Sigue a ShaniShaktiAnanda en Facebook



martes, 1 de julio de 2014

Sanar: ¿misión imposible?



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Muchas veces sanar parecería un proceso cuesta arriba. Yo lo digo mucho: “sanar es sencillo, pero exige esfuerzo”. Lo que si es una realidad, es que muchas de esas veces la buena voluntad o las ganas conscientes de sanar no bastan.

Hay personas que sintiéndose mal; o habiendo reconocido que tienen problemas; o simplemente no estando complacidas con su realidad; hacen un intento tras otro de sanar y el bienestar esperado nunca llega a manifestarse.

Pues el intento repetido puede no rendir frutos. Hay que sustituir las ganas de sanar con el compromiso por hacerlo.

Asumiendo el profesionalismo de los sanadores, seguramente cualquiera de ellos tiene buenas propuestas para sanar. Lo único que hay que hacer es ponerle corazón.

Cuando un paciente va a consulta el fenómeno de “su criterio personal” parece ser más acentuado en terapias complementarias que en terapias tradicionales. Cuando se habla de sanar, la persona que está buscando ayuda termina tomando las decisiones de qué hacer o qué no; de cuales recomendaciones del sanador acatar y cuales desechar.

Podríamos comenzar hablando de lo que se conoce como “beneficio secundario” de la enfermedad. En algunos casos, la enfermedad viene a satisfacer aspectos de vidas que de estar sano quedarían “pendientes” en el paciente (aún de forma subconsciente). “Llamar la atención de seres queridos”, “demostrar debilidad para reclamar atenciones especiales”, “mantener vigentes relaciones personales que de otra forma hubieran terminado”, “evadir responsabilidades”; pueden ser algunos de los premios que se consigan gracias a “estar enfermo”.

En definitiva, la enfermedad “puede llegar a ser útil” para el paciente. En estos casos, puede ser muy difícil sanar; porque la forma de comenzar a hacerlo es atacando a la condición patológica de vida que el beneficio secundario está satisfaciendo. El problema real es que al ser una situación que da algunos dividendos, el malestar se puede “blindar a sí mismo” y ante cualquier posibilidad de sanar el paciente muestra actitudes de evasión, de no compromiso, de huida; y en el mejor de los casos de excusas que aparecen una tras otra. Actitudes inconscientes que sirven para perpetuar el malestar “útil”.

Pero no siempre el tema es el beneficio secundario. Otras veces, se presenta el mismo caso de “no compromiso o determinación a sanar”; y es precisamente esto mismo lo que se debe sanar: la incapacidad de comprometerse consigo mismo.

En este último caso, es relativamente poco lo que el sanador puede hacer; porque es la misma persona la que debe romper ese circulo vicioso de “quiero sanar” pero “no llego a cumplir”; y como “no llego a cumplir” entonces “no llego a sanar”.

Les confieso que la “magia” también existe en esto. Bien sea por “beneficio secundario”  o por “incapacidad de compromiso consigo mismo”, las excusas “totalmente válidas” o incluso las “situaciones que parecen puestas por el destino” salen de la nada.

Una persona que se compromete consigo mismo a sanar debe dar esa primera lucha; enfrentarse a las excusas que surjan; claro está, siempre que no presenten un peligro real a su integridad personal. El cansancio no es excusa, la lejanía no debería serlo, el levantarse temprano menos, la lluvia diferente al diluvio universal, tampoco.

Lo dicen algunos sanadores: “hay personas que simplemente no quieren sanar”. Pero por supuesto que el “no querer” no es un proceso consiente intencionado.

Yo prefiero no pensar de esa forma; y elijo creer que: “las personas están mejor de lo que ellas mismas dicen; y pasan más tiempo felices que apesadumbradas”

¿Qué crees tú? ¿Cuál es tu caso?

Namasté.

Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki, Reiki Mineral
Original: 01 de julio del 2014.
http://www.sanacioncristica.org
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras: sanar, beneficio secundario, esfuerzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario