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lunes, 19 de octubre de 2015

Cómo acumular karma positivo. Cómo atraer a la buena suerte.



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Como se sabe, el concepto de “karma positivo” o “buen karma” no es académicamente correcto. El karma de por sí, asumido correctamente, siempre es bueno; bien sea por promover cosas buenas o bien sea como aprendizaje fuerte. Siempre podemos sacarle provecho.

Pero operativamente podemos hablar de sacarle provecho de forma directa. Si despertando malos sentimientos en los demás, cosechamos “karma negativo” (lo cual nos va a poner el futuro difícil para que lo volvamos a intentar); por el contrario, si hacemos sentir bien a los demás pues nos permitirá futuros más fáciles y agradables gracias al llamado “karma positivo”. ¿Esto es directamente así? Cuidado; explico.


Es ley

Sabemos que el karma es una energía que cultivamos gracias a nuestro trato con los demás; y está regida por la Ley Universal de Acción y Reacción o también conocida como Ley del Karma.

Esta energía o karma que generamos, va a ayudar a crear nuestras situaciones futuras.

Si hacemos sentir bien a los demás, generaremos “karma positivo” y nuestro futuro será positivo. Pero si por el contrario, nuestras acciones y omisiones hacen sentir mal a los demás, generaremos “karma negativo” y esa energía nos construirá un futuro difícil.

Si nos fijamos en lo básico del karma, vemos que es la misma noción del “pecado”; en otras palabras y un poco más explicado.

Pero mucha gente no cree en esto, o simplemente otros les prometen cosas diferentes. Pues ninguna promesa importa. Esto que explico es ley; y por lo tanto se va a cumplir creas en eso o no, o te estén engañando o no.

Pero aún falta algo muy importante. Como es ley, lo que explico siempre funciona siempre; estés consciente de ella o no. Esto implica que el efecto de la ley no va a depender de si estás consciente o no de lo que haces. Ni si quiera de tu intención.

Si estás haciendo sentir mal a cualquier persona, estarás cultivando karma negativo y eso te afectará para mal en tu futuro, punto. No importa si “no te estabas dando cuenta de lo que estabas haciendo”; o si “no sabías que le molestaba”; o si “no era tu intención”.

Y es aquí donde uno realmente comienza a entender lo que es el karma. Puede llegar el momento en que nos sucedan cosas “graves” y uno se pregunte: “pero por qué a mí, si yo no he hecho nada malo”.

Desde “haber hecho algo malo” a “acordarse haber hecho algo malo” o a “no haber querido hacer algo malo” parece que hay mucha diferencia; pero la realidad el fondo es uno: “hiciste sentir mal a alguien; con o sin razón, con o sin intención”, eso es suficiente.

Tampoco sirve la excusa de que “yo no sabía que el karma existía”, o que “a mí me habían dicho que eso era mentira”. Lo siento por ti.

Existiera el karma o no, siempre hemos sabido que no es bueno hacer sentir mal a los demás; y no solo eso, sino que debemos estar atentos a no hacerlo.

Con esta nueva consciencia, veamos cómo se puede aprovechar el karma.


Una vida con suerte

Seguramente te has pregunta muchas veces “¿por qué les va tan bien a personas que hacen tanto daño a los demás?”

Esto es una realidad, aunque acoto que el bienestar de esas personas aunque sea notorio, siempre es temporal. Y sucede por tres razones. Voy a explicar solo una de ellas.

Imaginemos una cuenta de ahorros, donde vas depositando dinero para cuando lo necesites.

El dinero allí acumulado te va a servir para poder disfrutar cosas que en algún momento no pudieras pagar con tu sueldo mensual; o para enfrentar situaciones difíciles y ayudarte a salir adelante y continuar.

Entonces, tu saldo positivo te servirá tanto para ese disfrute especial que deseas, como para salvar momentos difíciles. ¿Bien?

Pues bien, el “karma positivo” es similar al ahorro que haces a lo largo de tu(s) vida(s). El “karma negativo” son las deudas que vas acumulando a lo largo de tu(s) vida(s). Tomen nota, el karma siempre es acumulativo.

