Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Más
allá de las clasificaciones con parámetros humanos (educación,
cultura, economía, tecnología, etc.), las sociedades humanas
también se pueden clasificar por medio de parámetros espirituales.
Las
situaciones que nos acontecen están marcadas en mucho por aspectos
espirituales. Esta es una realidad que no todos aceptan. Y esta no
aceptación es la razón por la cual personas o sociedades humanas
alejadas de lo realmente espiritual, no logran nunca condicionar o
propiciar con certeza situaciones de provecho; para ellas siempre
habrá imponderables que se “escapen de sus manos”. Estos
imponderables son los principios espirituales que no aceptan o que no
conocen.
Y
una sociedad alejada de lo realmente espiritual, puede ser incluso
una de esas sociedades muy “religiosas”, con creencias y
prácticas que parecieran congruentes con Dios o con alguna religión.
Se
puede ser muy religioso y estar muy lejos de ser espiritual. Aunque
no se puede ser realmente espiritual sin tener algún compromiso de
práctica religiosa.
Una
sociedad realmente espiritual es aquella cuyos miembros rigen sus
emociones y acciones cotidianas (aun las más sencillas) bajo
lineamientos espirituales establecidos en escrituras sagradas. La
práctica de alguna religión es un apéndice necesario de dicho
estilo de vida, pero no las determina como espiritual.
(PedroAGR)
Entonces,
la clasificación de una sociedad dentro de lo espiritual, se hace
por las situaciones o los estilos de vida que experimenten en un
período de tiempo determinado.
En
nuestra realidad terrenal, las situaciones acontecen básicamente por
dos razones:
- como resultado de nuestros sentimientos actuales: Sociedades Normales
- o como consecuencia de nuestras acciones/sentimientos pasados: Sociedades Kármicas
Estas
dos clasificaciones básicas presentan estilos de vida diferentes,
acciones diferentes y proyecciones a futuro diferentes. La primera
está signada por la Ley de Atracción y la segunda por la Ley del
Karma (acción y reacción).
Sociedades
Normales
Una
Sociedad Normal es aquella donde el esfuerzo personal, no solo en
acciones sino en sentimientos sanos, crean una realidad armónica.
Una
Sociedad Normal es aquella donde el trato entre sus integrantes se
basa, de forma natural, en el respeto hacia el otro; donde lo bueno
que sucede de alguna manera se proyecta y con esfuerzo se consigue;
donde no hay muchos imprevistos y los hechos negativos son noticia,
no son lo cotidiano.
Este
es el principio de la Ley de Atracción: los buenos sentimientos
personales generan situaciones buenas.
Por
esto, en este tipo de sociedades lo bonito genera más belleza; lo
positivo es la normal y lo negativo la excepción.
Son
sociedades en las cuales todos sueñan vivir, pero nadie sabe en
realidad cómo hacerlo; porque creen que el bienestar es intrínseco
de ellas y no saben que sale del estado espiritual sus propios
integrantes.
Son
sociedades que deberían mantener esta categoría de Normales no
perdiendo el enfoque espiritual de la vida: si lo llegan a perder,
con el tiempo se corrompen y cambian a Sociedades Kármicas.
Sociedades
Kármicas
Las
sociedades kármicas son aquellas que están regidas por la Ley del
Karma.
El
karma se puede ver como una energía que vamos recolectado y
acumulando a lo largo de nuestra existencia; y que termina siendo el
fruto de los sentimientos que despertamos en otras personas con
nuestras acciones. No hablo de malas o buenas acciones, porque muchas
veces despertamos sentimientos en otras personas sin darnos cuenta o
sin tener ninguna intención particular.
Si
con nuestras acciones, conscientes o inconscientes, intencionadas o
no, hacemos sentir mal a alguien; o si nos sentimos mal por lo que
alguien haga; entonces estaremos acumulando karma negativo.
Por
el contrario, si con nuestra acciones, conscientes o inconsciente,
hacemos sentir bien a alguien; o si nos sentimos bien por lo que
alguien haga; entonces estaremos acumulando karma positivo.
Y
esa energía acumulada, este karma, en algún momento comienza a
construir nuestro futuro. El karma que hayamos acumulado de forma
negativa, nos proveerá de situaciones negativas; mientras que el
karma acumulado de forma positiva, nos proveerá de situaciones
positivas.
Pero
el karma no es castigo ni premio; es más lecciones pendientes o
ganancia.
Una situación negativa nos mostrará únicamente que está allí porque en algún momento cosechamos una energía negativa que debemos aprender a depurar. Una situación negativa es una oportunidad de limpiar nuestro karma. Si lo hacemos correctamente, ese karma no aparecerá más; pero si fallamos en limpiarlo, podrá reaparecer incluso con mayor fuerza.
La única forma real de limpiar o
sanar un karma que se ve manifestado en una situación difícil, es
actuando bajo lineamientos espirituales en dicha situación. Y
actuaremos espiritualmente cuando vivamos en función de lineamientos
espirituales.
Por
lo tanto, una
Sociedad Kármica se define como un grupo de personas que conviven
entre ellas y cuyas situaciones de vida están condicionadas por
karmas (generalmente negativos).
Cuando
en una sociedad las buenas intenciones de su ciudadanos parecieran
no conseguir nada bueno; cuando a pesar del esfuerzo los resultados
positivos no aparecen como deberían, cuando pareciera que todo
cuesta demasiado esfuerzo y que se está en una lucha constante;
cuando los individuos se desesperan, se frustran, se desaniman y no
ven claro el futuro, cuando ni siquiera Dios pareciera ayudar; pues
se está en presencia de una Sociedad Kármica.
