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martes, 20 de mayo de 2014

Bienvenida a un difunto


Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Lo que voy a presentar ahora es un diálogo típico entre una persona que acaba de morir de forma natural y uno de esos seres que asisten en esos momentos, denominados “Ángeles de la Muerte” (AdlM). 

Si la muerte es trágica o se presenta fuera de un proceso normal, el escenario y el diálogo cambian totalmente.

El concepto y la función de un Ángel de la Muerte seguramente no corresponden con lo que se suele encontrar en Internet. Y no solo porque la información puede estar distorsionada o equivocada, sino que la verdadera descripción no es del dominio público; y solo se transmite de Maestro a Discípulo en una estricta relación de enseñanza espiritual. 

Igual, no hace mucha falta entender eso aquí; basta con el diálogo que espero le sirva a alguno para reflexionar. 

Comencemos...
Desencarnado = persona recién fallecida. 
AdlM = Ángel de la Muerte. Seres que asisten a los vivos al momento de morir
(Enseñanza según Evolución Consciente - e-Reiki)



Desencarnado: ¿Pero qué es esto? 
AdlM: Que te acabas de morir.

Desencarnado: ¿Qué? y cuando uno se muere ¿hay todo esto? 
AdlM: Sí; y esto es apenas el comienzo, aún no has visto nada.
 
Desencarnado: Pero no entiendo...
AdlM: No entiendes porque tu mente desapareció. Al morir tu mente se desintegra y con ella lo que habías aprendido, lo que habías razonado; lo que habías usado toda la vida.

Desencarnado: Pero entonces ¿qué soy ahora?
AdlM: Como estás recién fallecido aún eres una mezcla de cosas. Todo lo que eras en la tierra debe terminan de desaparecer para que te quedes en pura Escencia.

Desencarnado: ¿Quieres decir en Espíritu?
AdlM: No, la Escencia es de tu alma; es tu “cantidad de Luz”. Según como cultivaste tu alma (tu Escencia) te tocará un nivel más alto o más bajo en este plano astral.

Desencarnado: ¿Cultivar mi alma? Yo leí mucho, entendí mucho y aprendí mucho.
AdlM: Eso desapareció con tu mente, ya eso de nada te sirve. Cultivar tu alma se parece más a hacer las obras correctas; pero no las que tu “creías correctas”; sino las que la enseñanza espiritual marcaba como necesarias.

Desencarnado: ¿Y mi Espíritu?
AdlM: Lo que hayas cultivado de tu Espíritu te va a servir para que puedas continuar haciendo las cosas bien (y metafóricamente hablando sigas acercándote al Cielo); o para que te vaya peor y migres a un astral más bajo (te vayas acercando al “infierno”)

Desencarnado: !Ya va! ¿es decir que me puede ir mal una vez muerto?
AdlM: Sí, claro. Pero lo que cultivaste de tu Espíritu te va a servir para seguir subiendo. Eso es lo que aprendiste con tu Maestro Espiritual; no solo en la teoría, sino en la práctica... porque... tuviste un Maestro Espiritual, ¿verdad?

Desencarnado: ¿Yo? Bueno, mi vida era muy complicada y no me pude meter en esas cosas; me hubiera gustado pero no tenía tiempo.
AdlM: Gastaste tu vida en asuntos terrenales que ahora no existen para ti; y lo único seguro era que ibas a llegar aquí. Es típico, malgastaste tu vida. ¿Pero por lo menos conociste a Jesús, Bhuda, Krishna...?

Desencarnado: !Ah, sí; yo quiero mucho a Jesús!
AdlM: ¿Hiciste todo lo que Él enseñaba sin dudar y sin quejarte?

Desencarnado: Si, bueno, iba a misa frecuentemente, a pesar de que me daba sueño; rezaba, quería a los demás...; pero hay cosas que nunca comprendí y otras que eran muy difíciles.

AdlM: Ok, Entiendo. Querías y respetabas a Jesús como la persona buena y especial que fue; pero no como a un Maestro. Eso tampoco te será útil aquí. 

AdlM: Pero bueno; ya hemos hablado bastante. Déjame llevarte a donde te corresponde.

Desencarnado: !Pero ya va, explícame tú; por favor!
AdlM: Lo siento, esa no es mi labor. Eso lo debiste haber hecho en vida.

Desencarnado: Y ahora ¿qué debo hacer?
AdlM: Comenzar a vivir aquí y trabajar mucho para esperar cuando te toque bajar de nuevo. 

