Autor: ShaniShaktiAnanda
La noción de éxito constante o sostenido es una meta que todos perseguimos; pero no de forma natural. Toda cultura, sociedad nos impulsa a ser exitosos.
La noción de éxito en la naturaleza existe, pero es muy puntual; y se puede llamar supervivencia. Eres exitoso si logras reproducirte, tener una refugio, cazar, recolectar o sembrar para comer, dar alimento a los tuyos, salvar algún ataque de algún depredador; cosas como esas. Pero se puede observar que estos estados exitosos no son los más deseados, no es lógico pasarse la vida sobreviviendo; incluso llegan a ser desgastantes.
La sociedad nos impulsa (solo Dios sabe porqué extraña razón) a constantemente ser exitosos. Y muchos lo hacemos a costa de nuestro propio bienestar. Actualmente reproducirnos, cazar recolectar y conseguir una cueva se sustituye por cosas más “inteligentes” pero no menos desgastantes.
Pero no podemos decir qué ser exitoso es malo; sobre todo si este hecho se basa en un impulso de perfeccionamiento. Eso si lo tenemos claro, somos seres perfectibles y debemos esforzarnos en ello.
Pero ¿perfeccionarnos en qué? Hagamos que el desgaste valga la pena.
Nuestro Ser y nuestra ropa
Mientras vamos observando y aprendiendo sobre la integralidad de nuestro Ser, nos damos cuenta de que somos muchísimo más que seres terrenales que se acaban con la muerte.
Nuestra verdad es que somos seres trascendentales (espirituales) con una experiencia terrenal temporal. Y como temporal hablo de “muy temporal” y pero aún de duración “totalmente imprevista”; hoy estamos aquí y mañana no sabemos.
Por lo tanto, no es lógico identificar nuestra experiencia terrenal como nuestro Ser.
Nuestro verdadero Ser es lo que somos; mientras que nuestra experiencia terrenal es lo que momentáneamente tenemos, “la ropa” que vestimos por los años de vida biológica que nos toque vivir; aunque la cambiemos todos los días.
Al igual que cada mañana colocamos ropa nueva y en la noche la quitamos, nuestro Ser se reviste de terrenalidad cada vez que viene y la pierde al irse. Porlo tanto, nosotros no somos nuestra ropa.
Pero para continuar, debemos definir cuáles aspectos de nuestra vida representan nuestra experiencia terrenal. Aquí hay mucha confusión en la mayoría de las personas.
Nuestra “ropa”, nuestra experiencia terrenal, corresponde a cuatro aspectos:
Aspectos físicos/biológicos, económicos, supervivencia biológica...
Aspectos mentales, cognitivos, intelectuales, lógicos, racionales...
Aspectos emocionales, sentimientos (bonitos o feos)...
Aspectos energéticos vitales; o de forma general, lo que entendemos como bienestar terrenal.
Es importante que se entiendan muy claramente que los cuatro aspectos anteriores forman nuestra experiencia terrenal. Y es sencillo de entender si vemos que al morir (al perder nuestra experiencia terrenal) estos cuatro aspectos desaparecen, no trascienden con nuestro Ser.
Al morir perdemos nuestra biología, nuestros pensamientos y sentimientos (cerebro y hormonas) y nuestros chakras, los cuales manejan nuestra energía vital.
Entonces resulta lógico que nos vestimos de esos cuatro aspectos cuando venimos a este plano, pero que no nos quedamos con ninguno de ellos al trascender. Sufriremos las consecuencias de cómo los tratamos, pero no los tendremos más.
¿Vivirías entonces tu vida esforzándote, usando tu tiempo, planteándote metas, ocupándote principalmente de la ropa que temporalmente tienes o lo harías mejor si te esfuerzas por lo que realmente eres?
Dos nociones de éxito, dos tipos de personas
En función de la claridad que tengamos en la concepción de nuestro Ser, podemos definir la idea de perfeccionamiento; y correspondientemente la idea de éxito.
Si retomamos la idea de nuestro ser trascendental, vestido circunstancialmente con aspectos terrenales, habría que preguntarse: ¿qué voy a perfeccionar en mí? ¿Mi Ser trascendental o mi ropa?
No podemos denigrar de la ropa, la cual nos sirve, nos protege; y tampoco es cosa de vivir vestido con harapos. Pero vivir en función de la ropa, buscando perfeccionar y enriquecer nuestra vestimenta, no parece lo más lógico.
Existen entonces dos tipos de éxitos:
El éxito como perfeccionamiento de nuestros aspectos terrenales
El éxito como perfeccionamiento de nuestro Ser trascendental: de nuestra alma espiritual.