Muchas veces, la “buena suerte” de alguien no parece coherente con sus “malas acciones”. En estos casos, lo único que está pasando es que si bien la persona puede estar acumulando deudas nuevas (karma negativo de las malas acciones), en ese momento está “viviendo con suerte” gracias a sus “ahorros” de karma positivo.

¿Es esto lo ideal? Pues no, pero tampoco es malo.

El único problema es que “los ahorros se van gastando”; y si no sigues acumulando karma positivo para abonar a la cuenta, llegará un momento en que tus deudas te ahogarán (el karma negativo) y no habrá nadie ni nada que te pueda salvar.


No es nada fácil lidiar con el karma negativo (saldar las deudas); se necesitaría asumir una vida espiritual realmente comprometida; y ni nuestra sociedad ni nuestra cultura están ganadas a ello.

Por eso, a lo mejor es atractivo ahorrar y ahorra; hasta que la vida nos lleve a buscar a Dios y aprendamos cosas nuevas. Desafortunadamente eso suele suceder cuando ya estamos en bancarrota.


Atreaer a “la buena suerte”

Bien. Ya sabemos que puede ser muy interesante acumular karma positivo para que nos vaya bien: para disfrutar cosas maravillosas o para salvar momentos difíciles.

¿Cómo lo hacemos?

Recuerdo: generamos (y acumulamos) karma positivo cuando hacemos sentir bien a los demás gracias a nuestras acciones.

Es sencillo. No es solo cosa de no hacer sentir mal a la gente (donde no se generaría karma negativo), si no de hacerlos sentir “bien”. “Bien” quiere decir: agradecidos, respetados, satisfechos, comprendidos, queridos, etc.

¿Solo eso?... Falta lo más importante.

Como la ley del karma actúa siempre, lo que buscaremos ahora es hacer sentir bien a la gente “a propósito” y así tendremos karma positivo ahorrado.

Pero CUIDADO; si en ese intento de hacer sentir bien a alguien, hacemos sentir mal a otros “sin querer o sin saber”, pues METEMOS LA PATA HASTA LA RODILLA.

En este caso generamos “karma negativo cruzado”. Este karma cruzado se genera cuando se crean lazos kármicos entre varias personas. Es muy complejo y no lo puedo explicar en pocas líneas; basta decir que es extremadamente fuerte y difícil de limpiar.

Pero esta confusión de hacer sentir bien a alguien pero mal a los demás, la voy a aclara con un par de ejemplos cotidianos y sencillos.

Primer ejemplo.

Imaginemos un chofer de autobús, que se detiene “un momentito” en medio de la vía para bajar o dejar subir a un pasajero. Definitivamente hizo sentir “agradecidísimo” al pasajero, lo que le generó al chofer karma positivo.

Pero sin darse cuenta, cuando se detuvo incorrectamente entorpeció el tránsito de cualquier cantidad de vehículos que tenía detrás. Esto seguramente molestó a los conductores y por lo tanto se generó karma negativo con ellos; muchísimo mayor (en cantidad y en calidad) al karma positivo generado con el pasajero.

En este ejemplo del chofer de autobús, el saldo es realmente negativo; a pesar de que inicialmente parecía una “buena obra”.

Luego en un futuro, no cabe la pregunta: “por qué me pasa esto, si yo incluso hacia favores.”

Y la cosa es peor, porque debido el karma cruzado, no solo tendrá karma negativo el chofer del autobús, si no el pasajero que se subió o se bajó. A este también le irá complicado.


Segundo ejemplo.

Imaginemos un grupo humano, defendiendo alguna causa (posiblemente buena y lógica). Esto traería karma positivo.

Pero si en dicha defensa de la causa, las acciones que se realizan “dañan” o siquiera “molestan” a otro grupo humano; nuevamente el saldo es más negativo que positivo.

Nuevamente en el futuro no cabe la pregunta: “pero si la causa era noble, por qué costó tanto o porqué estoy sufriendo esto”.

Aquí la cosa no es de quien tiene la razón o no. Lo único que vale para la Ley del Karma es que no nos “tratamos como hermanos” sino como “enemigos”; y eso generó malestar “en cualquiera de las partes”.


