estaremos viviendo y creyendo que lo estamos haciendo bien, pero envueltos en los infortunios o estancamiento de nuestras propias acciones inapropiadas.

Ahora, las preguntas correctas son: ¿Cómo aprendo a no juzgar? ¿Cómo aprendo a controlar lo que siento cuando alguien hace algo que considero equivocado? Con guía, con trabajo, con tiempo y con paciencia. Con crecimiento espiritual, no hay otra forma. Pero no se puede hacer de la noche a la mañana. Primero hay que crear consciencia de nuestros propios sentimientos para comenzar a controlarlos.

Juan el Bautista y Jesús criticaban a diestra y siniestra, pero en sus corazones albergaban el amor más grande que existió por todos nosotros; no había juicio en ellos hacia nosotros.

¿Te quedó alguna duda? Tienes dos formas de resolverlo Sanación Crística o Evolución Consciente. Si no lo asumes ahora, algún día será urgente que lo hagas. Es mandato Divino.

La humanidad no ha cambiado; por eso le cortaron la cabeza a Juan el Bautista. Nunca a nadie le ha gustado reconocer los desaciertos que comente y mucho menos que un “loco cualquiera” (sin nombre, sin fama, sin fortuna, caminando por el desierto) se los diga. Pero créanme que es la única forma de mejorar. Ni la soberbia ni la altivez nunca han sido buenas compañeras en ningún camino de sanación.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 17 de enero del 2014.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc



martes, 14 de enero de 2014

El Ser energético: Los celos de pareja

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Cuando entendemos de qué se tratan nuestras energías y cómo trabajamos con ellas de forma innata, comenzamos a comprender de forma más clara ese comportamiento humano que escapa de lo que el sentido común y la lógica parecerían establecer.

Somos seres multidimensionales, pero nuestra parte energética parece ser más intensa y dominante que nuestra fracción mental o intelectual. Tanto es así que tenemos funciones de vida de las cuales ni nos damos cuenta, ya que ellas tienen una existencia que se escapa del dominio directo de la mente consciente.

Nota: Muchas veces, a estas funciones que se escapan de la consciencia las asociamos al subconsciente; pero hay discusiones que entrelazan la actuación subconsciente con el aspecto energético y viceversa.

Y como seres energéticos que somos, reaccionamos ante todo escenario energético al que nos veamos sometidos. El escenario energético lo da: el espacio que nos circunda (que no es únicamente físico, sino también energético), las personas con las que nos relacionamos (como seres energéticos que ellos también son), entre otras cosas; más pequeñas o más grandes.

Así es como llegamos a estados de equilibrio en nuestra vida; ajustándonos a los escenarios energéticos que nos rodean; y cada ajuste es un luchar y ceder constante, hasta que logremos encajar, un engranar aceptable. Cuando alguna parte de nuestro escenario energético cambia, debemos comenzar a “luchar” de nuevo hasta “adaptarnos” energéticamente. Si el cambio es fuerte, nuestro estado energético final puede llegar a ser muy diferente del cual partimos, o podemos quedar en estados de desadaptación (no engranados) lo que termina produciéndonos malestares sostenidos de cualquier índole (terminamos enfermándonos). Valga decir que esta lucha energética por engranar en el espacio energético es totalmente automática e inconsciente.

Y una relación de pareja no es más que una relación interpersonal que nos somete a un escenario energético muy fuerte.

Es cierto que elegimos pareja desde diferentes aspectos: el aspecto físico,  la forma de pensar y de actuar, los sentimientos, pero siempre hay ese “no sé qué”, que más que llamarse “química”, la debemos llamar “energía”. Una pareja que nos satisface es alguien que energéticamente nos provee de su propia estructura energética personal como un escenario al cual “engranarnos” nos produce bienestar o nos resulta suficientemente fácil (por complementariedad o igualdad)

Es por eso por lo que a pesar de que el físico puede no ser el de una ninfa ni el de un adonis; de que el intelecto tenga sus deficiencias; o de que sus emociones a veces pudieran ser mejores; nos sentimos bien con una persona en particular.