Desencarnado: ¿Pero por lo menos cuando baje recordaré esto que me has dicho?
AdlM: Me temo que no lo recordarás, lo siento. Al igual que tu mente se desintegró al morir y lo que estás entendiendo ahora no lo guardas en tu memoria porque ya no la tienes; cuando vuelvas a nacer se volverá a integrar tu mente y comenzaras a vivir con ella y a llenarla de nuevo; y todo esto que te he dicho no lo recordarás. 

Desencarnado: Pero ¿qué haré entonces?
AdlM: Pues ojalá te dé por orar mucho pidiendo a Dios que te haga encontrar un verdadero Maestro Espiritual. Y no solo que te lo permita encontrar, sino que te dé la humildad y el discernimiento suficiente para reconocerlo y aceptarlo como Maestro. 

Desencarnado: Y si lo llego a encontrar, a reconocer y a aceptar ¿qué hará él?
AdlM: Ese Maestro entonces volverá a repetirte todo esto y tratará de enseñarte. Ojalá que tu mente y tu humanidad complicada no se interpongan nuevamente en ese momento. 

Desencarnado: Imagino entonces que ya no hay mucho más que hablar.
AdlM: Pues no; ya llegaste. Bienvenido a tu nueva vida como desencarnado.

Desencarnado: Gracias. 

PedroAGómezRuzzo
@pagr777
20mayo2014 (AM) 
Conversación real entre una persona recién fallecida y un Ángel de la Muerte.
(“... entre conversaciones”)


Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 20 de mayo del 2014.
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Palabras claves: ángel de la muerte, desencarnados, muertos, morir, muerte, astral, jesús, Bhuda, Krishna, proceso, diálogo, difunto

martes, 13 de mayo de 2014

¿Ya te empujó Dios?



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
La reflexión de hoy es complicada pero necesaria. Pero es así que se deben leer las sagradas escrituras: nunca en fragmentos aislados, siempre de forma contextualizada con toda la enseñanza dada en diferentes pasajes.

Quiero exponer dos enseñanzas de Jesús de Nazaret; y llevarla a nuestra vida. Si ambas se leen de forma individual pueden causar incluso confusión.

Definitivamente decirse cristiano es fácil, porque no hay un examen de ingreso, ni hay evaluaciones continuas, ni se expide ningún certificado. Y hablo de “cristiano como estilo de vida”, no “cristiano de sacramentos”.

Para un cristiano de “estilo de vida”, no digo que le debe ser más fácil que a los demás cumplir con los lineamientos de Cristo; pero lo que si digo es que debería ser lógico intentar cumplirlos por todos los medios. Y no solo intentarlo sino esforzarse al máximo; y no solo esforzarse sino incluso “perder su vida” (metafóricamente hablando) en intentar cumplir con lo que Jesús espera de él. Por supuesto todo este esfuerzo pasa por no argumentarse o cuestionarse o dudar sobre lo que Jesús indicó como forma de vida para todo cristiano.

Pero, ¿será que Jesús espera algo de ti? ¿O no toda las personas son llamadas a Él? Reflexionemos:

Juan 6:44
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
(Jesús dijo...) "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero"

Esto debería ser como mínimo perturbador. El mismo Jesús dijo que no todas las personas están con Él; sino que hay una “fuerza mayor”, que se representa a Dios Padre, que debe impulsar, empujar, llevar, a las personas hacia Jesús. Luego que esa persona esté con Jesús, este hace su parte (darle la vida eterna).

¿Serás tu una de esas personas a las que el Padre ha llevado hacia Jesús? Si es así, deberías estar dedicando tu vida a lo que Jesús te indicó, sin cuestionar nada, sin argumentar, ya que serías un cristiano de “estilo de vida”

¿Pero luego de llegar a Jesús es suficiente? Una vez que Dios Padre ha empujado a alguien hacia su hijo, Jesús debe comenzar su labor. Pero no es una labor automática; sino que hay instrucciones muy claras para la persona, para que ella se convierta en un verdadero cristiano de “estilo de vida”. Que dijo Jesús a los que estaban ya alrededor de Él (a sus discípulos”:

Mateo 7:21
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

Esto último es el párrafo aclaratorio final del Sermón del Monte, donde Jesús le dio a sus discípulos las instrucciones de lo que se debe hacer para llegar al Padre (al Cielo).

