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lunes, 8 de mayo de 2017

La escencia femenina sin complemento

Autor: ShaniShaktiAnanda

Cuando hablo de las escencias femenina o masculina, hablo de calidades o energías a nivel del alma. No hago referencia a “mujer u hombre”, a “sexo femenino o sexo masculino”, ni a aspectos anatómicos, ni hormonales.

Puede haber caballeros muy masculinos con escencias álmicas femeninas y también puede haber damas muy femeninas con escencia álmica masculina.

Si bien el ser humano vive principalmente de forma mental (quedando deprimidas las manifestaciones tanto del alma y como del espíritu), en algunos aspectos sí se pueden ver las escencias álmicas condicionando alguna forma de ser humana. A veces la escencia álmica condiciona la forma de asumir y enfrentar algunas situaciones de vida; además de la selección de pareja.

Es muy complicado hacer una lista de cómo se manifiesta cada escencia álmica en la realidad terrrenal, ya que habría que considerar otros factores y facetas del ser integral.

Por ejemplo, se podría decir que una escencia femenina enfrenta las situaciones de vida de forma más arriesgada que la escencia masculina; pero se tendrían que considerar los condicionamientos de vida, que generalmente son mentales; o la estructura energética, establecida por la crianza.

Pero en un aspecto algo más claro, podríamos decir que un individuo tiende a escoger a su pareja, no solo por su atractivo físico, ni energético; sino porque siente la escencia del otro complementaria a la suya.


La pareja después del enamoramiento

Si hablamos de parejas, el enamoramiento es un fenómeno tanto fisiológico, como energético y kármico al mismo tiempo; y está limitado en el tiempo. Esta limitación en el tiempo la plantea su objetivo primario: que dos individuos se apareen para la supervivencia de la especie. Discúlpenme si acabo de romper algunos corazones.

Luego de ese período de enamoramiento, la pareja cobra (o debería cobrar) otra dimensión: debería pasar a la fase del alma. (Hay una tercera fase, la espiritual, que no voy a tocar en este escrito)

En la fase álmica de la pareja, entra en juego la complementariedad de las escencias de ambos. Una persona con escencia femenina, se siente completa con otra de escencia masculina. Pero no solo es importante los opuestos en las escencias, sino que la intensidad de las mismas es un factor vital.

Una persona con una escencia femenina muy fuerte, no se va a sentir totalmente satisfecha con una pareja con una escencia masculina débil; y viceversa.

Cuando el amor inicial y la atracción física se comienzan a calmar (del primero al segundo año aproximadamente) la pareja comienza a subsistir gracias a que sus escencias álmicas se complementan. De no ser así, pueden comenzar los problemas.

Después de pasar el primer y segundo año como una pareja compenetrada y estable; algunos de los dos miembros comienza a “abandonar la relación”. Este abandono se debe a que la energía que construyó inicialmente la pareja ha comenzado a disminuir, y el único pegamento válido es la complementariedad de las escencias del alma. Claro, hay parejas que se mantienen por conveniencias humanas,

En el abandono de la pareja, comienza a ser evidente de que la fuerza de la escencia de uno de sus integrantes no es suficientemente fuerte para mantener el interés del otro.

Entonces, es normal que luego del período inicial, la pareja pierda interés o cada uno comience a hacer por su cuenta, y muchas veces se atribuya a la “monotonía de la relación”. En realidad son escencias que no se complementan, no monotonía.

¿Qué hacer en ese caso? No es tema de este escrito.


El crecimiento de la pareja

Pero no solo es el hecho de sentir malestar por escencias no satisfechas luego del segundo año de pareja, sino que esta complementariedad de la pareja no es estática; ya que los individuos crecen, las escencias cambian de intensidad; y como parejas deberían crecer o cambiar juntos.

El crecimiento de alguien no es solo mental o emocional o de madurez humana; sino también se crece a nivel de escencia álmica.

Si ese crecimiento no se realiza de forma simultánea en ambos individuos, la escencia álmica de alguno deja de ser complemento suficientemente fuerte para la escencia del otro; y la pareja comienza a desintegrarse.

Este debilitamiento de la pareja suele suceder porque uno de ellos crece desde su alma y el otro se queda cómodamente estático.

Se observa mucho en parejas donde uno de sus miembros (generalmente la escencia femenina) busca mejorar, crecer, expandirse a nivel personal y espiritual; mientras que el otro se queda en el ámbito terrenal; a lo mejor con mejoras allí, sí, pero en el ámbito terrenal.

Los logros y éxitos terrenales no impactan, necesariamente, las escencias a nivel álmico; el progreso y crecimiento terrenal, es terrenal; no álmico.

En esta fase álmica, la pareja corre ese riesgo mayor de desvanecerse. Y es típico que la escencia masculina (muchas veces el hombre) comience a sentir al abandono de la escencia femenina (generalmente la mujer). Las escencias femeninas comienza a ser “muy grandes” para el poco tamaño de una escencia masculinas estancada. Entonces, la insatisfacción es lógica y el abandono es la consecuencia.


