Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Antes
que nada hay que decir que los ángeles sí existen. Tanto es así
que hasta nuestra religión católica (que niega la existencia de
casi cualquier cosa del más allá) acepta su existencia y hasta la
promueve.
Pero
que la iglesia los acepte, no es una confirmación de su existencia;
ya que han existido y han interaccionado con nuestra realidad, desde
mucho antes de nuestro cristianismo.
¿Qué
es un ángel?
Un
ángel, o mejor dicho un “ser angelical”, no es una raza en
particular de Seres. Ser angelical define a una “energía del alma”
(una escencia en plano astral). Esta escencia condiciona la forma de
ser; el modo de entender y la manera de asumir o accionar en la
propia existencia.
Me
explico un poco mejor. Un Ser (encarnado o sutil) tiene una forma de
existir que puede estar condicionada por su alma. Si el Ser está
encarnado (lo que conocemos como un “Ser vivo”) su comportamiento
puede estar condicionado por su mente, por sus sentimientos o por su
alma. Si el Ser está solo en planos sutiles, su existencia
únicamente estará condicionada por su alma (ya que en las
condiciones correctas, un Ser sutil no tiene ni mente ni
sentimientos).
Cuando
el alma condiciona la “forma en la cual se es”; y en el caso que
ella esté compuesta de esa energía o “escencia angelical”,
entonces se puede decir que ese Ser es angelical.
Entonces,
un “Ser angelical” puede ser cualquier Ser, encarnado o sutil,
que esté trabajando únicamente desde su alma manifiesta; siempre y
cuando su alma tenga escencia angelical.
Pero
surge la pregunta: ¿qué define la escencia angelical?
Escencias
del alma
De
forma similar a como nuestra personalidad puede tener diferentes
temperamentos que condicionan la forma en la que vemos al mundo y
actuamos en él; nuestra alma también tiene diferentes escencias
(escencias en plano astral) que cuando se llegan a manifestar,
condicionan la forma como vemos nuestra realidad y cómo respondemos
ante ella.
Hay
muchas escencias en el plano astral; y además se pueden dar
combinaciones entre ellas. Algunas escencias son más altas,
espiritualmente hablando; y otras son más terrenales. Y una de las
más altas es la escencia angelical.
Una
escencia angelical define una forma de ver toda la existencia desde
un enfoque exclusivamente espiritual. En un enfoque espiritual, el
objetivo de la existencia se centra en la Consciencia de Dios, en Su
voluntad. De este hecho es que viene tanto el apelativo de “ángel”,
como sus características.
Etimológicamente,
la palabra “ángel” viene del latín “angĕlus”; que a su vez
deriva del griego “ángelos”; y que significa “mensajero”,
específicamente en nuestro contexto “mensajero de Dios”
Un
ángel entonces es un mensajero de Dios;
pero no solo de llevar o traer mensajes “hablados”; sino que se
debe ampliar lo que significa “mensajes de Dios”.
Dios
puede “hablar” de diferentes formas, incluso no verbales. Dios
puede hablar a través de lo que sucede, a través de los resultados
de acciones o de lo que necesita que sea hecho.
Entonces,
los “mensajes de Dios” no son otra cosa que “la expresión de
su propia voluntad”.
Por lo tanto, un ángel es aquel ser que al llevar el mensaje de
Dios, está haciendo únicamente la voluntad de Dios.
Hacer
la voluntad de Dios significa “no hacer nuestra voluntad personal”.
Recordemos la oración del Padrenuestro: “Padrenuestro que estás
en el cielo … hágase TÚ voluntad así en la Tierra como en el
Cielo...”
Un
ángel entonces es aquel que, gracias a la manifestación de su alma,
ve toda la realidad que lo circunda como voluntad de Dios; y hace
únicamente lo que Dios necesita que sea hecho. Por lo tanto, un
ángel no antepone sus necesidades personales a lo que Dios tenga
dispuesto que suceda.
