Autor:
ShaniShaktiAnanda
Unas
de las preguntas que todos deberíamos hacernos es si estamos siento
realmente espirituales. Bueno, todos aquellos a quienes les interese
serlo.
La
respuesta obvia de la mayoría sería que sí, por supuesto. Pero
pocas cosas en la vida son tan perjudiciales como ir creyendo que se
están haciendo las cosas bien, cuando no es así. Si este es el
caso, cuando nuestra falsa suposición se revela, muchas veces es
tarde para corregir.
Además,
en algo que parece “tan subjetivo” como es vivir espiritualmente,
¿quién pudiera tener la última palabra?
La
respuesta está en las sagradas escrituras, en cualquiera de ellas.
Toda sagrada escritura muestra cómo se vive espiritualmente; pero
surge un inconveniente. Entender a cabalidad la enseñanza subyacente
a una metáfora en una escritura sagrada nunca resulta una tarea
fácil. Y aun peor, se puede llegar a “creer entender” y se actúa
en consecuencia; lo que nos lleva al problema anterior de vivir
peligrosamente creyendo que se está haciendo correctamente.
Pero
en cuando a saber si estamos viviendo de forma espiritual o no, una
aproximación de la respuesta se puede plantear desde dos simples
aspectos de fácil evaluación personal. Estos dos aspectos
describen, en mucho, cómo se está viviendo: el
afán
y el
sufrimiento.
El
afán
Por
supuesto que debemos esforzarnos para tener estabilidad económica y
tener bieness; por supuesto que debemos esforzarnos para formarnos
académicamente y cumplir metas; por supuesto que debemos esforzarnos
en tener una vida sentimental y emocionalmente buena; por supuesto
que debemos esforzarnos por ese bienestar humano que todos anhelamos.
Pero
hay una diferencia importante entre esforzarnos y afanarnos.
Nos
podemos esforzar en algo, pero eso no genera malestar; porque
medimos el esfuerzo y le damos su justo valor a cada cosa.
Por
el contrario, cuando nos afanamos en algo seguramente nos
enfocamos en ello y en ello aplicamos gran parte de nuestro esfuerzo;
ocurriendo, como consecuencia lógica, un abandono de las otras cosas
importantes.
El
afán como característica de acción puntual es sano. Cuando debemos
aplicar un esfuerzo mayor a algún asunto que debemos resolver, lo
hacemos por un tiempo limitado y eso es bueno.
Por
otro lado, el afán lo podemos estar ejerciendo hacia asuntos de poca
trascendencia, dejando a las cosas importantes desatendidas.
Pero
el afán sostenido en algo solo indica que ese algo es lo más
importante para nosotros, de forma temporal o de forma sostenida.
Ahora
debemos recordar lo que somos; no solo ahora sino de forma
trascendente.
Si
te defines como un ser humano principalmente, la pregunta de si estás
viviendo espiritualmente no tiene sentido.
Pero
si te sabes un ser espiritual con experiencias humanas; debes estar
consciente de que tiene que balancear tu esfuerzo de vida.
Si
solo te ocupas (o te afanas principalmente) en tus asuntos físicos,
mentales, emocionales o de bienestar general; es obvio que estás
dejando de lado tu asunto espiritual. Entonces será evidente que lo
importante para ti es lo terrenal/humano.
Si
este es tu caso la pregunta se resuelve fácil; no están viviendo de
forma espiritual.
Si
por el contrario, tus afanes de vida están centrados hacia “obedecer
y agradar a Dios para no defraudarlo”; entonces tendrás esto a tu
favor en la evaluación de si estás viviendo espiritualmente o no.
Pero
antes de responder que sí a la pregunta anterior, debemos estar
claros que para “obedecer y agradar a Dios para no defraudarlo”
debemos saber qué espera Él de nosotros. Este es tema de otro
escrito pero debemos sincerarnos que no podemos obedecer y agradar a
Dios en lo que nosotros creemos o hemos escuchado.
Entonces,
vale la pregunta: si nos afanamos por Dios ¿no creamos un desbalance
en el resto de nuestros asuntos de vida?
La
respuesta es que no se crea ningún desbalance; ya que en lo que
respecta a nuestra relación con Dios, si a esta la llevamos bien,
todos nuestros otros aspectos: físicos, mentales, emocionales y de
bienestar en general; están considerados y salen favorecidos.
Así
que el “afán por Dios” es lo mejor que podemos hacer como seres
integrales.
El
sufrimiento
El
segundo aspecto a evaluar de forma sencilla para saber si estamos
viviendo de forma espiritual, viene determinado por las cosas que nos
causan sufrimiento.
No
hablo de dolor, sino del “dolor sostenido en el tiempo y que te
desgasta la vida”; esto es el sufrimiento.
Es
bien sabido que nadie sufre mucho por las cosas que no le importan
mucho. Por el contrario, un gran sufrimiento aparece por aquellas
cosas que realmente te importan.
Para
no extendernos mucho se puede decir que si tus sufrimientos están
enfocados principalmente en cosas físicas (incluidas enfermedad y
dinero); mentales (incluidas estrés, metas inconclusas, expectativas
frustradas, futuro incierto); sentimentales y emocionales (incluidas
desengaños, baja autoestima, inseguridad, sentimientos no
correspondidos); o simplemente la falta de bienestar general;
entonces tus sufrimientos son muy humanos y nada espirituales. Aquí,
no estás viviendo espiritualmente.
El
día en que tu peor sufrimiento sea “el haber fallado o defraudado
a Dios” y eso no te deje dormir en paz; entonces y solo entonces,
estarás viviendo de forma espiritual.
El
no sufrir por cosas terrenales no refiere a vivir con desidia;
tampoco significa dejar de hacer por las cosas terrenales. Uno puede
esforzarse en lo que desea pero se puede hacer sufriendo o sin
sufrir. Es más, generalmente el sufrimiento baja nuestra eficiencia
a la hora de aplicar esfuerzo en algo. Uno escoge si hacer un
esfuerzo sufrido o no; dependiendo de nuestro foco de lo que es
importante para nosotros.
Uniendo
las respuestas
Vivir
espiritualmente no es un concepto ni una idea ni una práctica de
cosas puntuales; es un estilo de vida. Y este estilo de vida
espiritual debe apuntar hacia lo verdaderamente espiritual.
Por
lo tanto, si tu afán máximo en esta vida es obedecer y agradar a
Dios para no defraudarlo (sin olvidar tus compromisos terrenales); y
tu sufrimiento mayor es llegar a fallarle o defraudarle (en cualquier
aspecto); entonces, con mucha seguridad estarás viviendo de forma
espiritual.
Esta
respuesta aún puede ser engañosa y muchos dirán que ya lo hacen.
Observa tu corazón y ve la forma en la que este asume todo lo
complicado que sucede a tu alrededor. Si no tienes paz, busca crecer
espiritualmente para que te enseñen a vivir de forma espiritual.
Dios
les bendiga.
Namasté.
ShaniShaktiAnanda
Original:
686AS. (16 de noviembre del 2017)http://www.shanishaktiananda.org
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Palabras-claves:
vivir, espiritualmente, afán, sufrimiento
Namaste... Gracias Maestro por sus ensenanzas que articulo tan maravillosas Que nivel de explicacion, analisis, estudio me deja....
ResponderEliminarNamasté....muchas gracias
ResponderEliminarGracias Maestro por sus constantes enseñanzas.
ResponderEliminarNamasté. Gracias Maestro, es muy importante tener en cuenta siempre que para vivir con paz en el corazón, debemos cumplir con lo que Dios espera de nosotros como seres espirituales, que es el afán por vivir espiritualmente para sentir paz y así comenzar a vivir de verdad. Gracias Maestro.
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