Autor: Pedro A. Gómez Ruzzo
Todos los que me conocen personalmente
y algunos pocos que habrán leído cosas mías, saben la grandes reservas que
tengo sobre lo que se suele llamar “el positivismo” o el “ser positivo”. Me
voy a referir como “positivismo” a la forma de enfrentar los problemas de la vida,
no como teoría filosófica.
Y
dije “reserva” en el párrafo anterior, para no utilizar en este texto la frase
dura que utilizo en persona.
Simplemente
cuando escucho a personas recomendando ser “positivos antes los problemas”
aludiendo a que con eso todo se va a resolver, me entra una angustia ajena y me
pregunto: ¿acaso este “gurú” que recomienda ser positivista se ha “partido el
brazo” tratando de ayudar a personas con problemas? ¿O simplemente lo
recomienda porque lo leyó en algún libro barato de autoayuda y le parece
“bonito, lógico y conveniente” para ganar seguidores?
Mi
recelo ante la actitud positivista no nace de mi soberbia, ni de mi rebeldía ante
el mundo, ni de mis ganas de llevar la contraria, ni mucho menos de mi
ingenuidad o de mi ignorancia. Mi actitud nace de pasar años de mi vida al lado
de persona, ayudándolas a que logren superar sus problemas o a sobrellevar sus
vidas.
Y
en toda mi experiencia, no solo he podido comprobar que el positivismo no ayuda
(salvo en ocasiones aleatorias que entran dentro de probabilidades muy bajas);
sino que este puede llegar a ser TOTALMENTE CONTRAPRODUCENTE en un proceso de
sanación.
Los
argumentos en contra el positivismo, los pudiera presentar desde los planos
emocional, energético, astral, kármico o espiritual; pero me voy a quedar en
este artículo con el segundo: desde nuestras energías.
El
positivismo al que me refiero es la actitud que aconsejan algunas personas (y
otras desgraciadamente adoptan) de
“pensar o emitir frases opuestas al estado real en el que se sienten”.
Ante
una situación difícil, un malestar o una enfermedad, se comienzan a decir cosas
como: “estoy bien”, “estoy sana”, “estoy sanando”, “estoy feliz”, “la vida es
perfecta”, “soy un ser de luz”, “todo está perfecto en mi mundo”, “todo
pasará”, “la vida es bella, sonríe”, “mente positiva”, incluso “Dios me ama”; y
un largo etcétera.
Señoras
y señores, hay una regla categórica en cualquier proceso real de sanación,
desde los procesos físicos hasta los espirituales, esta regla indica que:
“En un
proceso de sanación, es indispensable el propio reconocimiento y la aceptación
de la enfermedad, del malestar, de la perturbación o del pecado; porque
únicamente desde allí se pueden trabajar las causas del problema y comenzar a
sanarlas.
En el mismo
momento en el que se distrae la atención
del malestar, el proceso de sanación se detiene o retrocede.” (PAGR)
Y esto es precisamente lo que produce
el positivismo en la mayoría de las personas: “logra minimizar u opacar el
problema”, lo que imposibilita la verdadera sanación. Siempre utilizo esta
frase: “Si es poco lo que tienes (o dices
tener), pues es poco lo que sanarás”.
¿Pero a qué corresponde energéticamente el “positivismo”?
Es realmente sencillo.
En cualquier tipo de
enfermedad, malestar o situación
difícil, nuestro uso de energía vital aumenta; por lo tanto, nuestras reservas
bajan.
Entonces, resulta indispensable ahorrar
las energías que tenemos, para que sean medianamente suficientes tanto para
nuestras funciones de vidas ordinarias (para seguir viviendo), como para los
procesos de sanación (que requieren mucha energía vital adicional).
Si incurrimos en gastos innecesarios
de energías, no solo entorpeceremos los procesos de sanación que tratan de
resolver los problemas, sino que pondremos en peligro las partes que tenemos
sanas.
¿Y saben qué consume mucha energía?
Precisamente el asumir, forzar o creernos “estados de bienestar” cuando en
realidad no los estamos sintiendo.
Como se sabe, el asumir posturas de
vida, expectativas de bienestar o sensaciones de empoderamiento, se lleva a
cabo desde nuestro tercer centro energético (chakra) llamado Manipura. Y este
chakra, seguido por el Ajna (sexto chakra), es el que más energía consume en
nuestro organismo.
Entonces, la actitud
“positivista” activa nuestro Manipura; lo que consume mucho de nuestra energía
vital que debería dedicarse a sanarnos. Dos más dos son cuatro; eso nunca ha
fallado.
Tampoco pesimista
Pero una advertencia final para los
que ya están buscando argumentos para invalidar este escrito: “No ser
positivista no significa ser pesimista,”
Ser pesimista tampoco ayuda al
proceso de sanación, pero debido a otro mecanismo que involucra la depresión
del Anahata (chakra cardíaco) que es el sistema de bombeo que permite que la
energía vital entre en nosotros. Pero este sería otro artículo.
No practicar el positivismo a la
hora de sanar, es simplemente asumir la situación y esforzarse; solo eso. Esto
es mucho más efectivo y eficiente que autoengañarnos.
Muchos dirán que tienen pruebas de
que una actitud positiva ante los problemas sí funciona; y yo les retaría a que
llevaran la contabilidad real de los éxitos y los fracasos. El ser humano tiene
una necesidad malsana de recordar y resaltar solo los casos de éxitos y olvidar
los fracasos: Eso también es positivismo.
Otros me asegurarían que realmente
se han sentido mejor siendo positivos antes los problemas; y yo les recordaría
que una cosa es “sentirse mejor” y otra es “sanar”.
No te engañes nunca, sanar es una
tarea muy sería que requiere de mucha atención, mucho esfuerzo y mucha energía;
no te distraigas en fantasías.
Namasté
Pedro A. Gómez Ruzzo.
Master Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki,
Reiki Mineral
Original: día 43 A.S. (12feb2016)
Twitters: @SanaCristica @eReiki
@EvolConsc @pagr777
Palabras-claves positivismo, energía, sanar, pesimismo, ahorro
energético.
Es una manera muy interesante de ver el positivismo Maestro, el hecho de que disminuya la energía disponible para sanar por nuestra insistencia de pretender algo que no sentimos es muy importante...
ResponderEliminarGracias por sus enseñanzas.
Namasté
Realmente interesante tema, nunca me había encontrado una explicación sobre el positivismo y su dinámica energética en nuestro cuerpo. Que bueno saberlo.
ResponderEliminarGracias por sus enseñanzas Maestro
Namasté
Extraordinario articulo. Gracias Maestro. Namaste
ResponderEliminarNamasté, Maestro antes de estar bajo sus enseñanzas era de esas personas positivas chinas... Ahora estoy más consciente que debemos profundizar y buscar la raíz de las situaciones, esforzarnos de aprender de ellas, resolver desde un corazón limpio. Gracias Maestro 🙏🏻
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