Sigue a ShaniShaktiAnanda en Facebook



miércoles, 10 de febrero de 2016

Solicitar Reiki – Brindar Reiki



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

El Reiki es una técnica enmarcada como una terapia complementaria, que permite dar o envía energía vital a cualquier ser vivo (o a uno mismo).

La energía vital se puede ver como un concepto genérico de ese influjo que utilizan todos los seres vivos para llevar a cabo todas sus funciones de vida.

Por supuesto que esta energía vital no es una energía de plano físico, por lo cual la ciencia la desestima. Pero dentro de la práctica del Reiki se observan resultados interesantes a favor de la efectividad de la técnica.

Está de más el argumento del efecto placebo del Reiki. Existen y se practican procedimientos de envío de energía vital, donde el que la recibe no sabe lo que se está haciendo y de igual forma se observan resultados favorables.

Pero al Cesar lo que es del Cesar. Es una realidad también, que en más casos de los que desearíamos el Reiki no pareciera tener los efectos positivos deseados de forma evidente.

¿Qué sucede entonces?


Combustible desperdiciado

Voy a esconder por un momento mi afinidad clara por el Reiki; y voy a hablar desde mi recorrido de vida de más de 35 años como sanador.

La energía vital que se maneja tanto en Reiki como en otras técnicas energéticas, es totalmente equivalente al combustible o a la energía necesaria para que una maquinaria funcione.

La energía vital es la utilizada para que todas nuestras funciones de vida se lleven a cabo correctamente (recuerden que habla como concepto general de energía). Estas funciones de vida pueden ser biológicas/orgánicas, mentales/cognitivas, emocionales y energéticas.

¿Pero qué sucede cuando echamos combustible a una máquina que está siendo utilizada mal?

La máquina seguirá funcionando mal por mucho combustible que le pongamos, a menos que hagamos los ajustes necesarios.

Si por ejemplo tenemos un automóvil con un caucho bajo, o el tren delantero en mal estado o simplemente con el motor desentonado; ¿bastará acaso echarle un buen combustible?

Cuando ya no es un vehículo sino que somos nosotros los que queremos funcionar bien o  queremos dejar de sentir malestar o queremos sanar o curarnos de algo; ¿acaso lo que nos enfermó fue una simple baja de energía? ¿O será que estamos así por la forma inapropiada en que llevamos nuestras vidas?

Si estamos llevando nuestras vidas de forma incorrecta en el plano físico, mental, emocional, energético, astral, kármico o espiritual; no podemos esperar que con solo el buen combustible del Reiki se nos resuelvan los problemas.

En estos casos, la energía vital (el combustible)  no se utilizará en la forma en que se espera y los resultados positivos no serán los esperados.


La energía vital es inteligente

Hablar de que a veces no sirve de nada el Reiki es incorrecto; lo que hablo es que puede parecer totalmente ineficiente a la vista de lo que esperamos.

Me voy a limitar a un ejemplo para explicarlo.

Una persona solicita Reiki para su problema de gastritis. Pero no se percata o no acepta que su gastritis viene por una actitud incorrecta de su situación de vida.

Entonces se le envía Reiki y gracias a esta energía se acelera el proceso de cicatrización de sus lesiones estomacales; pero al no cambiar su actitud o seguir alimentándose mal, dichas lesiones seguirán produciéndose.

Pero aún la batalla no está perdida.

La energía vital enviada actuará de forma automática e “inteligente”, y tratará también de beneficiar a su parte emocional.

Y es correcto decir “tratará de beneficiar”, porque para mejorar la parte emocional debe haber una mínima  intención y un esfuerzo real de la persona en cambiar ese estilo de vida que lo está enfermando.

¿O acaso espera que el Reiki haga todo sin ella hacer el menor esfuerzo? Nadie sana sin esfuerzo personal de cambio.

La energía vital enviada a una persona penetrará en ella y tenderá a ir a los procesos de vida donde más se necesite. Pero muchas personas tienen procesos de vida más complicados y dañinos que las mismas enfermedades evidentes que presentan. Al no darse cuenta de ello, no podrá hacer el esfuerzo de sanarlas y todo se vuelve muy cuesta arriba. Aún para el Reiki


¿Y los chakras?