Entonces si estos dos versículos los enlazamos, el proceso para reflexionar está mucho más claro. Puntualizo: 
 
  1. Dios Padre te quiere con Él “viviendo en el Cielo”. Esto se puede tomar metafóricamente donde el Cielo es una vida con mayor paz. O se puede tomar más místico donde el Cielo es la Vida Eterna, junto a la presencia de Dios de la cual nunca más saldremos. Cualquier de las dos interpretaciones son válidas para un cristiano de “estilo de vida”
  2. Dios Padre, de alguna forma, te empuja a Jesús, una y otra vez; ya que “en nuestro caso” Jesús es la forma de llegar a ese estado de “Cielo” (Juan 6:44)
  3. La persona que ha sido empujada por el Padre debe comportarse como Jesús le indica para que ese empuje haya valido la pena y ella pueda llegar al Padre (Mateo 7:21) 
Presento mi diagrama para ayudar a la comprensión y seguimos desde allí:




Ninguno de nosotros puede dudar en que Jesús dio el grupo de instrucciones correctas para llegar al Cielo; y tampoco podemos dudar en que Dios no nos haya empujado en diferentes momentos hacia Jesús. ¿Cuál puede ser el problema? 

Fijémonos del diagrama, en el muñequito que está siendo empujado. ¿Te das cuenta de la postura que tiene? Este muñequito se está resistiendo al “empujón”. 

¿Cuántas veces no habremos estado oponiéndonos a la invitación de ir hacia Jesús para tener la oportunidad de llegar al Padre? 

Uno de los problemas se plantea en que podemos no estar oponiéndonos intencionalmente, pero si podemos estar no reconociendo “los empujones” (las señales) y eso nos lleva a desestimarlas.

Fijémonos también que el muñequito que empuja no parece ser Dios Padre, sino otro muñequito como nosotros. Dios Padre se puede valer de otros hijos suyos para acercar a la gente a Jesús.

Y muchas veces esos empujones no nos resultan evidentes. Bien reza el dicho “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. A veces son personas que tenemos al lado, nuestra esposa, nuestra madre, algún amigo, algún amigo del colegio, un amigo de un amigo, un terapeuta loco que comienza a hablar de Dios, un mensaje que recibimos de alguien, algún contacto en el móvil, algún mensaje fastidioso en el correo o por Twitter o por Facebook... ¡Qué cansado debe estar Dios!

Estar ubicado en la vida siempre es necesario; y en la parte espiritual es mucho más importante. No vale de nada “creer que lo estamos haciendo bien”, se cometen errores también por ignorancia.

Te invito a que leas de nuevo este escrito... (Ojo, este puede ser un empujón de Dios)

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 13 de mayo del 2014.
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Palabras claves: cristiano, estilo de vida, sacramento, Dios, empujón, sermón, monte, lineamientos, Jesús, empujón, Juan, Mateo

miércoles, 7 de mayo de 2014

Dios te ama



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Dios te ama tanto que te dio todo los lineamientos para conseguir una vida con paz, a pesar de las dificultades.

Él no te prometió quitarte todos los problemas, sino que te ofreció algo mejor y más importante: “que puedas estar en paz a pesar de los problemas”. Eso se llama poder; porque podemos estar más allá de los problemas.

Y Él conoció tu dificultad de discernir sus mensajes; Él sabe de las dudas que te planteas preguntándote si debes hacer esto o aquello. Por eso utilizó un recurso valiosísimo para que no tuvieras dudas: “mandó a su Hijo en forma de hombre, que viviera como tú y que sintiera como tú, para que estuviera entre nosotros y que nos enseñara directamente”.

Ese Hijo suyo, Jesús, no solo predicó con la palabra, sino que utilizó metáforas y su propio ejemplo para que no tuviéramos dudas y para que los lineamientos trasmitidos del Dios Padre no se tergiversaran. Las palabras se pueden traducir mal, las frases se pueden malinterpretar, pero la predicación con la acción y con el ejemplo son como piedra.

Y ese Hijo que vino por Dios a darnos ese regalo de una vida en paz, lo hizo tan bien, que honró sus enseñanzas hasta con su propia muerte.

Y Dios te ama tanto, Dios necesitaba tanto darte el regalo de la paz, que Él mismo permitió que su Hijo muriera en la cruz con el propósito de que tú terminaras de comprender todo y de que decidieras honrar dichas enseñanzas por ese hecho del sacrificio.

