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domingo, 18 de diciembre de 2022

Los beneficios de amarte

Autor: ShaniShaktiAnanda

El amar a algo o a alguien siempre se debe traducir en acciones. De lo contrario la frase “te amo” o “lo amo” es inconsistente.

Y es así porque el beneficiario de tu amor debe sentirlo, debe beneficiarse con ello.

No voy a discutir que muchas veces sentimos amar a alguien y no podemos demostrarlo, incluso porque esa persona puede no querer nuestro amor. Sucede. Pero ese amor que no se puede manifestar efectivamente, no ayuda a nadie, ni al que ama ni al ser amado. Por lo tanto aquí no me refiero a ese amor.

Cuando amas de verdad a alguien siempre buscas hacer cosas para que ese ser amado esté bien, se mantenga bien, esté sano, se alimente bien, no se enferme, descanse, esté tranquilo, no le das preocupaciones, lo ayudas a cumplir sus metas, lo apoyas para que tenga éxito y muchas cosas más.

Pero ese amor, el amor de verdad, no es alcahueta. Ese amor no debe pretender dar bienestar inmediato del ser amado a costa de un bienestar trascendente, de un bienestar futuro mayor. Me explico con dos ejemplos.

Si amas a tu hijo lo envías al colegio, le das educación (dentro de tus posibilidades); pero cuando quiera divertirse viendo televisión incumpliendo con alguna tarea, pues en nombre de ese amor no se lo permites. Cualquier bienestar mayor, futuro, trascendente, es más importante que bienestares “alcahuetas” instantáneos.

Si amas a una persona con diabetes, tu manifestación de amor no es cocinarles con azucares y carbohidratos refinados sino procurar que esté bien a futuro, a pesar de que tenga que suprimir gratificaciones inmediatas, como puede ser comer dulce.

Estoy seguro que hasta aquí estamos de acuerdo.

Resumiendo: cuando amas a alguien quieres y haces por el bienestar trascendente de esa persona; bienestar trascendente que a veces implica ayudarle a hacer sacrificios y elegir qué es lo mejor para ella.

Amar a los demás puede llegar a ser natural y fácil, créanme. Pero ¿es fácil amarse a uno mismo?

Uno puede descubrir que los criterios de vida más difíciles de llevar a cabo no son naturales, sino que se tienen que aprender con esfuerzo; con un esfuerzo espiritual.

Cito una referencia bíblica que establece dos de las conductas correctas para vivir con bienestar trascendente:

Mateo 22:36-40 (RV1960)

36 Maestro (le preguntaron a Jesucristo), ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

En la cita anterior se leen dos de los mandamientos fundamentales dados por Jesucristo, los cuales son base de todas las enseñanzas sagradas, aplicable a cualquier doctrina espiritual/religiosa. Una personas espiritual tiene estos dos preceptos como basamento de todo lo que hace en la vida.

El mandamiento de “amar a Dios sobre todas las cosas” es parte de otros escritos. Es el mandamiento fundamental más importante y hay que entenderlo muy bien; pero no corresponde explicarlo en este escrito.

Lo que si vamos a tomas es el mandamiento de “amar a tu prójimo como a ti mismo”

Aquí cabe muy bien todo lo que hemos hablado anteriormente. Amar a tu prójimo es proveerle o ayudarle a que tenga el mayor bienestar trascendente (a pesar de sus gratificaciones instantáneas).

Pero ¿nos damos cuenta de que este mandamiento es reversible?

Amar a tu prójimo como a ti mismo = Amarte a ti mismo como amas a tu prójimo.

Si amando a tu prójimo buscas su bienestar, ¿porque no te procuras tu bienestar de la misma manera?


Vivir el aquí y el ahora

Esta frase puede ser tan correcta o incorrecta como la interpretación que “convenientemente” que se le dé. Destacaré solo la interpretación incorrecta desde el ámbito del bienestar.

Muchas personas interpretan el “vivir el aquí y el ahora” como una forma de enfocarse en el disfrute personal del momento, porque consideran que el futuro es incierto. Por eso viven buscando momentos de disfrute y placer, sin considerar muchas veces las consecuencias a futuro; consecuencias no necesariamente por lo que hacen, sino por lo que dejan de hacer.

Eso se llama: “Gratificación instantánea” (gracias Blanca) y es potencialmente peligroso e irreversible.