Más femeninas que masculinas

Si bien el alma de un ser integral y sano debe poder manifestar ambas escencias (femenina y masculina) según sea requerida en diferentes situaciones; dentro del género humano lo usual es que los individuos sientan mayor comodidad manifestando la escencia femenina que la masculina.

La “naturaleza” es femenina; la “madre” es la figura más importante; a “la mujer” es la que hay que cuidar más; todos hemos compartido con nuestra madre, por lo menos por siete meses de gestación; etc.

Esto no es una desviación, por el contrario. Si reconocemos que la raza humana es una especie en expansión, en crecimiento, en evolución, desde el punto de vista integral (no hablo ni poblacional, ni cultural, ni científico, ni tecnológico) la energía de la escencia álmica femenina es la única que tiene la fuerza necesaria para esa expansión.

A la mayoría de las personas en el mundo les es natural vivir desde una escencia femenina; pero, por el contrario, les es muy difícil manifestarse desde su escencia masculina.

La escencia femenina es el empeño; la fuerza; el poder; lo decidido; el hacer por los demás generalmente de forma parcializada; el no medir las consecuencias hasta lograr algo; pero también es el dominio sin la razón; el no evaluar las consecuencias de las acciones antes de actuar; el llevarse a todo por delante en función de su propia causa; la satisfacción de sus deseos; el obtener lo que necesita; el pelear defendiendo sus propios ideales sin consideraciones especiales... y lo que puede traer guerras y destrucción tanto hacia fuera del individuo como hacia su propio interior, si no se controla.

¿Pero quién controla a una escencia femenina? Pues su complemente en escencia masculina.

El problema es que la escencia masculina es más pasiva; más reflexiva; no actúa sin antes pensar y medir todas las consecuencias; es el atenerse a las reglas antes que a la propia voluntad o al propio beneficio; es lo correcto antes que lo adecuado.

No sería extraño que al comenzar a leer sobre las características anteriores de la escencia femenina ustedes hubieran pensado: “¡Sí! Que buena es las escencia femenina.” Y al leer sobre el párrafo de las escencia masculinas, la expresión les cambiara a: “... ¡ah!, OK.”

Es una realidad que en nuestras sociedades modernas y más en las occidentales, la actitud de vida que se premie sea la de la escencia femenina. Pero a la vez se decretan leyes para poner límites, de forma artificial, al comportamiento descontrolado de la escencia femenina. Las leyes serían esta forma artificial de la escencia masculina,

Por el contrario, la escencia masculina en nuestras sociedad se ve “sosa, fastidiosa y hasta inútil”. De aquí el caos y el descontrol de muchas situaciones de vida; prefiériendo escencias femeninas sin control.

Por eso nuestro mundo, tal como está, siempre pende del hilo de algún enfrentamiento mundial que destruya a la humanidad.


Se debería aumentar la cantidad de escencias masculinas para controla esa expansión de las escencias femeninas, pero esto tampoco es tema de este escrito.


La escencia femenina fuerte sin complemento

Y ahora llego al tema central que deseaba tratar; y es el caso de muchas damas, con escencias femeninas muy fuertes, que nunca terminan de concretar parejas.

En la antigüedad no se veía tanto el hecho de encontrar damas que no tuvieran parejas: con matrimonio arreglados u obligados o de la forma que fuera, las parejas se constituían y muchas de ellas terminaban siendo felices y teniendo familias. Nosotros vinimos de muchas de esas parejas.

Pero hoy en día va en aumento la cantidad de damas que si bien pudieron tener parejas temporales, nunca encentran la ideal para establecerse.

Aquí debo rescatar el concepto de la complementariedad de las escencias en una pareja, pero enfocada a la intensidad de la escencia.

Esto que voy a explicar tampoco es una regla de oro, es simplemente el porqué más probable, no la única razón.

Si una persona no tiene una escencia femenina muy fuerte, en realidad se sentirá satisfecha con “cualquier escencia masculina no muy fuerte”. Solo destaco la complementariedad de las escencias, no critico ni echo a menos a ningún individuo ni a ninguna escencias fuerte o débil.

Pero realmente hay escencias femeninas extremadamente fuertes (las he conocido a manos llenas), que pasan sus días sin pareja porque no terminan de encontrar a una escencia masculina suficientemente fuerte y disponible que en complemente su “super escencia femenina”. Esto termina condicionan el no decidirse por nadie para formar pareja; por su puesto de forma totalmente inconsciente.

Apúntese que no pretendo que este sea el argumento de alivio para aquellas personas que no consiguen pareja; hay otros argumentos por los cuales alguien puede quedarse solo.

A todas estas, únicamente pretendo dar la enseñanza y presentar el escenario de pareja como esa complementación de almas tan indispensables.

Si por el contrario, una pareja se llega a complementar a nivel de escencias, esta se convierte de verdad en ese par de seres donde aplica la frase “hasta que la muerte los separe.”

Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 493AS. (7 de mayo del 2017)http://www.shanishaktiananda.com
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Palabras-claves: escencias, almas, álmicas, masculina, femenina, parejas, complementos

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