¿Te queda alguna duda de que Dios te ama? ¿Comprendes el sacrificio que hizo el Hijo de Dios y el Dios Padre mismo para ti? Este es el amor máximo de Dios, no el darte cosas nuevas o el resolverte los problemas.

Después de toda esa reflexión, es triste seguir pidiéndole cosas a Dios. ¿Crees aún que a Dios le faltan cosas por darte? ¿No crees que su Hijo fue lo más grande que te pudo haber dado?

Si aún no sientes esa capacidad de mantener la paz en tu vida a pesar de las circunstancias, tú eres el que está en deuda con Dios. Acelera la búsqueda de Dios, sin importan que se te vaya la vida en ello.

Juan 11:25
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, “en lo que yo digo y lo sigue N.A”, aunque esté muerto, vivirá.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 07 de mayo del 2014.
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Palabras claves: Dios, ama, amor, Jesús, lineamientos, cruz, responsabilidad, juan 11, 25, paz

martes, 6 de mayo de 2014

La evasión de la responsabilidad personal



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo


El concepto de “sanar” lo suelo expresar como “la búsqueda de mejoramiento perdurable o de crecimiento positivo de alguna condición o situación personal o grupal”

Y un proceso de sanación, o de mejora de alguna condición, se puede enfocar desde diferentes enfoques, técnicas, terapias, etc.

Pero sea cual sea la forma que se utilice, hay una máxima que se debe plantear antes de comenzar a sanar; y es la de la “responsabilidad personal”.

Muchas veces esta responsabilidad se enfoca erróneamente como el “deber de sanar o de colaborar en el proceso”; y esta visión es equivocada. En realidad nadie está obligado a estar mejor; a muchos les sirve más permanecer en una “zona de confort lamentable” que esforzarse para estar mejor.

La “responsabilidad personal” se debe entender de manera correcta; no asumiéndonos como que “somos la posible solución”, sino como que “en nosotros está el posible origen” de esa situación que ahora queremos mejorar.

Cuando un sanador trata de ayudar a alguien, es muy común (lamentablemente) que esa persona enfoque su problema hacia afuera:

-          Mi marido me hace daño.
-          Mi jefe me maltrata.
-          Mi pareja me engañó o no comprende mis necesidades.
-          Los gobernantes no sirven.
-          La economía está muy mal.
-          El colesterol me va a matar.
-          Fracaso en cada relación amorosa.

Como vemos, en estos problemas “el enemigo” siempre parece estar afuera. Con esa visión, generalmente me toca como sanador decirle a la persona que se sienta delante de mí: “... pues váyase usted, quédese en su casa y mándeme a: su marido, a su jefe, a su pareja, al gobernante, al colesterol o a esa enfermedad. Si ellos son “el problema”, pues ellos son los que deberían sanar. Eso sí, póngase a rezar muy fuerte, porque su felicidad dependerá de si ellos llegan a cambiar” 

Este enfoque de los problemas donde el enemigo está afuera, es como mínimo desconsolador; aunque la gente no se dé cuenta. Si los otros son “los malos” pues estamos totalmente a la deriva y hagamos lo que hagamos nunca vamos a conquistar (por nuestros medios) nuestra felicidad. Porque “enemigos” siempre habrá; si hoy es uno, mañana será otro.

Si comenzamos a analizar los problemas planteados anteriormente con el fin de sanarlos, se puede encontrar un inquietante factor común:

-          Mi marido me hace daño -> ¿Quién se casó con él? ¿Quién lo soporta?--> USTED
-          Mi jefe me maltrata --> ¿Quién se queda trabando en un lugar donde lo maltratan? –> USTED
-          Mi pareja me engañó o no comprende mis necesidades --> ¿Quién lo eligió como pareja? --> USTED
-          Los gobernantes no sirven --> ¿Quién lo sostiene en el poder? --> La SOCIEDAD (muchos USTED)  ¿Qué ha hecho USTED para convencer a sus seguidores de que cambien de opinión?
-          La economía está muy mal --> ¿Qué hace USTED para ser más productivo?
-          El colesterol me va a matar --> ¿Quién come cosas indebidas o quién no hace ejercicio? --> USTED
-          Fracaso en cada relación amorosa --> ¿Quién fracasa siempre? --> USTED


Pero espere. Es muy probable que en este preciso momento USTED se haya molestado, indignado, o este buscando contraejemplos y argumentos para desacreditar las reflexiones que le acabo de presentar. Es normal que en nuestra sociedad vivamos con un proceso activo de “evasión de la responsabilidad personal”. Apenas se nos señala como los posibles causantes de los problemas, pues reaccionamos y desacreditamos esa idea; y si es el caso comenzamos a buscar culpables afuera.

