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domingo, 7 de diciembre de 2014

Viviendo de probabilidades



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Cuando nos tomamos en serio la vida y tratamos de argumentarnos el porqué suceden las cosas; se pasan por todos los aspectos: el mental, el emocional, el mágico, el espiritual y hasta el aleatorio.
Yo, en el que no creo es en el aleatorio. Para mi Dios no es “caos”; aunque tampoco es una consciencia “pensante” como nuestra limitada mente puede imaginar.
Pero manteniendo la idea de que “Dios es todo”, pues toda nuestra realidad es construida (o destruida) por nuestra mente, nuestras emociones, nuestra parte astral (la parte mágica) y por supuesto por nuestro componente espiritual.
Tener tantas variables juntas, hace muy difícil concretar con certeza la realidad que deseamos; o mejor dicho, cómo la deseamos.
Si bien existen formas de pensamientos positivistas que plantean la capacidad absoluta en nosotros de crear nuestra vida, aún sigue siento una más de tantas tendencias del buen vivir; por lo tanto no es ciento por ciento efectiva. Si lo fuera, hubiera desplazado a todos los demás enfoques.
De la misma forma se sabe que muchas veces nuestro esfuerzo terrenal/mental no determina el resultado esperado de las cosas; y allí viene el “Dios lo quiso así”.
Pero incluso desde la parte espiritual; si bien los deseos están permitidos, debemos supeditarnos a la voluntad de Dios.
Todo esto no plantea ningún caos, ni una imposibilidad de vivir bien de forma intencionada. Lo único que aclara es que no es sencillo hacerlo.
Otra máxima espiritual establece que “todo es posible para Dios”... y la física cuántica así lo confirma.
Dentro de la misma rigurosidad mística de entender cómo funciona el universo, encaja muy bien el conceptualizar al futuro como un abanico de posibilidades infinitas, en cuanto a qué acciones pueden ocurrir. Esto es lo que yo denomino los “futuros posibles modificables” (buscar artículo si es de interés)
En todo momento el Universo nos plantea un menú infinito de futuros posibles; cada uno con probabilidad diferente de ocurrencia.  El futuro donde caigamos, dependerá de nuestras acciones (y de todas las leyes universales); así que nosotros simplemente “nos ubicamos en el futuro que nos corresponde”.
Así que siendo místicamente rigurosos, nosotros “no creamos nuestro futuro” sino que “nos ubicamos donde nos toque, de forma probabilística”.

Busquemos la tendencia.
Hasta aquí no he aclarado mucho; por el contrario, si ahora “no creamos” sino que “nos ubicamos”, parece aún más difícil la elección de cómo ser felices de forma intencionada,
En realidad sigue siendo complicado; pero ahora se amplían las posibilidades al hablar de tendencias y no de hechos concretos.
Difícilmente podemos condicionar nuestros futuros hacia hechos concretos, porque según la física cuántica, un hecho en particular es solo un punto infinitesimal en un espacio de puntos infinitos. Acertarle a un punto preciso de forma intencional puede ser infinitamente difícil.
Pero si lo que buscamos no son hechos concretos dentro de ese espacio infinito, sino probabilidades de: “ser felices”, de “ser exitosos”, “de ser saludables”... todo se torna mucho más sencillo.
Una infinidad de hechos, dentro de ese universo infinito de futuros, puede agruparse en: “ser feliz” o “no ser feliz”; o en “tener salud”; o “no tener salud”; con un degradé de opciones que también termina siendo limitado.
Entonces dentro de todo este aparente caos, tenemos algo en concreto: “debemos solo condicionar o crear una tendencia de futuro que incluya a esa cantidad infinita de posibles futuros que deseemos”.
Si por ejemplo queremos “ser exitosos económicamente”; puede no importarnos si lo somos trabajando en tal o cual compañía, o teniendo nuestro dinero en tal o cual banco, o si lo somos  a los 30 o a los 32 años de edad, o con uno o dos hijos, o en un país o en otro, etc.
Crear tendencias de futuro si es mucho más fácil que crear hechos concretos. No quiero decir que crear hechos concretos sea imposible; pero a la mayoría de nosotros no nos interesan los detalles.

