Autor:
Pedro A. Gómez Ruzzo
En
varios de mis artículos hago referencia al concepto de “escencias”
y en especial a las escencias “Crística” y “Mariana”. Así
en honor la solicitud de algunos de ustedes y para que todo quede un
poco más claro, voy a explicar en qué consiste.
Tenemos que comenzar comprendiendo el
concepto general de “escencia”.
Lo
primero que parece haber, es un error ortográfico en la misma
palabra. Debería ser “esencia” en vez de “escencia”; y
aunque el significado puede ser el prácticamente el mismo, el ámbito
de referencia es lo que hace la diferencia; según me fue enseñado y
yo trasmito.
La
“esencia” o “escencia” hace referencia a lo medular, a lo
importante, a lo que nos identifica desde nuestro interior. Podemos
tener diferentes formas, apariencias, niveles, pero nuestra escencia
es lo que nos define en realidad.
Por
ejemplo, puede ser una conserva de coco, un arroz con coco, una
cocada, un caramelo de coco; y más allá de la presentación, la
esencia de coco es la que se mantiene y caracteriza a todo lo
nombrado.
Cuando
hablamos de “eso” de caracteriza a cosas terrenales, hablamos de
esencias. Pero cuando nos referimos a esos “sabores” a niveles
astrales y espirituales, los llamo “escencias”. Eso es una de las
diferencias que determina la escritura de la palabra (con el perdón
de la RAE).
Y
al igual que
en lo material la esencia le da a las cosas una cualidad particular
(olor, sabor, color, textura, etc.); la escencia como componente
astral le da a los seres vivos una cualidad especial.
Una
escencia se puede ver muy bien como una energía que poseemos y
manejamos más allá de nuestra realidad física y mental (en el
plano astral), la cual condiciona nuestra existencia a la hora de
ver la vida, de asumirla, de accionar en ella e incluso nuestra
misión
de vida.
Además de definir nuestro “carácter” a nivel astral/espiritual,
también nos puede brindar ciertas capacidades y dones que parecieran
venir “del más allá”.
Entonces, si tratamos de hacer un
paralelismo con el plano terrenal; nuestra escencia terrenal se
podría parecer más a nuestro carácter (que vamos formando con los
años y nuestras experiencias de vida), y nuestra escencia astral
podría ser más nuestro temperamento (nacemos un poco con él). Este
paralelismo no es totalmente cierto; pero sirve para ilustrar la
diferencia.
Todos los seres humanos tenemos una
escencia astral; pero el común de las personas no maneja una
escencia única, sino una combinación de esencias astrales, en
diferentes proporciones. Esta combinación es lo que les da una
característica particular a cada individuo.
Dichas escencias pueden venir de
nacimiento o ser adquiridas a lo largo de la vida, esto último como
parte de un crecimiento espiritual.
¿Astral
o espiritual?
La escencia de la que hablamos,
corresponde entonces a una energía que perteneces al plano de
existencia astral; que como ya sabemos es el inmediatamente inferior
al plano espiritual. El Plano Espiritual viene luego del Plano
Astral.
Pero recordemos que el plano astral es
un degradé de energías, que van desde las más densas (astral bajo,
que comienza cuando termina el plano terrenal), hasta las energías
más sutiles, altas o iluminadas (astral alto, que termina al
comenzar el plano espiritual). Por lo tanto, las escencias también
se pueden graduar en escencias más densas o escencias de más Luz.
Recordemos también que la cantidad de Luz es el parámetro de
medición de la calidad energética del plano astral.
Entonces, cuando una escencia astral
es de una calidad muy alta (de mucha LUZ), se suelen nombrar como
“escencias espirituales”. Aunque estas aún estén en el plano
astral, son de una vibración muy próxima al plano espiritual.
Dos de estas “escencias
espirituales” (astrales muy altas) son de las que quiero hablar
aquí: La Escencia Crística y la Escencia Mariana.
La
Escencia Crística
La Escencia Crística es una escencia
de muy alta vibración, que concede una “forma de entender la vida,
de ser, de pensar y de actuar” que define a alguien como Nuestro
Señor Jesuscristo.