El enamoramiento termina siendo eso; un descubrir lo bien que encajamos energéticamente uno con el otro.

Y por eso, que con el trascurrir de los años al ir cambiando nuestra estructura energética, el enamoramiento se convierte en “otra cosa”; y parejas que se hacen muy diferentes o pierden la flexibilidad de acoplarse energéticamente, terminan separándose.

Pero hablemos de las parejas totalmente compenetradas energéticamente. Decía que ese tipo de unión produce bienestar; un bienestar al que queremos acostumbrarnos y que por supuesto trataremos de defender como dé lugar.

Si encontrar pareja no es más que acoplarse a ella; vemos desde la lógica qué sucede con los celos:

-          Supongamos que las personas “A” y “B” forman pareja o lo están intentando con muy buenos pronósticos; por lo tanto están acoplados energéticamente, lo que les hace sentir muy bien.
-          El miembro “B” conoce luego a “C” (un tercero externo) y se siente atraído hacia este.
-          Entonces “B” comienza un intento de acople energético con “C” (recuerden que es inconsciente)
-          El miembro “B” debe entonces cambiar su estructura energética para poder acoplarse al nuevo escenario energético propuesto por de “C”, por lo que “B” tiende a salir del acople que tenía con “A”.
-          El miembro “A” siente que su escenario energético está cambiando y comienza una lucha interna (subconsciente) por volver a encajar, perdiendo su bienestar.
-          Estos cambios energéticos hacen aparecen los cambios en la pareja, los malestares, las dudas, las desconfianzas, los miedos, etc. etc. etc.
-          Hay un atentado contra la integridad (energética) personal y se comienza a actuar por instinto de supervivencia. Aquí es donde la cordura debe entrar en el juego.
-          Como el miembro “A” entra en estado de “alerta”, todos los sentidos se le agudizan, la capacidad de análisis se le afina, incluso ese “sexto sentido”  le aflora; simplemente tiene que sacar armas para defenderse en esa situación que le está quitando su equilibrio.

Todo esto puede pasar por desapercibido del plano mental, sin ninguna evidencia o sin ningún hecho descubierto; pero igualmente comienzan a afectar a la relación.

¿Cuántas veces no dicen las mujeres que “una infidelidad se siente”? ¿Cuántas veces no sentimos que nuestras parejas sospechan algo? Afortunada o desafortunadamente, las mujeres son más sensibles a esto de las energías (está en su naturaleza).

Los celos no son más que eso: una actitud (a veces irracional y a veces muy peligrosa) de defensa innata hacia la estabilidad o el beneficio energético que sentíamos con nuestra pareja. Cuando los celos son menos intensos en una relación, es porque la unión de la pareja se está manteniendo por otros factores: conveniencia, costumbre, cariño, etc. Esto no es malo, por el contrario, es lo natural; la atracción energética de la pareja tiene razones de ser que escapan a la explicación en estas líneas.

Con esto no justifico de ninguna manera a los celos, ya que marcan un punto de quiebre en la pareja que a veces resulta imposible de recuperar. Pero al Cesar lo que es del Cesar, lo que quise plantear fue el origen de los celos desde el punto de vista de nuestro Ser energético. Llevamos mucha evolución tratando de dejar de lado nuestra parte animal-instintiva; así que debemos aprender a controlarlo.

¿Cómo no sufrir de celos? Aprendiendo a ser autosuficiente energéticamente, lo que implica un proceso de sanación amplio y extenso, pero posible. Aunque muchas personas pensarían que así la vida sería muy aburrida.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 14 de enero del 2014.

Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc

lunes, 13 de enero de 2014

Cáncer y Karma

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

No me toca a mi opinar sobre enfermedades cuyo estudio y tratamiento están en el ámbito estricto de la ciencia médica; pero como sanador holístico sí me corresponde interpretar y argumentar posibilidades de tratamientos complementarios (de apoyo) en los planos sutiles (energéticos, astrales, kármicos y espirituales).