Amar a tu prójimo

¿Tonterías lo del karma positivo y negativo? Pues está resumido en el principio de “Amar a tu prójimo como a ti mismo”

Si tú haces sentir mal a tu prójimo (a otro ser humano) pues es como si te estuvieras haciendo daño tú (“…como a ti mismo”); y el karma negativo tarde o temprano te lo demostrará.

Pero el problema ahora es darnos cuenta que nuestro prójimo no es solo “el pasajero que se quería montar o bajar de la unidad”; sino cada uno de los conductores que tenía el autobús detrás. Solo por tomar el ejemplo anterior.

El problema no es que mis prójimos son solo “mis hermanos de causa”, los que piensan igual que yo; sino también los que piensan diferente. Son prójimos exactamente igual, tanto uno como los otros.

Pero el gran problema real es creer que esos “consejos de buen vivir”, que se nos presentan como “mandamientos religiosos”, se descartan de plano, por parecer impuestos, ilógicos, absurdos, obtusos o imposibles de cumplir.

En realidad cada “mandamiento” se puede ver como una advertencia de cómo vivir; o si no, correremos con las consecuencias.


Como hacer finalmente

Para atraer la buena suerte lo único que tenemos que hacer es hacer sentir bien a los demás sin molestar a nadie más.

-        Puedes ceder el paso en la calle, siempre y cuando no molestes a nadie que venga detrás de ti.
-        Puedes bajar a alguien de tu vehículo, cuidando de no hacerlo interrumpiendo el paso ni la circulación a nadie.
-        Respeta tanto a los peatones como a los conductores.
-        No guardes puesto en la cola a nadie; porque al llegar y meterse, puede molestar a los de atrás. Si quieres ser cortés, apenas llegue tu amigo, cédele tu puesto; salte tú y que se ponga él, para que los de atrás no se molesten.
-        No robes, porque aunque nadie te vea, siempre la falta de lo que robaste le va a hacer sentir mal a alguien en algún momento; y será karma negativo para ti.
-        Defiende cualquier causa, pero con argumentos suficientes para el “el contrario” no tenga razones de molestarse.
-        Puedes alagar a alguien, cuidando de no hacer sentir mal a alguien más.
-        Di tus verdades de forma tal que no ofendas a nadie.
-        Cumple con tu horario y obligaciones de trabajo, de forma que ni tu jefe, ni tus compañeros de trabajo ni tus clientes se molesten contigo…


Pero la lista sería interminable y en realidad todo se puede resumir en una sola cosa: vive haciendo el bien a tu prójimo, pero sin dejar de hacer lo correcto.

Te habrás dado cuenta de que todas las leyes, incluso los acuerdos de convivencia, están allí para que al asumirlas se genere el menor malestar posible. Esto promueve la buena suerte.

Si amas considerando a TODOS los que te rodean para no molestar a nadie, tendrás la mejor suerte que puedas imaginarte. Es ley.


Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 18 de octubre del 2015.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves suerte karma, positivo, negativo, prójimo, ley, acción, reacción

2 comentarios:

  1. Gracias por sus enseñanzas Maestro... como siempre, son maravillosas... pero tengo una duda: tomando el ejemplo del conductor de autobus, pasa mucho que los pasajeros exigen que se les deje en cierto lugar hasta el punto de que insultan al conductor y todo, ahí estarían generando karma... mi pregunta es la siguiente, si el se para donde le corresponde (hace lo correcto) a pesar de que el otro se moleste o se cree en él algún malestar por esta acción cómo queda el conductor? Habrá ganado karma igual? O menos karma que si se hubiera parado antes?

    Namasté

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    1. Namasté.
      Si es el pasajero el que se molesta, igual se genera karma negativo para el conductor. Pero será el karma generado por el pasajeor solo, no el de todos los otro coductores detras de él y uno cuantos peatones.
      Hay que escoger el "menor de los males".
      Lo ideal en convivencia (personal o ciudadana) es que las partes acuerden respetar normas. Por eso la educación desde pequeño crea sociedades sanas.
      Namasté

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