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lunes, 21 de enero de 2013

El karma cotidiano

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

¡Que falta hace el conocimiento místico en una sociedad!

En realidad lo primero que haría falta es que se nos terminara de (o comenzara a) inculcar la idea de que somos más que carne y hueso, más que terrenalidad, mucho más que logros económicos e intelectuales; y aunque me duela decirlo, desde mi criterio la mayoría de nuestras religiones han fallado en este intento.

Y digo fallado porque a pesar de que seguro han tenido éxitos importantes con personas (individuales) no se ve la tarea global de convencer a nadie de que somos consciencias espirituales que debemos buscar crecer, cultivarnos, llegar a ese lugar, a ese estado de consciencia (Paz), que podemos ubicar al lado de Dios. Es mi humilde opinión.

Y no digo que las religiones no puedan hacerlo, ¡claro que pueden!; tiene el conocimiento correcto, tienen las herramientas, tienen los rituales, tienen todo; y eso hace la situación mucho más crítica.

Dios envía a sus emisarios a predicar las enseñanzas, pero a veces parece que ni a ellos se les dan las instrucciones completas.

Y esa falta de consciencia personal de nuestra espiritualidad (Autoconsciencia dentro de Evolución Consciente) nos deja ciegos en nuestras acciones. Parecemos borregos viviendo, tropezándonos, tambaleándonos, excretando a cada paso; sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo con nosotros mismos ni de lo que estamos dejando a nuestro paso. Después, no sabemos porqué nos sentimos mal o porqué nos suceden las cosas o qué podemos hacer para cambiar las situaciones para mejor.

Un tema principal de todo esto es la idea de Causa-Efecto. En el colegio aprendemos que es una ley física y que a cada acción corresponde una reacción; hasta aprendemos los principios y las fórmulas, pero nunca se nos explica que esa ley es una realidad también en el plano no físico. 

La Ley de Causa y Efecto fue inicialmente (y seguirá siéndolo) una Ley Espiritual (universal). También en plano sutil cuando hacemos algo (cualquier cosa) estamos provocando una reacción, más allá de si estamos conscientes de ello, o si lo entendemos o si lo creemos; una ley es una ley.

El desconocimiento de la ley no exonera de su cumplimiento”. Cuando tu lanzas una pelota contra una pared, la pelota rebota porque la pared ejerce una fuerza igual y opuesta que lanza a la pelota de vuelta... y ni la pared y ni la pelota saben de física. 

Pero como el sistema es complejo (como nuestra vida) la fuerza de rebote no es igual a la aplicada y la pelota no se devuelve exactamente al lugar de procedencia, porque hay energía que se transforma por ejemplo en calor y hay otras fuerzas como la fricción, que si bien son mucho menos evidente, complican el entendimiento. 

Todo pasa de forma perfecta y totalmente predeterminada (dependiendo de la comprensión de quien lo analiza) sin la consciencia, ni la voluntad, ni la determinación de los actuantes (la pelota y la pared). A lo mejor la pelota no quería ir hacia la pared, pero la lanzaron y todo ocurrió. A lo mejor la pared quería quedarse con la pelota, pero no habían las condiciones (las leyes) para que eso pudiera pasar.

Nuestra vida está regida por leyes; y son las religiones dentro de sus ámbitos místicos las que las conocen a cabalidad (para eso son las religiones). El problema es que si bien alguna vez no fue prudente darlas a conocer, ya es hora; la humanidad se está comprometiendo con su futuro para mal cada vez más y debemos comenzar a soltar el conocimiento.

Un hecho básico y trivial es la enseñanza del concepto de “pecado”. El concepto del pecado se enmarca dentro de la misma Ley de Acción y Reacción (que espero que nadie desconozca) y que, duélale a quien le duela, es la misma Ley del Karma.

El concepto del pecado y del karma es el mismo; si hacemos cosas “inconveniente” vamos a tener que resarcirlas con acciones “convenientes”. La diferencia entre estos dos conceptos es la forma de sanarlo/limpiarlo/pagarlo y la trascendencia que tienen según sus doctrinas, en cuanto a que si se paga en una vida o en muchas vidas (reencarnaciones).

Para llegar al Cielo debemos redimirnos de nuestros pecados; para llegar al Nirvana debemos limpiar nuestro karma. Las acciones malas nos manchamos de pecado; con acciones malas aumentamos nuestro karma negativo. Yo voy a seguir con el término de “karma” (karma negativo) en vez de pecado, simplemente para no herir susceptibilidades.

Lo que si es cierto es que, exista la reencarnación o no, ya es más que suficiente vivir en nuestro presente, no solo limpiando nuestras manchas sino intentando no ensuciarnos más. Por lo tanto, enfoquémonos en nuestra cotidianidad.

