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viernes, 31 de enero de 2014

Extraño a mi iglesia

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Un día, los apóstoles recibieron de su Señor y Maestro Jesús, las instrucciones para poder vivir acorde con lo que Dios Padre quería. Fue en el Sermón del Monte (Mateo 5-7), donde la pregunta de “qué debemos hacer entonces Señor” fue respondida de forma clara y sencilla. Cosas como: no juzgarás, no te enfadarás con tus hermanos, poner la otra mejilla, amar a sus enemigos; eran lineamientos básicos para los apóstoles

Luego,  estos mismos apóstoles fueron enviados a que recorrieran el mundo y predicaran la Palabra y a que formaran iglesia; grupos personas que aprenderían lo que se les había enseñado a ellos.

¿Qué se ha hecho la herencia de esos apóstoles oficiales hoy?

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles enviados; donde más que dar misa, deberían estar no solo recordándole a la gente que no se debe juzgar,  sino que deberían decirle qué significa eso y cómo hacerlo.

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que debería enseñar a amar a nuestros enemigos, pero no solo recordarlo sino diciendo el porqué, el para qué y cómo lograrlo.

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que debería no solo recordarnos el Sermón del Monte en una misa cualquiera, sino que debería convencernos del porqué cumplirlo y del cómo hacerlo.

La herencia de los apóstoles parece perdida. Muchas iglesias se ocupan de reformas renovadoras, revolucionarias y mediáticas con respecto a su estructura, pero se olvidan de que la forma básica de vivir que fue promulgada no se imparte, no se aplica y peor aún la gente no sabe cómo hacerlo.

¿Para que les envió Jesús? Acaso solo ¿a cambiar estructuras? ¿a modificar estamentos? ¿a estrechar la mano de otros líderes para acordar una supuesta paz que ellos mismos destrozaron?

Extraño a mi iglesia y a los apóstoles oficiales que deberían estar gritando a los cuatro vientos lo enseñado en el Sermón del Monte; y parece que solo está cuidando su existencia terrenal y ocupándose de estructuras, de acuerdos y de cosas que pueden esperar.

Extraño a mi iglesia que debería ocuparse de enseñar a la gente a vivir dentro de la adversidad para que no se alejen de Dios; y solo está ocupada en el maquillaje y del postín individualista de la imagen institucional.

Más les vale que cumplan con sus misiones y que inviertan los talentos y las jerarquías otorgadas: vendrá un día el Señor a pedir cuentas y si sus talentos no dieron frutos, se les enviará a “las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25: 14-30); ¿o es que eso también lo olvidaron o nunca lo creyeron o pensaron que era solo para el pueblo?

Extraño a la iglesia y a sus apóstoles oficiales, que tenían temor de desobedecer o ignorar a Dios.

Extraño a la iglesia y a sus apóstoles oficiales, que ponían a Jesús por delante; hoy parecen que lo esconden; ya que no gritar sus enseñanzas es dejarlo de lado.

Los apóstoles oficiales de hoy se sienten “apoyados” porque se creen parte de la Herencia Divina; pero ya lo dijo Juan El Bautista una vez:

“8... den frutos dignos de arrepentimiento; y no comiencen a decirse a ustedes mismos: ‘Tenemos a Abraham por padre,’ porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 9 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.” (Lucas 3:8-9)


Extraño a la iglesia y a los apóstoles oficiales que deberían ocuparse desesperadamente de decirle a la gente cómo hacer para cumplir con lo que Jesús ordenó en el Sermón del Monte:

-          “...todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: ‘Insensato (Inútil)’ a su hermano, será culpable ante la corte suprema (el Sanedrín); y cualquiera que diga: ‘Idiota,’ será merecedor del infierno de fuego” (Mateo 5:21)
-          “...reconcíliate primero con tu hermano” antes de acudir a Dios (Mateo Mateo 5:23)
-          “...Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino...” (Mateo 5:25)
-          “...Si tu ojo derecho te hace pecar arráncalo y tíralo; ...  si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala...” (Mateo 5:29)
-          “... todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio...” (Mateo 5:31)
-          “...Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello...” (Mateo 5:36)
-          “...a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra...” (Mateo 5:38)
-          “...amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen...” (Mateo 5:43)
-          “...cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha...” (Mateo 6:2)
-          “...cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará...” (Mateo 6:5)
-          “... si (ustedes) no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones (faltas, delitos)...” (Mateo 6:14)
-          “...cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas....” (Mateo 6:17)
-          “...No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen... sino acumulen tesoros en el cielo... porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón...” (Mateo 6:19)
-          “...Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro...” (Mateo 6:24)
-          “...busquen primero (el Reino de Dios) y su justicia, y todas las (buenas) cosas les serán añadidas...” (Mateo 6:33)
-          “...No juzguen para que no sean juzgados...” (Mateo 7:1)
-          “...todo cuanto quieran que los hombres les hagan (a ustedes), así también hagan ustedes con ellos...” (Mateo 7:12)
-          “...Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición...” (Mateo 7:13)
-          “No todo el que Me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos...” (Mateo 7:21)

¿Qué es más importante? Cuando hay sociedades destrozadas y hermanos odiándose, ¿es más importante discutir y anunciar con bombos y platillos cenas con otros jerarcas religiosos o definiciones sobre quienes podrán o no oficiar misa? ¿Promover espacios de curaciones milagrosas? ¿Contabilizar o convencer más feligreses para ver cual iglesia es más poderosa?

Extraño a la iglesia y a los apóstoles oficiales que ante cualquier argumento de descrédito deberían iluminarse con el Espíritu Santo para defender las enseñanzas que recibieron de Jesús.

Y no me digan que los tiempos son otros y que la cosa ha cambiado; porque estarían aceptando que Jesús tuvo su momento y ya no es más; o que sus enseñanzas ya hay que cambiarlas.

Y no me digan que se están haciendo mejoras, porque están serán cuando sean evidentes; a la gente no se les ha comenzado a llegar.

Extraño a los apóstoles oficiales que iban a la gente, no a los de ahora que esperan la gente llegue a ellos; se supone que ustedes son los pastores.

Ir a la gente significa hacer todo el esfuerzo para que la gente entienda a Jesús. Si cada persona se pudiera iluminar por su cuenta, los apóstoles nunca hubieran existido. Honren la confianza que alguna vez se les tuvo.

Los apóstoles oficiales de hoy deberían estar temerosos esperando alguna carta de Juan que el Espíritu de Cristo le dictara en el Libro del Apocalipsis. Aún están a tiempo ¿seguirán esperando?

Disculpen si estoy equivocado en todo esto y el trabajo de mi iglesia sí se está haciendo, pero extraño a la iglesia que trabaja en grupo y que llega a todas partes; yo no la veo cerca.

Llega el punto en que es imposible seguir apoyando lo indefendible. Dios aboga por sus hijos; y cuando sus sirvientes callan, él hace gritar hasta a las piedras.

Pedro.

2 comentarios:

  1. Maestro, verdades incómodas las que aquí escribes. Pasan los siglos y nuestra iglesia permanece alejada de las enseñanzas de Jesús. Quienes las dirigen y nosotros, los obreros actuamos como el avestruz. Todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Algún sacerdote leerá esto? Y si así fuere, tendrá el valor de transmitirlo?

    Namasté

    CEH

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    Respuestas
    1. Ojalá no lo lea nadie; estoy consciente que este escrito puede no servir para nada; más allá de despertar un par de consciencias individuales que puedan posar su vista en este texto.
      Aún falta tiempo.

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