El planteamiento de estos tratamientos complementarios debe pasar por una argumentación sustentable de los posibles orígenes de las enfermedades; orígenes que deben engranar a los diferentes planos que nos conforman como seres integrales.

Hoy en día, la ciencia médica estima como factores que aumentan la posibilidad de aparición del cáncer tanto a la genética como al estrés. Por su puesto que hay muchos otros condicionantes que se estudian como la alimentación, el sedentarismo, entre otros; pero todos ellos tienen como característica final el someter a nuestros sistemas de vida a estrés; el estrés no solo es mental.

La genética y el estrés, si bien no son cien por ciento determinantes, son argumentos aceptados hoy en día; y en especial el estrés está siendo muy considerado por lo que se ha dado a conocer como “psico-neuro-inmuno-endocrinología”

Este argumento planteado desde los planos terrenales del ser humano: la genética -> biología; y el estrés -> mente y emociones; sirve para comenzar el entendimiento de qué sucede en planos sutiles. Una vez realizado, los argumentos son lógicos y comprensibles.

Comencemos con el estrés. Lo que se conoce como estrés involucra tanto a nuestra mente como a nuestras emociones; cuando estos se alteran, la primera capa sutil que se desequilibra es nuestro cuerpo energético.

El estrés (más correctamente nombrado como distrés, ya que nos referimos a la parte negativa de esa fuerza de cambios y adaptaciones que mueve la vida) representa y/o produce una alteración de nuestro cuerpo energético, el cual se afana, sin éxito, en lograr adaptarse a situaciones difíciles de vida.

Toda situación de vida representa patrones energéticos que nos exigen a nosotros un tipo de respuesta energética para enfrentarla; con el problema de que a veces no estamos en la capacidad de hacerlo. Si nuestras energías no se pueden modificar temporalmente para abordar alguna situación y resolverla; o si una vez que desaparece la situación nuestro cuerpo energético no puede volver a su estado normal; se produce el desequilibro energético que se conoce en plano tierra como estrés.

Pero no todo distrés produce cáncer. Se dice que las posibilidades aumentan siempre y cuando este estrés sea sostenido en el tiempo; entiéndase estados de estrés, ansiedad o depresiones profundas y persistentes.

Y esa persistencia en el tiempo ¿qué produce en nuestro cuerpo energético? Pues un estado de desequilibrio energético no resuelto de forma rápida, tiende a producir una desestabilización de lo que se conoce como nuestro charka base. En el sentido inverso también es cierto; un chakra base inestable (como origen energético del malestar) produce estados de depresiones y pánico que no se correlacionan fácilmente con problemas de origen biológico, mental o emocional. Los profesionales de la salud mental deberían considerar esto, a veces los orígenes de los malestares no están en plano tierra.

Y precisamente, este chakra base que se altera es nuestro centro energético que procesa la energía vital que nos ayuda a controlar TODOS los procesos de sostén de la vida.

El cuerpo tiene procesos de sostén de vida que se ejecutan de forma automática y sin los cuales la vida biológica sería imposible de sostener. Estamos hablando de: procesos de excreción/depuración en todos los niveles, impulsos instintivos de respiración, alimentación/digestión, sexo/procreación; el mantenimiento de la tensión arterial, procesos de restauración (cicatrización), procesos de creación de células de sostén de vida; y por supuesto el crecimiento celular (o la destrucción celular) controlado, entre muchos otros.

Así que no es difícil inferir que si el cáncer es un proceso descontrolado de reproducción celular y que además pone en riesgo la vida; el problema hay que observarlo de forma holística-energética como una pérdida de autocontrol del chakra base.

Cualquier tipo de terapia complementaria debería aplicar especial atención en tratar este primer chakra, pero no solo de nivelar su energía, sino de lograr que ese chakra gane nuevamente su capacidad de autocontrolarse. Repito, la terapia no es una sencilla alineación de chakras, sino una restauración de funcionamiento automático del chakra base.

Y aquí es donde se complica el asunto.

Volviendo la explicación del estrés, cuando una persona se somete a una situación estresante, es normal (y necesario) que sus chakras se desalineen para poder resolver la situación; y una vez que la situación es resuelta (o asumida correctamente de forma que no se sienta como agresiva) los charkas vuelven  su estado de equilibrio. Todo retoma sus funciones normales.