La idea de una mala acción a nivel espiritual muchas veces se centra de forma equivocada en “cosas grandes o importantes”. Pero si volvemos a ver a nuestra vida como algo inmerso en una maraña de leyes universales (bueno en realidad son sólo 7 hilos) y recordamos el ejemplo de la pelota, las mismas leyes se aplican independientemente del tamaño de la pelota, o del color de la pared, por ejemplo. Es cierto que en algunos casos se pueda generar más calor en el rebote (dependiendo del tamaño y material de la pelota, etc) pero siempre se genera calor.

Gota en gota el vaso reboza”, “gota a gota se rompe la roca”. En nuestro día a día, en cada acción que hacemos deberíamos estar consciente que estamos generando algo a nuestro alrededor; y decir a nuestro alrededor es decir a las personas que nos rodea. Sería excelente saber si es algo bueno para repetirlo o algo malo para evitarlo. 

Por otra parte, tenemos una tendencia humana a despreciar a las cosas pequeñas. Esa tendencia deberíamos sustituirla por los conceptos de constancia y acumulación. Las pequeñas cosas buenas que hacemos constantemente se acumulan hasta dar beneficios importantes (sea el ahorro o sea indulgencias espirituales), pero las cosas malas constantes también se acumulan y terminan por trastornas nuestra vida.

Pero comencemos con un poco de consciencia. “¿Qué cosas malas puedo estar haciendo en mi cotidianidad, si yo me porto siempre bien?”.... (uhhhh ¿será que respondo?)...

Recordemos a la pelota; generó calor sin ella saber y muchos menos sin ella querer. El calor desgasta, cada golpe contra la pared va venciendo al material y la pelota termina dañándose. Cada interacción nuestra también genera calor, en nosotros y en los demás.

El símil del calor que siempre utilizo se relaciona con el malestar. Cuando nosotros hacemos algo que genera malestar en otra persona, pues le estamos generando calor (aunque nosotros no sintamos el calor en nosotros mismos).

Cuando nuestras acciones alteran la tranquilidad del alguien, estamos acumulando karma, y el karma siempre es un lazo kármico, es decir que se genera y se comparte entre los involucrados. Por eso no vale la excusa de que “a mi no te afectó”, se genera un alzo kármico entre dos y en algún momento va a tener que limpiarse.

El argumento que podría seguir es: “Ah!! pero yo no creo en esa deuda con los demás, yo nunca hago nada malo y si los demás se molestan es problema de ellos”. Te trascribo:


Mateo 5:23-24

23. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

24. deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”


El argumento ahora podría ser: “ok, ok, pero yo no creo en la Biblia ni en las religiones”; si es así pues buenas suerte y nos vemos en otra oportunidad. Pero si intentamos crecer con orden y tenemos a estos escritos como guía, debemos analizarlo.

Debemos fijarnos que allí se expresa claramente de que para que puedas “entregar tu ofrenda a Dios”, analogía de morir en gracias o si deseas simplemente de seguir tu camino de crecimiento espiritual (lo que te va a dar bienestar), no es suficiente que tú no tengas nada pendiente con los demás, sino que los demás no tengan nada pendiente contigo.

Y esta reflexión no es descabellada, ya que eso significa “portarse bien”; tener una conducta con los menos reproches posibles de parte de los demás, es decir, tener una conducta que le haya provocado el menor malestar posible a los demás; es decir, que le hayamos producido el menor calor posible, es decir, que hayamos acumulado el menor karma posible..

Pero cuidado, a veces no nos damos cuenta de lo que hacemos (pero ley es ley). Ejemplifiquemos con algunas cotidianidades y volvamos al karma.

  1. Cuando un peatón cruza la vía fuera del rayado establecido para elo y eso molesta a algún conductor, pues esa acción generó una reacción negativa en el conductor (generó malestar) y por lo tanto se crea un lazo kármico y se acumula karma negativo (en AMBOS). Una gota para la roca.
  2. Cuando un conductor atraviesa su vehículo entorpeciendo el tráfico, genera mucho malestar en los demás, generando karma negativo y compartiéndolo con todos. Algunas gotas más.
  3. Cuando un motorizado se atraviesa a los vehículos o no sede el paso, genera karma negativo para él mismo y para los conductores de autos... otras gotas más.
  4. Cuando estamos molestos por algo y eso nos lleva a incomodar a otras personas no involucradas. No sólo ya tenemos karma con el que nos incomodó, sino que nosotros involucramos a los inocentes que tenemos alrededor, lanzando lazos kármicos negativos con ellos también. Muchas gotas más.
  5. Cuando sin querer y sin siquiera percatarnos, nos tropezamos con alguien y le tumbamos el café. Otra gota más. Si por lo menos nos hubiéramos dado cuenta y ofrecido disculpas sinceras, es posible que el agraviado hubiera entendido, no se hubiera molestado y así el karma no aparece (¿ya vamos agarrando los ejemplos?)
  6. Cuando nos “coleamos” o le pedimos a alguien de una cola que nos realice algún trámite y por eso se molesta el de atrás.... ¿adivinamos? Se genera karma negativo, entre el “abusador”, entre el “pobre de atrás que se molestó” y con “el que le acepta hacer el favor”, no se salva ninguno.