Generalmente se suelen entender a las
escencias espirituales, identificándolas con personajes espirituales
y sus formas de vivir la vida o incluso con sus misiones de vida.
Jesús de Nazareth fue llamado “el
Cristo” porque manifestó en su vida una conducta muy pura que
reflejaba su “Escencia espiritual Crística”.
Cuidado, esto no quiere decir que
cualquier persona que manifieste la Escencia Crística sea
Jesucristo, no. Pero poseer y manifestar en algún grado dicha Escencia Crística, va a permitirle a la persona guiar su vida dentro
de lo que Jesús propuso como forma de vida.
Dentro del conocimiento místico, se
sabe de toda persona que logra entender, esforzarse y “enamorarse
de Jesús”; es porque dentro de su mezcla de escencias astrales,
tiene una porción de Escencia Crística.
El hermoso proceso de conversión al
cristianismo, definido como ese momento en que tu alma (tu astral)
descubre que Jesús es tu Señor y Salvador y te comprometes a vivir
cómo Él te lo pidió, no es más que el momento cuando una persona
comienza a manifestarse en alguna proporción la Escencia Crística
dentro de sí.
Por eso se dicen: “... muchos serán
los llamados pero poco los elegidos...”; ya que muchos podrá
escuchar y entender las enseñanzas del Cristo, pero solo podrán
actuar como cristianos los que adopten la Escencia Crística.
Pero
esta frase no plantea una limitación ni una condena. Si una persona
no tiene una escencia espiritual particular; con el escenario y la
práctica apropiada (además del
esfuerzo necesario) se puede llegar a adoptar cualquier escencia con
la que no se haya nacido.
Esta es una de las funciones de las
iglesias cristianas: brindar los escenarios y la práctica necesaria
(además de exigir el esfuerzo requerido), para que las personas se
conviertan al cristianismo; es decir, adopten la Escencia Crística.
Eso significa ser “pescadores hombres”.
Utilización
de escencias astrales/espirituales
Pero
cuidado. No es suficiente tener o adoptar la Escencia Crística para
ser buen cristiano. Esta escencia (como cualquier otra) hay que
operacionalizarla; hay que utilizarla en la vida cotidiana. “No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos; sino el
que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ” (Mateo 7:21)
Como tenemos una mezcla de escencias
en astral, podemos priorizar algunas y deprimir otras; eso lo que
suele pasar. Para ser un cristiano de verdad, una vez que tengamos a
la Escencia Crística, debemos darle protagonismo a esta antes que a
las demás.
Como
la Escencia Crística es una de las más altas que podemos manejar;
una de las más cercanas a Dios (al plano espiritual) en comparación
con las otras que podamos tener, nos traer como reflexión nuestro
primer mandamiento: “Jesús
le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22, 37).
En enseñanza mística esto significa que: “preferirás a la
escencia espiritual más alta que tengas; a la más cercana al Plano
Espiritual, sobre todas las demás”.
La
Escencia Mariana
Todo lo dicho sobre la Escencia
Crística se aplica para la Escencia Mariana. La única diferencia
importante es que la referencia de personaje representativo la
tenemos en Nuestra Señora la Virgen María.
Si estudiamos y comprendemos lo que
significa la vida, obra y misión de la Virgen María, entenderemos
como se comporta un ser con una Escencia Mariana operativa.
Las mismas consideraciones de
posibilidad de adopción y de honra sobre las demás se aplican a la
Escencia Mariana.
Pero sí hay una diferencia sutil
entre las escencias Crística y Mariana. La Escencia Mariana es más
“alcanzable” para el común de las personas que la Escencia
Crística.
No quiero decir que sea más fácil la
Escencia Mariana; porque también requiere de su escenario, práctica
y esfuerzo necesario. Pero desde el mismo momento en que todos hemos
tenido una “madre” (por lo menos por 7 meses, dentro de la
barriga), ya todos hemos experimentado “cómo se siente esa energía
en astral”. Por lo tanto, el adoptarla suele ser más exitoso en
las personas.
Pero no solo eso. Está establecido en
los niveles de vibración de las energías en el plano astral, que
únicamente se puede llegar a conocer o adoptar la Escencia Crística,
cuando ya se haya adoptado y experimentado con la Escencia Mariana.