¿Qué sucede si la situación no se resuelve o no se llega a asumir correctamente? Si no se tienen las herramientas necesarias para resolver o asumir, el estrés energético permanece y comienzan los problemas.

Pero compliquemos aún más. Para el chakra base que acabamos de relacionar con el cáncer; ¿acaso lo único que tiene que ver con dicho chakra son las situaciones de estrés evidentes? ¿El chakra base solo atiende o se puede alterar por asuntos terrenales?  Lamentablemente la respuesta es no.

Como seres integrales que somos, nuestros chakras no atienen solo a procesos vitales (terrenales: biológicos, mentales o emocionales); sino que también manejan energías que se circunscriben a planos sutiles muchas veces desconocidos y lamentablemente ignorados por muchos profesionales de la salud.

En particular, nuestro chakra base atiende a toda la energía que se asocia con el “karma” que podemos estar viviendo. En el karma es donde entra el aspecto “genético-sutil” de esta enfermedad; ya que es esa parte que se “hereda”, de padres a hijos y con relaciones interpersonales; más allá de nuestra biología y que pueden condicionar parte de nuestra existencia.

Recordemos que la genética biológica era el otro factor que puede condicionar la aparición del cáncer, por lo tanto es lógico considerar a nuestra “genética sutil/espiritual”, que coincidencialmente está asociado con el chakra base,

Es imposible escribir en pocos párrafos todo lo necesario para entender qué es el karma y menos aún, para que el lector rompa sus esquemas de incredulidad sobre el tema. Si les interesa podemos hablarlo en otro momento.

Pero sí hay tres planteamientos básicos que debemos dar para entender el argumento final de esta reflexión:

  1. El chakra base no solo maneja energía de karma; esta energía de karma puede estar latente (sin manifestarse) y dispararse en ciertas circunstancias.
  2. Cuando se habla de karma de forma correcta, no se puede discriminar ni karma malo ni karma bueno; pero para nuestros efectos cuando digamos karma, nos estaremos refiriendo a esa energía “difícil” que exige mucho esfuerzo de nuestra parte para ser sanada.
  3. Cuando un karma se activa, el chakra base comienza a procesar la energía asociada a esa situación kármica y se produce (como es normal) un desequilibrio temporal de este centro energético.
  4. La situación kármica no solo la debe resolver el chakra, sino que es la persona quien debe ocuparse de esto; y generalmente debe involucrar partes: física, mental, emocional, astral y espiritual; todas a la vez o las que correspondan.
  5. Las actitudes y las acciones correctas de la persona antes las situaciones kármicas son las que permiten al chakra base ir procesando/digiriendo/limpiando la energía que se activó en él; así este podrá volver a la estabilidad.

Pero qué sucede:
-          ¿si la persona no sabe reconocer a una situación kármica?
-          ¿si no se tienen las herramientas (ni la formación) para tratar asuntos kármicos?
-          ¿si se activan más de un karma a la vez en chakra base?
-          ¿si el estilo de vida de una persona promueve la acumulación indiscriminada de ese karma “difícil”?

El panorama del chakra base siempre se puede complicar aún más; y por ende puede aumentar la posibilidad de desarrollo de cáncer o la dificultad de su curación.

A nivel holístico, que es lo que nos ocupa en estas líneas, la sanación de procesos kármicos es vital tanto en la prevención cómo en la sanación del cáncer. Las herramientas necesarias están principalmente en el ámbito espiritual (atención, me refiero a “realmente espiritual”, a esa espiritualidad que se enmarca dentro de las religiones).

Pero no es cosa de adquirir herramientas para sanar una vez que se está enfermo; sino que también es importante asumir: tanto estilos de vida que no activen de forma violenta los karmas latentes, como formas de vivir que nos alejen de “contagios de karma” (si, los karmas se propagan de una persona a otra, por ejemplo con “sexo inapropiado”). Además, es importante ir aprendiendo herramientas para ir sanando los pequeños karmas que se vayan activando y que nuestro chakra base no permanezca en estados de desequilibrios por mucho tiempo.