Las personas que viven buscando su bienestar en el aquí y en el ahora se parecen a los estudiantes que abandonan lo deberes por ver la televisión, por salir con los amigos, por los vídeo juegos, por distraerse, etc. Una inmadurez que no promete un bienestar futuro.

Esta mala interpretación de “vivir aquí y del ahora” anula el concepto del bienestar trascendente. No quiere decir que en la búsqueda del bienestar trascendente no puedas disfrutar el momento; pero debes estar consciente de que, cuando sea necesario, debes escoger tus acciones por un bienestar trascendente a pesar de que no disfrutes el momento.


Claridad para la calle y oscuridad para la casa

Y es una realidad que no se suele cumplir lo de “amarnos (cuidarnos) como amamos (cuidamos) a nuestro prójimo”.

  • Damos muchos consejos de bienestar a aquellos que amamos, los mismos que no seguimos.

  • Somos capaces de cuidar o preparar comidas saludables a los demás, pero somos descuidados con nuestra propia alimentación.

  • Damos consejos o procuramos que descansen aquellos que amamos, pero nosotros no tenemos el descanso suficiente.

  • Aconsejamos que los que amamos hagan ejercicios regularmente, pero nosotros no lo hacemos como deberíamos.

  • Trasmitimos a los que amamos que meditar es bueno, pero nosotros no le ponemos dedicación.

  • Acompañamos al médico a quienes amamos, pero nosotros no vamos para lo nuestro.

  • Recordamos hacer a nuestros amados sus controles de salud y no estamos pendientes de los nuestros.

  • Aconsejamos a los amigos que se calmen ente un problema pero nos alteramos sin control ante los nuestros.

  • Decimos a nuestro amados que confíe en Dios ante algún problema pero ese mismo Dios no nos sirve a nosotros en los nuestros.


Si no nos amamos a nosotros mismos (como amamos a nuestro prójimo) nunca vamos a estar realmente bien. Recordemos que cuando amas a alguien lo que buscas es que esté realmente bien, de forma trascendente.


Los beneficios de amarte... a ti mismo

A lo mejor el título de este escrito confundió a algunos; pero sigue siento coherente; porque si yo te amo, también me debo amar a mí mismo.

Y no es la idea que algunos repiten que debemos primero aprender a amarnos a nosotros mismos antes de amar a los demás; si fuera así nunca llegaríamos a amar a nadie.

Como el mandamiento citado es una igualdad y toda igualdad es bidireccional; el amar a otros y a la vez trabajar amándonos a nosotros mismos se puede hacer simultáneamente.

Si te esfuerzas porque alguien esté bien, debes esforzarte para que tú también estés bien.

Y a veces lo hacemos. Si conocemos una buena fuente de soda; pues la recomendamos a las personas que amamos. Solo que debemos hacerlo con cosas más serias, con las cosas que nos den beneficios trascendentes.

Como corolario final quiero dejar algo que debemos recordar siempre:

El primer paso para tener cada vez mayor bienestar es que aprendas a amarte a ti mismo. Esto implica que te ocupes de las cosas que te prometan bienestar trascendente, dejando de lado, de ser necesario, las gratificaciones instantáneas.” SSA 18dic2022

Ahora es fácil darse cuenta de que si nos cuidamos nosotros mismos, podremos tener mayor capacidad de cuidar a los que amamos.

¿Llamamos ta todo esto amor propio? Ya lo desarrollaré más en su momento.

¡Pero cuidado! Eso de amarse uno mismo no tiene nada que ver con quererse uno tal como es. Otras personas predican que te debes aceptar como eres; y ese es el tipo de amor alcahueta que nadie se puede permitir.

Si practicas el amarte como eres, estás aceptando y quedándote con esas cosas en ti que pudieran estar mejor. El amarte como eres puede eliminar cualquier posibilidad de ser mejor; de hecho te estarías amando así como eres, sin ser mejor.

El amarse a uno mismo de verdad, te debe llevar constantemente a superarte, a mejorar, a cambiar para mejor; eso es bienestar trascendental. Siempre buscando alcanzar la mejor versión de ti mismo.


Aclaratoria adicional: en párrafos anteriores coloqué una cita bíblica para argumentar el bienestar (incluso el terrenal), porque no existen acciones de mayor bienestar trascendental que las conductas que nos invita a adoptar las enseñanzas sagradas. Tenlo siempre en cuenta si de verdad quieres vivir muy bien.

Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda
Original: XXXX AS. (18 de diciembre del 2022)
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Instagram @ShanisShaktiAnanda @EscuelaparaelAlma.ssa @esteservidor
Palabras-claves: bienestar trascendente gratificación instantánea amarte prójimo amor propio

viernes, 22 de julio de 2022

El estrés oculto

 Autor: ShaniShaktiAnanda

¿Sabías que tener estrés no solo significa estar preocupado por algo?

Asociamos, de forma muy limitada, el estar estresado con tener algún problema y estar preocupado. Por eso podemos estar enfermos y descartarnos inapropiadamente al estrés como origen.

El estrés siempre es una sobrecarga de algún sistema para intentar volver al equilibrio del cual se le sacó. Puede ser una enfermedad, un golpe, algo agudo (puntual, eventual) que se resuelve y listo (a este se le llama eustrés); o por el contrario puede ser un estrés crónico que tarda mucho en resolverse, muchas veces porque no lo identificamos. El crónico (a este se le llama distrés) es el que enferma. 

Pero este estrés que enferma puede estar ocurriendo más allá de tu mente, de tus emociones y realmente puede pasar desapercibido para ti.

Somos seres integrales, formados por varias partes (o cuerpos) que se integran entre sí. Si uno de ellos falla, pues podemos fallar integralmente. Si uno de ellos se estresa, va a afectar a otros.

Todo sanador integral debe reconocer que podemos sufrir varios tipos de estrés:

1. Estrés físico

2. Estrés orgánico/fisiológico

3. Estrés mental (el más conocido)

4. Estrés emocional (a veces confundido con el mental)

5. Estrés energético (energía vital, chakras)

6. Estrés álmico (a lo mejor aquí ya comenzaste a arrugar la cara) y

7. Estrés kármico.

 

No voy a describir en este escrito los tipos de estrés, primero porque pueden ser más complejos de lo que puedo aclarar en pocas líneas; y segundo porque no quiero dar la intención de que algo de esto se puede auto-tratar con el simple hecho de comprender el concepto.

Pero sí puedo decir que por acciones médicas y terapéuticas posiblemente se traten los cuatro primeros tipos de estrés. Los otros tres se deben abordar desde la Sanación Integral. De cualquier manera, debes buscar ayuda

Pero atención, muchas veces encontrarás a terapeutas y sanadores que se dicen holísticos o integrales únicamente porque saben varias técnicas. Ser holístico o integral no es cuestión de tener muchas herramientas, sino que es realmente entender la sinergia que hay entre todas nuestras partes, para saber dónde buscar, qué buscar y luego qué proponer con lo que se encontró.

Debe ser una prioridad para ti evaluar en tu vida los puntos de estrés de forma muy cuidadosa, ya que se puede afirmar que el estrés, en cualquiera de sus tipos, es el origen de cualquier malestar, enfermedad, dolencia, preocupación, frustración, como lo quieras llamar.

Si necesitas ayuda, contáctame.

Dios les bendiga.

Namasté.

ShaniShaktiAnanda
Original:  XXXX AS. (22 de julio del 2022)
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Palabras-claves: estrés, eustrés, distrés, enfermedad, malestar, integralidad, holístico, integral, sanación, medico, terapeuta, sanador

miércoles, 20 de julio de 2022

¿Por qué insisto con lo espiritual?

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
 
Muchas personas que me conocieron y las que me conocen, pudieran asegurar que soy un hombre bastante normal.

Soy algo serio y formal. Difícil de abordar al comienzo, también. Pero una vez que me conocen, suelo ser amable y llevadero.

Una de las cosas malas que pudieran decir de mí, es que soy muy intenso cuando abordo algunos temas: tanto profesionales (tecnológicos) como humanos (espirituales).


Y en los temas espirituales, es donde me he desenvuelto en estos últimos años con más intensidad e insistencia que nunca. Y lo he hecho no porque haya descubierto un ámbito nuevo en mi vida. Muy por el contrario, he vivido en estos temas espirituales, religiosos, místicos y paranormales desde muy niño (antes de mis 10 años de edad). A la espiritualidad la abordo con intensidad e insistencia, porque “he visto mucha agua correr debajo del puente”; y esas cosas las suelo defender desde una amplia experiencia de vida.

Mucha gente que no conoce detalles de mi niñez y de mi juventud, supone que ahora estoy en la parte espiritual porque “me han pasado cosas difíciles en la vida” o porque “me cansé de la vida que llevaba y ahora cambié la forma de ver las cosas”.

