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martes, 25 de noviembre de 2014

Ama a tus enemigos



Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
¡Levante la mano a quién le suena la frase “Ama a tus enemigos”!
¡Levante la mano quién la practica!
¡Levante la mano quien sabe porqué razón hay que seguirla!
¡Levante la mano quien sabe las consecuencias si no se sigue!
Esta frase, ultra conocida por todos y en especial por los cristianos (“me aclaro la garganta”), la dijo Jesús como parte del “Sermón del Monte”, descrito en varios de los Evangelios. Uno de ellos corresponde a los capítulos 5, 6 y 7 del Evangelio de Mateo. La frase que nos ocupa se lee en:

Mateo 5:43-48
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Todo el Sermón del Monte enmarca los lineamientos de vida que debe seguir cualquier persona que se quiera llamar cristiana. Estos lineamientos fueron dados por el mismo Jesús.
Solo que como la mayoría de los pasajes bíblicos, estos son malinterpretados o subestimados por el común de las personas.
Cuando se oyen de consejos o lineamientos dados por Jesús, la gente parece que los entiende como “propuestas”, como “lo que debería ser”, o “a lo que deberíamos llegar”; y este es un error garrafal.
Todos los lineamientos espirituales; y en especial los que Jesús indica, no son opcionales; todos son obligantes. Estos no son “propuestas de comportamiento” sino “advertencias”.
Jesús no decía: “a mí me gustaría que ustedes amaran a sus enemigos...”. Él no esperaba que lo entendiéramos, que lo hiciéramos cuando nos convenciéramos o cuando nos fuera posible. ¡Error!
Cuando Jesús enseñaba, lo hacía desde los procesos espirituales que debían tenerse en cuenta y los cuales tenían consecuencias. Todos se enmarcan en Leyes Universales.
Y como buena ley, si no se respeta, pues hay consecuencias negativas. Las sepamos o no, las entendamos o no, creamos en ellas o no.
Por eso, todo buen cristiano sabe que si el Maestro Jesús dice ¡brinca!, la pregunta no es cómo lo logro, sino cuán alto brinco.
Por lo tanto, cuando Jesús decía “Amad a vuestro enemigos”, no lo dejaba a nuestra buena intención de hacerlo; sino que debíamos entender que si no lo hacíamos tendríamos consecuencias.

