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lunes, 8 de diciembre de 2014

Contactar con el más allá



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Este tema quizá sea uno de los más llamativos, controversiales y rechazados para algunas personas. Es además uno de los que toca hablar cuando se reúne un grupo de personas para conversar sobre cosas “espirituales”.
Así que voy a decir lo que siempre digo de primero: las cosas de fantasmas, fenómenos paranormales, contactos con el más allá y esas cosas, no son espirituales; pertenecen al mundo astral. Así que si hay que llamarlas de alguna forma, habría que decir que son “astrales”, no “espirituales”.
El Plano Espiritual es un plano superior al astral; por lo tanto toda la fenomenología desaparece. El Plano Espiritual se define como aquél donde “de comunión total con Dios”. Y en esto del “más allá” hay cosas que pueden estar muy alejadas de una vida realmente espiritual; muy alejadas de una “presencia operativa” de Dios en nuestras vidas.
El no comprender medianamente lo que significa Dios y nosotros como su creación, desafortunadamente conlleva a llamar “espiritual” a cualquier cosa, experiencia o pensamiento, que no tenga explicación clara en nuestra parte terrenal. Y peor aún, hace creer a persona que vive dichas experiencias o que las practican, que con eso son seres mas “espirituales” o “cercanos a Dios” que los demás.
Con esta simple aclaratoria inicial, se comienza a entender porqué muchas religiones desechan y hasta critican este mundo “astral” mágico. Su razón tiene, en parte.

¿Qué es “astralizar”?
Cuando se viven experiencias o se obtiene información del “más allá” es porque se da un proceso conocido como “astralización”.
Cuando “astralizamos”, nuestra “Consciencia Astral” toma protagonismo; porque nuestras otras dos consciencia se “apagan” (la Consciencia Mental y la Consciencia Espiritual).
Con la Consciencia Mental vivimos generalmente nuestras experiencias terrenales; con nuestra Consciencia Espiritual vivimos experiencias espirituales (espirituales de verdad) y con nuestra Consciencia Astral, vivimos todo lo que pasa en el plano astral.
Es por esto que al dormir es cuando se suelen recibir más “mensajes del astral” (del “más allá”); porque nuestra Consciencia Mental está minimizada. Y de forma similar, mientras más Consciencia Espiritual tengamos, menos mensajes fantásticos, impactantes y apremiantes; se suelen recibir del astral.
Pero cuidado: una muy poca cantidad de “sueños” que son experiencias astrales reales. La mayoría son expresiones de nuestra mente subconsciente que aprovecha esos momentos de letargo para desinhibirse y depurar algunas cosas que llevamos dentro.
De igual forma en estado de vigilia. Cuando sentimos que recibimos información del más allá, lo primero que hay que hacer es dudarlo. Esta información puede ser una creación subconsciente de nuestra mente; o puede ser una situación del plano astral con la cual nada tenemos que hacer aquí abajo; o puede incluso ser una información dada por un Ser nada benéfico que puede estar “haciéndose pasar por uno de Luz”. La aclaraciones pertinente a esto no corresponde a este escrito.

