Sigue a ShaniShaktiAnanda en Facebook



lunes, 15 de febrero de 2016

La prueba necesaria

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

La Santa Biblia no se puede ver como un libro histórico, ni como una compilación de relatos o de anécdotas de personajes espirituales. Lo mismo se puede decir de cualquier otro texto sagrado.

Claro puede tener parte de la historia y muchas anécdotas; pero si eso es lo único que se ve, pierde totalmente el sentido; se convierte en un libro más.

Detrás de cada historia (ficticia o real), detrás de cada relato, se esconden enseñanzas de vida espiritual que permiten aprovechar nuestra vida humana/biológica para ir conquistando una futura vida eterna. Para esto son las enseñanzas espirituales detrás de cada escritura sagrada.

Cada enseñanza se nos presenta con alusiones a hechos humanos que debemos entender; contextualizar en nuestra vida; e imitar. Y este es uno de los párrafos que quiero enseñar aquí.

El texto en particular, es el que se conoce como “Jesús en el desierto” o “Las tentaciones de Jesús” o “Jesús es tentado por el diablo”; y corresponde al siguiente:

Mateo 4:1-11
La Biblia de las Américas (LBLA)

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
3 Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Entonces el diablo le llevó a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus ángeles te encomendará”, y: “En las manos te llevaran, no sea que tu pie tropiece en piedra.”

7 Jesús le dijo: También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios.”
8 Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.
10 Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás y solo a Él servirás.”
11 El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.


Te invito a que leas nuevamente los versículos; y pasaré a puntualizar cada una de las enseñanzas.


Primera enseñanza. La tentación necesaria

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.

Siempre se nos advierte que debemos tener cuidado con las tentaciones a las que nos podemos ver sometidos. Que si el mismo Señor Jesús fue tentado siendo Él Hijo de Dios, cuánto más no lo seremos nosotros.

Pero hay que notar en esta narración, que fue el mismo Espíritu (Espíritu Santo, Espíritu de Dios o su propio espíritu) quien lo llevó y lo sometió a ser tentado por el diablo.

Wow!, ¿algo que parece tan malo como enfrentarse y ser tentado por el diablo, fue promovido por el mismo Espíritu?

Pues sí. Esta enseñanza no plantea un “¡cuidado!” ni un “ojalá que no nos pasé”. En realidad nos enseña que si pretendemos ser seres espirituales, siempre nos vamos a ver en tentación; las mismas que debemos llegar a superar; es necesario e indispensable.

Es el mismo Espíritu en nosotros, quien buscará “activamente” someternos a pruebas para que nosotros le demostremos que honramos más a Dios que a “otras cosas” (que a los motivos de tentación). Fue el mismo espíritu quien necesitó de Jesús (y necesitará de nosotros) una prueba de lealtad hacia Dios.

Es una prueba necesaria para el Espíritu.


Segunda enseñanza. La maldad del diablo.

Si entendimos correctamente el primer versículo, ¿Quién puede ver al diablo como “malévolo”?

En la cita anterior, el “diablo” le es definitivamente útil al Espíritu para verificar en Jesús su lealtad hacia Dios. Si el Espíritu no lleva a Jesús “al desierto”, pues el diablo no aparece.

Hay otras referencias bíblicas con esa figura del “diablo” supeditado y siendo controlado por Dios.

Recodemos la más famosa en Job 1:1-12.

Allí Dios conversa con el mismo “diablo” sobre Job. Y el Diablo, antes de someter a Job a muchas pruebas y pesares para que este demostrase su amor por Dios; debe pedirle permiso al mismo Dios. Dios entonces, no solo autoriza el proceder, sino que incluso le pone límites a diablo, los cuales respeta totalmente.

