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martes, 26 de marzo de 2013

Jesús crucificado, nuestro mejor cordero

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Original: Abril, 20 del 2011 (Miércoles Santo)

En la antigüedad se practicaba el sacrificio de animales como una forma de agradar a Dios y por esa vía, con un Dios que veía nuestra ofrenda, nuestras faltas eran perdonadas.

Pero no era cualquier animal el que se ofrendaba. A Dios no le gustaba el sacrificio del animal por el animal mismo, sino que el animal seleccionado para el sacrificio debía ser el mejor del rebaño, el más valioso, el mejor para la cría, para la venta, el mejor para la producción de bienes. Con la entrega de ese animal al holocausto, lo que se le mostraba a Dios era el desprendimiento de una parte importante de nuestro bienestar, con tal que ganáramos su perdón, que a todas luces era un bien mucho más preciado que nuestro mejor cordero.

Era un poco la práctica del desapego, la práctica del sacrificio personal (absteniéndose de bienes), del esfuerzo doloroso por conseguir que Dios nos viera con buenos ojos.

Para nosotros los católicos (y de forma más general para los cristianos), Jesús siempre ha sido el “Cordero de Dios” que “murió por los pecados del mundo”. Esto hace alusión clara a aquella práctica del sacrificio de animales.

¿Pero qué significa esa alusión a Cristo? Tiene un significado mucho más profundo del que podemos imaginar.

De la misma forma muchas personas cuestionan al mismo Dios la muerte de Jesús y la ven inútil, ya que siendo el Hijo de Dios, Dios mismo pudo haberla evitado y no lo hizo.

Vamos a ver cómo podemos congeniar estas dos cosas.

En las escrituras (La Biblia) se nos narran hechos, parábolas y cada una tiene un significado profundo, de muchísima enseñanza; que debemos leer en contexto, hilando de un libro al otro, del Antiguo al Nuevo Testamento.

Cuando Jesús estaba por el mundo (en realidad por aquellas tierras de Jerusalén), hizo varios portentos, las personas lo apreciaban como un sanador, como un Maestro, como un profeta, y aún más como El Mesías, el esperado. Jesús no se promulgaba como tal, la gente era quien lo revestía de Gloria aquí en la Tierra. El mismo Jesús cuando le preguntaban si él era el Mesías, no lo afirmaba sino que “le rebotaba la pregunta”.

Para Jesús era más importante “cómo las personas lo veían a él” más que cómo él se presentara a la gente. La apreciación y el valor que le diera la gente a su propia persona, era lo que iba a hacer efectiva parte de su misión.


Evangelio según San Marcos 8,27-30.
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?".
Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas".
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías".
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él.


Con todo lo que hizo y enseñó Jesús, en aquel tiempo (y aun para muchos de nosotros) él se convirtió en nuestro Salvador, en nuestro bien más preciado, en el mejor Cordero de nuestro rebaño de hombres. Y esa era (y debe ser aun hoy) una apreciación personal, un convencimiento de corazón.

Aquí comienza a tener sentido la crucifixión. Si una persona (por ejemplo tú) logra entender de corazón que Jesús es SU Salvador, si entiende que fue lo mejor que tuvimos, automáticamente se convierte en tu mejor cordero, en tu bien más preciado, por lo que su calvario, su sufrimiento terminado en muerte, se convierte en el sacrificio de tu mejor cordero; por lo tanto DIOS te habrá perdonado por TODOS tus pecados, quedaste limpio de cualquier cosa que hayas podido cometer en el pasado; cualquier pasado, reciente o “kármico” (ooops! ya se me vieron las costuras).

Para un cristiano el hecho de la crucifixión significa el regalo del perdón eterno. Pero no es algo automático, es solo una oportunidad: todo cristiano debe primero asumir a Jesús como su Señor, como su bien más preciado y luego entender que el mismo Jesús permitió que fuera crucificado como entrega de él hacia ti. Eso es lo que significa que Jesús murió por ti; no significa que murió por tu culpa, sino que murió para ti, para que tú pudieras usar ese hecho para que tus pecados te fueran perdonados. Tremendo regalo, ¿no?

Y que Dios acepte como ofrenda a tu mejor cordero, significa que él mismo vuelve a verte con ojos benevolentes, con ojos tiernos de Padre; significa que vuelves a estar en armonía con Dios y que él vuelve a darte todas sus bendiciones, todo lo que necesitas. En resumen, vuelves a caer en Gracia con Dios.

Pero esto aún va más allá.

No es sólo que con estas simples (pero importantes) cosas caes nuevamente en Gracia de Dios, sino que tus pecados (las cosas incorrectas hechas anteriormente por ti) ya no te afectan, ni para hoy ni para tu futuro (eso es lo que significa el perdón de los pecados). Que no tengas más pecados, por haber sacrificado a tu mejor cordero, implica que desde este momento tienes todo un nuevo comienzo, tu vida es un cuaderno nuevo, con todas las hojas en blanco para que vayas formando tu futuro desde el aquí y el ahora.