Nuevamente planteo que eso es triste, porque si lo que tiene que sanar está fuera de uno, pues va a ser muy cuesta arriba mejorar; y si llegamos a hacerlo nadie puede asegurarnos que al día siguiente no podamos estar peor.

Y estas sociedades nuestras, donde se suele evadir la “responsabilidad personal” como causa de los males, son “sociedades enfermas”. Pero sin ánimo de insultar, las sociedades enfermas lo son no por malas; sino porque no tienen mecanismos o herramientas para sanar.

Volvamos al punto central. ¿Qué individuo o que grupo social va a asumir un proceso de sanación si no acepta que tiene algo que sanar y que debe comenzar por él? Si cada uno piensa que lo está haciendo “de maravilla”, o que está haciendo “lo que le corresponde” (aunque sea evidente que no se están ni asomando los resultados); pues allí no hay mucho que hacer.

Es posible que usted aún esté enganchado con algunos de los temas de la lista anterior; créame que lo sé, me pasa todos lo días que trato de ayudar a alguien. Y por lo tanto voy a decir algo que le va a tranquilizar.

 Cuando recalco tan intensamente sobre la “responsabilidad personal” de una de las partes, no estoy exonerando de responsabilidades a la otra parte; nunca.

Por ejemplo; si un esposo maltrata a su esposa, lo que planteo es que la esposa tiene cosas que sanar, pero no digo que el hombre salga libre de responsabilidades. Lo que se plantea en un esquema de sanación es que la esposa no puede esperar a que el marido cambie para ella estar bien; es ella la que debe buscar fortalecerse, crecer, para a lo mejor tomar la opción de alejarse o denunciarlo a las autoridades si corresponde. Si la mujer no sana, no se fortalece; el marido actual se puede ir, pero ella estará a merced de cualquier otro similar en su futuro; o incluso de agresiones de otro tipo que ella tenderá a permitir.

Con los gobernantes pasa algo similar. En situaciones sociopolíticas, nadie puede exonerar a los gobernantes de responsabilidad; a ellos también se les aplica eso de “USTED”. Pero la sociedad (como la agrupación de muchos USTED) debe sanar para fortalecerse, y a lo mejor sanar lo que en su momento le hizo confiar y elegir a esos gobernantes que son insoportables.

Los gobernantes pueden salir del poder hoy o mañana; pero siempre habrá “malos gobernantes” que la sociedad podrá volver a elegir si no sana sus procesos individuales de escogencia enfermiza.

Entonces, la lucha que se debe enfrentar para sanar debe ir en dos sentidos: primero tratar de remediar lo que ya es manifiesto del malestar, y en paralelo se debe asumir la responsabilidad personal que permitió que dicho mal se manifestara, de forma que se logre sanar el origen.

En estos párrafos he tratado de hacer un vuelo rasante sobre el concepto de “responsabilidad personal” en procesos de sanación; pero podríamos entrar en consideraciones más contundentes a nivel energético, kármico y espiritual. En esto se nos irían varios días de conversación.

La conclusión final es que si deseas mejorar alguna situación no puedes conformarte con decir: “él fue”. Si emprendes una lucha encarnizada contra el “enemigo de afuera”, te distraerás y pasarás por alto a tu peor enemigo, al que de verdad tiene poder sobre ti; “a ti mismo”.

¿Esa última frase le incomoda? Eso se llama “evasión de la responsabilidad personal”.

Recordemos la frase sabia que reza: “si quieres que el mundo cambie, pues cambia tú mismo”; o la más comercial: “nada cambia, si tu no cambias”

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo. 
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
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Palabras claves: sanar, sanación, responsabilidad, personal, culpables, enemigos, evasión

lunes, 5 de mayo de 2014

Dios desde nuestras energías



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Como Maestro Reiki siempre he sostenido y enseñado que las terapias energéticas (que manejan la energía vital) no tienen nada que ver con la concepción ni la práctica de Dios para la gente.

Decir lo contrario sería similar a pensar que un atleta olímpico tiene más o menos a Dios en su vida gracias a su práctica.

