Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
Este
debe ser como el quinto artículo que escribo con el mismo título
pero como es tan importante y como siempre se puede argumentar lo
mismo de diferentes maneras, nunca está demás volverlo a tocar.
El
Reiki es una excelente terapia energética, pero puede llegar a ser
extremadamente peligrosa; me explico.
Uno
de los primeros errores a mi parecer que se cometen con el Reiki es
catalogarlo como terapia alternativa. Alternativa generalmente
se entiende como Sustitutiva y el Reiki nunca debe utilizarse
como forma de atención primaria cuando se busca recuperar el bienestar
(una vez que lo perdemos). El Reiki sí es una forma EXCELENTE para
mantenernos sanos; pero recuperar el bienestar es una guerra y hay
que enfrentarla con las armas mas adecuadas para el campo de batalla
donde se libra y por supuesto con la mayor variedad de estrategias
posibles.
Si
estamos librando una batalla en el desierto, no vamos a utilizar
lanchas para hacer avanzar las tropas, pero sí a lo mejor para
llevarlas hasta la orilla más cercana al desierto. Si estamos en
montañas escarpadas no vamos a lo mejor a utilizar paracaidistas,
pero si tropas terrestres que puedan escalar.
De
forma similar, si nuestro problema está en plano físico no vamos a
utilizar solo energía para sanarlo; la
energía por supuesto que ayuda pero el abordaje debe
ser en plano físico. Si el problema es emocional, claro que
energéticamente puede propiciarse la estabilización emocional pero
a lo mejor hay que buscar cambiar formas de ver la vida para dejar de
depender de tanta asistencia externa.
Afortunadamente
la energía vital (el Ki que se maneja con Reiki) está presente en
TODOS los procesos que nos definen como seres vivos: procesos
biológicos, mentales, emocionales, energéticos, astrales, kármicos
y espirituales, de eso nadie tiene dudas. La cuestión es el impacto
positivo mas o menos directo (o mas o menos rápido) que esa energía
vital puedan tener sobre algunos de esos procesos.
Si
nos hacemos una herida en un dedo, corremos a lavarla y desinfectarla
para que no pase a mayores; actuamos con procedimientos físicos
porque tanto la herida como las bacterias son físicas. ¿Que podemos
quedar luego dando Reiki para que los procesos de protección
inmunológica y de cicatrización se lleven de mejor forma?, claro
que si (sin descuidar las atenciones físicas subsecuentes); allí
la energía sí es prudente de utilizar como atención complementaria
a lo que estamos haciendo.
Siempre
que tengamos un mal debemos actuar con las herramientas mas
apropiadas al caso, pero sin descuidar todas las otras herramientas
útiles que con seguridad nos sirven; y el Reiki es una de ellas. La
herramientas mas apropiadas pueden ir desde la atención médica
especializadas hasta acciones personales con intencionalidad clara de
mejorar.
Y esto marca lo potencialmente
peligroso. El Reiki suele ser tan bueno en muchos casos
(principalmente cuando la causa del malestar tiene origen energético)
que se suele pensar como única herramienta en el abordaje de otros
casos no directamente energéticos.
Una
de las tendencias mas generales con esa idea es asumir terapias de
Reiki y no hacer más nada; dejar que el Reiki – y el pobre
reikista – sean responsables de la mejoría.
No,
no, no, “a Dios rogando y con el mazo dando”. Cuando recibimos
Reiki, recibimos Energía Vital Universal para que nuestros procesos
de sanación se lleven a cabo de la mejor forma; pero debemos muchas
veces promover esos procesos de sanación.
Se
ve muy claro en algunos casos. Por ejemplo tenemos problemas en
nuestro trabajo (o con nuestras parejas), comenzamos a recibir Reiki
pero no hacemos el esfuerzo de modificar de nuestra forma de
enfrentar la situación. La energía adicional SEGURO que te va a
servir para que el esfuerzo que tu pongas te rinda muchos mejores
frutos, pero el trabajo debes hacerlo tu.
Otro
ejemplo típico, no tenemos empleo, comenzamos con Reiki, pero ni
salimos de la casa a entregar nuestros currículos. La energía Reiki
recibida en el mejor de los casos se utilizará en otras cosas, a lo
mejor para que las uñas te crezcan mas fuertes.
Por
el contrario, si le estamos poniendo corazón a sanar por cualquier
medio, por cualquier terapia, por cualquier técnica; nuestro Ser
estará ávido de energía adicional para hacerlo “más rápido o
de forma menos traumática o de forma más duradera”. En estos
casos el Reiki es inmejorable, no solo por la efectividad de la
entrega y la recepción sino por lo fácil de recibir.
Si
esto no se entiende, como reikistas o como receptores, el Reiki no
pasará de ser una pobre terapia que a veces funciona y a veces no.
El Reiki SIEMPRE funciona ("a pesar de reikistas"
como dirían algunos amigos españoles) el problema es que debemos
asumirlo como terapia para complementar todo el esfuerzo que estamos
poniendo por estar cada vez mejor.
Un
fuerte abrazo de Luz.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
22 de noviembre del 2012
Twitter:
@eReiki
Más claro que el agua...
ResponderEliminarNamasté
Siempre es bueno que nos des una recordadita ........ Gracias !!!!
ResponderEliminarclarito!!! muy bueno..gracias
ResponderEliminarExcelente, muy claro. Gracias por elmaterial.
ResponderEliminarNamasté...!!!!
Más claro imposible... y certifico que el Reiki como terapia complementaria es inmejorable!
ResponderEliminarNamasté