Algunos de los reikistas que me haya leído hasta aquí, se estarán preguntando: ¿pero acaso el Reiki no nivela  o balancea los chakras?

Por supuesto que sí los balancea y de forma espectacular; pero todo reikista sabe que los chakras generalmente no son el problema. Las mayorías de las enfermedades o malestares no se producen debido al mal funcionamiento de los chakras.

Los charkas reaccionan antes nuestro estado de bienestar; ellos se adaptan tratando de salvar la situación. Pero si la situación persiste, ellos no salen del problema.

Si una persona vive con una alimentación precaria (por ejemplo), o con una actitud de vida complicada; nuestro cuerpo energético reaccionará (se contracturará) tratando de suplir las energías necesarias para asegurar el bienestar.

Este estado patológico de vida desbalancea los chakras; pero corresponde a persona el ajustar su vida para no exponerse a situaciones patológicas o tratar de llevarlas de forma más asertiva.

Es similar a querer endereza o nivelar una barra de hierro torcida no basta con la energía, con el calor del fuego, hay que estirar o martillar duro.

La alineación de chakras funciona de forma efectiva para recuperar a una persona cuando el origen del malestar ya pasó. Cuando se está en plena situación complicada, se deben asumir otras medidas.

Habría mucho más que hablar de los chakras; pero por lo extenso me desviaría del tema. Continúo con el Reiki.


La autoevaluación indispensable

Todo lo dicho anteriormente lleva a una reflexión seria  la hora de recibir Reiki.

Debemos preguntarnos:

“Más allá de mi problema o situación difícil que estoy atravesando ¿estoy haciendo algo para salir del problema? ¿Estoy tratando de cambiar, mejorar o erradicar lo que me produjo este problema actual?”

Las respuestas a estas preguntas pueden no ser sencillas. Se puede necesitar de la ayuda de un sanador para determinar los procesos que puedan estar causando o causaron el malestar. Todo esto antes de comenzar a enviar Reiki o de utilizar cualquier otra terapia o técnica.

Esto es similar a enterrarse un clavo, dejarlo medio enterrado y aún así pedir Reiki para que la herida sane. El Reiki no te va a sacar el clavo, la situación debe tener de tu esfuerzo para mejorarla.

Una vez con las cosas definidas, comienza un proceso de sanación. Entonces necesitarás más energía de lo usual y el Reiki es excelente para proveértela.

Si por el contrario, ante un malestar te quedas sufriendo o culpando a otros o a las situaciones de tu malestar; el Reiki podrá hacer poco o virtualmente nada por ti.

Por estas razones, es que resulta INDISPENSABLE que el Reiki se asuma como terapia complementaria (y no alternativa); ya que primero deberás abordar la situación desde donde corresponda y la energía vital vendrá entonces en tu ayuda.

Antes de solicitar Reiki, pregúntate: ¿Me estoy esforzando por sanar, más allá de pedir ayuda? (El esfuerzo puede ser buscar atención médica de los especialistas correspondientes o asumiendo estilos de vida más sanos)

Antes de enviar o brindar Reiki, pregúntate: ¿la persona está haciendo algo efectivo por sí misma para ayudarse? (Esta respuesta suele ser afirmativa, si el malestar es netamente orgánico, sin relación ni mental ni emocional ni kármico.)

El Reiki ayuda a los procesos de sanación que estén activos; es energía, es combustible. Dichos procesos hay que activarlos donde y como corresponda.

Ningunos de estos argumentos son suficientes para negarse a enviar o brinda Reiki a quien lo necesite; pero la advertencia siempre es indispensable hacerla, si de verdad nos interesa ayudar a los demás.

La ingenuidad tanto en la concepción del Reiki como en lo que se espera de él, le hace una mala publicidad a esta maravillosa técnica complementaria de sanación. Y es labor de nosotros los reikistas mantener su práctica en alto con seriedad, sinceridad y ética. Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

Ya saqué de nuevo mi cariño por el Reiki.