Si
nos damos cuenta, un ser con esta característica angelical de
sumisión ante Dios (“humildad espiritual”), es ideal para llevar
el mensaje o manifestar la voluntad de Dios, ya que no la tiñe de
sus necesidades personales.
Sumisión
a Dios.
Cuando
se comienza a entender lo que realmente es un ángel, la palabra
sumisión (“humildad espiritual”) suele causar mucha
perturbación.
Desde
nuestra terrenalidad, la actitud de “sumisión” se puede entender
como apatía, como desidia, incluso como miedo y debilidad. Pero
espiritualmente es todo lo contrario.
Es
muy difícil entender nuestra realidad desde nuestro espíritu; donde
debemos aceptar que Dios “necesita algunas situaciones terrenales
particulares” para que su voluntad sea hecha siempre para nuestro
bien espiritual. En cambio, es mucho más fácil argumentar desde
nuestra propia óptica de conveniencia humana y juzgar cosas como
buenas o malas; ver a veces a Dios y otras al diablo en lo que
sucede.
De
hecho, “aceptar cosas que llegan a ser difíciles” asumiendo un
bien mayor oculto para nosotros, suele ser inmensamente más difícil
que luchar y oponerse a las cosas que sucede y que no nos gustan.
Pero
esta “aceptación” nunca significa “quedarse de brazos
cruzados”. El Dios del que estamos hablando es el mismo que “creó
el universo”; así que a él menos que a nadie le gusta quedarse
sin hacer nada. El
hacer la voluntad de Dios significa “ser las manos que Dios utiliza
para que se haga lo que Él necesita sea hecho”;
y eso es “mucho hacer”, realmente mucho.
Cuando
un ser busca realmente hacer la voluntad de Dios y someterse a ella,
se encuentra con que no hay descanso. Toda su existencia se convierte
en una acción constante; pero con la diferencia de que este “hacer
por Dios” está enmarcado en “hacerlo como Dios espera que sea
hecho”; quiere decir bajo sus lineamientos, dentro de su voluntad.
Hay
una diferencia notable entre vivir la vida haciendo lo que nosotros
creemos que debemos hacer; y hacer las cosas dentro de los
lineamientos que Dios propone.
Nosotros somos limitados tanto en entendimiento como en acciones,
Dios no. Por eso someterse a Dios es inmensamente más exigente que
intentar hacer nuestra propia voluntad.
La
sumisión ante Dios, entregándose a hacer su voluntad, es una forma
de vivir que únicamente pueden asumir almas con un muy alto nivel
espiritualidad; no es cosa de seres humanos. De aquí la importancia
de los ángeles.
Parte
de las tareas de los ángeles.
Entendido
el concepto de los ángeles; y que no están limitados a ninguna raza
ni forma, sino a una forma de existir; veamos qué tienen que hacer
ellos con nosotros.
La
existencia de los ángeles se ha circunscrito siempre al ámbito
espiritual y religioso; desde que el hombre comenzó a tener
consciencia. Esto es básico.
Gracias
a esto, podemos inferir la tarea básica de los ángeles, relacionada
directamente al objetivo de cualquier práctica religiosa y de
cualquier enseñanza espiritual. Este objetivo es: acercarnos más a
Dios, hasta fundirnos con Él.
¿Y
acaso esto es lo que quiere Dios? Si, absolutamente. Místicamente
está claro que si alguna vez “nos alejamos de Dios”, nuestra
meta es “volver a Él”. Y esta es la máxima voluntad de Dios; la
que Él mismo espera sea alcanzada.
Es
por esto por lo que Dios (la Consciencia de Dios) plantea los
escenarios necesarios apegados a las Leyes Universales inamovibles,
para que tengamos un camino claro y definido para poder manifestarnos
desde nuestro espíritu y así fundirnos con su energía.