Más allá de las interpretaciones culturales, sociales e incluso religiosas; en el ámbito de espiritualidad mística, la interpretación correcta del “diablo” (del “tentador”, del “maligno”) es:

“… aquello difícil o complicado para nuestra parte humana/terrenal/carnal, ante lo cual no debemos sucumbir; y que además tenemos que superar para demostrar el protagonismo de Dios en nuestras vidas y honrar el compromiso que tenemos con Él.” (PAGR)

Lo hizo Job, lo hizo Nuestro Señor Jesús; y nos tocará a nosotros hacerlo una y otra vez.


Tercera enseñanza. Las tentaciones a vencer

2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
3 Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Entonces el diablo le llevó a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus ángeles te encomendará”, y: “En las manos te llevaran, no sea que tu pie tropiece en piedra.”

7 Jesús le dijo: También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios.”
8 Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.
10 Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás y solo a Él servirás.”


A la hora de luchar contra “algo”, lo primero que debemos saber es qué es ese “algo”. Las tentaciones no son cualquier cosa; estas están muy bien definidas en los versículos citados:

  1. Tentación tipo 1: “La necesidades humanas básicas y/o viscerales”, representadas en el texto como “el hambre”, la necesidad de comer “pan”.
    El tema no es dejar de suplir nuestras necesidades básicas; sino que el satisfacerlas no vaya en contra del comportamiento que Dios espera de nosotros (Sermón del Monte Mateo 5-7).
    Esto es equivalente a decir que satisfacernos como humanos no puede ser más importante que nuestra necesidad de alimentar a nuestro espíritu; que ganar la vida eterna.
    Además, estas necesidades pueden implicar otros tipos de “hambre”: el sexo, la venganza, la “sed de justicia”, la ambición, el egoísmo, entre otras. Estas “hambres” ameritan muchas más precauciones de nuestra parte, que nuestras ganas biológicas de comer.

  2. Tentación tipo 2: “La soberbia personal o la sensación de empoderamiento por lo que se cree ser”. Representa la falta de humildad y la sensación de control que se cree tener de la propia vida terrenal.
    Esta tentación está suficientemente clara; aunque se puede recalcar que como trasfondo tiene el desconocimiento de que la vida terrenal/humana es en realidad poca cosa ante lo que Dios representa para nuestro espíritu.

  1. Tentación tipo 3: “El enfoque de nuestra vida hacia el bienestar terrenal”. El deseo tanto del poder y control de las cosas terrenales, así como por los bienes y los logros humanos. Estos deseos terrenales hasta el punto de olvidar que los verdaderos bienes y logros son los espirituales; y el poder lo tiene Dios.
    En esta última tentación, se debe tener claro que los bienes y logros no son únicamente los materiales o económicos; también son los mentales (pensamientos, conocimientos, ideas, formas de ver la vida) y también son los emocionales (sentimientos). Ningunos de estos nos debe apartar del camino hacia el Padre.
    Adicionalmente, en esta tentación el “diablo” ofrece el poder, que vemos como el control de las cosas terrenales. Esta sensación de poder es extremadamente peligrosa porque deja de lado el poder real de “ese Dios al que estamos tratando de llegar”.

Si nos fijamos bien, los tipos de tentaciones representan claramente aspectos de nuestra personalidad humana/ terrenal/carnal. Así de sencillo.

Es sabido que para crecer espiritualmente, debemos enfrentar ese trabajo de ir suprimiendo nuestras personalidades terrenales. Esto no es solo en el cristianismo, sino en todas las doctrinas realmente espirituales.


Cuarta enseñanza: los ángeles

11 El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Y esta es la enseñanza que más de agrada; porque si bien es la más sencilla, suele ser la de mayor impacto en las personas.

En esta enseñanza, Jesús tuvo que someter sus necesidades humanas básicas y viscerales; tuvo que pisar su soberbia y bajar la cabeza reconociendo que Dios está al mando de todo; y además tuvo que demostrar (no solo decirlo) que no necesitaba de los logros o bienes terrenales y que ni esperaba controlarlos.