Namasté


Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 41 A.S. (10feb2016)
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
Palabras-claves  reiki, reikista, energía vital, sanar, malestar,

martes, 9 de febrero de 2016

Tiempo de cuaresma



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Comienzo con una definición oficial:

“La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
...
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.”

(Recuperado 09feb2016 de la
Agencia Católica de Informaciones
https://www.aciprensa.com/fiestas/cuaresma/cuaresma.htm
“¿Qué es la Cuaresma?”)


Esta definición está clara, lingüísticamente hablando; pero para los católicos de a pie; no parece tener significado práctico:

  • Se habla de tiempo de conversión; y cualquiera diría: “ya yo soy católico”;
  • Se habla de arrepentimiento de nuestros pecados; y cualquiera diría: “¿eso no se hace en la confesión?;
  • Se habla de cambiar algo de nosotros para ser mejores; y cualquiera diría: “pero si ya lo estoy haciendo bien”;
  • Se habla de recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes; y cualquiera diría: “pero ya yo creo; y mucho”;
  • Se habla de práctica penitencial; y cualquiera diría; “bien, yo no comeré carne los viernes”.

Y así pudiéramos analizar otras definiciones y seguir inutilizando la cuaresma; porque pareciera que para muchos no tiene mucho sentido.


Explicación operativa

Comenzaré desde el principio; y me tomaré la licencia de completar las explicaciones desde el punto de vista místico-espiritual.

Antes que nada, he de decir que el período de cuaresma es realmente importante para todo cristiano, no solo para los católicos.

El tiempo de cuaresma corresponde a los cuarenta (40) días que anteceden a la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo; y este hecho es uno de los más importantes para todo cristiano.

Fue en su muerte, la cual Nuestro Señor aceptó voluntariamente, donde acatando la voluntad del Padre Jesús demostraría que todo lo que Él enseñó efectivamente sirve para llegar al Cielo.

Muchos que “se dicen cristianos” ven en la muerte de Jesús un acto de injusticia humana; y no recuerdan (ni parece interesarles saber) que el mismo Jesucristo nunca se opuso a que lo apresaran y lo crucificaran.

Esta aceptación pasiva de este destino, tal como si fuera un cordero, fue lo que nos permitiría la entrada al Cielo con nuestro buen comportamiento como cristianos. Las referencias bíblicas son innumerables; queda del lector leerlas.

Ante este acto sublime que impactó  el espíritu de cada cristiano, es lógico que se requiera de alguna preparación.


Honrar lo más importante

Si volvemos a la crucifixión, debemos ver el trasfondo de la misma. En dicho acto, Jesús el Cristo había decidido honrar a Dios Padre a través de su propio espíritu; en detrimento incluso de su vida humana.

El mismo Jesús tuvo momentos de preparación y momentos de flaqueza, para que su espíritu fuera el que protagonizara. Una de las últimas narraciones es en el Monte de los Olivos (Getsemaní); donde la humanidad de Jesús reconoce que el momento que le venía iba a ser muy duro, e incluso hubiera deseado que el Padre se lo quitara; pero termina imponiéndose su espíritu y aceptando así la voluntad de Dios:

Lucas 22:41-42
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: “Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya.”

Y no fue esta ni la primera vez ni la última donde Jesús debería honrar lo más importante: su espíritu en comunión con el Padre, en vez de su humanidad. Como un solo ejemplo más, recordemos la frase célebre y categórica de Jesús:
           
Juan 18:36
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

Y entonces, en este tiempo de cuaresma, esto es lo que precisamente se nos pide de preparación a los cristianos: que pasemos estos cuarenta días honrando más nuestra parte espiritual y por lo tanto nuestro compromiso con Dios, que nuestra parte humana/carnal.


Carnal vs. Espiritual

Pero el gran problema suele ser la corta o ingenua interpretación (para no decir poco seria) de las escrituras o lineamientos espirituales/religiosos.

El sacrificio de cuaresma muchas veces se limita (de forma infantil) al un mero sacrificio nutricional: no comer carne, por lo menos los días viernes de la cuaresma.

Con esto, juramos que vamos a llegar al Cielo.