¿Y si no amo a mis enemigos?
Nuevamente tengo que salir a buscar ayuda para explicar La Santa Biblia; porque el texto que tenemos de ella es solo un resumen, casi ejecutivo, de lo que Jesús enseñaba. En dichas enseñanzas dadas  al pueblo, no se explica generalmente ni las razones del porqué cumplirlas, ni los beneficios o consecuencias de cumplir o no con las enseñanzas. Simplemente se deben seguir y ya.
La carencia de explicaciones profundas en el trasfondo de una enseñanza espiritual, se debe a que conocerlas implicaría saber de misticismo (cristianismo místico); y este es un área que no es del dominio público. No se omite por oculta o secreta, sino por compleja.
Incluso el misticismo cristiano no es conocido ni a veces aceptado por los mismos cristianos eclesiásticos.
Pero necesito explicar el trasfondo místico para cumplir con el objetivo de este escrito. No lo haré desde el misticismo crístico, sino que utilizaré un concepto más común para la mayoría de las personas: la Ley Universal de Acción y Reacción, es decir, la Ley del Karma.
(Por favor “cristianos” no me lancen piedras ni me condenen; voy a hablar del Karma. Si tienen el valor y la tolerancia cristiana de seguir leyendo, a lo mejor aprenden algo nuevo; Si les molesta mucho, pueden acabar de leer aquí sin ofender ni criticar. Yo no voy a sus casas a insultarlos. Aunque les duela, mi Señor es el mismo Jesús de ustedes) Continúo.
Pero tampoco voy a poder explicar todo lo que la Ley del karma implica; sino que voy a utilizar solo algunos de sus principios. Si quieren saber a profundidad sobre ella, he escrito bastante en algunos otros artículos.
Podemos ver al “karma” como una energía que se genera gracias a acciones que a su vez producen emociones (buenas o malas) tanto en nosotros como en los demás. Estas siempre suceden entre dos o más personas (siempre de a pares). Si en una situación o acción emocional hay más de dos personas; siempre se pueden formar pares de personas, interconectando a todos contra todos.
Así que para la explicación, tomaré a un solo par de personas: a ti y a quien tú consideras tu enemigo.
La palabra “enemigo” parece “muy grande”; pero en realidad es suficiente que una persona haga algo que a te moleste, para que caiga en la categoría de “tu enemigo” para efectos de la ley del karma.
Así que “tu enemigo” puede ser alguien que hizo algo que simplemente: te indignó, o te molestó, o te fastidió, o te entristeció, o te dio rabia, o te pareció injusto...
Y más aún, estos sentimientos que definen a “tu enemigo”, no implican ni siquiera cercanía física. Alguien que únicamente salga en televisión u oigas por radio o te enteres por prensa o por chismes, si te hace sentir “mal” se convierte en “tu enemigo”.
A un sentimiento así, de “baja calidad”, corresponde entonces un karma que se suele llamar “negativo”. Esta energía de karma, tarde o temprano, va a condicionar las cosas que te suceden en la vida con la misma calidad de su vibración; de forma negativa.
Entonces, si te sientes mal por culpa de alguien (con o sin razón), se generará karma negativo que te traerá dificultades mas adelante. Pero la acción del karma tarda tiempo en manifestarse; y mientras no lo hace, se van acumulando. Entonces, pequeñas rabias, pequeñas indignaciones, pequeñas frustraciones; van acumulando karma, que al manifestarse podrá ser uno MUY GRANDE.
Esto es suficiente para comenzar a entender porque Jesús advertía que debíamos “amar a nuestros enemigos y bendecir a quienes nos maldicen”... porque cualquier sentimiento diferente al amor hacia ellos, va a desgraciar nuestro futuro. No es solo un tema de hacerles bien a ellos, sino de mantenernos bien nosotros.
Pero apenas comienzo. El amar en aún más urgente.

El bonito compartir.
Una situación difícil entre tú y otra persona no solo genera karma en ti, sino también en ella. Y esto ocurre (estoy simplificando mucho el proceso) porque entre ustedes dos se genera lo que se conoce como “lazo kármico”.
Un lazo kármico es una conexión que une a los karmas de dos personas. A través de un lazo kármico establecido por un malestar que alguien hace sentir a otra persona; el karma de uno pasar a ser el karma del otro y viceversa. Ambos pasan a tener el karma de los dos.
Ahora bien. Imaginemos que a ti te hace sentir mal una persona (lo que la convierte en “tu enemigo”), y esta tiene una verdadera conducta reprochable; al margen de las leyes humanas y divinas; dignas de poca estima y confianza; y que posiblemente le haya hecho daño a más de una persona. Una persona así tendrá una gran cantidad de karma negativo, que tarde o temprano sentirá el peso de la “justicia de Dios”.
Si no la “amas”, formarás un lazo kármico con ella, y luego... a llorar el valle.
¿Me voy explicando? Si te asusté, la respuesta es que sí.

