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lunes, 9 de enero de 2017

Tipos de sociedades humanas desde lo espiritual

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Más allá de las clasificaciones con parámetros humanos (educación, cultura, economía, tecnología, etc.), las sociedades humanas también se pueden clasificar por medio de parámetros espirituales.

Las situaciones que nos acontecen están marcadas en mucho por aspectos espirituales. Esta es una realidad que no todos aceptan. Y esta no aceptación es la razón por la cual personas o sociedades humanas alejadas de lo realmente espiritual, no logran nunca condicionar o propiciar con certeza situaciones de provecho; para ellas siempre habrá imponderables que se “escapen de sus manos”. Estos imponderables son los principios espirituales que no aceptan o que no conocen.

Y una sociedad alejada de lo realmente espiritual, puede ser incluso una de esas sociedades muy “religiosas”, con creencias y prácticas que parecieran congruentes con Dios o con alguna religión.

Se puede ser muy religioso y estar muy lejos de ser espiritual. Aunque no se puede ser realmente espiritual sin tener algún compromiso de práctica religiosa.

Una sociedad realmente espiritual es aquella cuyos miembros rigen sus emociones y acciones cotidianas (aun las más sencillas) bajo lineamientos espirituales establecidos en escrituras sagradas. La práctica de alguna religión es un apéndice necesario de dicho estilo de vida, pero no las determina como espiritual. (PedroAGR)


Entonces, la clasificación de una sociedad dentro de lo espiritual, se hace por las situaciones o los estilos de vida que experimenten en un período de tiempo determinado.

En nuestra realidad terrenal, las situaciones acontecen básicamente por dos razones:

  1. como resultado de nuestros sentimientos actuales: Sociedades Normales
  2. o como consecuencia de nuestras acciones/sentimientos pasados: Sociedades Kármicas

Estas dos clasificaciones básicas presentan estilos de vida diferentes, acciones diferentes y proyecciones a futuro diferentes. La primera está signada por la Ley de Atracción y la segunda por la Ley del Karma (acción y reacción).


Sociedades Normales

Una Sociedad Normal es aquella donde el esfuerzo personal, no solo en acciones sino en sentimientos sanos, crean una realidad armónica.

Una Sociedad Normal es aquella donde el trato entre sus integrantes se basa, de forma natural, en el respeto hacia el otro; donde lo bueno que sucede de alguna manera se proyecta y con esfuerzo se consigue; donde no hay muchos imprevistos y los hechos negativos son noticia, no son lo cotidiano.

Este es el principio de la Ley de Atracción: los buenos sentimientos personales generan situaciones buenas.

Por esto, en este tipo de sociedades lo bonito genera más belleza; lo positivo es la normal y lo negativo la excepción.

Son sociedades en las cuales todos sueñan vivir, pero nadie sabe en realidad cómo hacerlo; porque creen que el bienestar es intrínseco de ellas y no saben que sale del estado espiritual sus propios integrantes.

Son sociedades que deberían mantener esta categoría de Normales no perdiendo el enfoque espiritual de la vida: si lo llegan a perder, con el tiempo se corrompen y cambian a Sociedades Kármicas.


Sociedades Kármicas

Las sociedades kármicas son aquellas que están regidas por la Ley del Karma.

El karma se puede ver como una energía que vamos recolectado y acumulando a lo largo de nuestra existencia; y que termina siendo el fruto de los sentimientos que despertamos en otras personas con nuestras acciones. No hablo de malas o buenas acciones, porque muchas veces despertamos sentimientos en otras personas sin darnos cuenta o sin tener ninguna intención particular.

Si con nuestras acciones, conscientes o inconscientes, intencionadas o no, hacemos sentir mal a alguien; o si nos sentimos mal por lo que alguien haga; entonces estaremos acumulando karma negativo.

Por el contrario, si con nuestra acciones, conscientes o inconsciente, hacemos sentir bien a alguien; o si nos sentimos bien por lo que alguien haga; entonces estaremos acumulando karma positivo.

Y esa energía acumulada, este karma, en algún momento comienza a construir nuestro futuro. El karma que hayamos acumulado de forma negativa, nos proveerá de situaciones negativas; mientras que el karma acumulado de forma positiva, nos proveerá de situaciones positivas.

Pero el karma no es castigo ni premio; es más lecciones pendientes o ganancia.

Una situación negativa nos mostrará únicamente que está allí porque en algún momento cosechamos una energía negativa que debemos aprender a depurar. Una situación negativa es una oportunidad de limpiar nuestro karma. Si lo hacemos correctamente, ese karma no aparecerá más; pero si fallamos en limpiarlo, podrá reaparecer incluso con mayor fuerza.

La única forma real de limpiar o sanar un karma que se ve manifestado en una situación difícil, es actuando bajo lineamientos espirituales en dicha situación. Y actuaremos espiritualmente cuando vivamos en función de lineamientos espirituales.


Por lo tanto, una Sociedad Kármica se define como un grupo de personas que conviven entre ellas y cuyas situaciones de vida están condicionadas por karmas (generalmente negativos).

Cuando en una sociedad las buenas intenciones de su ciudadanos parecieran no conseguir nada bueno; cuando a pesar del esfuerzo los resultados positivos no aparecen como deberían, cuando pareciera que todo cuesta demasiado esfuerzo y que se está en una lucha constante; cuando los individuos se desesperan, se frustran, se desaniman y no ven claro el futuro, cuando ni siquiera Dios pareciera ayudar; pues se está en presencia de una Sociedad Kármica.


¿Cómo mejorar una sociedad kármica?

Como es de imaginar, vivir sin poder condicionar lo que nos sucede, donde todo parece acción de la mala suerte o de malas influencias, donde todo va a la deriva, no es nada agradable.

En una sociedad alejada de lo realmente espiritual, los individuos comienzan a esforzarse por sus propios medio y confían en que mientras más se esfuercen y más luchen, se podrán salir de los problemas.

En un escenario kármico donde se desarrolla una Sociedad Kármica, nunca las situaciones se condicionan suficiente por la energía que generan sus miembros, ya que esas mismas situaciones están siendo creadas por energías kármicas pasadas. Esto es irremediable, pero aún así hay una solución.

La forma de vivir dentro de un escenario kármico es viviendo con la mayor energía espiritual posible; y no me refiero a tener fe ni a orar mucho ni a ir a misa ni a amar a la familia. Vivir con la mayor energía espiritual se logra moderando cada acción y cada sentimiento dentro de lineamientos, mandamientos o principios espirituales rígidos.

El problema es que muchas veces un comportamiento social correctamente espiritual, es visto como ingenuo o tonto; desde la óptica de la lucha humana. En estos casos, los ciudadanos prefieren vivir y actuar de forma más humana que espiritual, para ser más aceptados por el resto que criticados. El síndrome de la manada.


Pero el caso es que en una Sociedad Kármica, hasta que sus individuos no aprendan y comiencen a actuar de forma correctamente espiritual en TODAS LAS SITUACIONES, incluso en las más triviales; hasta que el motivo de vida y de acción de sus individuos no estén condicionados por los lineamientos de Dios; la sociedad no podrá salir de este círculo vicioso. Porque el karma negativo que no se trata correctamente, se re-alimenta.


¿Cómo una sociedad normal se convierte en kármica?

Generalmente los miembros de una Sociedad Kármica no se dan cuenta de su estado y siguen tratando de vivir como una Sociedad Normal. Como consecuencia, les cuesta mucho salir de las situaciones duras; y aunque el escenario termine porque las situaciones no son eternas (nada es eterno en este plano), las consecuencias que dejan son desastrosas y el futuro nada prometedor.

Pero el proceso de pasar de una Sociedad Normal a una Kármica, es tristemente sencillo.

Los miembros de una Sociedad Normal (no condicionada protagónicamente por el karma) aprenden a tener buenas cosas, buenos estilos de vida. Compran la idea del empoderamiento y se acostumbran a creer que son dueños de su propio destino; ya que solo un poco de esfuerzo rinde buenos frutos y se sienten bendecidos por la suerte, por la naturaleza o por Dios mismo.

En cualquier sociedad, el esfuerzo de sus miembros siempre es necesario para salir adelante; pero en una Sociedad Kármicael esfuerzo hacia lo terrenal, hacia lo humano, no resuelve los problemas.

Y viene el gran problema de nuestra cultura occidental. Si alguien ya cree tener a Dios (o se lo hacen creer) ¿para qué se va a esforzar por Él? ¿Para qué se va a preocupar alguien en esforzase por Dios, si ya se cree el hijo o la hija predilecta de Dios?

Y esta seguridad en sí mismo hace a los miembros de una Sociedad Normal vivir bajo sus propias normas, bajos sus propios criterios y con sus propios argumentos; todos estos seguramente alejados de preceptos espirituales reales.

Y cuando un grupo humano vive fuera de argumentos espirituales, cada acción y cada sentimiento comienzan a generar karma negativo. Este karma se va acumulando; y llegado el momento propicio, este karma negativo explota, se activa; y la sociedad comienza a caer como una bola de nieve, convirtiéndose en una Sociedad Kármica.

Repito, tristemente sencillo.


¿Cómo evitar llegar a una Sociedad Kármica?

Es cuestión de evolución de la raza humana. Siempre se cree que la evolución el género humano se mide en parámetros biológicos o tecnológicos; pero en realidad la Evolución de cualquier ser encarnado apunta hacia seres más espirituales.

Mientras vayamos evolucionando como personas, la necesidad de Dios será más grande y por lo tanto crecerá nuestro compromiso personal hacia Él. Esto nos llevará a guiar nuestras vidas (acciones y sentimientos) según sus lineamientos.

El problema es que esta Evolución Espiritual siempre es a modo personal. Sería necesario que en una sociedad aumentara el porcentaje de personas afanadas por Dios; y esto le diera mayor peso especifico espiritual.

Si en una sociedad hay un número suficiente de personas realmente espirituales, los escenarios kármicos (y por lo tanto las Sociedades Kármicas) tendrían menos probabilidad de existir; y si se produjeran, se saldría más rápidamente de ellas.

Pero este cambio social hacia lo espiritual debería hacerlo, por ejemplo, las iglesias.

¿Acaso en estos últimos tiempos las iglesias lo están haciendo bien? Observa las sociedades actuales; observa la sociedad en donde tú vives. ¿Es Normal? ¿Es Kármica?

No voy a responder a esta pregunta, pero a las pruebas me remito.

Dios te bendiga.
Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo. (SSA)
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: día 375 A.S. (09 enero 2017)
Twitters: @pagr777 @eReiki @EvolConsc @SanaCristica
Facebook: https://www.facebook.com/groups/PedroAGR/

Palabras-claves: sociedades, karmicas, normales, karla, ley de atraación, Dios, lineamientos, mandamientos, espirituales, espiritual, religiosos, Dios, sociedad

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