La práctica de restringir la ingesta de carne tiene un trasfondo de “demostrarnos que podemos supeditar (negarnos) el deseo personal de este alimento, gracias a una ordenanza religiosa”. Si no comemos carne, entonces estamos demostrándonos que es más importante nuestra práctica religiosa a nuestras ganas de comer carne. Esto está bien; suponiendo que nos guste comer carne y que tengamos para comprarla.

Bien pudiera no ser carne; porque en realidad la idea de la cuaresma es que “gane nuestro compromiso espiritual antes que nuestras ganas terrenales”.

¿Qué tal si fuera el dulce? ¿Qué tal si fueran las bebidas alcohólicas? ¿Qué tal si fuera el cigarrillo? ¿Qué tal si fueran las salidas nocturnas con los amigos? ¿Qué tal si fueran los chocolates?

Cualquier cosa sería válida; cuanto más esfuerzo nos cueste, mejor. Porque lo carnal no se refiere a “la carne” (ni tampoco al sexo bien llevado), sino a nuestros deseos y complacencias como seres humanos/terrenales/carnales. Estos deseos y complacencias terrenales o carnales nada tienen que ver con ese nosotros espiritual que debemos honrar para así aceptar el sacrificio que hizo Nuestro Señor Jesucristo.

Hacer este esfuerzo, nos forja el “carácter espiritual”.

¿Pero acaso lo “carnal” se limita a los gustos y al disfrute? Pues no.

A la hora de honrar al espíritu, nosotros tenemos obligaciones que cumplir. Cumpliendo dichas obligaciones espirituales, pues honramos al espíritu; inclusive sobre nuestra propia humanidad.

La siguiente pregunta es ruda y siempre me resulta incómoda de hacer. ¿Sabemos acaso,  como cristianos, lo que Dios Padre espera que nosotros cumplamos desde nuestro espíritu? Hablo con respecto a actitudes de vida.

Los más versados responderían “los diez mandamientos”; pero un cristiano verdadero sabe que lo que debe cumplir está señalado por el mismo Jesús (no por Moisés) en “El Sermón del Monte”. Por favor, revisar, leer, reflexionar e interiorizar  el Evangelio según Mateo capítulos 5, 6 y 7.

Es en este Sermón del Monte, donde Jesús le da los lineamientos de vida espiritual a sus discípulos; y apegándonos a esta forma de vida, estaremos honrando al Padre con nuestro espíritu.

Allí se dicen cosas que se pudieran resumir como:

  • sé compasivo y no te enojes con los demás (Mateo 5:22);
  • reconcíliate con las personas que tengan algo en contra de ti (Mateo 5:24);
  • mantén una conducta sexual correcta (Mateo 5:28);
  • no te expongas  a situaciones o personas que te puedan desviar de estos preceptos, de cumplirle a Dios (Mateo 5:30-31);
  • aunque te sientas ofendido por alguien, mantén tu corazón limpio hacia esa persona (Mateo 5:39 - “pon la otra mejilla”)
  • al que sientas como enemigo, no le respondas desde la rabia (Mateo 5:44 - “ama a tus enemigos”);
  • no busques justicia por tu propia mano (Mateo 6:1);
  • no alardees de las cosas buenas que haces en el nombre de Dios (Mateo 6:2-4);
  • ora a Dios Padre desde tu corazón, no con palabras vanas y “convenientes” (Mateo 6:6);
  • muéstrale a la gente lo bien que te va honrando a Dios (Mateo 6:16);
  • no te afanes por los logros humanos (ni físicos, ni mentales, ni emocionales, ni de bienestar perecedero) sino que esfuérzate por tu espíritu (Mateo 6:19-21);
  • deja de ver “el mal” en todas partes (Mateo 6:22-23);
  • nunca creas que obteniendo logros terrenales estarás cumpliendo con Dios (Mateo 6:24);
  • centra tu esfuerzo en cumplir con Dios (en estos lineamientos) desde la confianza de que todo te irá bien (Mateo 6:26-34);
  • no juzgues a los demás, antes revísate tú mismo y ve lo que debes mejorar (Mateo 7:1-6);
  • confía prioritariamente en Dios, no en tus capacidades humanas (Mateo 7:7-12);
  • permanece atento, ya que lo espiritualmente correcto siempre cuesta mucho esfuerzo personal; nada fácil es espiritual (Mateo 7:13-14);
  • asegúrate de desarrollar el discernimiento espiritual para no dejarte engañar, ni te dejes confundir  con promesas y logros que no tiene nada de espiritual (Mateo 7:15-20)

¿Conocías todo esto? ¿Te esfuerzas en esto? Imagino que si, ya que eres cristiano, ¿cierto?