¿Cómo
mejorar una sociedad kármica?
Como
es de imaginar, vivir sin poder condicionar lo que nos sucede, donde
todo parece acción de la mala suerte o de malas influencias, donde
todo va a la deriva, no es nada agradable.
En
una sociedad alejada de lo realmente espiritual, los individuos
comienzan a esforzarse por sus propios medio y confían en que
mientras más se esfuercen y más luchen, se podrán salir de los
problemas.
En
un escenario kármico donde se desarrolla una Sociedad Kármica,
nunca las situaciones se condicionan suficiente por la energía que
generan sus miembros, ya que esas mismas situaciones están siendo
creadas por energías kármicas pasadas. Esto es irremediable, pero
aún así hay una solución.
La
forma de vivir dentro de un escenario kármico es viviendo con la
mayor energía espiritual posible; y no me refiero a tener fe ni a
orar mucho ni a ir a misa ni a amar a la familia. Vivir con la mayor
energía espiritual se logra moderando cada acción y cada
sentimiento dentro de lineamientos, mandamientos o principios
espirituales rígidos.
El
problema es que muchas veces un comportamiento social correctamente
espiritual, es visto como ingenuo o tonto; desde la óptica de la
lucha humana. En estos casos, los ciudadanos prefieren vivir y actuar
de forma más humana que espiritual, para ser más aceptados por el
resto que criticados. El síndrome de la manada.
Pero
el caso es que en una Sociedad Kármica, hasta que sus individuos no
aprendan y comiencen a actuar de forma correctamente espiritual en
TODAS LAS SITUACIONES, incluso en las más triviales; hasta que el
motivo de vida y de acción de sus individuos no estén condicionados
por los lineamientos de Dios; la sociedad no podrá salir de este
círculo vicioso. Porque el karma negativo que no se trata
correctamente, se re-alimenta.
¿Cómo
una sociedad normal se convierte en kármica?
Generalmente
los miembros de una Sociedad Kármica no se dan cuenta de su estado y
siguen tratando de vivir como una Sociedad Normal. Como consecuencia,
les cuesta mucho salir de las situaciones duras; y aunque el
escenario termine porque las situaciones no son eternas (nada es
eterno en este plano), las consecuencias que dejan son desastrosas y
el futuro nada prometedor.
Pero
el proceso de pasar de una Sociedad Normal a una Kármica, es
tristemente sencillo.
Los
miembros de una Sociedad Normal (no condicionada protagónicamente
por el karma) aprenden a tener buenas cosas, buenos estilos de vida.
Compran la idea del empoderamiento y se acostumbran a creer que son
dueños de su propio destino; ya que solo un poco de esfuerzo rinde
buenos frutos y se sienten bendecidos por la suerte, por la
naturaleza o por Dios mismo.
En
cualquier sociedad, el esfuerzo de sus miembros siempre es necesario
para salir adelante; pero en una Sociedad Kármicael esfuerzo hacia
lo terrenal, hacia lo humano, no resuelve los problemas.
Y
viene el gran problema de nuestra cultura occidental. Si alguien ya
cree tener a Dios (o se lo hacen creer) ¿para qué se va a esforzar
por Él? ¿Para qué se va a preocupar alguien en esforzase por Dios,
si ya se cree el hijo o la hija predilecta de Dios?
Y
esta seguridad en sí mismo hace a los miembros de una Sociedad
Normal vivir bajo sus propias normas, bajos sus propios criterios y
con sus propios argumentos; todos estos seguramente alejados de
preceptos espirituales reales.
Y
cuando un grupo humano vive fuera de argumentos espirituales, cada
acción y cada sentimiento comienzan a generar karma negativo. Este
karma se va acumulando; y llegado el momento propicio, este karma
negativo explota, se activa; y la sociedad comienza a caer como una
bola de nieve, convirtiéndose en una Sociedad Kármica.
Repito,
tristemente sencillo.
¿Cómo
evitar llegar a una Sociedad Kármica?
Es
cuestión de evolución de la raza humana. Siempre se cree que la
evolución el género humano se mide en parámetros biológicos o
tecnológicos; pero en realidad la Evolución de cualquier ser
encarnado apunta hacia seres más espirituales.
Mientras
vayamos evolucionando como personas, la necesidad de Dios será más
grande y por lo tanto crecerá nuestro compromiso personal hacia Él.
Esto nos llevará a guiar nuestras vidas (acciones y sentimientos)
según sus lineamientos.
El
problema es que esta Evolución Espiritual siempre es a modo
personal. Sería necesario que en una sociedad aumentara el
porcentaje de personas afanadas por Dios; y esto le diera mayor peso
especifico espiritual.
Si
en una sociedad hay un número suficiente de personas realmente
espirituales, los escenarios kármicos (y por lo tanto las Sociedades
Kármicas) tendrían menos probabilidad de existir; y si se
produjeran, se saldría más rápidamente de ellas.
Pero
este cambio social hacia lo espiritual debería hacerlo, por ejemplo,
las iglesias.
¿Acaso
en estos últimos tiempos las iglesias lo están haciendo bien?
Observa las sociedades actuales; observa la sociedad en donde tú
vives. ¿Es Normal? ¿Es Kármica?
No
voy a responder a esta pregunta, pero a las pruebas me remito.
Dios
te bendiga.
Namasté.
Pedro
A. Gómez Ruzzo. (SSA)
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
día 375 A.S. (09 enero 2017)
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sociedades, karmicas, normales, karla, ley de atraación, Dios,
lineamientos, mandamientos, espirituales, espiritual, religiosos,
Dios, sociedad
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