Un atleta o entrenador físico trata directamente con el cuerpo físico; un intelectual con el cuerpo mental; un artista-enamorado con el cuerpo emocional, un terapeuta energético con el cuerpo de energía vital, un vidente con el cuerpo astral, un terapeuta kármico con el cuerpo akáshico y es el cuerpo espiritual el que sí tiene que ver directamente con Dios.

Está sobrentendido que no solo somos seres multidimensionales en todos esos planos anteriores, sino que somos seres integrales; donde todos esos cuerpos trabajan integrados unos con otros. Pero “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”

Aún así, si bien no confundo al Reiki con Dios; a Dios a veces si lo meto en esto de nuestras energías para aumentar las posibilidades de estar más sanos. Paso a explicar.

Si analizamos las condiciones y patologías que se suelen tratar con mayor éxito con las diferentes terapias energéticas, encontramos un porcentaje muy alto que corresponde simplemente a un bajo nivel de energía en nuestro sistema.

Cuando nuestro sistema energético mantiene un nivel bajo de flujo energía vital (por desgaste, por filtraciones o por una entrada deficiente de dicha energía) nuestros centros energéticos (los chakras) comienzan a fallar de forma casi impredecible o mediante malestares inespecíficos. Dichas fallas o malestares generalmente explotan en los “puntos débiles” de cada persona (debilidad enmarcada por le genética, por la crianza, por el ambiente, etc.). En estas condiciones, muchas funciones de vida dejan de llevarse a cabo correctamente: comienzan a detenerse, o se desestabilizan o se sustituyen por otras.

En cualquier caso, la terapéutica energética debe incluir como primer paso un aumento del flujo de energía vital en el cuerpo energético del individuo. Esto es similar a tomar un vía a un paciente y comenzar a administrarle fluidos para estabilizarlo (electrolitos, hidratación, sangre...)

Una vez que el cuerpo energético empieza a manejar la cantidad de energía necesaria; muchas de aquellas funciones de vida que habían dejado de trabajar comienzan a activarse; siendo las “funciones de auto-sanación” las primeras que remontan.

Cuando el cuerpo energético ya se estabiliza en cantidad de energía, un terapeuta energético puede comenzar a utilizar otras técnicas: cirugías astrales, alineación de chakras, limpiezas específicas, etc.

Pero la mayoría de las veces (lo digo por experiencia) el solo hecho de tener la energía suficiente para que se despierten las funciones de auto-sanación necesarias, puede ser más que suficiente. Y esto se consigue con sesiones energéticas frecuentes y periódicas para asegurar que se mantenga la energía suficiente para sanar. En cada sesión brindada se “inyecta” energía a la persona, de cierta manera artificial, gracias a la técnica del terapeuta energético.

Pero mas allá de darle energía en cada sesión y de que esta permita la sanación, ¿qué tal si se consiguiera, con algún método “casero”, que el cuerpo energético de forma natural canalizara más energía por su propia cuenta?

Primero sería un problema para muchos sanadores energéticos, porque seríamos menos necesarios; pero mejor aún, la sanación de una dolencia no dependería tanto del ciclo de terapias, ni de la cantidad ni de la frecuencia; sino que la persona desde su cotidianidad estaría recibiendo más energía vital de forma automática.

Y si ¿este método casero no solo sirviera para tomar más energía en momentos de enfermedad, sino que cambiara nuestro cuerpo energético para que este quedara permanentemente recibiendo más energía vital aun estando sano?

Pues sería la panacea. La persona, manejando más energía vital, estaría menos propensa a estados de baja energía; sus chakras estarían más estables y en general sería más resistente a enfermedades y en el caso de alguna se recuperaría más rápido.

Si quisiéramos provocar una adecuación energética de este estilo, deberíamos enfocarnos en ver cómo activamos el chakra que maneja la entrada de energía a nuestro sistema. Si a ese chakra lo mantenemos más grande o más activo con alguna actividad cotidiana, pues tendrá la capacidad de dejar entrar más energía a nuestro sistema; y por lo tanto habremos conseguido lo que buscamos.

Esta puerta de entrada a nuestro sistema energético es el séptimo chakra o chakra de la coronilla (en el tope de la cabeza) o más correctamente conocido como Sahasrara.

Y no me he olvidado del título de este escrito. Este chakra 7mo es el que maneja toda la actividad humana relacionada con Dios; o de forma más general con la Divinidad que la persona reconozca.