Cuando honramos estos lineamientos, dados por el mismo Jesucristo; estamos haciendo el sacrificio de cuaresma; mucho más importante que dejar de comer carne.

Muchas veces, el comportamiento descrito aquí no parece “humanamente posible”; y es totalmente cierto. Siendo humanos/carnales/terrenales nunca podremos ser cristianos; debemos ser espirituales en vez de carnales. “Únicamente desde nuestro espíritu manifiesto, podemos comportarnos como verdaderos cristianos.” (PAGR)

Comenzamos ahora a entender qué significa ser carnal versus ser espiritual. Comportarnos como seres espirituales, dejando de lado nuestras actitudes humanas/carnales; es lo que se nos pide de sacrificio en cuaresma.


¿Y la ceniza?

Pues toda la cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza; donde todos vamos corriendo a misa para que nos ponga una cruz de ceniza en la frente. De allí salimos orgullosos,  con la sensación de haber cumplido. ¿Cumplido con qué?

Con la imposición de la ceniza no se cumple con nada. Muy por el contrario, el dejarse colocar las cenizas no es un cumplir, sino un comprometerse a cumplir, durante los siguientes cuarenta días, a honrar nuestro compromiso espiritual antes que nuestras ganas terrenales.

La ceniza en la frente (o en la cabeza) viene de otras doctrinas y religiones más antiguas que la cristiana; y el significado es el mismo. La ceniza representa lo “poca cosa que es nuestra terrenalidad”.

Cuando se nos coloca la ceniza en la frente y se nos dice “recuerda que eres polvo y en polvo has a volver” se nos está haciendo un llamado de atención a esa parte humana nuestra que se preocupa por las cosas terrenales - logros o pesares; todos estos terminarán siendo “nada”, “ceniza”.

Cuando recibimos la ceniza en la frente y entendemos este mensaje correctamente; no podemos más que dedicarnos en los siguientes cuarenta días a vivir bajo los lineamientos espirituales; procurando entonces logros en nuestro espíritu que son los que no mueren nunca, que nunca caducan, que son eternos y que nos llevarán a la Vida Eterna.


Este documento pretendía ser corto; pero ¿para qué ser tacaño con Dios?

Dios Padre permita que les aproveche; y cuando estén recibiendo las cenizas en este comienzo de cuaresma; recuerden que se están comprometiendo con el mismo Jesús el Cristo, para que su sacrificio no caiga en saco roto.

Dios les bendiga siempre.

Namasté


Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 40 A.S. (‘9feb2016)
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
Palabras-claves  cuaresma, miércoles, ceniza, sermón, monte, cristianos, Jesús, Cristo, sacrificio, crucifixión,

viernes, 5 de febrero de 2016

El miedo a morir



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Comenzando este artículo cambié el título. El título original iba a ser “el miedo a la muerte”; a lo que muchas personas argumentarían no temer a la muerte. Es cierto, el valor ante la muerte puede venir de un desconocimiento de la misma o de un creer que no se siente nada; pero cuando se habla del hecho de morir, de estar muerto, del miedo a ese estado o a la consecuencia de no existir, la cosa cambia.

Hay que distinguir las diferentes aproximaciones que se tiene al miedo a morir:

Primero, está el miedo que se parece más a “un sustito”; este es un miedo de origen energético.

El solo hecho de pensar en morir (que es diferente a pensar en la muerte) impacta nuestro centro energético principal que alimenta las funciones por las cuales nos mantenemos vivos.

Este es el primer chakra o Muladhara. La energía de este chakra también está involucrada en la sensación de miedo, de peligro, de alerta. De aquí que sentir cierto “sustito” y preferir no hablar de ello, puede ser normal. Es un miedo natural.