Si
entendemos bien a cualquier religión verdadera, el bienestar que se
busca nunca es un bienestar terrenal, sino un bienestar espiritual
(el Paraíso). Si bien esto puede parecer confuso para muchas
personas, las mismas iglesias deberían darse a la tarea de aclarar
este punto a todo el mundo; sin importarles perder popularidad.
Pero
¿de quiénes se sirve Dios para cumplir su deseo de tenernos cada
vez más cerca de Él, como seres espirituales que somos? Pues se
sirve de seres que cumplan sin cuestionar sus órdenes, sin anteponer
sus criterios personales. Estos son los ángeles; y por esto, en
escrituras sagradas se encuentra la referencia de que “Dios creó a
los ángeles”; de que los ángeles “sirven a Dios”.
A
quienes ayudan los ángeles.
Si
vemos como ejemplo a nuestra Santa Biblia, está claro que los
ángeles no trataban con todo el mundo; ni dándoles mensajes ni
ayudándolos.
Encontramos
interacción angelical real (en doble vía) con personajes como
Elías, Moisés, Zacarías (padre de Juan el Bautista), la Virgen
María y con el mismo Jesucristo, solo para nombrar algunos de los
más conocidos.
En
todos ellos se puede identificar una característica específica de
sus vidas; la cual posibilitaba que los ángeles entraran en contacto
con ellos y que les ayudaran. Esta característica era la de haber
entregado sus propias vidas (acciones) a Dios, para de esta forma
vivir con Dios como protagonista de sus vidas y así permitir que Él
hiciera su voluntad con ellos. Congruente con los ángeles, ¿no?
Así
que seres como los ángeles, que únicamente viven haciendo la
voluntad de Dios, ¿con quiénes se comunicarían? ¿A quiénes
ayudaría? ¿Acaso ayudarían a aquellos que buscan satisfacer sus
criterios mentales personales, buscado modificar su realidad según
lo que ellos mismos piensan que debería ser?
Todos
los que han sido contactados por los ángeles a través de miles de
años (incluso antes del cristianismo), ya habían dejado atrás sus
personalidades terrenales y se habían comprometido a servir a Dios,
a sus Leyes, a sus designios. La vida de alguien entregado al
espíritu de Dios, tiene como meta ayudar a los demás a entender la
realidad desde el espíritu, más que desde la misma humanidad.
Como
ícono de este “hacer por la voluntad de Dios”, tenemos a la
Virgen María; quien cedió su vida terrenal “normal” para traer
al mundo a un hijo que intentaría reforzar la espiritualidad de
mucha gente; aceptando incluso su muerte en la cruz.
Si
los ángeles encuentran a personas dedicadas a Dios “en cuerpo y
alma” (nunca mejor utilizada esta expresión) pueden entrar en
contacto con estas para trabajar como un equipo, siempre en favor de
Dios.
¿Cómo
distinguir los verdaderos mensajes o acciones de los ángeles?
Pero
hay muchísimas personas que aseguran “tener contacto” o “tener
afinidad” con los ángeles. “Por sus obras les conoceréis”
(Mateo 7:16)
Muchos
buscan a los ángeles “superhéroes” para salvar situaciones
“difíciles”; situaciones que no son más que “situaciones de
aprendizaje” que el mismo Dios propone para que podamos crecer en
espíritu. Si Dios permite que vivamos ciertas cosas, con la
esperanza de crecer espiritualmente ¿crees que va a venir un ángel
a librarnos de dicha situación?
Solo
como un ejemplo de mala interpretación coloquial, tenemos al
Arcángel Miguel que con su espada resplandeciente, somete y destruye
al diablo que esta bajo sus pies. Miguel parece un Ser superpoderoso
y dispuesto a auxiliar cualquier persona que esté agobiada por
alguna situación que le parezca diabólica. ¿Esta en la
interpretación correcta? Pues no.
