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lunes, 13 de enero de 2014

Cáncer y Karma

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

No me toca a mi opinar sobre enfermedades cuyo estudio y tratamiento están en el ámbito estricto de la ciencia médica; pero como sanador holístico sí me corresponde interpretar y argumentar posibilidades de tratamientos complementarios (de apoyo) en los planos sutiles (energéticos, astrales, kármicos y espirituales).

El planteamiento de estos tratamientos complementarios debe pasar por una argumentación sustentable de los posibles orígenes de las enfermedades; orígenes que deben engranar a los diferentes planos que nos conforman como seres integrales.

Hoy en día, la ciencia médica estima como factores que aumentan la posibilidad de aparición del cáncer tanto a la genética como al estrés. Por su puesto que hay muchos otros condicionantes que se estudian como la alimentación, el sedentarismo, entre otros; pero todos ellos tienen como característica final el someter a nuestros sistemas de vida a estrés; el estrés no solo es mental.

La genética y el estrés, si bien no son cien por ciento determinantes, son argumentos aceptados hoy en día; y en especial el estrés está siendo muy considerado por lo que se ha dado a conocer como “psico-neuro-inmuno-endocrinología”

Este argumento planteado desde los planos terrenales del ser humano: la genética -> biología; y el estrés -> mente y emociones; sirve para comenzar el entendimiento de qué sucede en planos sutiles. Una vez realizado, los argumentos son lógicos y comprensibles.

Comencemos con el estrés. Lo que se conoce como estrés involucra tanto a nuestra mente como a nuestras emociones; cuando estos se alteran, la primera capa sutil que se desequilibra es nuestro cuerpo energético.

El estrés (más correctamente nombrado como distrés, ya que nos referimos a la parte negativa de esa fuerza de cambios y adaptaciones que mueve la vida) representa y/o produce una alteración de nuestro cuerpo energético, el cual se afana, sin éxito, en lograr adaptarse a situaciones difíciles de vida.

Toda situación de vida representa patrones energéticos que nos exigen a nosotros un tipo de respuesta energética para enfrentarla; con el problema de que a veces no estamos en la capacidad de hacerlo. Si nuestras energías no se pueden modificar temporalmente para abordar alguna situación y resolverla; o si una vez que desaparece la situación nuestro cuerpo energético no puede volver a su estado normal; se produce el desequilibro energético que se conoce en plano tierra como estrés.

Pero no todo distrés produce cáncer. Se dice que las posibilidades aumentan siempre y cuando este estrés sea sostenido en el tiempo; entiéndase estados de estrés, ansiedad o depresiones profundas y persistentes.

Y esa persistencia en el tiempo ¿qué produce en nuestro cuerpo energético? Pues un estado de desequilibrio energético no resuelto de forma rápida, tiende a producir una desestabilización de lo que se conoce como nuestro charka base. En el sentido inverso también es cierto; un chakra base inestable (como origen energético del malestar) produce estados de depresiones y pánico que no se correlacionan fácilmente con problemas de origen biológico, mental o emocional. Los profesionales de la salud mental deberían considerar esto, a veces los orígenes de los malestares no están en plano tierra.

Y precisamente, este chakra base que se altera es nuestro centro energético que procesa la energía vital que nos ayuda a controlar TODOS los procesos de sostén de la vida.

El cuerpo tiene procesos de sostén de vida que se ejecutan de forma automática y sin los cuales la vida biológica sería imposible de sostener. Estamos hablando de: procesos de excreción/depuración en todos los niveles, impulsos instintivos de respiración, alimentación/digestión, sexo/procreación; el mantenimiento de la tensión arterial, procesos de restauración (cicatrización), procesos de creación de células de sostén de vida; y por supuesto el crecimiento celular (o la destrucción celular) controlado, entre muchos otros.

Así que no es difícil inferir que si el cáncer es un proceso descontrolado de reproducción celular y que además pone en riesgo la vida; el problema hay que observarlo de forma holística-energética como una pérdida de autocontrol del chakra base.

Cualquier tipo de terapia complementaria debería aplicar especial atención en tratar este primer chakra, pero no solo de nivelar su energía, sino de lograr que ese chakra gane nuevamente su capacidad de autocontrolarse. Repito, la terapia no es una sencilla alineación de chakras, sino una restauración de funcionamiento automático del chakra base.

Y aquí es donde se complica el asunto.

Volviendo la explicación del estrés, cuando una persona se somete a una situación estresante, es normal (y necesario) que sus chakras se desalineen para poder resolver la situación; y una vez que la situación es resuelta (o asumida correctamente de forma que no se sienta como agresiva) los charkas vuelven  su estado de equilibrio. Todo retoma sus funciones normales.

¿Qué sucede si la situación no se resuelve o no se llega a asumir correctamente? Si no se tienen las herramientas necesarias para resolver o asumir, el estrés energético permanece y comienzan los problemas.

Pero compliquemos aún más. Para el chakra base que acabamos de relacionar con el cáncer; ¿acaso lo único que tiene que ver con dicho chakra son las situaciones de estrés evidentes? ¿El chakra base solo atiende o se puede alterar por asuntos terrenales?  Lamentablemente la respuesta es no.