Podríamos seguir por páginas escribiendo cotidianidades que van acumulando, gota tras gota, karma negativo y al final con el tiempo encontramos que nuestra vida (y la de nuestras familias) es un desastre. Pare ese momento seguramente ya ni nos recordaremos de esas “tonterías que hicimos”.

Vivimos ensuciándonos constantemente, vivimos cotidianamente haciendo votos por nuestro malestar futuro (de esta o de las vidas subsiguientes); y en el párrafo anterior nombro a nuestras familias porque nuestro karma personal afecta directamente a nuestros hijos, parejas, padres, madres, etc., a todos con los que tenemos relaciones kármicas obligantes.

Pero tampoco podemos vivir ahora de forma paranoica observando cada respiración que damos para prevenir que alguien se moleste. La solución es sencilla: que comencemos a tener relaciones interpersonales responsables (de parejas, laborales, comunitarias, etc.) y esto lo podemos hacer adoptando (no menospreciando) las correctas normas de convivencia en los diferentes aspectos. Que respetemos las leyes, los reglamentos y el “deber ser” por más pequeños que sean.

Si nos damos cuenta, no necesitamos de fiscales para que nos penalicen los incumplimientos, las Leyes Universales se encargan de ello de forma automática, al igual que se encargan de premiarnos cuando sea el caso; “nada se le escapa a Dios” 

Todo esto se agrava si no tenemos prácticas de vida (crecimiento espiritual) con las cuales estemos constantemente limpiando nuestras karmas (pecados). Si además de ensuciarnos, no aprendemos a limpiarnos podemos imaginar cómo vamos a terminar.

Estás “prácticas de buena vida” son presentadas por nuestras religiones; pero entiéndase bien: son prácticas, no teorías.

A todo esto podemos adicionar otra ley universal, la Ley de Atracción; esta condiciona nuestro presente y futuro inmediato de forma muy determinante, pero por ahora es suficiente con lo dicho.

Vivamos entonces con consciencia de que todas nuestras acciones puede salvarnos o condenarnos, por más pequeñas que sean no podemos ignorarlas.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 21 de enero del 2013
Twitter: @eReiki

14 comentarios:

  1. Muy bueno como siempre Pedro, siempre a pesar de no vernos tratando de seguir lo que aprendí contigo, un gran abrazo de luz para ti y tu hermosa familia, Namaste

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  2. Hola.. maestro!
    Un placer de poder comunicarmen con usted...

    Gracias por todas esas enseñanzas q nos da cada dia los articulos q publica son muy educativos..

    Lamento molestarlo, pero me podria hacer el favor de contestarme 2 preguntas o hacerlas por medio de articulos.. lo dejo a su disposicion.
    1.Sabria decirme la diferencia entre reencarnacion y vidas pasadas?
    2.Me podria dar las diferencias entre alma, espiritu, fantasma? km se relacionana?

    Gracias de antemano...las espero.. SIGA AHI Bendiciones. Namaste!

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    1. Hola, namasté.
      Si, lo que preguntas ameritarían otros artículos, pero voy a darte definiciones sencillas por falta de tiempo. De hecho te las debo desde hace tiempo.
      1. Reencarnación es el proceso por el cual la parte sutil del un ser toma terrenalidad (carne y hueso) en este plano tierra. Vidas pasadas son eso "vidas pasadas" a la actual.
      2. Alma es el grupo conformado por parte de la mente, las emociones, las energías, la astralidad y el karma. Y el espíritu es el último segmento de la parte sutil del Ser, es la parte más pura, la escencia misma de Dios. (eso lo vemos mejor en las charlas de Planos de existencias). Aveces por el contexto, el alma engloba tambien al espíritu.

      Y "fantasma" se les suele decir a seres desencarnados, generalmente carentes de cuerpó fisico, cuerpo mental, emocional y energético.

      Espero te sirvan.