En
la imagen mencionada del Arcángel Miguel destruyendo al diablo, la
interpretación correcta es la siguiente: “solo teniendo una
actitud angelical ante las situaciones que nos puedan parecer
difíciles, con la cual reconozcamos que incluso estas situaciones
son voluntad de Dios y que debemos esforzarnos según los
lineamientos dictados por Él mismo; será cuando podremos superarlas
y dejarán de parecer situaciones diabólicas”. Algo diametralmente
diferente lo que se suele interpretar.
Pero
si volvemos al hecho de que muchas personas dicen “recibir mensajes
de ángeles”, se sabe que hay muchos Seres no encarnados que
“desesperadamente buscan dar mensajes”. Solo bastan personas con
alguna capacidad extrasensorial mínima para escuchar dichos mensajes
y confundirlos. Algunos de estos Seres pueden tener la buena
intención de ayudar, dentro de sus limitaciones; pero ¿quién
asegura que estos seres sean angelicales? Recordemos que en el plano
astral hay muchas escencias; y algunas no son tan acertadas a la hora
de brindar ayuda.
La
forma de distinguir una comunicación real angelical de otra que no
lo sea, es muy directa; pero puede no ser fácil para la mayoría de
la gente.
Cualquier
mensaje angelical debe obedecer, total y absolutamente, a
lineamientos espirituales dados por el mismo Dios.
Dichos lineamientos a veces no parecen “cómodos” desde nuestra
humanidad, pero cada uno debe circunscribirse a las enseñanzas
presentadas en escritos sagrados.
Cualquier
mensaje no enmarcado dentro de enseñanzas sagradas documentadas, no
es un mensaje angelical.
Esta
sencillez en la identificación, se tropieza con un mal mayor. El
entendimiento de las enseñanzas espirituales desde las escrituras
sagradas puede ser difícil y hasta equivocado si no se contextualiza
correctamente. De hecho, muchas religiones han cometido excesos
cuando se entienden las enseñanzas espirituales desde nuestra
humanidad (nuestra mente) y no desde el espíritu. Pero bueno, este
ya sería otro tema.
Ángeles
por todas partes
Así
que los ángeles pueden estar en cualquier parte dentro de la
creación de Dios; solo basta que sean Seres espirituales cuya única
misión sea “hacer por Dios”.
Pueden
ser terrestres, extraterrestres, encarnados, desencarnados, seres en
astral puro (nunca encarnados), etc.
Y
cuando una persona dedica su vida a “no quejarse” (sin desconocer
lo que puede ser mejorado), a “no tener resentimientos hacia los
demás” (sin dejar de corregir si es parte de sus funciones), a
“vivir intensa y conscientemente bajo los lineamientos de Dios”
(sin abandonar a su terrenalidad) y a trabajar duro (pero sin
expectativas); entonces pasa algo maravilloso: los ángeles lo buscan
y lo protegen; y muchas veces hacen por él; ya que él está
haciendo por Dios.
Se acaba así el sentimiento de soledad y carencia de rumbo de vida que siempre daña tanto.
Que
los ángeles te lleguen a proteger algún día.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original:
28 de septiembre del 2015.
Twitters:
@SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777
@AdamaConsc
Palabras-claves:
ángeles, voluntad, Dios, escencia, angelical.
Gracias Maestro por este valioso escrito,mejor no pudo haber escrito sobre los angeles. Los verdaderos angeles. Namasté.
ResponderEliminar¡Hermoso artículo Maestro! Me parece súper importante conocer las "condiciones" que deben darse para poder ser asistido por los ángeles... tanto que se les pide sin saber que debemos cambiar nuestro estilo de vida primero para recibir respuesta, respuestas que seguramente ya no serán necesarias una vez que trabajemos por y para Dios...
ResponderEliminarMuchas gracias por sus enseñanzas
Namasté
Excelente artículo Maestro 🙏
ResponderEliminarMuy bueno tener el conocimiento de quienes son los Angeles y como puede darse el estar bajo la protección de ellos... gracias por todas sus enseñanzas... Namasté