Como seres integrales que somos, nuestros chakras no atienen solo a procesos vitales (terrenales: biológicos, mentales o emocionales); sino que también manejan energías que se circunscriben a planos sutiles muchas veces desconocidos y lamentablemente ignorados por muchos profesionales de la salud.

En particular, nuestro chakra base atiende a toda la energía que se asocia con el “karma” que podemos estar viviendo. En el karma es donde entra el aspecto “genético-sutil” de esta enfermedad; ya que es esa parte que se “hereda”, de padres a hijos y con relaciones interpersonales; más allá de nuestra biología y que pueden condicionar parte de nuestra existencia.

Recordemos que la genética biológica era el otro factor que puede condicionar la aparición del cáncer, por lo tanto es lógico considerar a nuestra “genética sutil/espiritual”, que coincidencialmente está asociado con el chakra base,

Es imposible escribir en pocos párrafos todo lo necesario para entender qué es el karma y menos aún, para que el lector rompa sus esquemas de incredulidad sobre el tema. Si les interesa podemos hablarlo en otro momento.

Pero sí hay tres planteamientos básicos que debemos dar para entender el argumento final de esta reflexión:

  1. El chakra base no solo maneja energía de karma; esta energía de karma puede estar latente (sin manifestarse) y dispararse en ciertas circunstancias.
  2. Cuando se habla de karma de forma correcta, no se puede discriminar ni karma malo ni karma bueno; pero para nuestros efectos cuando digamos karma, nos estaremos refiriendo a esa energía “difícil” que exige mucho esfuerzo de nuestra parte para ser sanada.
  3. Cuando un karma se activa, el chakra base comienza a procesar la energía asociada a esa situación kármica y se produce (como es normal) un desequilibrio temporal de este centro energético.
  4. La situación kármica no solo la debe resolver el chakra, sino que es la persona quien debe ocuparse de esto; y generalmente debe involucrar partes: física, mental, emocional, astral y espiritual; todas a la vez o las que correspondan.
  5. Las actitudes y las acciones correctas de la persona antes las situaciones kármicas son las que permiten al chakra base ir procesando/digiriendo/limpiando la energía que se activó en él; así este podrá volver a la estabilidad.

Pero qué sucede:
-          ¿si la persona no sabe reconocer a una situación kármica?
-          ¿si no se tienen las herramientas (ni la formación) para tratar asuntos kármicos?
-          ¿si se activan más de un karma a la vez en chakra base?
-          ¿si el estilo de vida de una persona promueve la acumulación indiscriminada de ese karma “difícil”?

El panorama del chakra base siempre se puede complicar aún más; y por ende puede aumentar la posibilidad de desarrollo de cáncer o la dificultad de su curación.

A nivel holístico, que es lo que nos ocupa en estas líneas, la sanación de procesos kármicos es vital tanto en la prevención cómo en la sanación del cáncer. Las herramientas necesarias están principalmente en el ámbito espiritual (atención, me refiero a “realmente espiritual”, a esa espiritualidad que se enmarca dentro de las religiones).

Pero no es cosa de adquirir herramientas para sanar una vez que se está enfermo; sino que también es importante asumir: tanto estilos de vida que no activen de forma violenta los karmas latentes, como formas de vivir que nos alejen de “contagios de karma” (si, los karmas se propagan de una persona a otra, por ejemplo con “sexo inapropiado”). Además, es importante ir aprendiendo herramientas para ir sanando los pequeños karmas que se vayan activando y que nuestro chakra base no permanezca en estados de desequilibrios por mucho tiempo.

De la misma forma las consideraciones planteadas aquí sobre el karma cubren de algún modo casos de cáncer en niños muy pequeños, que no han vivido suficiente como para “estresarse” o para intoxicarse; pero si pueden venir ya con karmas activos,

No he querido plantear en estas líneas que la parte espiritual o el aspecto kármico es lo único importante para tratar este problema tan complejo como es el cáncer. El karma es solo una pieza de este rompecabezas; el chakra base se desestabiliza también por otras actitudes y situaciones de vida, no solo por karma; y tampoco se puede decir que toda persona que viva bajo estrés o en situaciones kármicas desarrollará cáncer.

Pero el karma sí es un asunto importante, porque cáncer no es lo único que puede traer como consecuencia.

Poco a poco iré liberando otros aspectos del cáncer relacionados con los demás centros energéticos.

Ya asociaciones mundiales que tratan el cáncer están incluyendo a la espiritualidad y a la religiosidad como tópico importante en el tratamiento de pacientes. Aún no saben muy bien cómo va la cosa; Dios quiera que este escrito ayude un poco.


Namasté.
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 12 de enero del 2014.

Twitter: @eReiki @EvolConsc @pagr777

1 comentario:

  1. Este artículo es muy esclarecedor para los que provenimos de familias con alta incidencia de esa enfermedad. Hasta ahora nos han hecho creer que todo está perdido y que padecer la enfermedad será necesariamente nuestro fin. Una buena razón más, por lo menos en mi caso, para continuar aprendiendo a sanar karma.
    Namasté Maestro.

    CEH

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