Esto explica uno de los preceptos evolutivos que he presentado y discutido desde hace años y que nos marca como raza humana en la actualidad (bueno desde hace casi dos mil años). El hecho de que podamos escribir nuestro futuro desde nuestro aquí y nuestro ahora, anulando (o minimizando) los efectos de nuestro pasado, significa únicamente que la muerte de nuestro Señor Jesucristo marca el hito donde pasamos a evolucionar con la Ley de Atracción y podemos ir dejando atrás la Ley del Karma. Si lo piensas bien es uno de los regalos más grandiosos que cualquier ser en evolución pueda recibir.

¡Pero aún hay más!

No es solo que de ahora en adelante podemos tener nuestro futuro moldeado con nuestras actuaciones de hoy, sino que Dios quedó “satisfecho” para siempre.

El haber entregado en holocausto el Mejor Cordero de la Humanidad, al Cordero de Dios, significa que desde ese entonces y aun hoy, no hay nada (ni lo habrá) que sea más honorable, querido, preciado que podamos entregar a Dios. Esto hecha por tierra cualquier otro sacrificio, cualquier otra ofrenda a Dios como forma de expiación de nuestros pecados.

Ya entregamos lo mejor que teníamos y ningún ayuno ni sacrificio de cualquier tipo tiene sentido, ni le puede llegar a los tobillos a lo que significó la crucifixión de Cristo. Dios esto lo sabe y por eso nunca va a volver a recriminarnos nada, ni a dejar de amarnos. Desde ese entonces Dios no quiere más sacrificios de nuestra parte, ni sufrimientos, solo quieres que seamos felices, bregando con nuestro libre albedrío y guiándonos con la Ley de Atracción (otro GRAN TEMA)

Así que espero que nuestros Viernes Santos de ahora en adelante sean un poco más profundos, o si ya lo eran, confío en Dios en que estas pequeñas líneas nos sirvan de argumentos para sabernos amados por Dios y que en Jesús tenemos tremenda oportunidad de crear un futuro perfecto y feliz construido desde nuestro ahora.

Tratemos de entender esto para que la crucifixión de nuestro Señor Jesús no pase en vano por nuestras vidas. 

Namasté

Ing. Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Modificado: Marzo, 26 del 2013 (adición del dibujo)
Original: Abril, 20 del 2011 (Miércoles Santo)
msn: pgomez777@hotmail.com
Twitter: @eReiki

4 comentarios:

  1. Que belleza Maestro !!! La verdad, nunca había entendido cuando me decían que "nuestros pecados habían sido perdonados con la crucifixión de Cristo", con la "Sangre del Cordero". Al "asumir a Jesús como nuestro Señor, como nuestro bien más preciado, como nuestro mejor cordero, Jesús permitió que fuera crucificado"....... Que enseñanza... Namasté

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  2. Maestro un tremento tema aclarado!! hace anos lo lei y fue como abrir los ojos. Hoy sigue llenandome y aclarando mis ideas,lleno de conceptos importantes para seguir adelante. Gracias

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  3. Que maravillosa interpretación das a la frase tan escuchada en el evangelio "Jesús, el Cordero de Dios", me hace reflexionar cuan grande es el amor de Dios por nosotros. Lo leí antes y hoy me parece aun mas hermoso. Gracias por escribirlo (inspiración divina....)
    Dios te siga bendiciendo.
    Marianela

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  4. Gracias Maestro, si como lo pediste en uno de tu twist, espero que a muchas personas lean el artículo ya que se dicen seguir al Sr. Jesús entiendan el verdadero sentido de su muerte en la cruz, su sacrificio de cargar con los pecados del mundo como lo dices de manera maravillosa " La crucifixión significa el regalo del perdón eterno. Pero no es algo automático, es solo una oportunidad..." claro el primer paso es aceptar a Jesús como tu señor y redentor, durante tu vida hasta el momento de la muerte esto me lleva a comprender ese pasaje que sabemos, la oportunidad que le dio al ladrón que estaba con El crucificado al aceptarlo como su salvador y redentor el le ofrece el paraíso, la vida eterna junto a El en su reino , al ver el viernes santo ese escena fue que capte y entendí la emoción fue granadísima y llore de alegría por que me esfuerzo para ser como mi señor y me acompaña ayudándome con mi cruz. Eso es lo bonito de ejercer tu religión. Hoy en misa el Santo Padre Francisco 1ero dijo una frase " Con tu crucifixión venciste la muerte y con tu resurrección regeneraste la vida " Tu el cordero de Dios”. Y hoy en evolución lo hablaste Geacias asi me pasa en cada misa que el sacerdote explica la palabra y habla ya tu no los has dicho.

    Gracias Maestro tu misión en este proyecto " evolución conciente " me ha cambiado la vida no tengo palabras y lo expreso cada ves que puedo.

    Dios te siga bendiciendo.

    Namasté

    Vaithy Figuera

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