Tipos de astralización
Pero a la hora de recibir información del “más allá”, hay que distinguir las tres formas en las que sucede.
Habiendo descartado que las sensaciones no sean de nuestra mente, la astralización se puede dar por:
  1. Abertura de un “portal” de comunicación entre el plano astral y el plano terrenal, a través del cual se “cuela” información. Este velo se puede correr de forma temporal y circunstancial; y si al correrse, alguna persona con algún grado de percepción extrasensorial está en el momento y en el lugar apropiado, esta puede “percibir” alguna información.
    Esta situación describe la mayoría de los casos, porque resulta ser muy frecuente y todas las personas tienen capacidades extrasensoriales en menor o mayor grado, que se pueden ver activadas también de forma circunstancial.
  2. Envío de información de forma intencionanda desde el plano astral. Hay seres en plano astral que más por desesperación y soledad que por otra cosa, buscan la manera de comunicarse hacia el plano terrenal. Esto resulta chocante reconocerlo, pero ¿qué ser ya trascendido y separado del plano terrenal, en un estado de tranquilidad, va a querer comunicarse con un plano terrenal problemático?
    Algunos argumentan que estos seres pueden tener alguna misión de avisar ciertos asuntos; pero dentro del plano astral más alto (casi plano espiritual) una de las cosas que se reconocen es la voluntad y el poder de Dios: “si algo tiene que pasar, pasará”.
    Además, si seres en astral quieren dar un mensaje a alguien o a un grupo de personas, es muchísimo más fácil para ellos darlo a través de una persona viva, incluso sin que ella misma se de cuenta; y que además le esté cercana al receptor.
    Y por supuesto no olvidemos la bendición de la “intuición”. Este es un fenómeno que parece “muy nuestro”, pero que en realidad es la forma preferida por nuestros guías de hacernos llegar mensajes sin que metamos a nuestro razonamiento (nuestra Consciencia Mental)
  3. Y el tercer método, mucho menos frecuente, es lo que yo llamo el proceso real de astralización. En este tipo, la persona tiene la capacidad, de forma voluntaria e intencionada, de suprimir sus consciencias mental y espiritual y de quedarse solo en consciencia astral. Desde allí puede traer información al plano mental y trabajar con ella.
    Esta “subida” al plano astral, por parte de la persona, no es necesariamente lo mejor. El Plano Astral es un degradé de energías: desde las más densas (astral bajo) pegado a la frontera con el Plano Terrenal; hasta el astral alto (pegado al Cielo – Plano Espiritual), este con las energías más sutiles posibles.
    Entonces, cuando una persona “astraliza” de verdad, ella podrá “subir al astral”; pero una vez allí no podrá salir de la franja del astral que le corresponda, cuyo limite inferior puede estar en un astral bajo. No es raro que muchos “videntes” perciban mensajes de dolor, de lucha, de catástrofes, de peleas, de muertes, etc. etc. etc.; lo que indican que solo llegaron a un astral muy bajo.
    Adicionalmente, es en esa frontera del astral inferior donde se encuentran los “futuros posibles modificables” (refiéranse a otros artículos míos). Eso quiere decir que desde ese astral bajo, se puede “recibir” información sobre eventos futuros posibles, que a pesar de ser “reales” pueden no correspondan a la tendencia que llevamos; o que el mismo se puede modificar. ¿Para qué sirve entonces? Para nada.

Hay muy pocos astralizadores verdaderos en el mundo, así como hay muy pocos “muertos” con capacidad de “terranalizar” (comunicarse con los vivos). El proceso normal es que cuando pasemos de planos (hacia arriba o hacia abajo) el velo se corra y quedemos incomunicados. El aislamiento  es indispensable para poder vivir experiencias que nos hagan crecer en ambos planos.
De hecho, la capacidad de astralización se llega a considerar como una tara o aberración; ya que se asocia con una mal integración entre el plano terrenal y el astral. Y pesar que mucha gente desea aprender astralizar, yo les aseguro que si lo llegaran a hacer de verdad, darían lo que fuera por salir de eso.

¿Es lo que vemos real?
Nunca es lo que vemos; solo hacemos aproximaciones.
Otras de las cosas que hay que desmitificar son las imágenes que parecen recibirse del plano astral.
En ese plano de consciencia no hay materia; por lo tanto no hay formas, ni hay colores, ni hay luz visible, ni hay sonidos... no hay nada que podamos percibir con nuestros cinco sentidos. Por eso se le dice “extra-sensorial”.
Por eso es incorrecto decir que “vi algo” o “escuche algo” o “me dijeron algo”. Lo correcto es decir que “percibí algo”.
Luego del proceso, al traer esa información a nuestro Plano Mental; es nuestra mente la que debe darle una traducción que sea “entendible”: una forma, un color, unas palabras, uno sonidos, etc.
Y aquí comienza el problema grave para darle validez a estos fenómenos. Para darle forma a las percepciones astrales (o extrasensoriales), la mente de cada persona que las percibe utiliza “lo que tiene” para interpretarlas; y lo que tiene comprende: condicionamientos subconscientes, miedos, prejuicios, aprendizajes, experiencias de vida en general, y un largo etcétera.
Y como “cada cabeza es un mundo” porque nadie tiene el mismo bagaje de experiencias que otra persona; cada persona puede interpretar un mismo fenómeno extrasensorial de forma diferente.
¿Que hace la ciencia con un fenómeno que no sea replicable y que evidentemente sea subjetivo? Pues, desecharlo.
Por ejemplo; se abre un portal y se cuela información de un ser astral con un “dolor” por apego a sus seres queridos. Diferentes personas podrán: escuchar unas cadenas arrastrando (porque así lo aprendieron de las películas); ver una sombra oscura (porque el dolor para ella representa eso), otra escuchará un llanto (por la referencia directa al dolor); otra un leve quejido (dirá: “por Dios, es un muerto no puede llorar muy duro”); otra sentirá solo una presión en el pecho (su propia referencia de dolor); y otra asustadiza creerá que es la muerta que la viene a buscar a ella.
¿Entonces qué es? ¿Unas cadenas, o una sombra, o un llanto desgarrador, o un leve gemido,  o una presión en el pecho, o la misma muerte?
Cualquiera diría que esa gente se está inventando todo. De alguna forma sí, se inventan la interpretación; pero no necesariamente el hecho astral.
Aunque no lo aceptemos, las experiencias astrales son más comunes en nuestra cotidianidad de lo que creemos; pero por ser experiencias astrales personales y sin incidencia directa en nuestra realidad terrenal, pasan desapercibidas.

