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martes, 18 de febrero de 2014

Salmo 23: El Señor es mi pastor

Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo

Salmo 23
Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

Salmo (Himno) de David

1 El Señor es mi pastor, Nada me faltará.
2 En lugares de verdes pastos me hace descansar;
Junto a aguas de reposo me conduce.
3 El restaura mi alma; Me guía por senderos de justicia
Por amor de Su nombre.
4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo;
Tu vara y Tu cayado me infunden aliento.
5 Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
Has ungido mi cabeza con aceite; Mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días.

Bellísimo, ¿verdad? ¿Cuántos de nosotros no hemos leído y repetido de memoria este Salmo? Salmo que parece un “conjuro mágico” para protegernos de los peligros...

Los Salmos son bendiciones, más que palabras mágicas; ya que nos recuerdan enseñanzas y promesas que nos hizo Dios, pero las cuales siempre dependen de nosotros. ¿Cómo es eso?

Primero. En muchas versiones de La Biblia aparece en el primer versículo de este salmo la palabra “Señor”; que sabemos que no se refiere a Jesucristo; ya que David (al que se le da la autoría de estas frases) y en general todos los Salmos escritos fueron antes de Jesús. En versiones más académicas, colocan “Jehová”, ”Yavé” o “Yahwéh”; referenciando a Dios (Padre).

Pero no pierde sentido, ya que Jesús con Hijo de Dios, hablaba y actuaba en representación del mismo Dios, Jehová o Yavé.

El punto es que cuando recitamos este Salmo 23, antes que obtener protección, en realidad lo que hacemos es comprometernos con Dios. Luego, como consecuencia de ese compromiso y no antes, obtenemos toda la protección. Veamos.

“El Señor es mi pastor” es como abre el Salmo 23 para luego presentarnos y nos ubicarnos como los beneficiarios de  todas las bendiciones de las frases posteriores.

Pregunto: ¿un “pastor” qué tiene?, ovejas; es decir, que nosotros somos ovejas. Y un “pastor” ¿qué hace con las ovejas?,  las guía a buenos lugares para mantenerlas con bien.

Pero ¿qué deben hacer las ovejas?; pues dejarse guiar. Las ovejas son de un pastor siempre y cuando él las pueda guiar y ellas se dejen controlar. Una oveja que se salga del rebaño y no acepte la conducción y los lineamientos de un pastor, pues no se puede decir “oveja de ese pastor”.

Así que nosotros ovejas, para obtener los beneficios que nos puede brindar ese pastor, debemos dejarnos conducir por él; debemos cumplir con lo que el pastor dice; ya que estamos seguros de que sus indicaciones nos llevarán a verde pastos y aguas de reposo, etc., etc., etc.

Así que esas promesas de “cobijo divino” y “protección” no se producen como un acto de magia ni una gracia obligada de parte de Dios, sino que depende de que nosotros nos dejemos guiar y aceptemos sin quejarnos ni argumentar, los lineamientos de ese Señor al llamarlo “pastor”. ¿Quién ha visto a una oveja quejándose o esperando alguna explicación convincente para moverse?

Espero que el ejercicio de lógica haya salido claro; si no lo fue, te invito a que vuelvas a leer los párrafos anteriores.

Una vez que lo comprendemos, debemos preguntarnos: si yo soy una oveja que desea que mi pastor me conduzca por toda la felicidad ofrecida ¿qué es lo que el “pastor” quiere de mí? ¿Cuáles son sus lineamientos? ¿Hacia dónde debo caminar y sobre todo cómo debo hacerlo?

Ya termino esta reflexión, porque seguro que las respuestas anteriores son sencillas para todos. De todas formas, en caso de que sientas que te faltan cosas, o que no sientas que tu vida se puede mantener en paz a pesar de la tormenta, o que sientas que tu bienestar peligra por los lobos de afuera, recordarás que la guía del pastor te la dio Jesús, muchas veces.

De forma resumida puedes repasar los lineamientos en Mateo 5:22 al 7:23 y por supuesto en la 1era Carta de Pedro 2:11-25. Allí están muy claros; para cualquier oveja que quiera intentar vivir feliz.

Allí tienes cosas como: amar a tus enemigos, poner la otra mejilla, hacer las paces las veces que sean necesarias, adorar a Dios de forma prioritaria, no juzgar, baja la cabeza, hacer el bien sobre todas las cosas; y otras cosas que solo ovejas pueden hacer (eso declaramos en el Salmo 23 al repetirlo; cuidado ahora si queremos ser lobos vengadores)

Así que desde ahora ya lo sabes; el Salmo 23 nos llenará de todas las bendiciones ofrecidas siempre y cuando honremos la primera frase y seamos las ovejas que hacen lo que el pastor espera que hagan. Si no es así, pues estaremos de nuestra cuenta y no podremos esperar muchas copas rebozadas, ni alientos insuflados, ni almas restauradas.

No lo digo yo, es simple lógica bíblica correctamente contextualizada.

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 17 de febrero del 2014.

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3 comentarios:

  1. Esa aceptación y compromiso (con todo lo que eso implica) de el Señor es nuestro pastor, se traduce en total confianza de que las circunstancias que nos tocan vivir es lo que debe pasar. Que no se confunde como "conformismo" ya que éste viene acompañado por apesadumbramiento, tristeza, depresión y pasividad. Esa confianza en la guía del Creador nos da la entereza, paz interior y temple necesario para que podamos estar por encima de las circunstancias, así como saber cómo y cuándo actuar según sea necesario.
    Namasté.
    Pue

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  2. Si queremos ser ovejas de dios, nos toca solo seguir a Jesús, así de sencillo luego fajarnos en cumplir sus enseñanzas, maestro como lo explica en el artículo el salmo 23 queda mas que claro. Fer

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  3. Gracias por este correo Maestro... siempre se nos enseñó a rezar por protección pero jamás se nos dijo que es más cuestión de compromiso... gracias por enseñárnoslo.

    Namasté

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