Segundo, está el miedo por no saber con lo que nos vamos a encontrar, el miedo por ignorancia.

Este es un miedo a morir infantil. Si bien el proceso de la muerte está muy mal interpretado y libremente expuesto lo que crea inexactitudes y confusión; se pueden encontrar argumentos acordes con enseñanzas místicas que le dan su justo valor.

Si estas enseñanzas no se consiguen o no se entienden, la confianza en Dios vale. Deberíamos vivir nuestra vida correctamente para asegurar medianamente, que sea lo que sea que haya en el más allá, no nos toque “tan feo”.

Solemos ser tan absurdos que podemos parecernos al estudiante temeroso ante un examen, para el cual no estudio o no está seguro si lo que estudió era la materia a evaluar. Hay que ser serio y responsable con esto de la muerte. Este miedo no es aceptable.

Tercero, encontramos un miedo por el estado en el que quedarán nuestros seres queridos luego de nuestra muerte. Un miedo por los demás.

Este miedo es lógico y muy humano; y si bien uno no se debe considerar imprescindible, “el hacer “ por el bienestar de los demás, puede ser un motivo por lo que hayamos vivido. Este miedo es muy comprensible.

Y el cuarto y último miedo, es el miedo por apego; el cual es totalmente inaceptable a nivel espiritual.

Y digo que es inaceptable, no por falta de tolerancia o compasión; sino porque es el miedo que si se siente, puede poner a serios problemas a cualquier alma recién desencarnada.

Este miedo viene por una sobrestimación de la vida terrenal; por el sentir que la vida que llevamos en esta existencia encarnada es lo mejor que nos puede pasar; y que, por lo tanto, la muerte es lo peor que le puede suceder a cualquier ser humano.

Es lógico que debamos cuidar nuestra vida humana y tratar de alargarla lo más que podamos con bienestar; pero de allí a hacer esto nuestro motivo de vida; hay mucho trecho.

Cuando se habla de motivos de vida terrenal, hablamos de diferentes planos de existencia: físico, mental, emocional y energético. Así que honrar sobre todas las cosas (incluso sobre tu propio espíritu) algunos de estos aspectos terrenales es un “problemón” a la hora de morir.

Ingenua y equivocadamente se asocia el apego terrenal solo a lo material, pues no. Apego terrenal es de tanto apego a nuestro cuerpo físico; como apego a nuestras ideas, pensamientos y razones; como  apegos a nuestros sentimientos (aunque sean bonitos) y apego a nuestro disfrute y bienestar (energético),

Como ejemplo sencillo: buscar “ser feliz mientras vivimos” es apego a lo emocional. En esta vida debemos buscar la paz espiritual, que es más robusta.

Cuando un ser muere (desencarna) todos esos aspectos (cuerpo físico, mente, emociones y bienestar terrena) deben desaparecer; y si hay mucho “cariño” por algunos de ellos, el alma puede decidir quedarse en “el limbo”, con tal de no alejarse de lo que algunas vez tuvo o por lo cual luchó estando en vida. ¿Han escuchado lo de almas en pena? Pues esto es.

Pero hay que tener cuidado con el concepto de apego. Estar apegado a algo significa enfocarse, centrarse prioritariamente, considerar algo más importante que lo demás y afanarse por ello.

Pero por el contrario, desapegarse no es “abandonar”, no es restarle importancia. El desapego, te permite trabajar tus aspectos terrenales, disfrutarlos si los tienes, pero no sufrir si algún día te llega a falta. Eso es desapego.


Cada uno de los cuatro tipos de miedo que acabo de describir, se pueden trabajar desde diferentes enfoques. Pero el cuarto tipo, el miedo por apego, que es quizá el más peligroso de sentir a la hora de morir; se debe trabajar únicamente en un crecimiento espiritual.

Evalúate y toma medidas, pero no te equivoques; el examen final es al morir, y no hay examen de recuperación.


Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 36 A.S.
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
Palabras-claves  muerte, miedo, morir, mente, cuerpo, físico, emociones, sentimientos, energía, apego, desapego