¿Por qué los niños?
Siempre se ha sabido que los niños tienen cierta sensibilidad especial para estas cosas; y la razón es simple. En ellos, su Consciencia Mental no está tan enraizado a su experiencia terrenal, por su misma corta edad; esto permite que su Consciencia Astral sea más activa que  la de la mayoría de los adultos.
Este estado de Consciencia Mental no dominante, es lo que se conoce como “la inocencia de los niños”.
Pero no solo en los niños, sino que en las personas a punto de morir; en quienes también aumentan esas “visiones” de seres queridos, de realidades que no existen, “ilusiones”, etc.
El proceso de morir es precisamente un paso del plano terrenal al plano astral; y este proceso suele ser gradual (es lo deseable). Por esto, la Consciencia Mental comienza a apagarse y la Astral comienza a ganar protagonismo; y todo esto, como aún se está en vida, produce fenómenos de visiones extrasensoriales.

Y es la oscuridad se ve más...
Cuando los cinco sentidos se deprimen, la extrasensorialidad aumenta; es el proceso normal. Nuestro ser debe mantenerse alerta monitoreando la realidad a su alrededor y lo hace de todas las formas que le sean posibles.
Es por eso que en las noches, con un menor estímulo visual por la falta de luz; con un menor estimulo auditivo, por el silencio; se exalta la extrasensorialidad  y “percibimos más”.
No es que en las noches sucedan más cosas extrasensoriales, sino que nosotros estamos más sensitivos.
Por el contrario, cuando alguno de nuestros sentidos físicos se satura de estímulos, difícilmente podremos utilizar los otros. En un mercado persa, con todo el ruido alrededor, es difícil observar detalles visuales, por ejemplo; o en una fiesta alegre, es raro que “se aparezca un fantasma”.

El plano astral sí existe; pero definitivamente no es lo que muchas personas creen. Vivimos constantemente experiencias astrales reales, pero difícilmente comprobables e innecesarias de atarnos a ellas. Los fantasmas no nos pueden hacer daño; más allá de asustarnos o de ponernos nerviosos.
Muchas veces compartimos espacio con seres en astral; pero eso no indica que se quieran comunicar con nosotros. Al igual que no nos damos cuenta de toda la astralidad que a veces tenemos a nuestro alrededor, ellos tampoco se dan cuenta de la terrenalidad que les rodea. Tan espeluznantes pueden llegar a ser los fantasmas para nosotros, como lo somos nosotros para los fantasmas.
Pero hay un peligro real con el “más allá”; y es que la fenomenología que presenta ese plano nos cautive y se convierta en el centro de nuestras vidas, obsesionándonos por ella. En ese momento podemos olvidar que hay algo más importante que debemos trabajar: esto es nuestro espíritu.
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 08 de diciembre del 2014
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Palabras-claves: plano, astral, mental, terrenal, fantasmas, muertos, más allá, extrasensorial, fenómenos, extrasensoriales

2 comentarios:

  1. Aunque no lo aceptemos, las experiencias astrales son más comunes en nuestra cotidianidad de lo que creemos; pero por ser experiencias astrales personales y sin incidencia directa en nuestra realidad terrenal, pasan desapercibidas.

    ejemplo de esto. xf.

    o sea, que los mediums, vidente, clarividente, los registros akasicos etc., son del plano astral. ok.

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    1. Si, todos ellos deben traer información del plano astral; incluso la lecturas de registros akáshicos.
      Y ejemplos? contactos con seres en astral, sueños premonitorios, pensamiento sincronizado, etcetcetc. ¿ cómo quiere que te los diga? ¿no ves que pasan desapercibidos? :-)
      Namasté

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