Después de que Jesús venció a esa su humanidad, es decir, que demostró que su espíritu estaba primero que su apego a sus personalidades humanas; entonces, y solo entonces, los ángeles vivieron a Él y le comenzaron a servir.

¿Cuántas personas no hay por allí que se lo pasan pidiendo a los ángeles que les ayude? ¿Qué le sirvan para tal o cual causa?

¿Acaso esas personas cumplieron y han demostrado lo que Jesús logró en el desierto?

Si se nos acaba de enseñar que hay requisitos claros para que los ángeles ayuden a alguien, ¿Por qué no usamos nuestra vida en tratar de cumplir con los requisitos, en cambio de mendigar a los ángeles para que nos resuelvan nuestros problemas?

Definitivamente la ingenuidad es gratis; pero la ignorancia hace perder el tiempo y tardamos en llegar a Dios.


Dios quiera que estas enseñanzas de segundo y tercer nivel, sean útiles para algunos de ustedes. Todavía hay otras ocultas que me las reservo por el momento.

Dios les bendiga.

Namasté

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 45 A.S. (14feb2016)
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777

Palabras-claves Jesús, desierto, tentaciones, diablo , Mateo 4:1-11, job, sermón del monte.

6 comentarios:

  1. Gracias Maestro, una vez más nos presenta al Diablo ese al que no debemos perder de vista que acecha y que hace muy bien su trabajo. En este escrito nos gráfica de nuevo lo que es realmente importante y no es la carne sino el espíritu y es el que como Cristianos debemos manifestar despojándonos de todas las personalidades que lo atrapan. Namaste Maestro Gracias por seguir mostrándonos el camino para ir al Padre...

    ResponderEliminar
  2. Namaste, este artículo está espectacular. Nos invita a comportarnos como verdaderos cristianos,a serle fiel a Dios en todo momento y que esas tentaciones son oportunidades para trabajar nuestro espíritu, ese, que tanto desea estar sólo con Dios.Gracias por sus enseñanzas Maestro. Dios lo bendiga.

    ResponderEliminar
  3. Buenas tardes Maestro.

    ¿cómo le va?

    En principio el diablo como ente, ser, existe???

    En una reunión donde estaba hablaban que una persona había tenido un sueño con un ángel malo y bueno, relacionaban el ángel malo con LUCIFER; este existe???

    Se piensa así como esta papaDios esta lucifer. ignorancia?

    Pueden existir los ángeles malos??? como la envidia que tuvo lucifer(diablo) con el poder de Dios...

    Lo de lucifer es metafórico o si existió? como puede explicarse esto...?

    Es todo por hoy...Gracias.

    Namasté.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Namasté Samir
      Te podría responder con SIes y con NOes, pero explicarlo necesitaría de mucho contexto.
      Cuando la mente busca entender lo espiritual, SIEMPRE falla, y en el mejor de los casos se queda con dudas e y cosas imprecisas.
      ¿Que hace la gente? Generalmente niega lo que no entiende.
      El diablo NO es un ser.
      No existen ángeles malos.
      La forma de entender todo lo espiritual es metafórico.
      Nunca confundamos lo que es verdaderamente espiritual con lo espiritista.
      Gracias por tus preguntas.

      Eliminar
  4. Namasté
    Maestro gracias por sus enseñanzas, que nos ayudan a dejar la ingenuidad de lado para poder andar en el camino verdadero, como dice usted, para que no perdamos el tiempo y tardemos mas en llegar a Dios.
    Gracias por sus enseñanzas
    Namasté

    ResponderEliminar
  5. "Reconocer que Dios esta al mando de todo". Reflexiono: Elevando nuestra "Consciencia Espiritual" a traves del trabajo interno sostenido (Crecimiento Espiritual) es la manera de fortalecernos en Espiritu para vencer las tentaciones. Nadie esta excento de ellas. Gracias Maestro por tan valioso articulo. Namaste

    ResponderEliminar