Si lo vemos desde nuestra fe
religiosa, nos damos cuenta de que el único requisito real para que
Jesucristo viniera a nuestro mundo (como representante de la Escencia
Cristica) es que existiera alguien con una Escencia Mariana ciento
por ciento manifiesta, como lo fue la Virgen María. María con su
forma de ser (manifestación de su Escencia Mariana) fue lo que
permitió que Jesús naciera.
Diferencias
operativas entre la forma de ser con Escencia Mariana y Escencia
Crística.
Coloco este título solo con la
intención de recordar que les voy a quedar en deuda con la
explicación detallada. Las características operativas de ambas
escencias requerirían muchos párrafos de explicación para luego
compararlas. Pero lo anoto en mi lista de pendientes.
Solo me voy a permitir advertir, que
la identificación de lo que hace y de cómo vive cada una de estas
escencias se debe hacer desde parámetros espirituales místicos. No
hay que hacerlo desde las versiones muy humanas y sentimentales que
tenemos de Jesús y María; las mismas que nos han presentado desde
siempre.
Quien pudiera leer en la escultura de
”La Piedad” de Miguel Ángel; encontraría todo lo que me
faltaría por explicar.
De cualquier forma voy a dejar unas
pocas características superficiales (nada rigurosas) con las cuales
se pueden asociar dichas escencias:
-
Escencia CrísticaEscencia MarianaFigura representativa: Jesús de NazarethFigura representativa: Virgen María. (En otras religiones hay equivalentes exactos en las correspondientes escencias femeninas)Más correctora.Más maternal.Más orientada a la acción.Más orientada al auxilio; a resolver en situaciones apremiantes.Compromiso de logros hacia DiosAceptación (“no paralizante”) ante los designios de DiosEntrega de su propia Vida Terrenal.Honra de su vida terrenal con la única motivación de ayudar a los demás en los designios de Dios-Dolor, pero no sufrimiento (el sufrimiento como dolor sostenido)Aceptación de sí mismo y de lo que se es en pos de Dios.Negación de sí misma en pos de Dios.El juicio en función de la defensa de las leyes de Dios; y solo desde allí.“No juzga” (sin pecado original)Reconocimiento “de cosas que deben ser cambiadas”Ninguna noción “de maldad”, ni interior ni exterior.- otras, otras, otras.- otras, otras, otras.
La tabla anterior es simplemente una
descripción operativa superficial de las escencias
Crística y Mariana. Les pido de corazón que no den por entendido ni
aceptado lo descrito allí. A pesar de que cada renglón parece estar
claro, puede ser necesario explicar más, contextualizar mejor y
argumentar profundamente. Se las daré en su momento, si llega a ser
el caso.
Mente
versus Espíritu
Y para finalizar retomo uno de los
puntos iniciales: la existencia de la Escencia Terrenal, además de
la Escencia Astral/Espiritual.
No es cosa solo de tener o no alguna
escencia espiritual especial, si esta no se puede manifestar.
Vivir
en función de una Escencia Espiritual (lo que sería ideal), pasa
por no darle tanto protagonismo a nuestra Escencia Terrenal (mental),
Esto se logra con un proceso correcto de crecimiento espiritual.
Por
mucha escencia Crística o Mariana o Angelical o Ser de Luz, o lo que
sea que se tenga; si se vive en función de las cosas terrenales, la
espiritualidad queda en un segundo plano. En ese caso la
manifestación de las escencias astrales/espirituales queda relegada
la nada.
Ojalá
en tu caso no sea así. Esfuérzate en Amar a Dios sobre todas las
cosas (y no a tus asuntos terrenales) e intenta con toda tu mente,
con todo tu corazón y con todas tus acciones, adoptar las escencias
Mariana y Crística. Será lo mejor que te pueda pasar desde que Dios
Padre te creó; y será ese el comienzo de la ruta de vuelta al
Paraíso.
Namasté
Pedro
A. Gómez Ruzzo.
Master
Reiki Usui-Tibetano, Karuna Ki
Original:
25 de enero del 2015
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Palabras-claves:
escencias, crística, mariana, jesús, cristo, jesucristo, maría,
virgen, astral, espiritual, plano.
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