Vamos a poner números sin sentido, solo para ejemplificar. Supongamos que tú eres una “buena persona” y tu karma negativo tiene un valor de -4 unidades (estoy inventando). Pero que por situaciones de vida una persona “mala” te hace molestar. Esa persona mala tiene un karma de -5700 unidades.
En el mismo instante de tu molestia, se establece un lazo kármico entre ustedes dos y los karmas de ambos se suman (estoy solo ilustrando con números para tener una idea del proceso, esto no es correcto académicamente). Con esto, tanto tú como esa persona, pasarán a tener un karma negativo de - (5700 + 4) = -5704 unidades.
Tú, de 4 pasaste a tener 5704 unidades de karma negativo Y la persona mala pasó de -5700 a -5704. ¿Quién salió perdiendo?
¿Comenzamos a entender por qué Jesús te hablaba a ti, que no eres “el enemigo”; y te advierte de “amarlo”? Literalmente te está intentando salvar la vida.
Si tú hubieras tenido la altura espiritual para “amar” a la otra persona (a pesar de lo que ella estuviera haciendo); no se hubiera establecido el lazo kármico y te hubieras quedado con tus -4 pequeñas unidades de karma; definitivamente una vida futura más tranquila y en paz.
Aquí es cuando se entiende que muchas personas que se enfrentan a sus enemigos desde sentimientos difíciles (rabia, odio, resentimiento, ansias de justicia...) salen ellas “con las tablas en la cabeza”. Pareciera que les va mucho peor a “las buenas personas” que a “sus enemigos”.
Luego ¿a rezar por “el pobrecito”?, Si, claro que podemos rezar; pero no estará ocurriendo nada que no deba ocurrir por ley divina. Si se hubiera sido buen cristiano, se hubiera enfocado la lucha desde otro lado diferente.

Entonces ¿los “malos” siempre ganan?
Lo primero que habría que definir es qué significa “ganar”.
¿“Ganar” es acaso obtener victorias terrenales sin importar de nuestro camino al Padre? Porque eso es lo que hace el karma; pone más peso en nuestros hombros dificultándonos la subida al Cielo.
Si el Cielo, si nuestra aproximación a Dios, no es importante para ti; pues lamento que hayas perdido el tiempo leyendo. Pero entonces espero que seas consistente y que en tus momentos de tribulación no andes pidiendo ayuda o protección a ese Dios que para ti no significa mucho a la hora de medir tus acciones y valorar tus victorias.
Pero aún así,  todo buen cristiano sabe que la lucha siempre hay que hacerla, donde corresponda. Cualquier lucha por cambiar o mejorar algo, o toda corrección necesaria por alguna acción incorrecta, siempre se deben hacer cuándo corresponda, dónde corresponda y bajo lineamientos espirituales.
“Amar a tus enemigos” no significa que se van a dejar pasar cosas incorrectas, pero es muy diferente aplicar acciones correctivas desde sentimientos “difíciles” o desde “actitudes cristianas”; donde el amor al prójimo sigue siendo otro lineamiento.
Si esto de “amar al enemigo” no se entiende, es muy probable que los malos no siempre ganen, pero es seguro que nosotros siempre perdamos.

Lo sutil del asunto.
Es importante recalcar que en este artículo no se busca invertir los papeles sobre quien es peor, si el considerado “malo” o el que se enfrenta a él.
Siempre lo digo: “hacemos más daño por ignorancia que por maldad”; tanto a los demás como a nosotros mismos.
Para sufrir no necesitamos ser los villanos de la película. Los lineamientos están claros y Dios hace salir a sol y caer la lluvia “sobre los que se consideran tanto justos como pecadores”, sin distinción.
Y estoy dejando de lado en toda esta reflexión a otros aspectos involucrados; a otras leyes universales como la Ley de Atracción; y a otros procesos como es el fortalecimiento de los lazos kármicos y la “herencia” del karma; que pueden llegar a empeorar el escenario en una cultura como la que vivimos.
Además, hable de karma “negativo” y dejé de lado el “positivo” que podría ayudarnos.
Incluso, el hecho de que Jesús les estuviera indicando estos lineamientos espirituales directamente a sus discípulos en el Sermón del Monte, tienen mayores implicaciones en nosotros.
Pero por ahora es suficiente con lo que entendimos.
                                           
Finalmente...
“Amar a tus enemigos” es una de las máximas de Jesús; y a cualquier otro lineamiento dado por Él se le podrían dar explicaciones del mismo estilo. Entonces, ¿comenzamos ya a hacerle caso en lo que dijo o esperamos entenderlo todo a nivel místico?
Mejor reconocemos de una vez a Jesús como nuestro Señor; y si Él dice “brinca”, nosotros lo hacemos lo más alto que podamos, sin esperar entender todo y sin preguntar mucho.

Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original: 25 de noviembre del 2014
Twitters: @SanaCristica @eReiki @EvolConsc @pagr777 @AdamaConsc
Palabras-claves:  amar, ama, enemigos, jesús, karma, lazo, kármico,

5 comentarios:

  1. Ufffff, cuanto cuesta esto.

    A ver si entendí. En si....Amar al anemigo significa: tenerle cariño, no tener tristeza por algún hecho cometido, no dejarle de hablar, no guardarle rencor o es solamnete bendecirlos y quitar toda emoción o sentimiento negativo?

    Ejemplo: luego de salir del trabajo, un estudiante con el que yo hablaba, le decia cosas, le explicaba, le aconsejaba; hubo una relacioón... luego por diversas razones me dijo que no era más su amigo.. yo le dije: estan bn, no hay problema. Le hablaba cuando era necesario...y el a mi. Tiraba satiras, pero yo no ignoraba siempre pero malos pensamientos no creo haberlos tenido y de hecho no lo tengo, trato de ver q no existe y si me veine a la mente siento un desinteres. Honestamente no me siento con emociones negativas porque de hecho lo comprendo un adolescente sin padre, con una madre alcahueta, el casi en malos pasos etc...

    Termiando el año ecolar de los que salierón bien. me encuentro con la noticia de qe espicho mi moto. Me senti tan triste, no pense que me fuera hacer eso. Recuerdo eso y me pone triste su acción y no su persona por lo que se que es su situacion a pesar de todo.

    Y así me ha pasado con más... a veces siento que me comporto o soy muy bobo, tonto por esto que me pasa y que dejo pasar.

    Namasté

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    1. Namasté
      Pues si, la actitud que cuentas en el ejemplo se asemeja mucho a "amar a tus enemigos". De alguna forma lo estas haciendo mejor de lo que podría cualquier persona.

      Como dices, se acerca mucho a no "despertar o albergar" malos sentimientos por el que te hace daño de alguna forma; aún a veces se tenga que actuar para corregir.

      El problema es que los argumentos o explicaciones que intentemos buscar con nuestra mente no se acercan al amor espiritual. Pero vamos bien,
      Namasté.

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  2. Gran articulo Maestro!
    A veces siento que voy entendiendo pero de pronto me pierdo o quizás, siendo mas realista, deseo mas una victoria terrenal que seguir ese lineamiento como Jesús quiere, pero tratando de buscar ese camino correcto y seguir a Jesús le pregunto:
    ¿Cómo podría "realmente" (y el realmente es en el estricto sentido de la palabra) amar a mis enemigos? O mas bien como podría dejar de lado esos 'sentimientos difíciles' pero no solo yo sino también que el enemigo logre desterrar esos sentimientos difíciles para asi lograr romper ese lazo karmico negativo

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    1. En un momento específico, con la otra persona, no podemos hacer mucho... solo asegurarnos de hacer nuestra parte.
      Mucha gente se pregunta eso, ¿Cómo se logra este y otros lineamientos de Jesús?
      Algunos prueban razonandolos, otros argumentandolo, otros apelan a rituales, otros esperan que llegue solo.
      La respuesta es sencilla. Jesús, que fue el que dió las instrucciones, ¿qué era?. ¿Era acaso sicologo? ¿Era terapeuta? ¿Era erudito universitario? ¿Era un brujo o mago?

      Jesús era un maestro espiritual, que estaba con sus discípulos ayudándoles a crecer espiritualmente.

      Por lo tanto el único escenario posible para aprender a "amar a tus enemigos" es con crecimiento espiritual; donde esté un maestro espiritual.
      Solo un esfuerzo en ese sentido lo logra,
      Namasté

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  3. Gracias Maestro.
    Namastě

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