Como se dijo al comienzo, la persecución del éxito requiere de mucho esfuerzo. Y pudiéramos preguntar ingenuamente: ¿cuál éxito estás persiguiendo tú?
El primer impulso es decir: “estoy persiguiendo ambos éxitos; debe haber un equilibrio.”
La respuesta se respeta, pero es similar a la respuesta de un estudiante cuando se le pregunta: ¿estás dedicado a estudiar o a divertirte?
La respuesta debe ser sincera, no debe ser convenientemente ambigua para quedar bien. Ya que perfeccionarte es un asunto de esfuerzo, la auto evaluación que puedes hacer sería en función de hacia dónde estás invirtiendo tu mayor esfuerzo de vida:
Si tus acciones de vida, pensamientos, sentimientos, metas están principalmente enfocados a los cuatro aspectos terrenales presentados anteriormente, pues estás buscando perfeccionar tu vestimenta temporal. Esto es éxito terrenal.
Pero si tus acciones de vida, pensamientos, sentimientos, metas están principalmente enfocadas a agradar a Dios, a cumplir con Dios, pues estás buscando tu éxito trascendente. Esto es éxito espiritual.
Acabo de sacar de la manga el concepto de vivir en función de agradar a Dios. Esto es un concepto muy espiritual que pueden encontrar en otros escritos.
Puedo resumir el “vivir en función de Dios” (el “agradar a Dios”) como el estilo de vida de una persona que la lleva a actuar, reaccionar y ver la vida en función de enseñanzas sagradas.
Por el contrario, cuando una persona ve la vida desde parámetros humanos; cuando sus acciones se atienen a las que el mundo espera que haga y para así disfrutarlo; y cuando sus reacciones principalmente se centran en defenderse de lo que le sucede en el mundo, pues está claro que está guiando su vida hacia agradar y agradarse del mundo; no hacia agradar a Dios.
¿Qué tipo de éxito persigues tú?
Puedes responderte:
¿Tu meta principal es ser feliz y próspero en esta vida o es intentar agradar a Dios?
¿Los resultados que esperas son principalmente terrenales o esperas trascender y ganarte ese estado que llamamos Cielo?
¿Tus conductas se modelan en función de lo que quieres terrenalmente o en función de lo que Dios espera de ti?
El éxito trascendental (espiritual) no excluye al bienestar terrenal; esto se suele entender, pero no se suele creer; porque seguimos enfocando nuestro esfuerzo a metas terrenales.
Esta sociedad nos plantea la idea de que si no eres terrenalmente exitoso (biológicamente exitoso, económicamente exitoso, mental/académicamente exitoso, emocionalmente exitoso y con suficiente bienestar general) no eres muy apreciado.
Nos vendieron la idea, y nosotros mismos nos encarcelamos y botamos la llave. No es una forma bonita de vivir.
Pero nos escondieron la verdadera forma de vivir: que la persecución del éxito espiritual, incluye la satisfacción de las otras necesidades de supervivencia terrenal.
Mateo 6:33 NVI
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”
Más claro no canta un gallo. Está dicho de muchas formas, desde hace muchos siglos, en todos las doctrinas espirituales. Solo debes buscar quien te lo explique de verdad y sobre todo quien te lo enseñe a vivir. Es un asunto de tu Ser integral.
Dios les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
2009 AS. (02 de julio del 2021)
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Palabras-claves:
éxito, terrenal, espiritual, trascendente, terrenal, espiritual,
alma espiritual.
Namasté. Muchas gracias Maestro. Una vez más usted nos deja muy claro para qué vinimos a esta vida terrenal y cuál debe ser nuestra meta para ser exitosos. Agradar a Dios es la meta. Gracias por estar entre nosotros. Om Namo Guru Shani Shakti Ananda Namo 🙏
ResponderEliminarNamasté Maestro. Gracias por recordarnos que es a Dios a quien nos debemos, y a quien debemos agradar para ser realmente exitosos una vez que concluya nuestra existencia terrenal
ResponderEliminarGracias Maestro por este artículo tan importante sobre lo que es el verdadero éxito. Namaste
ResponderEliminarNamasté Maestro, como usted los dice esta sociedad nos impulsa y casi que nos obliga a ser exitoso terrenalmente y nos desconectamos del éxito de Crecer Espiritualmente, por eso pienso yo, que estamos tan apartados de Dios como sociedad, que realmente nuestra Alma necesita regresar con el Padre esa es El Éxito... Gracias Maestro
ResponderEliminarNamaste🙏
ResponderEliminarGran Artículo!!Nos lleva a la reflexión y autoevaluación continua y sostenida sobre lo que es realmente trascendental y de valor en nuestra vida. Gracias Maestro!!!