¿Cómo lo hacemos?
La pregunta entonces se torna en: ¿cómo podemos condicionar a nuestro futuro para que nos vengas cosas que nos satisfagan dentro del bienestar que queremos tener?
O con aún más simple hablando de probabilidades: ¿cómo aumento las probabilidades de que me vaya bien en mi futuro?
Y la respuesta es sencilla: viviendo desde tu escencia espiritual de forma correcta.
Si bien podemos aceptar que nuestras intenciones no determinan ciento por ciento nuestra realidad (salvo hechos puntuales en personas puntuales); lo que si es seguro es que parecen haber fuerzas que no entendemos, que terminan condicionando lo que vivimos más allá de nuestra intención inicial.
Estas fuerzas se escapan incluso de “la magia” (lo astral) y entran en ese plano espiritual real desde donde se enmarca nuestra relación con Dios.
Entonces, sí parece coherente decir que “Dios permite o no las cosas”. Pero también es lógico pensar que si nosotros comenzamos a trabajar con y desde nuestro espíritu, podremos condicionar “inclusive a Dios”, para que nos permita ser felices.
Todo esto tan complicado que pretendo explicar en pocos párrafos, oculta la verdad mística por la cual “ocuparse de las cosas del espíritu aumenta la probabilidad de estar cada vez mejor”.
Y todo esto lo podrías refutar con experiencias personales o con situaciones mundiales donde Dios no parece ser el impulso positivo ni dar buenos resultados.
No te ciegues, “no todo lo que brilla es oro”; y “no todo el que habla de Dios, ama a Dios”. La vida espiritual, sobre todo en nuestras sociedades modernas, está muy mal interpretada.
Para no descartar este escrito de una vez, deberíamos replantear qué significa vivir espiritualmente; a lo mejor ni se acerca a lo que el común de las personas piensa.
“Vivir bien entra dentro de las probabilidades que todos tenemos. Si queremos aumentar dichas probabilidades, debemos ocuparnos de nuestro espíritu.” (PAGR)
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 07 de diciembre del 2014
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves: futuros, probabilidades, física, cuántica, crecimiento, espiritual, bienestar, Dios

4 comentarios:

  1. Hola maestro.

    Km me le va?

    o sea, que la buena Suerte o mala suerte no existe?

    Por ejemplo: un chico trabajaba de taxista, su mama es ama de casa, hizo un estudio de mecanico y ahoara tiene un buen puestazo. aaahh, a este le ayudo una señora que cuando la llevaba de pasajera y le dijo que la ibaa yudar y así fue...

    Otro tiene buenOs estudios, universidad, vive bn economicame. no Ha ENCONTRADO TRABAJO O MEJOR DICHO BIEN REMUNERADO.

    Y así hay muchso ejemplos....Muchos decimos uno tiene mala suerte o bena suerte.

    Entonces es por la buenas acciones y por vivir ellos una esencia espiritual de forma correcta?
    y que están viviendo espiritualmente. Ahora bien, como se logra esto? que significa cada una?

    Namasté.

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    1. Si, lo que es "causa y efecto", no buena ni mala suerte. El problemas es que vemos el efecto y como no podemos identificar la causa; pensamos que es "suerte"
      Vivir de forma correcta es seguir los lineamientos espirituales.
      Namasté

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  2. ahhh, Esto es lo que yo denomino los “futuros posibles modificables” (buscar artículo si es de interés)

    No lo encuentro. Me puede poner el enlace usted?

    Namasté.

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    1. Búscalo siempre en Google: http://ve.globedia.com/futuro-previsto-modificable

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