Totalmente equivocados. Aunque si bien me han pasado cosas difíciles como le pudieron haber pasado a cualquiera; pude haberme quedado viviendo muy bien mi vida profesional; no me iba nada mal. Pero la vida me ha rescatado, haciendo valer con aquellos que me formé desde muy pequeño. Como para justificar su inversión; digo yo.

Y esa vehemencia en argumentar la necesidad de llevar una vida espiritual mientras vivimos, viene de algunas cosas particulares; una de ellas es la que quiero descubrir aquí.

Me ha ayudado mucho el conocer, con certeza, qué sucede luego de morir; y cómo se puede estar en el más allá si no se aprovechó la vida terrenal desde un punto de vista espiritual. Eso me autoriza para poder “advertir” (algunos dirían “asustar”) a los demás.

Y digo certeza, porque desde muy pequeño me comunico con seres de otros planos (incluyendo difuntos).

Los detalles de esta capacidad extrasensorial no los voy a exponer aquí. Pero puedo decirles que con esta capacidad, desde muy pequeño, pasé por períodos bien definidos. Primero sentí terror por esta capacidad. Luego me la negué y más tarde la ignoré.

Pero llegó el momento en el cual, enfrentándome a las pruebas de validación irrefutables a lo largo de toda mi vida, no pude más que aprender a vivir con esa capacidad. Llegó el punto donde seguir ignorando esta capacidad hubiera sido tonto.

Afortunadamente, fue un proceso de aceptación cabal; que me permitió no sentirme más ni mejor que nadie (a veces sí en franca desventaja); y nunca lo tomé como un “espectáculo de circo” del cual pude haber sacado mucho provecho.

Esto mismo me permitió aprender a vivir de forma bastante normal. Nadie imaginaría que el muchacho aquel, estudiante y luego profesional universitario, además de trabajador dedicado; tuviera "esas cosas”.

Pero sí, las tenía. Y por eso, cuando digo que "he visto” a seres que han muerto, desesperados por haber perdido su reencarnación, sintiéndose “desnudos y desamparados”; pues sé de lo que hablo.

La gente ha comprado a “vendedores deshonestos” la idea de que tanto la espiritualidad como la religiosidad hacen felices a las personas aquí en la Tierra. Pero yo les aseguro que vivir espiritualmente mientras estamos aquí, nos va a dar el máximo provecho en esta vida al morir. Si quieres simplemente vivir feliz, vive terrenalmente y listo.

Pero no solo trae problemas el no vivir espiritualmente. Sino que más de una persona ha vivido “creyendo llevar una vida espiritual” y al morir se da cuenta de que perdió el tiempo. Mejor hubiera sido no haber hecho nada. Su estado en el más allá resulta peor que si hubiera ignorado totalmente su espiritualidad.

¡Dios!; yo sí les puedo decir "con los pelos del burro en la mano", lo importante que es vivir espiritualmente.

Si bien me estoy confesando ahora con muchos de ustedes; este argumento de mi capacidad extrasensorial nunca lo he explotado. Yo pienso que vivir espiritualmente hay que hacerlo porque nace del alma, porque es una necesidad de nuestro espíritu y porque amamos a Dios y no queremos defraudarlo; no por el susto de una existencia luego de la muerte metafóricamente en el infierno.

Y digo metafóricamente, porque el estado en el que puede quedar un alma, puede ser peor de lo que podemos imaginar como infierno.

Pero si este miedo a la existencia después de la muerte le sirve a alguien, aquí lo dejo. Busquen crecer espiritualmente mientras sigan vivos; después de morir, no es mucho lo que se puede hacer.

En este punto, alguno pensará que eso no es así, que estoy equivocado o que estoy fanatizando. Luego de morir lo sabrás. Cerrar los ojos en la oscuridad no espanta a los fantasmas, solo te hacen creer que no existen. Si compraste la idea de que todo es hermoso luego de morir, te informo que no hay cambio ni devolución cuando te des cuenta.

Espero que los que me conocían antes, no comiencen a verme de forma extraña a partir de ahora; sigo siendo el mismo que conocieron alguna vez.

Por cierto, si esto inquieta sus pensamientos no se preocupen; la mente desaparece totalmente al morir.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 01 de abril del 2015
Modificado y publicado: 20 de julio del 2022
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Palabras-claves: muertos, desencarnados, extrasensorialidad, espiritualidad, religiosidad. mente, existencia después de la muerte