De la misma forma las consideraciones planteadas aquí sobre el karma cubren de algún modo casos de cáncer en niños muy pequeños, que no han vivido suficiente como para “estresarse” o para intoxicarse; pero si pueden venir ya con karmas activos,

No he querido plantear en estas líneas que la parte espiritual o el aspecto kármico es lo único importante para tratar este problema tan complejo como es el cáncer. El karma es solo una pieza de este rompecabezas; el chakra base se desestabiliza también por otras actitudes y situaciones de vida, no solo por karma; y tampoco se puede decir que toda persona que viva bajo estrés o en situaciones kármicas desarrollará cáncer.

Pero el karma sí es un asunto importante, porque cáncer no es lo único que puede traer como consecuencia.

Poco a poco iré liberando otros aspectos del cáncer relacionados con los demás centros energéticos.

Ya asociaciones mundiales que tratan el cáncer están incluyendo a la espiritualidad y a la religiosidad como tópico importante en el tratamiento de pacientes. Aún no saben muy bien cómo va la cosa; Dios quiera que este escrito ayude un poco.


Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 12 de enero del 2014.

Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777

domingo, 12 de enero de 2014

Quién soy

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Estas líneas, más allá de ser un currículo, vienen a ser una exposición de argumentos no solicitados; o más bien una respuesta a lo que mucha gente se pregunta cuando lee mis artículos o ven algunas fotos, relacionados con el aspecto espiritual.

También son una respuesta a la pregunta que muchas veces les hacen a las personas que me conocen y que siguen lo que yo predico; y por tanto sienten algún cariño por mí.

Desafortunadamente la pregunta muchas veces se entiende de forma malsana (a pesar de que pueda ser inocente); y más que un “¿quién es ese?”, la pregunta se plantea como un “¿quién se cree ese que es?”.

A lo mejor no interesa mucho en esta etapa de mi vida saber que académicamente soy un Ingeniero Electrónico, graduado en cinco años de la Universidad Simón Bolívar (ingreso en 1984) y que tres años después culminé la Maestría en Sistema Digitales en la misma universidad; valga decir con mención de honor en la Tesis de Grado. Ejerciendo luego, por muchos años, en una de las mejores instituciones nacionales de aquel entonces en el área de ingeniería (investigación y desarrollo tecnológico).

Mi parte académica parece no molestar a nadie, pero no sé porqué a veces incomoda mi trabajo y trayectoria espiritual.

Yo tuve “la suerte” que desde muy niño, con grandes debilidades inespecíficas de salud, de que llegara a la vida de mi familia una señora sanadora que me asistió de forma paralela a muchos médicos en Caracas. Más allá de colaborar (efectivamente) con mi estabilización “cuasi milagrosa”, me adoptó cariñosa y espiritualmente y comenzó a "enseñarme cosas". Esta señora sanadora es la que yo reconozco como mi primera Maestra Espiritual; cuyo nombre me reservo porque era madre de un personaje muy reconocido de la televisión venezolana.

Y estoy hablando de que todo comenzó a mis cortos 8 o 9 años de edad; cuando mi Maestra me comenzaba a dar para leer y practicar sobre misticismo, diferentes tipos de sanación yóguica, imposición de manos, oraciones, poder de la mente. Además comenzaba la práctica con mantras; lecturas intensas y diarias de La Santa Biblia (por muchos años); salmos; cristianismo místico; estudio de diferentes religiones, no de forma erudita sino comparada para utilizarlo en el día a día; más tarde parapsicología; energía psíquica; geometría sagrada; prácticas místicas-espirituales; tantrismo; y muchos libros y textos manuscritos, algunos de ellos perdidos junto a mis comiquitas y mis cuentos para niños; salvando a unos pocos que aún conservo.

