Autor:
ShaniShaktiAnanda
Cuando
hablo de las escencias femenina o masculina, hablo de calidades o
energías a nivel del alma. No hago referencia a “mujer u hombre”,
a “sexo femenino o sexo masculino”, ni a aspectos anatómicos, ni
hormonales.
Puede
haber caballeros muy masculinos con escencias álmicas femeninas y
también puede haber damas muy femeninas con escencia álmica
masculina.
Si
bien el ser humano vive principalmente de forma mental (quedando
deprimidas las manifestaciones tanto del alma y como del espíritu),
en algunos aspectos sí se pueden ver las escencias álmicas
condicionando alguna forma de ser humana. A veces la escencia álmica
condiciona la forma de asumir y enfrentar algunas situaciones de
vida; además de la selección de pareja.
Es
muy complicado hacer una lista de cómo se manifiesta cada escencia
álmica en la realidad terrrenal, ya que habría que considerar otros
factores y facetas del ser integral.
Por
ejemplo, se podría decir que una escencia femenina enfrenta las
situaciones de vida de forma más arriesgada que la escencia
masculina; pero se tendrían que considerar los condicionamientos de
vida, que generalmente son mentales; o la estructura energética,
establecida por la crianza.
Pero
en un aspecto algo más claro, podríamos decir que un individuo
tiende a escoger a su pareja, no solo por su atractivo físico, ni
energético; sino porque siente la escencia del otro complementaria a
la suya.
La
pareja después del enamoramiento
Si
hablamos de parejas, el enamoramiento es un fenómeno tanto
fisiológico, como energético y kármico al mismo tiempo; y está
limitado en el tiempo. Esta limitación en el tiempo la plantea su
objetivo primario: que dos individuos se apareen para la
supervivencia de la especie. Discúlpenme si acabo de romper algunos
corazones.
Luego
de ese período de enamoramiento, la pareja cobra (o debería cobrar)
otra dimensión: debería pasar a la fase del alma. (Hay una tercera
fase, la espiritual, que no voy a tocar en este escrito)
En
la fase álmica de la pareja, entra en juego la complementariedad de
las escencias de ambos. Una persona con escencia femenina, se siente
completa con otra de escencia masculina. Pero no solo es importante
los opuestos en las escencias, sino que la intensidad de las mismas
es un factor vital.
Una
persona con una escencia femenina muy fuerte, no se va a sentir
totalmente satisfecha con una pareja con una escencia masculina
débil; y viceversa.
Cuando
el amor inicial y la atracción física se comienzan a calmar (del
primero al segundo año aproximadamente) la pareja comienza a
subsistir gracias a que sus escencias álmicas se complementan. De no
ser así, pueden comenzar los problemas.
Después
de pasar el primer y segundo año como una pareja compenetrada y
estable; algunos de los dos miembros comienza a “abandonar la
relación”. Este abandono se debe a que la energía que construyó
inicialmente la pareja ha comenzado a disminuir, y el único
pegamento válido es la complementariedad de las escencias del alma.
Claro, hay parejas que se mantienen por conveniencias humanas,
En
el abandono de la pareja, comienza a ser evidente de que la fuerza de
la escencia de uno de sus integrantes no es suficientemente fuerte
para mantener el interés del otro.
Entonces,
es normal que luego del período inicial, la pareja pierda interés o
cada uno comience a hacer por su cuenta, y muchas veces se atribuya a
la “monotonía de la relación”. En realidad son escencias que no
se complementan, no monotonía.
¿Qué
hacer en ese caso? No es tema de este escrito.
El
crecimiento de la pareja
Pero
no solo es el hecho de sentir malestar por escencias no satisfechas
luego del segundo año de pareja, sino que esta complementariedad de
la pareja no es estática; ya que los individuos crecen, las
escencias cambian de intensidad; y como parejas deberían crecer o
cambiar juntos.
El
crecimiento de alguien no es solo mental o emocional o de madurez
humana; sino también se crece a nivel de escencia álmica.
Si
ese crecimiento no se realiza de forma simultánea en ambos
individuos, la escencia álmica de alguno deja de ser complemento
suficientemente fuerte para la escencia del otro; y la pareja
comienza a desintegrarse.
Este
debilitamiento de la pareja suele suceder porque uno de ellos crece
desde su alma y el otro se queda cómodamente estático.
Se
observa mucho en parejas donde uno de sus miembros (generalmente la
escencia femenina) busca mejorar, crecer, expandirse a nivel personal
y espiritual; mientras que el otro se queda en el ámbito terrenal; a
lo mejor con mejoras allí, sí, pero en el ámbito terrenal.
Los
logros y éxitos terrenales no impactan, necesariamente, las
escencias a nivel álmico; el progreso y crecimiento terrenal, es
terrenal; no álmico.
En
esta fase álmica, la pareja corre ese riesgo mayor de desvanecerse.
Y es típico que la escencia masculina (muchas veces el hombre)
comience a sentir al abandono de la escencia femenina (generalmente
la mujer). Las escencias femeninas comienza a ser “muy grandes”
para el poco tamaño de una escencia masculinas estancada. Entonces,
la insatisfacción es lógica y el abandono es la consecuencia.