Activando chakra necesario

Recordemos que cualquier persona realizando una actividad cuya energía representa a un chakra en particular puede llegar a activar a ese chakra.

Por lo tanto, si alguien introduce o refuerza en su cotidianidad todo lo relacionado con su práctica religiosa, pues no solo estará aumentando el chakra de la coronilla; sino que lo estará dilatando con lo cual quedará canalizando automáticamente mayor cantidad de energía de forma permanente.

Y esto es todo; pero cuidado lo dije correctamente: “práctica religiosa”. Tal vez sea necesario recalcar nuevamente la diferencia entre espiritualidad y religiosidad.

Espiritualidad y religiosidad

Mucha gente se autodenomina “espiritual” y creyendo que es suficiente dejan de lado la práctica religiosa.

La “espiritualidad” está enfocada en nuestra era moderna más a una relación “personalizada”, “según nuestro gusto y criterio” con Dios; pero no necesariamente implica la verdadera “Acción Espiritual”.

La “Acción Espiritual” se enmarca directamente en compromiso religioso real. La mayoría de las veces en personas “espirituales” sí pueden hacer acciones como ir a misa, orar, seguir rituales o fiestas, etc.; pero estas no son más que “acciones terrenales de la espiritualidad”, no son “Acciones Espirituales” verdaderas.

A nivel energético, esa “espiritualidad” NO se maneja con nuestro 7mo chakra (de entrada de energía) sino con el 6to (el chakra mental). Esto define a esa “espiritualidad” como una experiencia más reflexiva, más intelectual; y no una experiencia mística/Divida real. Se puede ser todo lo “espiritual” que se desee; pero no se logrará que entre más energía a nuestro sistema. Por el contrario, el sexto chakra es uno de los que “quema” más energía (está relacionado con el estrés perjudicial), pudiendo llegar a ser incluso contraproducente esa “espiritualidad” sin “religiosidad”.

Por el otro lado la religiosidad, la práctica (sea de la religión que sea), SÍ activa ese 7mo chakra y como consecuencia aumenta la entrada de energía.

Pero entonces ¿la religiosidad sí es ir a misa y esas cosas?. No necesariamente. Hay muchas personas que oran, rezan, van a misa y realizan estas acciones desde inclusive otros chakras (un 3er chakra posiblemente), no desde el 7mo.

Una persona realmente religiosa (con práctica de activación de 7mo chakra) no es “la que va a misa”, sino “la que disfruta ir a misa”; aunque no se necesite nada ni se vaya a pedir nada a Dios.

Una persona realmente religiosa no es la que “reza el rosario para pedir una gracia”, sino la que tiene una necesidad visceral de rezarlo simplemente por sentir a la Virgen.

Una persona realmente religiosa es la que en las fiestas religiosas, en los rituales, lo único que busca es “adorar a su Dios” y se esfuerza por hacerlo.

Una persona realmente religiosa es la que siente “algo especial en el corazón” cuando oye o lee una sagrada escritura.

Este tipo de personas, con esas actividades y actitudes correctas hacia las mismas; son las que mantienen un 7mo chakra dilatado, grande, fuerte; con una entrada de energía más allá de lo normal. Esa misma ampliación del 7mo chakra es la que les ayuda a mantenerse más equilibradas que el común de las personas.

Pero si una persona no es así ¿hay esperanzas?. Como terapeuta energético puedo decir que sí. Todo chakra se puede activar con las actividades correctas y con la guía apropiada; y una vez que se activa y sana, esas actividades pasan a ser necesarias y hasta placenteras para la persona.

Pero como terapeuta espiritual debe reconocer que el tema de activación del 7mo chakra no es trivial; y no porque sea más difícil energéticamente hablando; al fin de cuentas es un chakra más.

El problema de esta activación se presenta a nivel sociocultural. En nuestra cultura todo lo que signifique religión o más ampliamente “Crecimiento Espiritual” pasa por calificativos desde “estúpido” hasta “inservible”  y se considera que “se pierde el tiempo haciendo esas tonterías”.

Por allí se dice que “Solo Dios basta”; y parece ser muy cierto también desde el punto de vista energético. Pero afortunadamente para los terapeutas energéticos pareciera que “Dios es para todos, pero no todos son para Dios”; así que seguiremos llenando de energía a la gente mientras no se terminen de convencer.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 04 de mayo del 2014.
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Palabras claves: chakras, Dios, energía, vital, salud, bienestar, autosanación,