Mi familia, de madre inmigrante nacionalizada y mi padre venezolano, no tenía ni la formación ni ningún interés particular en todo ese mundo místico; salvo el cauteloso “dejar ser y hacer”,como agradecimiento al beneficio recibido en la sanación de su hijito pequeño. Bueno, mi papá tenía sus cosas; criado por campesinos había aprendido a “ensalmaba torceduras” de forma notablemente efectiva.

Y desde esa corta edad, toda mi formación mística y de sanador han estado presentes a lo largo de mi vida. Además de capacidades de videncia y extrasensorialidad innatas, con las cuales no comercio ni me vanaglorio; pero que me han servido y he podido demostrar hasta la saciedad con las personas cercanas.

Por supuesto que mi adolescencia fue muy interesante. Con todo este bagaje de conocimientos y prácticas “fuera de lo común”, aprendí a vivir conjugando estos dos mundos, sacándoles el máximo de provecho; aunque si bien la mayoría de las veces no de forma sencilla. Como ejemplo: el haber aprendido a manejar las energías que como joven tenía y aprovecharlas para mi crecimiento espiritual, fue toda una bendición.

Pero no puedo olvidar a mis otras tres Maestras Sanadoras que fueron apareciendo en mi vida de forma secuencial; la última hace apenas cuatro años. De ellas también me reservo los nombres por respeto a la primera que dejé anónima.

Y toda esta experiencia se conjugó con todos mis años de estudios en colegios católicos y con la formación tradicional católica en casa. Por eso me lleno de orgullo diciendo que hoy en día soy cristiano católico por crianza y por convicción. Después de tantos años de formación mística y espiritual, créanme que le veo el “queso a la tostada”.

De adolescente, fui un muchacho con las situaciones comunes.; hormonas a millón, acné galopante, cirugías varias, estudiante universitario dedicado e intenso. Tuve que comenzar a colaborar como sostén de casa antes de terminar de estudiar, debido a un desastre social-económico familiar. Con padres de edad avanzada y como cuidador de padre postrado en cama en los últimos años de su vida, se terminaron de cimentar y de cobrar mayor valor todo lo que de niño había recibido.

Años después, fui formado como Maestro Reiki y Sanador Védico; y los pude utilizar como “tarjeta de presentación ante la sociedad”.

Hoy en día ¿quién soy? o mejor aún ¿quién me creo que soy?

Soy un hombre con 17 años de felizmente matrimonio; con una hermosa hija. El mismo que hace algunos años atrás abandonó por voluntad propia, la seguridad y estabilidad de su trabajo en el área tecnológica para dedicarme a honrar lo aprendido y practicado desde muy niño; y que me ha servido de forma inmejorable para vivir.

Soy un adorador de Jesucristo, al que me he dedicado a adorar y a entender desde niño; no como rutina dominical, sino como práctica real e intencionada de Crecimiento Espiritual. Esto ha permitido que sus enseñanzas me hayan servido al ciento por ciento Afortunadamente no me quedé únicamente con el Jesús que me enseñaron en el catecismo.

No soy ni un santo ni un “ser raro” (aunque algunos podrían asegurar esto último). Habiendo comenzado en estos últimos años como terapeuta holístico, instructor/formador de sanadores, creador de técnicas de sanación y meditación; hoy en día soy portador del apodo de Maestro Espiritual. Este apelativo no ha sido pagado en un certificado, ni impuesto por requisitos cumplidos hacia algún gurú, ni por ninguna sintonización especial; sino que ha sido otorgado por las personas a quienes les ha servido las enseñanzas espirituales que les he ofrecido.

No soy más que alguien que está dedicado en cuerpo, alma y espíritu, a la tarea de dar lo que ha aprendido desde muy niño, en las áreas energética, mística y espiritual. Alguien con el fuerte sentimiento de obligación de entregar lo que a él le ha ayudado; brindándolo a todo aquel que tenga la soberbia suficientemente pequeña como para recibirlo.

Así que aquí les dejo este pequeño resumen no solicitado de mi vida; a lo mejor les sirve a los que se preguntan “¿quien soy?” o “¿quién me creo que soy?”

Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 08 de enero del 2014.
Errores ortográficos corregidos: 28marzo2015
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