Más
femeninas que masculinas
Si
bien el alma de un ser integral y sano debe poder manifestar ambas
escencias (femenina y masculina) según sea requerida en diferentes
situaciones; dentro del género humano lo usual es que los individuos
sientan mayor comodidad manifestando la escencia femenina que la
masculina.
La
“naturaleza” es femenina; la “madre” es la figura más
importante; a “la mujer” es la que hay que cuidar más; todos
hemos compartido con nuestra madre, por lo menos por siete meses de
gestación; etc.
Esto
no es una desviación, por el contrario. Si reconocemos que la raza
humana es una especie en expansión, en crecimiento, en evolución,
desde el punto de vista integral (no hablo ni poblacional, ni
cultural, ni científico, ni tecnológico) la energía de la escencia
álmica femenina es la única que tiene la fuerza necesaria para esa
expansión.
A
la mayoría de las personas en el mundo les es natural vivir desde
una escencia femenina; pero, por el contrario, les es muy difícil
manifestarse desde su escencia masculina.
La
escencia femenina es el empeño; la fuerza; el poder; lo decidido; el
hacer por los demás generalmente de forma parcializada; el no medir
las consecuencias hasta lograr algo; pero también es el dominio sin
la razón; el no evaluar las consecuencias de las acciones antes de
actuar; el llevarse a todo por delante en función de su propia
causa; la satisfacción de sus deseos; el obtener lo que necesita; el
pelear defendiendo sus propios ideales sin consideraciones
especiales... y lo que puede traer guerras y destrucción tanto hacia
fuera del individuo como hacia su propio interior, si no se controla.
¿Pero
quién controla a una escencia femenina? Pues su complemente en
escencia masculina.
El
problema es que la escencia masculina es más pasiva; más reflexiva;
no actúa sin antes pensar y medir todas las consecuencias; es el
atenerse a las reglas antes que a la propia voluntad o al propio
beneficio; es lo correcto antes que lo adecuado.
No
sería extraño que al comenzar a leer sobre las características
anteriores de la escencia femenina ustedes hubieran pensado: “¡Sí!
Que buena es las escencia femenina.” Y al leer sobre el párrafo de
las escencia masculinas, la expresión les cambiara a: “... ¡ah!,
OK.”
Es
una realidad que en nuestras sociedades modernas y más en las
occidentales, la actitud de vida que se premie sea la de la escencia
femenina. Pero a la vez se decretan leyes para poner límites, de
forma artificial, al comportamiento descontrolado de la escencia
femenina. Las leyes serían esta forma artificial de la escencia
masculina,
Por
el contrario, la escencia masculina en nuestras sociedad se ve “sosa,
fastidiosa y hasta inútil”. De aquí el caos y el descontrol de
muchas situaciones de vida; prefiériendo escencias femeninas sin
control.
Por
eso nuestro mundo, tal como está, siempre pende del hilo de algún
enfrentamiento mundial que destruya a la humanidad.
Se
debería aumentar la cantidad de escencias masculinas para controla
esa expansión de las escencias femeninas, pero esto tampoco es tema
de este escrito.
La
escencia femenina fuerte sin complemento
Y
ahora llego al tema central que deseaba tratar; y es el caso de
muchas damas, con escencias femeninas muy fuertes, que nunca terminan
de concretar parejas.
En
la antigüedad no se veía tanto el hecho de encontrar damas que no
tuvieran parejas: con matrimonio arreglados u obligados o de la forma
que fuera, las parejas se constituían y muchas de ellas terminaban
siendo felices y teniendo familias. Nosotros vinimos de muchas de
esas parejas.
Pero
hoy en día va en aumento la cantidad de damas que si bien pudieron
tener parejas temporales, nunca encentran la ideal para establecerse.
Aquí
debo rescatar el concepto de la complementariedad de las escencias en
una pareja, pero enfocada a la intensidad de la escencia.
Esto
que voy a explicar tampoco es una regla de oro, es simplemente el
porqué más probable, no la única razón.
Si
una persona no tiene una escencia femenina muy fuerte, en realidad se
sentirá satisfecha con “cualquier escencia masculina no muy
fuerte”. Solo destaco la complementariedad de las escencias, no
critico ni echo a menos a ningún individuo ni a ninguna escencias
fuerte o débil.
Pero
realmente hay escencias femeninas extremadamente fuertes (las he
conocido a manos llenas), que pasan sus días sin pareja porque no
terminan de encontrar a una escencia masculina suficientemente fuerte
y disponible que en complemente su “super escencia femenina”.
Esto termina condicionan el no decidirse por nadie para formar
pareja; por su puesto de forma totalmente inconsciente.
Apúntese
que no pretendo que este sea el argumento de alivio para aquellas
personas que no consiguen pareja; hay otros argumentos por los cuales
alguien puede quedarse solo.
A
todas estas, únicamente pretendo dar la enseñanza y presentar el
escenario de pareja como esa complementación de almas tan
indispensables.
Si
por el contrario, una pareja se llega a complementar a nivel de
escencias, esta se convierte de verdad en ese par de seres donde
aplica la frase “hasta que la muerte los separe.”
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
493AS. (7 de mayo del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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Palabras-claves:
escencias, almas, álmicas, masculina, femenina, parejas, complementos
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