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  3. Espectacularmente valioso es este artículo Maestro, en el sentido de que su reflexión nos ayuda primer lugar, a tener conciencia del por qué nos ocurren las cosas y en segundo, nos da las herramientas para no seguir acumulando "manchas" en esta encarnación y tener mayor bienestar. El conocimiento de La Leyes Universales, por un lado, como tu maravillosamente lo explicas, es básico para saber que existen reglas en el universo y que no podemos vivir solo en función de nosotros mismos. Y por el otro, que la práctica de los Dones Espirituales (Autoconciencia, Amor, Tolerancia,.....que tanto nos recalcas) es la "Llave Maestra" para no seguir acumulando karma negativo. Este escrito me lleva a reflexionar que "Dios no nos manda los problemas, los creamos nosotros mismos, que somos los protagonistas de nuestra propia película, pero El si nos da la fortaleza para sobrellevarlos si se lo pedimos". Maestro, ¿es así? .......

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    1. Sip, es así. Y no sólo para no acumular karma negativo, los dones pueden servir tambien de forma tangencial para limpiar las manchas ya existentes.

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  4. Hola Pedro,
    Me encanta como siempre en todos tus artículos escribes sobre justamente las cosas que estamos viviendo. Y no es porque las venimos de hablar en Evol, Consciente o en las Tertulias del Ateneo, sino porque son cuestiones que nos afectan en ese momento. Eso me ratifica de que puedes leer nuestros pensamientos, sentimientos...o lo que sea ;-)
    Namasté

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  5. Gracias maestro por estos valioso "tips de Vida Consciente" que siempre nos da.

    Y es así hay que estar CONSCIENTE para continuar aligerando la carga de nuestra(s) maleta(s).... como usted dice: "Si no voy a lavar la ropa sucia por lo menos no acumulo mas"...

    Namasté

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  6. Excelente de más esta decirte Maestro que agradezco tener en mi vida esta Herramientas dadas a través de todos tus escrito, Nos dejas más tareas buenísimo, a poner en práctica en cada momento estos tips para lograr no cargarnos más.

    La idea es ir pagando o limpiando cuota a cuota como dices Tú las manchas, los ejemplos son de día a día excelentes, nos vemos reflejados en ellos. Gracias
    Me marco el llamado a las religiones como dice Maestro "que falta hace este conocimiento místico en la humanidad" te lo he comentado y me has guiado en varias ocasiones el caso del papel de las religiones, se que deben como estructura mantener el control, está bien, pero ya es hora ,Dios quiera, que saquen a la luz herramientas tan importantes las cuales ellos manejan por ejemplo el concepto del pecado que conocemos de manera trivial como dices, es importante darlo para que muchos como "conciencias espirituales " puedan recibir bendiciones que le sirvan de manera firme para vivir en constante línea con su Dios creo que es muy importante recuerdo que dijiste alguna vez "A la humanidad le hacen falta más Maestros " para cultivar el espíritu. Dios quiera.....

    Un pregunta Maestro: En alguna situación complicada si te enfrascas en el solo pensar en ese malestar generado, aun si la persona, sea el caso, no este frente a ti o ni la conoces igual creas lazos karmicos allí? Disculpa de seguro no los ha dicho pero para refrescar. jeje

    Gracias todos tus escritos nos llama a seguir esforzándonos en compromiso con nuestro crecimiento

    Un abrazo...
    Namasté
    Vaithy Figuera


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    1. Namasté Vaithy
      Gracias por tus consideraciones.
      Sobre tu pregunta; si nos enfrascamos en el "sólo pensar" en el malestar generado en una relación kármicamente negativa, lo que hacemos es reforzar ese lazo kármico; va a ser más dificil romper, o lo que es lo mismo, va a ser más obligante.

      Yo a veces le digo a las personas que mantienen rencillas con alguien..."tu quieres volver a vivir con el en otra vida? pues no lo pienses tanto..."

      El lazo se crea una vez, pero se alimenta muchas.
      Namasté

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  7. Gracias Maestro por compartir tantos conocimientos, q de alguna forma nos ayudan en mucho, para seguir creciendo de su mano, tengo una duda o una pregunta: el karma también puede ser involuntario es decir que la otra persona nos hace sentir mal pero no lo sabe? Nos toca a nosotros cortarlo sin involucrarlo?.
    Gracias.
    Mary Navarro
    Namasté.

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  8. Si Mary, puede ser involuntario. La pregunta es que si no nos hace sufrir no nos debería hacer daño... pues no, eso es verdad con LDA, pero con karma no nos escapamos.
    Y cortar un carma, puede no implicar a la otra persona. A veces es suficiente "desengancharnos de una situación" (Desapego) para sanar un karma, y por supuesto sin hacer sufrir a la otra persona.
    Namasté

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